EL HAIKU BLANCO O HAIKU LIBRE

 

El haiku es encuentro y b�squeda ,el poema japon�s es el mas m�stico de todos los poemas Puede ser b�squeda y encuentro, La poes�a, un enigma, es una sola y universal se nutre de las poes�as particulares. Tiene m�todos eficaces, para que el poeta intente aproximarse a ella, lo someter� a tantas pruebas como considere necesario, hasta constituirse en su medio de expresi�n. En realidad el poeta es un alquimista de estos tiempos ,esta sometido a sufrir las tragedias, los conflictos de la humanidad y transmutarlo en la m�sica de las palabras. Nadie tiene un vida f�cil en este planeta, en los poetas, el sentimiento es mas intenso, vive del recuerdo y con el inconsciente en el l�mite del consciente , en la profunda  herida de la verdad, el �nico remedio es el alfabeto y  el silencio para aproximarse al poema. El poema es como la vida una sucesi�n de cambios, el mas fundamental,  ha sido, sin duda  el poema blanco, cuando la m�trica y la rima, se doblegaron ante una necesaria  realidad. Borges asegur� que era muy dif�cil este tipo de composici�n. Con el haiku sucede lo mismo, el m�gico poema ,puede romper el cors� de la ortodoxia  y presentarse distinto diciendo lo mismo, al haiku se lo ha limitado a la naturaleza, cuando el hombre seg�n todas las religiones forma parte de ella, en su consecuencia, como la planta que brota en flores o el r�o que canta, lo humano no puede ser ajeno al haiku, de all� que lo que le acontezca a una persona
forma parte del universo, incluso Bateson, habla como si fuera una novedad de la ecolog�a de la mente, asegurando que cada uno formamos el ambiente colectivo y si una persona esta perturbada, perturba al resto.  cuando los haikus hablan de orinar, que parece ser lo mas llamativo, hasta ahora, se trata de algo objetivo y subjetivo a la vez en la cual el ego penetra, en su consecuencia, habr�a muchas cosas para considerar, lo que implica un cambio, tal el hecho de los brotes del mismo ,en el planeta, esto se debe entender  con mucha humildad y limpieza de coraz�n, cuando los Beatles revolucionaron la m�sica, la Reina de Inglaterra, les otorg� la m�xima condecoraci�n del Reino, varios nobles indignados, fueron al Palacio a devolver la suya, un acto digno y probo que debi� ser comentario en los Pubs, pas� el tiempo, los muchachos de pelo largo, cambiaron magistralmente el sentido musical del mundo, los nobles,  deben estar reposando  el misterio de la vida y la muerte,y nadie sabe de quienes se trata, con lo cual los juicios, deben ser sometidos permanentemente a prueba, nada es inmutable, como dec�a Basho, buscando lo que los antiguos buscaron y no sigui�ndolos, a ojos cerrados. Adem�s en Jap�n, se estima en la actualidad que el  haiku puede contener menos de 17 s�labas y llegar hasta las 23. No es mi deseo polemizar, los poemas han surgido as�, a veces ni los expertos pueden asegurar que el m�nimo poema, sea un haiku, solo el satori, puede inclinarse a decirle al poeta, que lleg�, al poema, y ha escrito un haiku,pero eso necesita an�lisis, y no es motivo de esta introducci�n,  como la flor de oro del Buda, que cuando la mostr�, dijo con su mirada lo que no se
atrev�a a decir con su boca: el estado de  iluminaci�n, Varios  haikista amigos me han dicho, por ejemplo, que cuando terminan un haiku, observan que les sali� con 5-5-5 s�labas, me ocurre much�simo, algunos se atrevieron y los publicaron, de todos modos haiku o no, la poes�a es una dura tarea nunca conclu�da, en la cual todos los poetas tienen un lugar asignado. Rodr�guez  Izquierdo se�ala que tan solo el acto de escribir es iluminaci�n ,la universalidad del haiku,  nos muestra, en este siglo, nacido con las se�ales fat�dicas, del 11 S, del 11M  y de tantas cosas que no han tenido notoriedad, el poeta siempre ha tenido una cita con Dios.

 

                                                                                      MARIA MARTA GARABATO 

                           

                



ENSAYOS DE MARIA MARTA GARABATO

El  JAPON ,  EL ARTE,  Y EL ZEN

COMO SE LEE UN HAIKU

COMO SE ESCRIBE UN HAIKU

                                                                            Noviembre 2006

 


El  JAPON ,  EL ARTE,  Y EL ZEN

                      MARIA MARTA GARABATO

                 

                     Se discute si el Budismo es una filosof�a o una religi�n, cada pregunta lleva su respuesta, sea lo que fuere el Budismo, es  misterioso como todas las religiones, que afirman sus ra�ces,  mezclando lo divino con lo humano. Cristo nace de una Virgen, Buda de un partog�nesis,(1) ambos toman el car�cter de maestros para dispersar su verdad, los dos en sus similitudes, nunca habr�an pensado que dominar�an el pensamiento de la humanidad .El Budismo es tambi�n una filosof�a. Adem�s, el Budismo y el Budismo Zen en especial es un modo de vivir , un pensamiento. Buda, el iluminado sale al mundo de un palacio y lo recorre para ver  la realidad, con su experiencia, El contenido del Budismo, se encuentra en una simple an�cdota, Estando el Buda, en un acto p�blico, algui�n le acerca una flor dorada, �l la toma y sonr�e, pero no  con los labios, sino con el entendimiento, de un cerebro que abarca el todo, en su ascenso espiritual ,el Buda, mira a un disc�pulo en el Monte  del Buitre Sagrado, donde se encontraba predicando, pero no se explay� en discursos ni alocuciones sino que levant� la flor que le hab�an regalado en esos instantes, mir� a la multitud, sin pronunciar una palabra (2 )Nadie lo entendi�, salvo el viejo y venerable Mah�k�syapa ,que le sonr�o, con una expresi�n de comprensi�n y entendimiento. El Buda  hab�a recibido  la revelaci�n de la doctrina. Entonces el Iluminado dijo: �Tengo el mas precioso tesoro espiritual y trascendental que en este instante te entrego , Oh Venerable Mah�k�syapa �  Existe consenso entre los seguidores del Zen, que esta m�gica circunstancia  es el nacimiento del mismo.

                                      Una sonrisa es el destello del continente  asi�tico, sometido al Budismo. Nadie con palabras puede decir que significa esta comprensi�n, es la verdad, el esclarecimiento de la mente que solo se logra, en el caso del Cristo �el Ungido�, despu�s ,del calvario y  la crucifixi�n. El Buda �El Iluminado�es similar en su historia, como todo lo que sucede en el planeta. El que divide en el siglo XXI,  Oriente de Occidente, no ha recibido a�n la flor dorada, del entendimiento, la conexi�n directa con  ese Dios que cre� el universo o la gran inteligencia o la energ�a suprema, ll�mese como se llame .La divisi�n que se ha efectuado .carece  de realidad somos todo, el todo, que se une para bien o para mal y que recibe las consecuencias de cada uno .El Zen es algo especial�simo, existen multitudes que lo practican sin saberlo, lo viven con pasi�n ignorando que su actos son puro Zen, con lo cual para la idiosincrasia del Budismo, es la revelaci�n de un acierto. Se ha dicho que el Zen es indescifrable, como se puede explicar, que es el :� Aqu� y ahora� , el momento, el mimetismo con la vida, que comprende, la naturaleza, lo com�n: comer una sana comida, poniendo en ello el placer supremo, disfrutando cada bocado, tomando una copa de vino paladeando el frutado, el tonel, la cosecha, el paisaje la h�medad del suelo y las manos que recogen la uva: eso es Zen. La mas sublime manifestaci�n de la vida, es el arte, vigente a trav�s de los artistas, los aut�nticos creadores. Freud sostiene  que alcanzan esta categor�a, los que no est�n enamorados de su obra, artistas aut�nticos fueron Kafka y Chopin, ambos quisieron destruir su trabajo, eran insatisfechos, el destino quiso en la grandiosidad de sus designios, que Chopin fuese la identificaci�n de Polonia, y Kafka el que anunciara con su libro �la Metamorfosis� lo que iba a suceder en el mundo, donde millones de seres se convertir�an en  cucarachas, como el protagonista de la obra. Oriente tiene un constante hist�rica  todo nace en India pasa a China y contin�a en Jap�n, la ruta imprescindible. El Buda nace en el 543 a.C. su padre se llamaba Suddodharna y era el rey en el Ducado  del Nord Oeste de la India ,hoy principado de Nepal, su madre se llamaba Maya (3) al morir �El muy Iluminado� el tiempo form� divisiones con su doctrina, una de ellas, particular�sima es el Zen, sale de su cuna natal , en la humanidad del  Vig�simo Octavo Patriarca Hind� y primero de la China : Bodhidarma, que estudi� cuarenta a�os con su maestro Prajnatara, al morir , este se fu� a China en el a�o 552 d.C. Bodhidarma, encuentra en el pragmatismo chino el terreno ideal para convertir el lirismo hind� en algo pr�ctico ,tanto, que insisto, el Zen lo practican millones sin saberlo. Es impactante  el ingreso del Zen en el Jap�n, a trav�s de Bodhirama, que establece su escuela                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     lo difunde y se encierra en soledad durante nueve a�os a meditar en el campo, espec�ficamente  en el Monasterio de Shao Lin, hacia el mismo se  dirigi� un monje que hab�a practicado, el Confucionismo :Shen Kuang, este se plant� en la puerta del Monasterio, sin ser recibido, al s�ptimo d�a, la tortura de lograr la iluminaci�n, que implica,  paz y  sabidur�a, lo decidi� a cortase un brazo y env�arselo al maestro, como prueba de sus convicciones. La proeza le signific� ser el Segundo Patriarca en la China, hab�a demostrado que vale  la pena perder un brazo para conquistar  la iluminaci�n, el total de todo, que implica paz y sabidur�a, con este sello de brutal significaci�n en el siglo XII ingresa el Zen en Jap�n, donde es recibido en forma especial por los guerreros, despu�s, el tiempo iba  a humedecer el arco de todas las artes como sendero  hacia el satori, que singulariza  al Zen de las dem�s ramas del Budismo (4) El artista japon�s ve el mundo en lo peque�o, una flor silvestre representa las flores del planeta  Todas las artes y los deportes est�n impregnados de Zen, solo se llega a su esencia, cuando el inconsciente se encuentra con el consciente y la persona ha arrojado su yo, hacia el abismo, La clave del Zen, est� en los maestros, que  lo transmiten mediante el uso de los 1750 koans, pruebas que son un medio para  lograr la iluminaci�n El maestro posee la llave y la entrega a los disc�pulos. Es una llave muy especial Jung ha dicho que dos mil a�os, antes del Cristianismo, los orientales ten�an mas nociones del inconsciente, que en el occidente actual. Los maestros no transmiten conocimientos, iluminan hacen alcanzar ese grado de conciencia con la cual se logra la iluminaci�n. Bertrand Rusell  dice que si no hubiese maestros no habr�a religiones, en la llave guardan los secretos que depositan en los esp�ritus, es una transmisi�n que supera la erudici�n, el Budismo busca la sabidur�a en el hombre, as� lo  encontramos en el Tao Te King .escrito por Lao Tse, basado en el concepto del Tao, lo anterior al mundo lo que estaba antes, la energ�a que sostiene al mundo y provoca su movimiento. El maestro Zen insiste en su  autoridad racional ,  sabe como alcanzar el arte  y, por tanto, debe acentuar determinada manera de aprenderlo, pero no adquiere ninguna autoridad irracional, ning�n poder  sobre el disc�pulo ni la dependencia continuada  del disc�pulo con el maestro. Por el contrario, una vez que el disc�pulo se ha convertido a su vez en maestro, sigue su propio camino y todo lo que el maestro espera de �l es un retrato que le muestre ,cada cierto tiempo, como v� el disc�pulo. El maestro Zen  ama   a sus alumnos .Su amor es realista y maduro consiste en hacer todos los esfuerzos  por ayudar al disc�pulo a realizar  su f�n, sabiendo sin embargo que nada de lo que haga el maestro  puede resolver el problema , para que el disc�pulo ,pueda lograr ese f�n, Este amor del maestro Zen no es sentimental, es un amor realista ,un amor que acepta la realidad del destino humano en el que ninguno de nosotros  puede salvar al otro y, sin embargo ,en el que no podemos dejar  de hacer todos los esfuerzos  por ayudarlo a salvarse a s� mismo. Cualquier amor  que no conozca  esta limitaci�n y pretenda �salvar � otra alma es un amor que no se ha desprendido de la grandiosidad y la ambici�n.(5)  El artista que se destaca, siempre tira por la borda el libreto intelectual, por eso  cuando  la poes�a se liber� y dej� la m�trica, los poetas se dieron cuenta que era mucho mas dif�cil, plantarse ante la libertad de la palabra que a la m�trica establecida, en todo arte ocurre  lo mismo, el samurai, como el artista  vive en la intuici�n, que si bien le otorga caracteres de parapsicolog�a, lo sumerge en la sombr�a realidad de percibir el ambiente, que lo rodea, uno de los mejores ejemplos, un cl�sico, es la historia de Yagyu Tajima-No-Kami, un experto guerrero, que se encontraba  admirando los cerezos de su jard�n, de pronto sinti� un �sakki�La palabra sakki, significa :�aire de asesinato�,algunas espadas la poseen, es una carga espiritual, una sensaci�n de muerte que se desprende  del metal, tambi�n , pero como todo lo oriental, lo externo cualquiera sea la actividad que se despliegue es la circunstancia, lo interior, es lo esencial, su vac�o, y su conexi�n con el resto del todo, en la  an�docta de este fen�meno. el protagonista, sin estar atacado, ni en batalla, inmediatamente se puso en guardia, aunque no hab�a nadie al lado suyo, salvo su sirviente, que detect� la defensiva de su amo,.posteriormente  confes�,  que estando admirando  los cerezos, sinti� la presencia de algui�n que quer�a asaltarlo. El joven sirviente, reconoci�, que pens� en atacarlo  �mentalmente�, cuando se puso en guardia. No imaginaba. como pod�a sorprender  a semejante guerrero. El inconsciente del espadach�n , se dice es el resultado de la despersonalizaci�n, la  carrera del arte o de la espada no es para el mas r�pido, el mas fuerte o el mas diestro, sino para aquel cuyo esp�ritu es puro y despersonalizado. Ese estado se alcanza cuando ya no se es consciente de sus actos. Este sentido no significa que el Zen se oponga a la ciencia, sino  que nos advierte que  el verdadero yo el �Con�cete a ti mismo� es totalmente subjetivo. La verdad �ltima, no es materia del intelecto sino de la voluntad y la capacidad de realizar ese viaje hacia s� mismo, donde est� escrita, esa verdad.

                                       Se ha dicho que  los maestros permanecen demasiado tiempo en el Zend� y que su conocimiento no se divulga debidamente, esto no impide que el Zen se abra a todo aquel autodidacta que intente seguir su sendero, no le har� falta  ning�n maestro, cualquiera sea el comienzo. El Zen se mimetiza con la naturaleza, los que disfrutan del paisaje, ya sea mirando un ocaso o un paisaje del planeta, el que siente el �rbol ,cuando camina apurado en una ciudad llena de poluci�n, el que se maravilla ante las flores silvestres  que muestran una belleza sin igual, ese ser est� viviendo el Zen, seg�n el G�nesis Dios puso a la primera pareja en un para�so,  eso indica que debemos vivir en nuestro jard�n,  que se construye   con los senderos  de nuestra vida, cuando se encuentra  en su yo,  y no buscar en los dem�s, lo que debe encontrar en s�  mismo, tal como dijo  San  Pablo : �s�bitamente brill� alrededor de  mi ,una luz de los cielos � ( un episodio  tan parecido a la flor dorada....)No existe divergencias  en la experiencia religiosa  y no han sido los pensadores los que han creado a las masas de creyentes,  en  el Budismo y   en el Zen, en particular  el individuo, asume el acto religioso  al margen de cualquier intermediaci�n Podr�amos considerar en el Cristianismo el Salmo 138,1-3  como la descripci�n de la uni�n humana con lo divino: �Se�or , Tu me sondeas y me conoces cuando me siento y me levanto, de lejos penetras mis pensamientos�...en esta brevedad, no  cabe  sino expresar que  el misticismo es �nico, abarca el todo y los hombres tiene muchos senderos, que confluyen  en �l de diversas maneras, el Zen particularmente, permite una gran libertad, al que lo encuentra .

                                         El monje Zen, jam�s ser� un intermediario entre Dios y el hombre, no solo por que no existe la adoraci�n en el sentido occidental, sino tambi�n por que para el budismo no existe Dios. Dios es. El hombre encontrar� el Zen, cuando lo precise, en el mismo momento que sienta que ya no puede respirar por falta de oxigeno o que el agua le tapa la cabeza. Nunca llega antes. El monje Zen act�a con deliberaci�n, o  desprevenidamente, su vida es  trabajo,  en todo sentido, espiritual y material, no hay  tareas menores, su objetivo es su propia iluminaci�n y la de la humanidad. Persigue tres virtudes: Simplicidad, Pureza, y  Amor  a la belleza, saben que transitando este sendero llegar�n al satori, ese  par�ntesis de gozo, paz, de para�so, preanuncio de otro mundo, del mas all�. Por eso todo lo que rodea a un monasterio es bello, limpio y en su simpleza trasciende las normas no escritas, sobre este fen�meno espiritual, que aproxima al inmenso universo sintiendo la verdad, percibiendo lo grande. Los practicantes, novicios o monjes, en alguna manera est�n tan desinteresados de las cosas de la tierra que optan por callar, han encontrado la  famosa:� voz del silencio�cuando la hondura del sentimiento invade todo el ser  ya no es necesario hablar,  Es la gran advertencia, a pesar de la iluminaci�n  puesto que el ego sobrevive hasta nuestra muerte, con la forma del deseo, si nos asalta  algo se vuelve deseable entonces ,el Zen  desaparece.

                                                  En el Zend�, los maestros practican una pedagog�a muy especial, cada monje debe saturarse de Zen, pero con el sentido del mismo, es decir  no deben tener �demasiado Zen�   comenzando por el maestro,  para ello debe atravesar  un periodo denominado �la larga maduraci�n del vientre sagrado� (6).La derivaci�n de lo oriental hacia el vientre    obedece al criterio   de que esa zona del cuerpo relacionada con la procreaci�n, es la que se encuentra mas cerca de la influencia de la madre tierra ,es el ombligo y la placenta, la uni�n con la vida,  se habla de pensar con el vientre  que significa nada menos que vivir la vida  en armon�a con la comprensi�n , se debe lograr sin normas establecidas, Este per�odo puede vivirse como ermita�o , descifrando la sabidur�a de las monta�as, trabajando de banquero, circulando en el mundo o fuera de �l, bajo la direcci�n de un maestro .El �maestro�   puede ser disc�pulo y el disc�pulo, maestro, aun mas ,deben aceptarse mutuamente, lo cierto es que manejan la vida cotidiana para sembrar sus ense�anza, pasan por la trivialidad para llegar a lo hondo. El Zen se arraiga en el pensamiento Budista,  la transformaci�n del car�cter es una condici�n de la salvaci�n. Deben abandonarse la codicia de posesi�n y todas las dem�s codicias, el amor propio  y la auto glorificaci�n, la actitud hacia el pasado  es de gratitud, hacia el presente de servicio  y hacia el futuro de responsabilidad

                                            Dice Osho  que   El Zen no est� interesado en ning�n dogma. Est� interesado en tratar con su propio ser. Todo el mundo ha surgido del espacio y todo desaparece en el espacio (7),por este motivo, por la conexi�n de los mundos existentes, por la experiencia personal, el arte japon�s, est� saturado por el Zen. El arte es Zen, la esencia del Zen es producir el satori, una experiencia que puede tenerla el zapatero, la modista, el Premio Nobel, yo, nosotros, siempre que  se someta la vida  con autenticidad a la b�squeda, al encuentro de la belleza, que en s�ntesis personifica, a la Creaci�n. En esto tambi�n  cabe prevenirse, una cosa son las palabras y otra el satori, ninguna expresi�n puede decir, que es , salvo una aproximaci�n que describa sus efectos, una infinita paz, el descenso del cielo al coraz�n de un hombre que estar� imperturbable mientras el satori, se desarrolla en su ser, puede ser cuesti�n de horas o semanas, lo cierto que es la �nica rama del budismo, que produce este efecto, casi siempre  a trav�s del arte, por eso se dice que el arte es Zen, Freud sostuvo que �nicamente se sublimar�a al hombre en su faceta negativa a trav�s del arte, solo el arte puede convertir a un demonio,� cuando logra alcanzar el esp�ritu del arte?: Los artistas japoneses lo saben, el logro puede traducirse en un satori, ser� el mejor certificado de que han logrado con su trabajo consumar el arte. Tambi�n saben, que para ello, deben entregarse con la vida y el trabajo. El arte es trabajo, solo as� se logra la obra y es dolor, ning�n artista duerme en un lecho de rosas, la obra  es la compensaci�n por ver, y transmitir el mundo que se ha creado. En todas las artes sucede lo mismo, Desde el samurai, recio y aguerrido cuyas metas no son matar al contrario, sino intuir sus ataques   para anularlo. El samurai, fu� uno de los primeros en aceptar el Zen, la casa de t�, tiene en sus paredes, artefactos especiales para que depositen estos hombres sus armas, aunque el arma mas potente es su esp�ritu, el vac�o de la nada, y la conexi�n con el todo, la intuici�n, que brota, ante el estimulo de la meditaci�n que es la intenci�n de la  ceremonia del t�, que en modo alguno es una ceremonia de cortes�a o agasajo, la ceremonia del t� se logra cuando los invitados tocan el extremo del silencio, y se escuchan a s� mismos, aislados de todo , uniendose en la nada al circuito que como un sistema nos conecta al cielo, al universo, tan desconocido., Lo mismo sucede con el ikebana, el maestro o el adepto toman del momento los elementos para  comunicar una sensaci�n, las obras de invierno tendr�n ramas y algunas hojas. El que  observa sabe a que tiempo del a�o pertenece, tambi�n el  lugar, por los elementos que la componen, en verano la pieza florecer� como las macetas del lugar, no est� aislada y la  esencia es la misma, llegar al esp�ritu a trav�s de la obra, el artista si entra en  un satori,  tendr� la prueba de que su obra alcanz� la belleza del arte, y que ha llegado con su esp�ritu  al esp�ritu del ikebana, o del arte que practiquen Las personas  que han tenido un satori, no son proclives a manifestarlo, el silencio, forma parte del fen�meno, dice Lao Tse,�El sabio no habla / y el que habla no sabe� (  8  )  es evidente que solo quien, act�a con perseverancia, recogimiento y mesura logra esta bendici�n, lo espiritual necesita la hondura del ambiente, por eso el Zen es hondo y quieto o movedizo como el oc�ano, pero siempre est� ligado a la creaci�n. La enunciaci�n de las artes, es casi  una irreverencia, el pintor de sumie,  mira y guarda en su interior, en su esp�ritu, la imagen para  volcarla despu�s en el papel, nunca copia, no se ha hablado mucho acerca  de la pintura, en el sentido de que se pinta  tambi�n con el cuerpo, en este estilo, el pintor recoge y elabora despu�s lleva al pincel. Encontramos la an�cdota  cl�sica, se  encarg� a un famoso artista  un cuadro con bamb�es y cuando lo fu� a retirar casi se cae  de espaldas, el artista le entreg� unos bamb�es rojos, ante la recriminaci�n del cliente, el artista  muy parcamente  aclar�

-Yo los veo as�.... As�, es el Zen , si alguien intenta explicarlo, puede naufragar, las personas no   tienen capacidad  para definir  lo sagrado, ni siquiera el que ha llegado a su aproximaci�n ,  casi a tocarlo, como los santos o los iluminados. Podemos asegurar, que no hay orientales ni occidentales para la practica del Zen. Jung (9 ), un profundo estudioso de lo oriental, neg� al cerebro occidental la capacidad de tener un satori,  existen experiencias muy concretas de que son posibles. Tambi�n se neg� el haiku a los poetas  occidentales y el peque�o poema que en un principio se estableci� de 5-7-5 silabas, se implant� en el planeta. En todo el mundo se escriben haiku, y en todo el planeta millones de seres practican el Zen sin saberlo, pueden ser los que 144.000 sellados que la Biblia predice se salvar�n, (Apocal�psis 6-4 ) Freud, se�al� especialmente la sublimaci�n de las bajas pasiones transmutadas por el arte, los que practican el Zen, aun sin saberlo, practican el arte de vivir, el cual no se puede  definir con palabras, que solo reproducen im�genes, hechos, maravillas o barbaridades, el Budismo, es una sonrisa, sin palabra ,el silencio del silencio, que surge de adentro cuando no hay indagaci�n sobre el por qu� o el como de las cosas, sino la simple aceptaci�n de la vida, el enigma sagrado, que no develamos,  vivir es un milagro y esa categor�a de acontecimientos escapan a la comprensi�n humana. El Zen es la humedad que envuelve el arte japon�s. Como una matriz venturosa y sabia, las palabras pueden  llevar  una comprensi�n del fen�meno, pero son insuficientes para manifestar lo que solo puede decirse como aquella sonrisa, del Buda ante la flor dorada, o como lo se�ala Lao Tse, que afirma en el silencio, la sabidur�a.

 

Bibliograf�a

(1) Breve historia de las ideas religiosas.ed Claridad SA..Bs.As,. 1988

(1) Ensayos sobre Budismo Zen 1parte. Pag65.Daisetz Teitaro Susuki.Ed Kier Bs.As .1995  4ta.ed.

(3) Buda o la negaci�n del mundo.  Pag.15 Juan Marin ed.Espasa Calpe.Arg.1954

(4) El Budismo Zen  Christmas Humpherys.pag 43 y sgtes.Ed Dedalo.Bs.As 1998

(5)Budismo Zen y Psicoan�lis.D:T:Susuki y E.Fromm pag.136.Fondo de Cultura Economica. Mexico.1985

(6)Budismo Zen y Psicoan�lis.D:T:Susuki y E.Fromm pag.60.Fondo de Cultura Econ�mica. M�xico.1985

( 7) Zen su historia y ense�anza pag.14 .Osho Ed CAIA.Ed.2004.Madrid

(8) poema LVI- 1�.parte Tao Te  King

(9)Budismo Zen y Psicoanalisis.pag.56




 

 

                           � COMO SE LEE UN HAIKU ?                                        

                                              MARIA MARTA GARABATO

                                              En principio todas las artes del Jap�n est�n impregnadas  por el Zen ,pero para leer  un haiku, no es necesario conocer el Zen, millones de persona  lo practican sin saberlo, en su esencia, el Zen sostiene  que Dios no existe,  por que Dios es todo. El Zen, no considera a las personas como la dualidad, cuerpo alma, el alma no existe y existe, por eso los limites de la m�trica po�tica, son el precioso tesoro donde las contradicciones  se encuentran. All�, esta el verdadero �como leer un haiku�,  El poeta de haiku, occidental u oriental, sabe que maneja lo invisible,  el pensamiento a veces toca lo inexpresable, toma las palabras ,como si  fuesen  flores, la belleza conmovedora de un amanecer o el pich�n, que cae al suelo en el primer intento de abandonar el nido, sabe que las palabras no son , no sirven. todo se ha transmutado, el lector se encuentra confundido con la naturaleza, imprescindible a la vida

                                            Un haiku se lee como  si  las palabras fuesen, innecesarias, son las cosas : la luci�rnaga, el sapo, la melancol�a, la hoja que se cae inevitablemente  muerta y la que brota d�bil, llena de  tiempo. El lector de haiku, no lee la palabra ,la materializa, la construye con sus propias im�genes, la lectura es casi una obviedad, por que  el inconsciente recoge lo expresado y lo internaliza .  Todo lo que observa tiene la trascendencia de superar el ego, para entrar al yo universal, donde se multiplican los espejos, revelando el tema,  todos los dem�s acuden a repetirlo, Eso es lo magno del haiku,  es el despliegue de tolerancias de todas las ideas, haciendo surgir siempre la esperanza, la propia esperanza
 para contagiar a los dem�s, es la mejor preparaci�n .                                                                                                                                                                            

                              Dice Lin Yutan, (1) respecto a al pensamiento oriental :Algunos rasgos como la supresi�n de la idea del  � ego �  y la contemplaci�n y �viendo al Solitario�  explica como estas ideas chinas nativas  se remontan al desarrollo  del Budismo Ch�an (el zen japon�s ).Cualquier rama del  conocimiento humano, aunque sea  el estudio de la tierra  y los rayos c�smicos tropiezan  con el misticismo tan pronto como profundiza un poco , y parece que el  tao�smo chino eludi� el estudio cient�fico de la naturaleza  y lleg� a la misma  conclusi�n intuitiva  por visi�n interior unicamente .No sorprende por  lo tanto, que Albert Einstein y Chuangts�  est�n de acuerdo, como en realidad debe ser sobre la relatividad de los patrones. La �nica diferencia  es que Albert Einstein, eligi� el mas dificultoso  y, para el chino, el mas est�pido trabajo de las pruebas matem�ticas  mientras que Chuangts�  suministra el equivalente  filos�fico de la teor�a de la relatividad, la que tarde o temprano ser� desarrollada por los fil�sofos occidentales en las pr�ximas d�cadas.�

                             El haiku se lee  como un acto sublime de amor. El haiku, es amor. Dicho con trascendencia, comprendiendo que la energ�a esencial, es el Dios humano, en Cristo, en el Mes�as esperado, en  el Sin Rostro, divulgado por su profeta Mahoma , solo  amor; el todo que sustenta la vida y en la cual agazapado aparece el odio, como  el hilo que se rompe y destruye. La rueda del devenir har� que ambos se encuentren, se enfrenten y emerja un vencedor, una historia que no concluye, inevitable, el odio es consecuencia del amor y el amor un escenario total, donde el conocido amor de la pareja humana, no es  el �nico concepto del arte  de amar,  sino que se expande a la humanidad. El  amor  que habla Fromm  se relaciona con la Teor�a del hombre.(2).Cuando el hombre nace, tanto la raza humana como el individuo, se v� arrojado de una situaci�n definida, tan definida, como los instintos, hacia una situaci�n indefinida, incierta, abierta. Solo existe  certeza respecto al pasado, y con respecto al futuro, la certeza de la muerte. El hombre est� dotado de raz�n, es vida consciente  de si misma ;tiene conciencia de si mismo, de sus semejantes, de su pasado y de las posibilidades de su futuro. Esa conciencia de si mismo como una entidad separada, la conciencia de su breve lapso de vida, del hecho  de que nace sin que intervenga su voluntad y ha de morir contra su voluntad, de que morir�, antes que los que ama, o estos antes que el, la conciencia de su �separatidad �, de su desvalidez frente a las fuerzas  de la naturaleza y de la sociedad, todo ello hace de su existencia separada y desunida una insoportable prisi�n. Se volver�a loco sino  pudiera liberarse de su prisi�n y extender la mano para unirse en una u otra forma con los dem�s hombres, con el mundo exterior. Una de las tantas formas de comunicarse que tiene el hombre es el arte, Freud, sostiene que  lo sublima a este y lo exhalta a los valores de la paz. En el sendero del haiku, el lector encuentra, mas all� del solaz circunstancial, el amplio espectro de la recreaci�n, de la propia experiencia, la poes�a que  nace con la palabra, es la que siempre acompa�a en el sendero de la vida. Una repetici�n de poemas, nos sirven de alegr�a o de consuelo,  nos mimetizan con los  temas que ata�en al hombre .La poes�a er�tica  subyuga, enardece, los poetas han abierto su coraz�n y sus sentidos con tal intensidad que repetir a B�cquer o a Neruda es tomar de su espejo nuestro  rostro, y adherirnos a ese placer que el com�n de las personas puede sentir pero no siempre  pueden  expresar. El poeta siente a todos los  hombres de la tierra. En el haiku, no es as�. El lector es la mitad, del todo ,es el co-autor, no hay una lectura pasiva sino activa, la lectura no muere en las palabras penetra en las misma. En la s�ntesis, est� la libertad de imaginar. Todo lo oriental es imaginaci�n intuici�n, despu�s del intelecto, que aparece primero.(3)

 

 

                                               COMO SE LEEN LOS GRANDES POETAS

Los eternos, se leen con el inconsciente colectivo  �Qui�n es el temerario que confiesa    no le gusta Skakespeare o no entiende a Arist�teles ? Nadie osar� decir que no ha le�do el Quijote, a pesar de que Borges los ha superado, se supone que toda la Argentina ,lo ha le�do. Esa es la inmortalidad, atravesando las barreras. Ser, contra el tiempo, mantenerse inc�lume, los inmortales han llegado a lo universal, siempre rompiendo con la ortodoxia, aportando la simplicidad de lo aut�ntico y el desprecio por el ego. Son,  los que est�n en los dem�s, observando al mundo, para que despu�s sus lectores advirtiesen, que el mundo tiene el modo y la forma que le dio Arist�teles .El ser o no ser : aun est� en pie, angustiando. Por las respuestas se lee a los cl�sicos, en su pensamiento, se encuentra aquello que el lector busca, dice Krishnamurti (4 ) : S� tu propio analista. En silencio, quiz� con una sonrisa enigm�tica, mezcla de espera y casualidad los libros est�n para guiarnos. Cuando pasan los siglos y la palabra vive, los hombres descubren que todos somos Ad�n y todos somos Eva ,es cuando la f�cil leyenda  del comienzo del g�nero humano se convierte en un monumental pensamiento, entonces la persona busca lo inmenso. Con este aval, de lo universal y sublime se lee la obra de los que han quedado como sobrevivientes de la cultura,  exponentes del genio.

Como leer�amos a los grandes haikista . Tomemos  a Issa, el poeta de los animales y del dolor inconmensurable, el huerfanito, de la infancia destemplada, que acude para sobrellevar el dolor , a dialogar con los animales, reviviendo a su madre con los elementos del mundo, compensando esa dolorosa ausencia con  los animales y las plantas. El huerfanito, busca desesperado en la naturaleza un amigo, el b�lsamo de la gigantesca soledad. La frescura y  la virginal soledad de un ni�o, ante el vac�o de brazos maternos, es el que escribe

 Vente a jugar conmigo, /gorri�n sin padres.

Este haikus, se lee con el coraz�n. Si saber nada de Issa, se palpa la soledad, la necesidad de comunicaci�n. El vac�o de madre en las palabras. Aun se podr�a suponer, a un ni�o entrando en la adolescencia ,que ante un problema huye hacia los p�jaros buscando comprensi�n. Se puede entrever su mundo , que los adultos olvidan, tan negro de tristezas y de huellas psicol�gicas, El ni�o ha visto algo, le han dicho palabras que no puede soportar, las archiva en su mente y corre hacia su imaginaci�n habla con los p�jaros. En pueril mimetismo, piensa que los p�jaros son como el  : Ven a jugar conmigo/ gorri�n sin padres. En su inmenso dolor se consuela a si mismo : ven desgraciado gorri�n a jugar conmigo. Se ha dicho que este haiku lo escribi� Issa a los nueve a�os, ante un episodio cruel, su madrastra, no le prodigaba los cuidados maternales. Toda madrastra es en general una bruja desalmada , y la de este poeta, lo era en particular, al pobre ni�ito  Issa, lo mandaba  por el mundo  mal vestido, con un kimono viejo y desprolijo,  as� fu� a un festival, los dem�s, ( los ni�os son maravillosos, pero crueles) lo aislaron por su aspecto, de esta desesperaci�n  y naci� el haiku. Rodr�guez Izquierdo(5 ) sostiene que es demasiado filos�fico, punzante para la escritura de un ni�o, sostiene que lo escribi� de adulto recordando ese dolor. Aqu� , aparece  el tema de cuando tiempo, el poeta lleva en s� ,el poema y su carga de �xtasis ,evasi�n y a veces odio, por que en el autor, se desata, cuando es genial, el doble juego de escribir con amor y encontrarse con la decepci�n de lo escrito. . La poes�a es siempre aproximaci�n, el lector puede desconocer todos estos datos y leer con mucha pasi�n y empat�a el poema, logrando en su alma, mitigar sus recuerdos, y recreando el poema, que es la verdadera poes�a, la que se enciende en otra alma. Es conveniente en  la lectura de los cl�sicos tener advertencias previas, para disfrutar el texto. Aunque la poes�a no se explica, a veces la fortalece el hecho de conocer detalles, como en este caso, que otorgan mas fuerza al poema. Aunque el acto po�tico es una muda celebraci�n del inconsciente.   Quiz� el destino del haiku en este siglo XXI ser� transmitir a occidente la sabidur�a del Zen, la conquista de la libertad individual, mediante la autorrealizaci�n.

  En la segunda Convenci�n de la Fundaci�n Argentina Japonesa, realizada en el 2003, en el Centro Borges  , pude observar  la exposici�n  de unos haikus de  ni�os preadolescentes, como una intrusa empec� a leer y a sentir en m� ,la presencia del Zen en este haiku

En las ciudades

Los pobres mendigando

Y Dios... callado

Nada mas pat�tico para un argentino y adem�s ciudadano de Buenos Aires, que  la ultima y feroz crisis, no la merec�amos  y  no  la hicimos  nosotros, los que todos los dias salimos a trabajar hemos visto que las principales plazas de Buenos Aires se convirtieron en Calcuta, este haiku escrito por Malena Label  dice lo que  todos sentimos , ha realizado un acto creativo, hay Zen, hay poes�a, la ni�a ha reunido con sus palabras el inconsciente colectivo de una naci�n, ante s�, observa  la pobreza que le era muy lejana. No hay nada que decir, la ni�a lo ha dicho todo confirmando aquello de que hay muchos que practican el Zen sin saberlo .Con otro tema Daiana Kin,logra un haiku                           

Fotos antiguas 

traen buenos recuerdos

pero son viejas

Una cosa es escribir un poemita con el cl�sico dise�o de 5-7-5 s�labas y otra  es escribir un haiku. Tantan, un prestigioso y antiguo escritor del Jap�n dice que el haiku es un pu�al, esta  autora cual si fuese una  maestra consumada en sentir  el sabi y el wabi que hay en su poes�a, el sabi es lo viejo lo oxidado y la a�oranza y el wabi lo que pas� y queda. la ni�a escritora sin saber, por que no puede saberlo a su edad, incursiona  en  estas cuestiones  del alma japonesa y despu�s como si fuese una fuente de sabidur�a nos dice: pero las fotos  que traen recuerdos :son viejas, suponiendo que un adulto puede meterse en el alma de una ni�a  el verso �pero son viejas�  nos remite   la par�bola del evangelio, en el sentido de que todo el que vuelve a mirar el pasado se convierte en sal. Lo cierto que los pre adolescentes son un pozo de sabidur�a y me remito a otro haiku expuesto  de Tom�s Skanata

La luna llena

espiando la noche

detr�s del �rbol.

Frente a este haiku, se debe  escuchar el coraz�n, rescatando el ni�o todos tenemos adentro, sino los hemos asesinado ,aparece  la imagen dise�ada con una   precisi�n tal, que nuestra imaginaci�n debe recordar alguna luna llena, tan cara a los orientales, mientras los �rboles le sirven de pantalla   ,el ni�o ha visto lo que todos miramos, sin saber ,seguramente nada del inconsciente colectivo ,(los ni�os tienen su inconsciente palpitando )lo extrajo en  esta  imagen com�n  a todos, aqu� est� el talento de Freud, que dijo que todos tenemos un poeta adentro y que el �ltimo poeta morir� cuando muera el �ltimo hombre, esta lectura produce llanto en  el coraz�n .pens� que ser� de estos ni�os que han encontrado la poes�a, como se defender�n ante esta sociedad can�bal, para que no los destrocen las fatalidades, podr�n  subsistir puros , ante este milagro, por que  los mayores, a veces no logran escribir un haiku, en su vida. Estos chicos, sin saberlo son grandes poetas, como otros cientos que escriben cosas maravillosas y que despu�s cuando se les cae la m�scara de la ni�ez y entran a la adolescencia se sumergen en el caos, ante la ignorancia de padres.,abuelos y maestros ,desmemoriados o incapaces de comprender su adolescencia,  por que la sociedad, en su caos, tampoco contribuye al  respecto . la sabidur�a del Zen dice :

� La se�al del yo es siempre el deseo. El deseo es la m�scara que oculta el Zen. Nunca te sientas seguro, el hombre como las hojas es fr�gil. Cada d�a construye tu para�so. Solo tu encender�s tu l�mpara �.

El haiku, que nace en Jap�n, es la expresi�n de su lengua, se ha sostenido  que solamente en esa lengua  se podr�a escribir un haiku, Esto es una parcialidad digna de Occidente, el haiku ha tomado todas las lenguas del planeta, que se han adecuado a su m�trica: 5-7-5.  y esta m�trica en la cual se pueden ubicar los haikus de la �poca del kimono, ha dado paso a expresiones po�ticas  menores , tambi�n a extender  el poema hasta un m�ximo de 23 s�labas que compone la actual aceptaci�n en Jap�n. En Argentina el poeta y sensei  Kubota Tomiji afirm� durante toda su vida, que el haiku  era para los japoneses, lo dijo hasta los 80 a�os, en que anunci� su error  y  constituy� un grupo con haikista argentinos  denominado G�nesis, Se cuenta con un solo libro de Kubota,  elijo un haiku

En la cesta de compras 

 de una prostituta

un pu�ado de violetas  (6) 

El haiku, es  el Jap�n  estremecido de Zen en todas sus artes, incluso las marciales. Lo que nunca se separar� del haiku es el Zen, sino hay Zen solo se leer� un poema, quiz� bello, esa es la diferencia, no todos los breves poemas son haiku, se detectan con el coraz�n, si hay herida de pu�al, impacto de foto, grito, l�grimas, carcajadas hay haiku, el breve poema es una piedra arrojada al lago de nuestro inconsciente. En el cual, si se cumple el acto po�tico, ir� buscando y  encontrar�  la magia de oriente, a medida que se avanza en el sendero se comprende que las peque�as cosas son esenciales y nos aproximan a los secretos y a los misterios mas hondos que nos une con el lado desconocido de la vida, que concluye con la muerte y se ir� asociando  en un mecanismo psicol�gico profundo a  todas las artes, as� se sabr� mirando un ikebana, que estaci�n del a�o es, mediante los s�mbolos que expresan, se sentar�n en una ceremonia de t�, que es la circunstancia, la esencia es el abismo, la serenidad, la paz, la uni�n con lo sagrado. La taza llena de zen, en un momento donde dejamos de ser, para inclu�rnos en la nada, en el todo, ese milagro debe ser explicado por los occidentales que se adentran a la cultura oriental, el famoso paso por el puente, donde partimos de la orilla de la ignorancia y llegamos a la otra en la cual la comprensi�n  de todas las cosas  ilumina el cerebro y produce aceptaci�n. La gran paz, el peque�o poema, intriga para los poetas occidentales  es un elemento poderoso para la comprensi�n de la mente oriental y para iniciarnos en su cultura, una insospechada fuente de felicidad, que se logra a trav�s de un disciplina estricta, contracci�n al trabajo, alabado trabajado en todas su formas, el manual, el intelectual, paciencia, observaci�n, estudio, y la capacidad de arrojar de la mente la teor�a, para vivir solo con la intuici�n, dicen los orientales que la mejor vida transcurre cuando se la vive como un muerto, lo que significa, que cada instante tiene la fuerza del minuto final y que el tiempo es un elemento valioso, aunque a veces no sirve para nada, de acuerdo a las paradojas que es el modo de  introducir  los conocimientos del budismo y del budismo Zen en particular.      

1. Lin Yutang �Sabidur�a China �. The wisdom of China traducido del ingles ,por Alfredo Whitelow.Ed.Nueva.Bs.As,3� ed. 1959. Pag.64.

2. Fromm Erich. �El arte de amar� (una investigaci�n sobre la naturaleza del amor)Ed.Paidos.Argentina .2d.ed. 1959.pag 18

3. Lin Yutang...idem.pag.62

4. Krishnamurti .�El conflicto�.Traducido del ingles por Armando Clavier.la.ed-Ed Kier.Bs.As.1998.pag.81.

5. Rodriguez Izquierdo.�El haiku japon�s �- Historia y Traducci�n Ed.Hiperion Madrid 3�

ed.1999,pag 92.

6. HAIKU DE Tomiji Kubota .Busqueda de la belleza..1994.Bs.As,pag,32 

 



 

 

 

COMO SE ESCRIBE UN HAIKU    
                                                              MARIA MARTA GARABATO

 

                                       Cuando la inspiraci�n le llega,

                                          el  trueno parece surgir de la tierra                                                                                 

                                          Chao-Pu-Che (siglo XII ) poeta chino 

 

 

 

                             �  Como se escribe un haiku? Renegando del lenguaje, que  es solo un medio, los haikus, est�n en la  naturaleza, en la madre tierra, pachamama de los americanos, cuyos nativos, hablaban con Dios en la exteriorizaci�n de sus manifestaciones. Ellos  conoc�an  las leyes de la naturaleza, aun hoy es un misterio su di�logo con las expresiones de la mismas. El haiku en esencia, es la intima uni�n de la poes�a con la naturaleza. En Jap�n la naturaleza es parte del inconsciente  colectivo.  En el pa�s del Zen, de la cultura wabi, del despojo y la pobreza , la naturaleza es la veneraci�n com�n de sus habitantes ,que han llegado a plasmarla con una grandiosidad envidiable. Los poetas japoneses  y los dem�s artistas ,pintores, cal�grafos ,etc, encuentran en lo peque�o :el universo Dice Krishnamurti que esto es un viaje  hacia uno mismo , en  la b�squeda  de algo que es un f�n ,en si mismo. El viaje dentro de si mismo es un proceso revelador, una experiencia  constantemente liberadora  y creativa. La inspiraci�n llega cuando no se la busca .Cuando ha cesado toda expectativa y cuando la mente  y el coraz�n est�n en silencio. (1) .Zen y arte est�n juntos  en el Jap�n, toda su cultura tiene el com�n medio de expresi�n, la aptitud de recrear el mundo en su esp�ritu y transportarlo al arte. Ese es su singular estilo que lo diferencia del arte occidental, te�ido de subjetividades. Por otra parte Rodr�guez Izquierdo dice que el hecho mismo de escribir es un acto de iluminaci�n. (2).El poeta japon�s recrea en su interior  el mundo, jam�s lo transferir� en forma inmediata, llevar� dentro de s� una monta�a, reci�n cuando se sienta monta�a, la pintar�, y la monta�a tendr� la imagen de sus sentimientos. Esa experiencia se  describe maravillosamente , en este haiku, que pertenece a Ikkyu (1394-1481)

�  Y qu� es el coraz�n ?

Es el sonido de la brisa del pino

All� en la pintura.

El poeta llevar� su tormenta: rayos y truenos ,las emociones  embarazando un haiku, que siempre es trascendente. No hay observaci�n vanal, aunque aparezca como simpleza : �esa es la trampa! Para ello Buda imparti� en sus ense�anzas, el principio b�sico  :  �Duden de mi�. Lao-Tsze, se presentaba como un tonto .( 3). En esa apariencia, se esconde el inconsciente del poeta, que nunca es tibio, el haiku, tampoco: es fr�o o caliente. Es un viaje al inconsciente, cuando el lector se suma a ese viaje, el saldo puede ser su iluminaci�n :el encuentro con la luz. Debemos recordar, sin embargo, que el arte solo tiene valor en la medida que nos  dice algo. (4).A semejanza de las otras artes del Jap�n, como el teatro Noh, el tiro al arco, la caligraf�a, la pintura, el arreglo floral, el arte de los jardines, se halla por entero impregnado de budismo Zen. Su practica escritura y lectura, es  en s� misma un ejercicio espiritual. No se exagera al decir que lo que propone un haiku logrado, es una experiencia que se identifica en  menor medida con la del satori, este haiku, de Moritake podr�a ser un   ejemplo, lo escribi� observando unos monjes reunidos en  un cuarto, como el de Basho, de la rana, produce la sensaci�n de haber sido escrito, en un momento m�gico

Mirando el cuarto

veo que todos los presentes

son octubre

 

Jung, sostuvo que la experiencia del satori, era imposible para la mente occidental, por que no tiene esa captaci�n. Mientras una persona puede mirar  un bons�i, estremeci�ndose,  pendiente de la rama, y las  hojitas, que en su diminuta expresi�n reproduce la esencia , o atravesar una ciudad medieval, con un tranv�a y adoquines mientras  el silencio, recorre el cerebro y en los edificios ha quedado el esp�ritu de los grandes hombres, y  en la arquitectura o en la pintura asoma la imagen de Dios. Tambi�n, mirando en la realidad inmediata, tirando migas en una plaza y observando  como los p�jaros, aun hambrientos son desconfiados y no se engullen de primera, las galletitas que les arrojamos. En el Zoo ante ese prodigio que es un tigre, donde la majestuosidad se desplaza en cuatro patas, y nos dice  que es el rey. En un Hospital cuando la agon�a llega como todo lo inevitable y necesario. Ante la rosa, la belleza  nos arrebata y nos deja alelados, en la sensaci�n de lo inconmensurable, lo aut�ntico, despojado de toda vanalidad, o artificio .Cuando hemos logrado manejar  el sentimiento y nuestra  experiencia,  permite que la alegr�a  no salte como un cohete, ni la tristeza  sea pat�tica . Con esa vida se escribe un Haiku, en absoluto estado de vac�o interior, necesariamente con un coraz�n limpio, fuera de la orbita  de  esta tierra, en el instante que  el poeta escribe un haiku, esta junto a Dios ,acompa�ado, con el trabajo constante  del razonamiento y la investigaci�n, con todos los libros de la biblioteca, y el olvido total de todo lo que hemos le�do, sin teor�as, sin pensar, como la naturaleza, proyect�ndose cuando ha llegado el momento y el lugar, sin borradores ,  las palabras acudir�n a  traducir los sentimientos ,con muy poca correcci�n o artificio.  El rel�mpago estar� rojo, vibrante, sinuoso, unos segundos sobre el cielo, o sobre nuestra alma. C�mo modificar aquello que nos hizo temblar, o nos sacudi� el sue�o. El trabajo de pulido del poema es m�nimo :en las palabras qued� el alma del poeta, su vac�o interior, mantenido con el ombligo del silencio, aquello que nos hizo estremecer, casi nunca necesita cambios. El haiku, es lo opuesto a la poes�a com�n, donde el poeta, hace y rehace los versos, a veces hasta desnaturalizar el poema, el haiku, sale casi perfecto, como una semilla de primavera que brota. Sin embargo, dentro del microclima del poema, las palabras adquieren una magnitud especial, por eso al modificar el lugar , se magnifica la est�tica del mismo. Eso, ya lo dije, en otros trabajos, es un deporte favorito en el Jap�n, hacer cambios, pero, a diferencia de la otra poes�a, el haiku nace como una flor, solo habr� que arreglarle un poco los p�talos.

Yasunari Kawabata, (1899-1972).Premio Nobel. (5) Al recibir este premio ley� un ensayo  �El Jap�n ,la belleza y yo� y dijo :� Mas all� de los vislumbres, estas son certezas del coraz�n que existe vivo en las cosas naturales y en las creadas por el hombre. Pero este descubrimiento de la proyecci�n cordial es posible, por que tales cosas ya estaban en el coraz�n. As� lo vi� y lo dijo el poeta chino  Chao-Pu-Che (siglo XII ) en su � Escrito a pedido del sobrino de Wen-T�sien,Yan K�oyi que imitaba la pintura de bamb�es de Won Ku-k�o�

Su trabajo se parece a la lluvia primaveral,

Que hace Cuando Yu-k�o pinta bamb�es,

Los bamb�es hechos ya est�n en su coraz�n;

brota la yerba del suelo.

Cuando la inspiraci�n le llega

Parece surgir de la tierra

Diez mil brotes de bamb�es apuntan

En las laderas y en los valles

Hoy sois como Yo-k�o:

Hace tiempo que vuestro esp�ritu 

La ha dado alcance al suyo                     

 

La lectura del poema, nos lleva a ese viaje, que habl�bamos de poeta y lector hacia el inconsciente, los bamb�es ya estaban antes, y los esp�ritus se unen. Ante el texto, como no entender que nada le es ajeno al esp�ritu humano por todo ya est� dado en �l, invento y creaci�n no son sino recuerdos. Dice Rodr�guez Izquierdo (6):� la labor del poeta consiste en no ocultar nada de la realidad expresada en la imagen para que su naturaleza de Buda  se vea as� claramente...El f�n del haiku es reintegrar a las cosas  la vida po�tica que ya poseen por su propio derecho. No trata, sin mas de reflejar la belleza de las cosas, sino mas bien su significado, la parte que juegan en el conjunto ...Las diferencias deben expresarse directamente, sin vaguedad o ambig�edad. La unidad no debe expresarse ; debe   sobreentenderse  o vislumbrarse. As� se nos dice � Esa unidad ha de verse  y despu�s todas las diferencias. Tal  es la misi�n del poeta �(7)

Kubota sensei, aclara  en la Introducci�n de su �nico  libro , �Para una mejor comprensi�n del haiku, debemos partir de la ineludible relaci�n  que existe entre  el Hombre (lo  org�nico)  y la Naturaleza ( lo inorg�nico ) .(8)El haiku no busca la forma, como la tradici�n de lo irregular o la pintura de �ngulo, no quiere ser perfecto.� Para que? en la imperfecci�n se encontrar� lo absoluto ,la imperfecci�n manifiesta lo perfecto. As� como el poeta siente la llegada del poema, el peso del mismo, la densidad con que llega, y en recogimiento escucha la voz que le dicta. El poeta del haiku, sobrelleva como una cortina de nubes el momento previo a la creaci�n, las nubes est�n pesadas, el sol oculto, llega el trueno, el rayo y la lluvia, la tormenta, se ha quedado  en las palabras: sobre el papel est� escrito un haiku. El poeta  tiene una sensaci�n de alivio, parte de su alma  est� en  esas palabras que maravillosamente  pueden medirse en sus tres versos de 5,7 y 5 s�labas, casi siempre perfectas, escasas veces carece  o le sobran s�labas  , el haiku requiere poca correcci�n, el trabajo est� adentro  ,reemplazar las palabras del  original, ser�a violar la sinceridad del haiku. Adem�s el poeta,  no elige el medio de expresi�n, debe trabajar en su gabinete, y estar al tanto de lo acad�mico,  actualmente el haiku en Jap�n, puede tener menos de 17 silabas y alcanzar como m�ximo 23 s�labas, consecuencia de la evoluci�n de la poes�a   el haiku puede ser gracioso, obsceno, espiritual, siempre se refiere a la vida, jam�s un haiku pasa desapercibido, si ello ocurre no se ha escrito un haiku .Como singularidad  podemos destacar casi  no existen haikus amorosos, quiz� por que el Zen comprende todo el amor  todo lo humano .El haiku es Zen, todo lo agiganta, con  la sensaci�n de infinito que miramos el mar, las monta�as o nuestras verdades. Lo que no responde a esta entrega, aunque el autor tenga  renombre  no hay haiku .Una confusi�n  muy corriente, de  suponer que una versificaci�n de 5-7-5, es haiku,  A lo sumo a veces se puede decir que es una bella poes�a. Haiku es  lo grande en lo peque�o, No existe otra forma, es el yo, el tu, lo universal que nos pertenece saltando como un estallido,  hecho con  palabras. Buson, explica en los siguientes t�rminos  a Shooha  ,poeta contempor�neo suyo, la inspiraci�n  y el estado interior  de sus haikus...�visitando a Kikaku, yendo a ver a Ransetsu, siguiendo a Sodo, acompa�ando a Onitsura ...encontr�ndome con estos cuatros hombres  mayores, un poco apartados de la ciudad  de la fama ,pasando un buen rato en el jard�n o en los bosques, celebrando una tertulia , sobre una colina o un lago, bebiendo ,charlando ,riendo, dando valor  a lo inesperado ...Viviendo siempre de este modo me encontr� de nuevo con los cuatro contertulios un buen d�a .Un sentimiento agradable  como el de antes, cerrando mis ojos para dar salida  a un verso, abriendo los ojos cuando hab�a conseguido alguno...Inmediatamente  la existencia de  los cuatro ancianos desaparece -me pregunto donde se habr�n ido ,como hadas �Yo permanezco all� solo en �xtasis,  y el olor de las flores  est� en  armon�a con la brisa, la luz de la luna  flota sobre el agua. Este es el estado de mi haikus.( 9 ). Con respecto a este estado dice  Yasunari Tawabata   � Al descubrir la belleza que existe, al sentir la belleza que uno ha descubierto y hasta crear la belleza que uno ha sentido �las circunstancias particulares de �aquello que existe naturalmente en esas circunstancias � son muy importantes  y aun podemos decir que  son la gracia del cielo, adem�s si podemos �saber� que esas circunstancias  particulares son realmente ellas, entonces podemos decir que esto es un don del dios de la belleza  (10) 

El  haikus, reclama la complicidad del lector, el que puede coincidir o no con lo expresado, puede leerlo a trav�s de su experiencia y lo recrear�, puede modificar su lectura, leyendo de distinta manera los tres versos que se aparecen, siempre ,provocando sensaciones viscerales, cambiando las palabras de lugar, cerrando los ojos y viviendo el haiku, que es lo que sucede con el mas famoso de ellos.

El viejo estanque

Salta una rana

plop

Los lectores japoneses lo  saben,  lo llevan en la sangre ,que en definitiva, viene a ser el inconsciente colectivo, de cada naci�n, por eso , los japoneses viven con los haikus, en la escuela deben escribirlos. lo seguir�n haciendo el resto de su vida. Los lectores occidentales, a veces pasan sobre un haiku, como por un terreno minado, caminando sin tener la menor idea del valor  de los mismos. El haiku, es la poes�a  de Basho, m�stico por excelencia compenetrado con la naturaleza:

Este oto�o

siento la vejez

en los p�jaros de las nubes.

 

 

Al amanecer, silenciosamente,

Podr�a ver con alegr�a la cara de Dios

en las flores de cerezo.

 

En uno de sus escritos en prosa,; �Visita a la Aldea de  Sarashina � (11)en una narrativa conmovedora explica  como escribe  haiku. Me remito al final  del relato, antes cuenta que un sacerdote se incorpor� a �l, y a su grupo ,el motivo de este viaje era el inter�s del autor de ver  el nacimiento y la puesta de la luna en el Monte Obasute, el recorrido fu� muy peligroso, tanto que muchas veces pens� que el venerable sacerdote se iba al fondo de los precipicios ,la cuesti�n   interesa por que expone como escribe un haiku  dice:�Cuando oscureci�, buscamos posada en una humilde morada para pasar la noche. Despu�s de encender  una l�mpara, tom� tinta y una pluma y cerr� los ojos tratando de recordar lo que hab�a visto y los poemas  compuestos durante el d�a. Cuando el sacerdote me vi� golpe�ndome la cabeza, debe haber pensado que yo sufr�a por el fastidio del viaje, pues comenz� a darme cuenta  de su peregrinaje juvenil, de par�bolas de los sagrados sutras, y de los milagros de los que hab�a sido testigo.!Ay! no fu� capaz de escribir un solo poema a causa de su interrupci�n. Sin embargo en ese preciso momento, la luz de la luna, ca�a  en un �ngulo de mi habitaci�n pasando por las hojas y grietas de la pared. Al prestar atenci�n a las aldabas de madera ,y a las voces  de los aldeanos cazando gamos silvestres, sent� en mi coraz�n la soledad del oto�o consumando la escena. Dije a mis  acompa�antes : Vamos a beber bajo el brillante resplandor de la luna, y el hu�sped de la morada trajo algunas tazas. Las tazas eran demasiado grandes para considerarlas delicadas y estaban casi descoloridas ,por lo que personas muy refinadas de la ciudad hubieran dudado servirse en ellas .Me alegr� sin embargo, hallarlas en una remota  comarca  y para mi fueron mas preciosas que raras tazas azules incrustadas de joyas.� Este final, es un texto para varias reflexiones: El sacerdote no era precisamente, la reencarnaci�n de San Agust�n en monje budista, sino un torpe sacerdote, que no distingui� al poeta, y su necesidad de silencio. Ante esto, solo le qued� al pobre Basho apreciar la belleza de la luz de la luna, ya que el sacerdote le impidi� recordar los haikus que hab�a escrito en su esp�ritu, durante el viaje. Y la gran sorpresa las tazas azules, que como se�ala, eran demasiado grandes ,pero para ese lugar, se supon�an joyas. El texto indica esa unidad total de las artes en la uni�n de la belleza con el Zen. Para un erudito de la ceremonia del te, las tazas eran de estilo wabi, es decir eran pobres,  al advertir el azul, que es la coloraci�n especial de cierta cer�mica antigua, hab�a sabi es decir : pobreza, despojo,  con el sello de historia y antig�edad. El autor refleja su alma, ante el catastr�fico monje, busca la belleza, el gran  consuelo del artista, el eterno b�lsamo .No est� solo el poeta en sus desdichas, siglos despu�s  Kafka, en su libro:� Cartas a mi padre� se�ala una y otra vez la tortura que le produc�an los ru�dos que hac�an sus hermanas y que le imped�an concentrarse. A Basho le pas� lo peor que le puede ocurrir a un poeta :que alguien lo suponga triste e intente alegrarlo. El resultado de cat�strofe que esto implica y que sucede a menudo, es el motivo por el cual, la gente com�n  no aprende a distinguir y prejuzga ,sobretodo  la necesidad de soledad del artista, El artista no est� nunca solo vive en su soledad,. sabiamente Blyithy advirti� : �no hables de poes�a si no es con un poeta�  Un consejo que ning�n poeta debe olvidar, ni siquiera casualmente, en estos consorcios del siglo XXI, donde los vecinos de buena posici�n y que actuan en asociaciones  , como ejercicio de estatus y apariencias , despellejan  la soledad del poeta, el artista  padece  el concepto social,  respecto a  su estilo de vida, ignoran que el poeta no puede  sumarse  a la impiedad, de gente com�n, que nunca ver� a la poes�a, Ning�n poeta tiene amistad  con  seres inferiores seg�n Confucio, puede observar las vulgaridades, pero estas son un atentado a la creaci�n, como condena  tendr� los ojos de la gente inferior sobre su nuca , sospecharan de ese ser recogido, solitario, presumir�n  desgracias, es muy dif�cil, que la gente com�n, la que comenta injuriosamente, ofrece comidas, hace reuniones y compara sus muebles con el vecino, alguna vez sienta o se entere  que Dios camina entre las palabras que llegan con la precisi�n de un parto. Siempre  en soledad, fuera del carnaval y el alboroto ,�nicamente ,en el silencio, y a�n en la c�rceles, se supone que Cervantes escribi�  parte de el Quijote, en la varias  veces que  estuvo preso, ese lugar de torturas, de dolores, permite surgir un mundo interior, que la televisi�n de los vecinos, las querellas  de las familias, en la cual  los gritos superan las ventanas y los conflictos se desparraman por los paliers, cuando la criatura humana se muestra en esa baja faceta donde la soledad son  peleas,  discordias,  chismes, de gente  que nunca entender� la soledad como sendero, personas incapaces de estar un f�n de semana solos, entonces  deben agruparse, obedeciendo a Arist�teles que se�al� la condici�n pol�tica  y por ende social  de los hombres, una mira   hacia Dios, que  debe estar  tap�ndose  los o�dos, con los pedidos que recibe de cada habitante de las ciudades o los n�cleos humanos, un Dios fracasado desde Ad�n y Eva y no digamos de los desastres de  Judas o Ca�n, que ahora por la multiplicaci�n de la especie ya no son uno: son  demasiados. Mientras el que escribe un haiku, ese es el tema, de este  trabajo y se obvia la dem�s literatura, necesita estar  apartado, consigo mismo, percibiendo la presencia de la gran energ�a, el movimiento del universo, necesita de las palabras para decir aquello  m�gico que  ha creado dentro de s� mismo, es posible que  algui�n  lea y sienta ser el protagonista  de lo expresado en el poema, y all� llega la gran consumaci�n cuando el no elegido, se convierte en poema, por que lo siente, entonces ya no hay autor, el lector lo adquiri�, lo goza, a veces el rayo del haiku,  llega como un consejo sabio, o una advertencia ,por que ese es el objetivo de la poes�a,  no solo  mostrar la belleza, acto sublime cuando Dios desciende al planeta, toda poes�a en s�, es tr�gica, aunque no lo parezca  y es m�stica por que hablando de cuestiones inmateriales o refiri�ndose a lo carnal en sus mas �ntimos aspectos la poes�a se aproxima a lo divino, y el haiku lo hace con mas intensidad ,hay haikus que son un pedazo de Dios, inviolable aun en la palabra, el haiku, por su contenido psicol�gico abarca la conciencia universal , para que  resulte, nadie  a la ma�ana  mientras se cepilla los dientes, puede decir ,voy a escribir un haiku, el que lo hace no es poeta, son los que explican la poes�a, los que nunca har�n un poema aunque escriban infinitas p�ginas  nunca mas certero  Lao Tse cuando advierte : �El que sabe no habla� es el que sale de su departamento y a veces  no saluda por que en su interior hay un mundo lleno de lo divino , aunque los humanos que vivan con �l, no dejen de observarlo y acosarlo y darle alg�n consejo para que se distraiga y lo invitan a una reuni�n, a las que los poetas no ir�n jam�s ni borrachos, uno de los temas de la poes�a, pero es otro alcohol, es el que busca las palabras, nada que ver con el borracho social. Todos somos poetas, si sabemos escuchar el coraz�n cuando las palabras han dicho el l�mite y en el silencio suponemos el poema perfecto, que no existe y no existir�, por que solo se llega a su aproximaci�n, a�n el celebre haiku de Basho, no es perfecto, puede serlo si algui�n  con el se ilumina, entonces la creaci�n se consagra en ese acto, es la excepci�n. El poeta, que es un escritor, no tiene horario, asuetos, pero si,  vigilias, sus sue�os a veces lo ahogan, es un gran trabajador, girando la mirada por las Bibliotecas y enfrent�ndose a la obra de Borges, es obvio exclamar: � Dios M�o, cuanto ha trabajado ese hombre! aunque parezca que solo dice cosas brillantes desde su foto con bast�n, hay un trabajo intenso, y de ese trabajo intenso solo quedan min�sculas partes, Basho escribi� 2000 haikus, pero se considera que solamente 200 son  realmente buenos y as� de cada autor, se puede decir, y generalizar, que nadie es poeta sino se pasa la vida trabajando, y sufriendo aunque el milagro de la poes�a en su alumbramiento , como el milagro de la vida cuando aparece  m�gica,  es la recompensa.No se puede generalizar .Un poeta deber�a ser una persona con un buen coraz�n

En Issa , el poeta del gran coraz�n  tenemos otro ejemplo de poemas m�sticos

El ciruelo florece

el ruise�or canta

pero yo estoy solo

El viento oto�al;

La sombra de la monta�a

Tirita.

El haiku, no solamente permite al poeta tocar en alguna manera lo invisible sino que se lo acerca al lector, que no repetir� embelesado las palabras musicales como bellas sinfon�as, sino que a veces recibir� una patada en el h�gado. Esto sucede cuando se llega al terreno de las verdades universales , al interior supremo de cada uno. En el haiku de la poeta Chiyo-Jo (1701-1775) se destaca la observaci�n, la mujer advierte por el tama�o, los rastros masculinos,

Las pisadas

son de un hombre,

las primeras flores de cerezo

 

Hosai (1885-1927) directivo de una compa��a de seguros,  se volvi� mendicante y expresa el wabi, lo despojado, la melancol�a, las sorpresas de la vida :

 

� Que bella luna!

La miro solo,

Y me voy a la cama.

 

El haiku, es  majestuoso, universal,  iguala a todos los hombres del planeta. La conciencia c�smica  de la que hablaba el Dr. Suzuki .A pesar de los presagios  de que el haiku, solo era posible  escribirlo en idioma japon�s, la realidad inmediata nos muestra el surgimiento del mismo en todas las  lenguas. Los poetas de occidente sienten intriga por este  breve poema, que permite decir lo imposible. El haiku, es un viaje al inconsciente en el mismo se va desechando toda perturbaci�n, desalojando el caos de los adultos para encontrarse  con el ni�o  yacente  en el fondo de nosotros y que a veces resucita, cuando ello ocurre, se produce la iluminaci�n ; consciente e inconsciente se encuentran y disipan las tinieblas, es el hombre de las cavernas de Plat�n abandonando las sombras  y caminando hacia la luz. Un recorrido de psicoan�lisis, como propone Krishnamurti :convi�rtete en tu propio analista. Haciendo el recorrido  vaci�ndose, permitiendo que Dios o la energ�a penetre  en el ser, en soledad. En la cultura japonesa todas las artes tienden a esta situaci�n, los espadachines, deben liberar a su ni�o interior, abrir su intuici�n  mas que con la t�cnica ,manejar la espada con la intuici�n. Si aparece el hombre, sin duda advertir� detalles, sombras, y si la espada no se hace  una con el tercer ojo, no ataca : el samurai es  inconsciente,  sereno, desprovisto de yo, sin deseos,  no desea nada: por eso triunfa .Si el poeta, piensa en un haiku, y  sus s�labas, no habr� haiku, tiene que nacer de un momento especial, cuando el ser desaparece ,la voz dicta algo que puede ser inmediato o estar atascado en la mente del poeta, si el poeta logra vencer al tiempo ha alcanzado, el mas alto grado de libertad. Por eso solo podr�n ser poetas los hombres y las mujeres, las computadoras, por mas t�cnica que alcancen jam�s escribir�n un haiku, le faltar� Zen, algo esencialmente espiritual y humano . El poeta sabe, si ha alcanzado a escribir un haiku, tendr� su mensaje secreto, el mas bello ,entrar� en satori, una l�nea que divide al poeta de qui�n  no lo es. Es la bendici�n de los dioses si en su producci�n, el autor logra un satori, el haiku, merece llamarse tal, mas all� de que puede ser solo un bello poema. El desaf�o es para el lector, que debe desentra�ar si lo que lee es haiku o no. Desde ya que con los autores cl�sicos, no tendr� duda, pero con otros, debe buscar  esa respuesta, que proviene del inconsciente

Se ha dicho que el haiku no busca la belleza, en realidad es belleza, en la vida  japonesa existe la cultura de lo feo, una est�tica de la caducidad, presentes en la cultura wabi: La imperfecci�n como perfecto. En esta paradoja, decir que el haiku no busca la belleza es un error de concepto. Pretender comprender su belleza  es imposible, ajeno a las palabras, el haiku es bello, como la vida en todas sus manifestaciones, escribe Issa 1762-1827) 

Oh la primera cigarra

dijo

Y orin�

 

Y escribe Kubota sensei,  japon�s  residente  en la  Argentina en el siglo XXI

Morir�  a caballo

soy gaucho

de nacimiento

Una contribuci�n especial del Zen al pensamiento oriental, fue su noci�n  de que las cosas terrenales tienen  la  misma importancia que las espirituales. (11) Freud, se�al�, que el fin del psicoan�lisis es hacer consciente el inconsciente, mediante la apertura, para llegar al estado de bienestar, no f�sico sino como plena uni�n de la percepci�n incontaminada del mundo. El sentimiento del inconsciente es mucho mas b�sico, mas primario se�ala la edad de la inocencia, cuando todav�a no se ha producido el despertar de la conciencia de la llamada naturaleza ca�tica, que es simplemente el campo que se niega a ser medido por las reglas ordinarias del raciocinio. Nuestra conciencia es una peque�a isla en el oc�ano que rodea a la tierra, pero esa isla peque�a nos permite comprender la dimensi�n de nuestro inconsciente, si la persona lo advierte para descubrir su problema, y para cambiar, se habr� hecho el trabajo que indican las religiones, tales el Zen y  en forma distinta el psicoan�lisis. En cuanto a los dones no todos llegan con su documento al planeta para ser artistas  o artesanos, pero todos pueden tener la singular mirada de ser los artistas de la vida. El maravilloso camino del Zen se har� maravilla,  siempre  que sus adeptos : � Cuando comen, coman y cuando duermen duerman,� saben que la vida es una sorpresa y la sorpresa es vida .Un hombre  due�o de si mismo donde quiere que se encuentra se conduce con fidelidad  asimismo, seg�n el poema de Bunan,el maestro Zen del siglo XVII

Mientras vivas

S� un hombre muerto,

Absolutamente muerto,

Y actua como quieras,

Y todo est� bien

Por eso a pesar de los presagios de que el haiku, solo era posible concretarlo mediante el idioma japon�s, la realidad inmediata, nos muestra el surgimiento del mismo, en otras lenguas. El �momento del haiku� cuando se hace materia en su construcci�n es ajeno a las razas y a la divisi�n oriente �occidente. El min�sculo poema como el p�jaro negro que habita en las Cataratas del Iguaz�, con su peque�o cuerpo supera el peso del agua, en las gigantes ca�das  y vuela a trav�s de las cortinas abismales ,en un  colosal desaf�o  El peque�o poema japon�s debe hacerse  vuelo en occidente  transportando la magia del Zen. La identidad del arte japon�s  pura m�stica. Lo sublime, accesible a lo humano. como el acto  de sabidur�a de Kubota sensei, poeta japon�s, radicado en Argentina, que neg�  siempre la capacidad de los argentinos de escribir haikus, y a los 80 a�os, reconoci� su error, dijo si .cuando hab�a dicho no y  form� con sus alumnos el grupo G�nesis, donde quedo plasmada la valent�a de un maestro, en los pocos cuadernillos de poemas que son luces..,sobre ellos ha ca�do la lluvia de la  primavera  . Argentina, tiene valiosos haikista, que han brotado como en todo el planeta de ese punto callado y remoto hacia el cual vamos , cada d�a transitando nuestro senderos, con nuestras reflexiones y nuestra capacidad de hacer de lo feo: lo bello, de lo malo: lo bueno, de sentirnos capaces de enfrentar el espejo y arreglarnos frente al ,para realizar  nuestro cambio, quiz� el �nico motivo por el cual hemos llegado a este lugar.

 

BIBLIOGRAFIA

1-KRISHNAMURTI J. El conflicto.Ed kier.Bs As.1999. pag.14

 2- RODR�GUEZ IZQUIERDO Fernando.El Haiku japon�s Historia y Traducci�n 3�,ed.1999 Ed.Hiperion.Espa�a.pag 136.

3- LIN  Yutang.Sabidur�a China Ed.Biblioteca Nueva.3�,ed.Bs.As.1959. pag 21

4- OKAKURA Kakuzo. El libro del t�..joise J de Ola�eta,Editor.Espa�a.2000

5- HAIKU Selecci�n Reynaldo Jimenez.Ed.Leviat�n.Bs.As1997

6-R.Izquierdo idem.pag.30

7.-idem ver pie pag.31.

8. KUBOTA Tomiji  Haiku .1994.Bs.Asahsiku.pag3

9-R.Izquierdo pag.89

9.Haiku..selec..pag.101

l0-Haiku selec.pag.48

11-OKAKURA  Kakuzo pag.38

 





                       APROXIMACI�N   AL HAIKU LIBRE

  (breve poema)
  "No sigan las huellas de los antiguos busquen lo que ellos buscaron"
   (Basho 1644-1694)


Cuando el poema aparece en la palabra, ha estado un tiempo conviviendo con
el poeta.  �Cu�nto tiempo?  A veces, una vida, otras un instante.  El poema
haiku, siempre es experiencia.  Jam�s aparece sin la previa intuici�n que libera a la poes�a.
La mas elevada poes�a se abreva en la intuici�n, de all� el milagro de lo
creado y el misterio con que nace:  incompleto, siempre incompleto.  Jam�s
se colma, puesto que t�citamente el poema, se encuentra en lo que no se ha 
dicho.
Por eso la lectura de un poema, tal el haiku, encontrara en el silencio, la total
expresi�n.
Si ocurre, el poema habr� alcanzado, casi el estado perfecto del logro.
Quiz� esto es la clave de los haiku, los legendarios poemas japoneses,
insustituibles por su brevedad irrepetibles por la fon�tica del idioma
japon�s, que los hace �nicos.
La brevedad, es patente en el haiku, lo expresado puede ser de tal magnitud,
que incluya el universo.  Si el haiku, se ha logrado, puede llevar al autor
y al lector a un estado de satori, que como toda plenitud, no se alcanza de
improviso.
El haiku, comprende toda la realidad, y puede ser gracioso, pero en su
esencia es un poema m�stico, la puerta hacia el misterio no develado de la
ultima energ�a o la gran fuerza.  El haiku es una respuesta al poeta, �l
sabr� si ha llegado al esp�ritu del poema, cuando se mimetiza en el haikus,
que acaba de llegar y lo convierte en la nube, los girasoles, o todo lo que
sucede en la tierra donde ha puesto los pies, o sobre la que vuela.  El
haiku llega, r�pido preciso, inagotable, certero, en la propia tormenta, son
los rel�mpagos de la espiritualidad que se convierten en palabras, de otro
modo seria imposible entender, algo que parece sencillo, inocente, obvio,
apartado de la musicalidad de la poes�a en s�.  Veamos el siguiente haiku
del poeta japon�s Buson (1):
Ante los crisantemos blancos
las tijeras  vacilan
un instante
El poema exhibe los crisantemos en su planta, henchidos de vida, en 
plenitud y las tijeras que ser�n la muerte, o el exilio, es la planta
sensitiva que se apresta al corte, las flores, el metal de las tijeras que
vibran y son filosas, o no, el tiempo:  un segundo, o imprevisiblemente,
largo como toda muerte.  As� seguir� el poema, quieto con sus letras fijas,
exhausto, o con los crisantemos en un vaso de agua.  Quiz� esto es la clave
de los haiku, la brevedad de su contenido puede llegar a tales alcances que
suplante la extensi�n.  En un haiku, no hay indicaciones ni advertencias: 
el lector debe hacerse haiku y lograr por s� y por su experiencia, colmar o
aun desbordar su contenido.  Esto es sabido para los lectores de estos
poemas, que exceden la frontera del Jap�n y se han difundido en todo el mundo.
Escribir un haiku, es un proceso espiritual, dentro del cl�sico 5-7-5
que se refiere a las s�labas que deben contener sus versos.  En total un
haiku ortodoxo est� compuesto por diecisiete s�labas, que en muchos casos
resultan excesivas.  El haiku necesita la convivencia o la complicidad del
lector, el que no podr� llegar a �l sin la previa experiencia del Zen. 
Solamente con este antecedente cultural, puede aproximarse al poema.  Es
cierto que los ni�os leen y escriben, haiku, lo mismo que los adolescentes? 
Pero quien mejor que un ni�o para hacerse p�jaro o tigre o laguna o pez?  O
mirar la realidad con tanta pureza que percibe el lenguaje de los perros o
los gatos.  Eso es el haiku, la materializaci�n en la palabra de lo que nos
rodea, no como fr�a piedra o madera oscura sino vibrando y siendo parte
nuestra.  Huppert Brooke, afirmo, quiz� en un momento de gran vehemencia: 
"Hay solamente tres cosas en el mundo:  una es leer poes�a, la otra es
escribir poes�a y la mejor de todas es vivir la poes�a".
Imposible vivir un haiku, sin el conocimiento del Zen, porque es un arte
inspirado en la vida interior, las ideas se comunican desnudas, tan despojadas,
que suelen ser sugerencias (2).
El Zen convive con el pueblo japon�s.  Forma parte de lo cotidiano.  Es
lo invisible presente, en todas las artes, el ikebana, arreglo floral, se
resume en pocas flores, casi sin hojas, pero en la sencillez se encuentra el
universo.  Del mismo modo la ceremonia del t�, que no es un rito de
cortes�a, ni el sucesivo cumplimiento de pasos que culminan en las tazas. 
El Doctor Suzuki dice que en la mesa pueden estar dos personas, una con una
taza llena de t�, la otra con su taza llena de Zen.
El Zen es lo indefinible, una manera de expresarlo seria;  �es esto!
Trasciende las palabras, elude dejarse atrapar por cualquiera de las dos
trampas:  la afirmaci�n y la negaci�n porque ambas limitan lo infinito, encierran
lo ilimitable.
Es la vida misma, el Zen es un amanera de mirar la vida, en forma
directa, cuando las cosas se ven como son y al mismo tiempo, como aspectos
entremezclados del todo.  Todas las cosas son un fin en s� mismas, pero no
tienen fin.  Todo es puro para los puros.
Traducido a Occidente y a la religi�n cat�lica podemos decir que esto
tiene sus paralelas en aquello de:  �Mirad los lirios del campo! la
sentencia del Cristo, sobre la mirada:  dejar hacer someterse al todo, a
esos lirios no les falta nada ni necesitan nada, porque est�n en armon�a con
la tierra, pero quien los mire, debe ser puro, sintiendo que el Cristo es el
maestro y esta instalado en su pecho de otra manera, las palabras del Evangelio
no tienen significaci�n.
El sentido del Zen, se encuentra en la religi�n mahometana, en los
suf�es, sus "m�sticos" mas ac�rrimos, dan infinitas vueltas en sus danzas
circulares en busca de la cumbre de la espiritualidad, buscan desesperados
el rostro de Dios, que les esta negado conocer en este mundo.
El profesor R. A. Nicholson, en sus estudios sobre el misticismo
Isl�mico, se�ala que en el poema del Progreso M�stico, existen fragmentos
donde se repiten el sentimiento Zen...  "Dondequiera hallemos una pieza de
literatura m�stica no deja de sorprendernos la intima armon�a de pensamiento
y sentimiento que resuena en la hondura del alma humana, sin entrar a
considerar sus diferencias occidentales externas"  (3).
Los japoneses lo encuentran al Zen en la naturaleza no en los libros. 
�Hab�is notado como quedan pulidos y brillantes los guijarros del camino
despu�s de la lluvia?  Verdaderas obras de arte?  Y las flores?  Las
palabras no pueden describirlas, solo se pueden murmurar Ah!  de admiraci�n.
  Un bonzo  japon�s, escritor dec�a que uno deber�a entender el ah!! de las
cosas.
El proceso del Zen es un salto del pensar al saber, de la experiencia de
segunda mano al conocimiento directo.  Para los que no pueden dar ese salto
hay que construir un puente que luego se desechara, pero ha servido para
llegar a la otra orilla.
El satori es la medida del Zen, tambi�n del budismo porque surge a
partir del satori o iluminaci�n del Buda, sin lo cual carece de sentido, los medios
son tan numerosos como los que intenten los hombres para alcanzarlo. 
Un medio especifico son los koan, son las pruebas que los maestros imponen a
sus disc�pulos, sin perjuicio de que existen muchas personas, que nunca
oyeron hablar de los koan y lograron el satori, "el mero hecho de tender ese
puente implica ya un enorme esfuerzo  �GOLPEA Y TE ABRIRAN!  es una
afirmaci�n verdadera.  Asimismo es verdad que "toda nuestra existencia debe
arrojarse por la puerta (4).  La preparaci�n es larga pero depende de cada
uno, dado que el hombre es su mente y que la mente es resultante clara de
causas que fragu� en el pasado...  Los esfuerzos que se necesitan hacer son
igualmente variados, y lo �nico que tienen en com�n es que nosotros debemos
hacer el esfuerzo personal para lograrlo.  (4)
Infinidad de haiku han sido escrito bajo los efectos del satori, y obedecen a una
cultura budista, esto es un detalle que suele obviarse cuando se habla de los 
poemas japoneses, y se los admira por la brevedad de su m�trica, algo que
intriga al occidental, cuando en realidad est�n escritos, cuando se liberan en un
periodo de satori del autor o del lector.
Basho, el poeta mas famoso del Jap�n, era samurai de nacimiento, pero
decidi� voluntariamente su exilio convirti�ndose en vagabundo, consagr�ndose
a la poes�a, haci�ndose famoso por el mundialmente celebre haiku, traducido
por Blythy
El viejo estanque
salta una rana
plop.
Cuando el autor miraba el estanque era su agua, la rana y el ruido, era toda
su vida de desventura, devenida en un satori, que se traslada al lector.
Cuando se ha vivido, un satori, solo se espera su regreso, por el grado de paz
y de conocimiento que se adquiere, simplemente por si mismo, obviando
los intermediarios, por los infinitos caminos que el dolor va marcando cada
lugar de la inconsciencia, hasta despertarnos, en la aceptaci�n de nuestros
errores, de las desdichas y de lo que inevitable va a ocurrir porque tiene
que suceder, solo en eso la mirada debe ser expectante, en la realidad de
cada instante, que desaparece, en el recuerdo del tiempo de satori. 
Entonces la vida tiene un solo deseo, tener otro satori, que llegara si no
hemos perdido la mirada de pureza.  Sin duda el samurai, devenido a poeta,
tan lejano en el tiempo, haya desechado todo lo que se opusiera a lograr el
estado b�dico de iluminaci�n.
"Mencio tiene raz�n al manifestar:  Que cuando el cielo quiere perfeccionar
a un gran hombre, lo pone a prueba de todos los modos posibles,
hasta que este sale triunfante de todas sus dolorosas experiencias" (6)
El Zen propone la soluci�n de los problemas apelando al modo directo a
los hechos de la experiencia personal y no al conocimiento libresco.   Todo
lo intelectual tiene una enorme capacidad perturbadora.
Heidegger, afirma que "todo gran poeta poetiza a partir de una �nica
poes�a.  Su grandeza se mide por el grado de fidelidad a ella."  Y agrega: 
"Las poes�as particulares solo alumbran y resuenan desde el lugar de la
poes�a"  (7).
La poes�a es universal, la m�trica solo es una forma, el haiku, posee
una particular m�trica de la s�ntesis, pero el poema no tiene fronteras ni
sangre ni piel, quiz� lo �nico com�n, sea el silencio donde esperan a las
palabras que a veces son un obst�culo, para lograrlo.  En el vac�o, que no
es tal, sino que est� lleno, espera el esp�ritu del haiku.  Entonces por qu�
adherirse en �l a la rotura de las formas, por qu� adherirse a las diecisite
s�labas, cuando se pueden decir con menos, por qu� no avanzar, en la
b�squeda de lo inalcanzable cuando las palabras sobran.
Cuando aparece as�:
escondida

la noche
no me encuentra
o as�
cabello gris

dice
mi nombre

Por qu�, no dejarlo, del modo con que ha estallado.  Falta de pulimento?
Incapacidad para completar la m�trica.  Es sinceridad.  Tambi�n
aproximaci�n a lo autentico.  Si se ha liberado con esas palabras, para qu�
agregar mas.  Aun cuando por oficio seria muy f�cil en hacer del haiku breve
un haiku ortodoxo:

                                 CABELLO GRIS
en este atardecer
DICE
MI
NOMBRE

Eso seria una traici�n a la verdad, porque cuando el poema quiere ser
ortodoxo, se presenta con esa m�trica.  Ignorar estos haikus, es ignorar que
dentro de los poemas, tanto occidentales como orientales, el haiku, est�
presente, solo hay que descubrirlo.
En su versi�n libre, ha querido ser mas breve que lo breve. Aunque en el
Jap�n  actual el  haiku libre puede llegar a las 23 s�labas.
Alguna vez anhel� escribir un poema de una sola palabra, lo he tenido
adentro toda mi vida, pero las palabras conocidas no alcanzaban.  La lengua
japonesa me permita expresarlo, en este breve poema:
ah!.


BIBLIOGRAFIA
(1) Haiku.  Selecci�n Reynaldo Jim�nez.  Ed. Leviatan.  Bs. As. 1997. 50
(2) Humphreys Christmas "El budismo Zen" Ed. Dedalo. Bs. As. 1978. Pag. 92
(3) Daisetz Teitaro Suzuki "Ensayos sobre Budismo Zen" Ed. Kier. Bs. As.
1995. Pag. 402
(4) Humphreys Christmas. Pag. 40
(5) Idem, pag. 140
(6) Suzuki, pag. 15
(7) POESIA de Georg Trakl.  Con un estudio de Mart�n Heidegger.  Ed.
Carmina. Bs. As. 1970, pag. 8

Gracias a Mar�a Marta Garabato por este interesante Ensayo










                                                      Breve introducci�n al haiku

No importando su tama�o, esta fulguraci�n l�rica que nos trajo del Jap�n el maestro Matsuo Basho, nos permite encerrar en ella la misma pasi�n que se expresa en un poema cualquiera. Basho ha sido muy estudiado por los poetas hispanoamericanos, gracias a las traducciones de los biling�es, dentro de los cuales no podemos dejar de mencionar a Octavio Paz. Julio Cortazar quien toma la frase "Salvo el crep�sculo" del maestro Matsuo Basho, para titular uno de sus textos, tom� este tema de una traducci�n de Octavio Paz, en colaboraci�n con Eikishi Hayashiya de un haiku de Basho. La mayor�a de los hispanos escritores de haiku han conocido la l�rica Japonesa gracias a las traducciones al ingl�s y al espa�ol hechas por estos poetas hispanos que han dejado huellas en nuestros viajes po�ticos hacia el Oriente. Basho contin�a la tradici�n del haiku, pero expresa con medios nuevos, -como dice Octavio Paz-, el mismo sentimiento concentrado de la misma poes�a cl�sica. Basho busca lo que buscaron los antiguos pero no lo hace por el mismo camino.

En Am�rica latina el escritor de haiku m�s estudiado es Jos� Juan Tablada, que aunque no siempre conserva la tradici�n japonesa de las diecisiete s�labas y en la mayor�a de sus haikus aparece la rima �no propio de los japoneses-, su introducci�n del haiku a M�xico ha tenido tanta importancia, que yo dir�a que ha sido el paradigma para los poetas mexicanos escritores de haiku, dentro de los cuales podemos mencionar a: Bodet, Villaurrutia, Pellicer, entre otros.

Borges, quien tambi�n escribi� haiku y, que en algunas de sus obras, demuestra su gran conocimiento de la l�rica japonesa, a diferencia de Tablada nunca se apart� de las reglas cl�sicas japonesas. Todos sus haikus siguen la estructura de las diecisiete s�labas, distribuidas de la forma (5-7-5).

Mario Benedetti afirma que considera al haiku como un envase propio (Aunque para apropiarse de la t�cnica del haiku y llevarlo a su entorno latinoamericano�, pide perd�n a Basho, Buson, Issa y Shiki. Benedetti no se sale de las reglas cl�sicas del haiku � �he querido que mis haikus no se desv�en en ning�n caso del (5 - 7 - 5). Esta fidelidad estructural es, despu�s de todo, lo �nico verdaderamente japon�s de este modesto trabajo latinoamericano�. (Rinc�n del haiku, p. 11). En este texto Mario Benedetti deja bien claro que se puede escribir un haiku de su propio tema, aunque en la mayor�a de los haikus japoneses, el tema central es la naturaleza. Digo esto, porque algunos escritores han definido el haiku como un poema de 17 s�labas distribuido de la forma (5 - 7 - 5), cuyo tema es la naturaleza.

En esta forma po�tica debemos hundirnos en el ambiente mismo de la poes�a como se har�a en todo poema. No creo que sea pertinente limitarnos a un tema en espec�fico. En todos los haikus de Benedetti podemos ver ausencia de rima y el equilibrio en la m�trica, lo cual es una de las principales caracter�sticas de la poes�a japonesa, a pesar de que no se somete a usar las mismas im�genes y temas que los japoneses, como el mismo lo expresa.

Todos los escritores de haiku, en nuestra lengua, reconocen al gran escritor mexicano Jos� Juan Tablada, por haber introducido a M�xico el haiku, pero Tablada no siempre conserva la m�trica (5-7-5).


La mayor�a de las personas que han escrito sobre el haiku hacen menci�n de la m�trica (5-7- 5). Para algunos autores el haiku se deriva de un poema japon�s llamado Hokku que era la primera parte del Tanka, forma po�tica tradicional que aparece publicada en una antolog�a en el siglo VII. El primer Haijin -como se denomina a los escritores de haiku-fue Matsuo Basho(1644 - 1694). Este excelente maestro del haiku, tambi�n escribi� varios haibun. El haibun (libro de viajes formado por prosa y poes�a combinada. "Senda de Oku� es un libro de haibun de Basho, fue publicada por la Imprenta Universitaria de M�xico en 1957, traducido por Eikichi Hayashiya y Octavio Paz. Su segunda edici�n publicada en Barcelona, 1970 (Barral Editores). Dice Octavio Paz: �En este breve cuaderno, hecho de veloces dibujos verbales y s�bitas alusiones-signos de inteligencia que el autor cambia con el lector � la poes�a se mezcla a la reflexi�n, el humor a la melancol�a, la an�cdota a la contemplaci�n. (Las peras del olmo p.116).

El haiku de Basho es inspirado en la contemplaci�n de la naturaleza por lo que se�al� m�s arriba, que algunos autores dicen que el tema central del haiku es la naturaleza. En mi opini�n, depende de la experiencia del poeta, de la relaci�n con su medio, de sus sentimientos, de su vocaci�n como poeta. Un haiku de Basho que ha sido muy estudiado es:

Este camino
nadie ya lo recorre
Salvo el crep�sculo.

En el siglo XVIII, sobresalen los escritores de haiku: el pintor Yosa Buson
(1716 - 1783) e Issa Kobayashi (1762 - 1826). Veamos un haiku de Issa
Kobayashi:

Cay� bocarriba
la cigarra de oto�o
Y sigue cantando.

Otro gran Haijin, el m�s destacado del siglo XIX, fue Shiki (1867 - 1902). Este reubica al haiku desde una perspectiva escuetamente formal frente a una nueva poes�a. Shiki, se convirti� en el �nico agente de la poes�a haikista japonesa.

________________
Hermes de Paula,
Santo Domingo, R.D.
Febrero, 1999.




Haiku o Jaiku  

                                 Alfredo Lavergne

�Que significa la palabra haiku?

Que suceder�a si intent�ramos aproximarnos a la esencia de lo que es un haiku, pregunt�ndonos �qu� significa la palabra haiku? �Aclarar�a de alg�n modo aquello que lo diferencia de otros g�neros po�ticos y le da su particular sello distintivo? Para responder a estas preguntas es necesario una primera precisi�n. El significado de la palabra no se resuelve s�lo etimol�gicamente, pues hay distintos modos de interpretarla de acuerdo al per�odo hist�rico y a�n a la concepci�n est�tica de los poetas de haiku.

Alrededor del siglo X en Jap�n el t�rmino haikai se refer�a a un ejercicio po�tico que buscaba la comicidad y en �ltima instancia la diversi�n. As� la palabra "hai" podr�amos traducirla como "algo divertido, c�mico". Es necesario precisar que la palabra haikai era de origen chino y que ten�a como equivalente en el idioma japon�s la palabra "kokkei" que significa, humor, ingenio, comicidad etc. (1) A su vez el haikai era una forma po�tica popular por contraste con formas de arte m�s refinadas que eran las que se practicaban en la corte imperial.

 Con el paso del tiempo el haikai se asoci� a un estilo de composici�n  po�tica tradicional llamado Renga. Ren significa "ligar, secuencia" y Ga significa poema. El Renga era compuesto en grupo por varios poetas. Surge as� una variedad del Renga, el llamado: Haikai-no-Renga, que eran  haikai ligados entre s� y que contrastaba -como hemos visto- con un estilo de renga m�s preciosista y elitista. Su mecanismo de composici�n era el siguiente: El primer poeta compon�a el primer poema utilizando el esquema sil�bico 5-7-5, el segundo le respond�a con un nuevo poema utilizando el esquema sil�bico 7-7 y el tercero repet�a el esquema sil�bico inicial y as�. Ten�amos as� cientos de poemas ligados  de acuerdo al esquema poema-respuesta-poema-respuesta y que silabicamente era as� 5-7-5, 7-7; 5-7-5, 7-7; etc.

Este tipo de composici�n era de alg�n modo una forma de rebeld�a contra el refinamiento del arte aristocr�tico y como dice O.Paz utilizaba el "habla de la calle", "el lenguaje de la burgues�a urbana" por oposici�n al las del "campesino, cl�rigo y el arist�crata". (5) Son considerados sus creadores (del haikai-no-renga) los poetas Yamazaki Sokan (1460-1540) y Arakida Moritake (1473-1549). Posteriormente el poeta Matsunaga Teitoku (1571-1653), refin� a su vez este tipo de haikai, para despojarlo de todo tipo de vulgaridad, manteniendo su comicidad e ingenio. Comenz� a popularizarse en forma generalizada poco despu�s de comenzado el per�odo Edo en la historia del Jap�n. (1603-1868)

 Ahora bien el primer poema que iniciaba la sucesi�n del haikai-no- renga se le llamaba "hokku" que significa poema inicial y que requer�a el uso del kigo (palabra que lo sit�a en una estaci�n determinada el a�o). El que le segu�a  se llamaba "tsukeku" que significa respuesta.

  Matsuo Basho fue un poeta muy afamado en el arte del haikai. Ahora bien, Basho tom� el primer poema - el "hokku" - y lo independiz� de la creaci�n grupal y por ende del renga, llev�ndolo a una nueva dimensi�n est�tica  y expresiva (muchos eruditos consideran que lo dot� de espiritualidad.

Ahora bien hoy en d�a cuando nos referimos a los poemas de Basho los llamamos haiku. Pero hay que tener en cuenta que Basho los llamaba "hokku" o "ku" "haikai" pero - insisto en ello- en una nueva dimensi�n ya sea est�tica, expresiva o espiritual.

En cuanto a la palabra "ku", en su significado estricto podr�a ser traducida como "estrofa o frase (po�tica)". Despu�s de Basho la palabra "ku" tambi�n comenz� a designar una estrofa po�tica con el esquema sil�bico 5-7-5.

 Por lo tanto si nos guiamos por la etimolog�a y su
 primera modalidad (comicidad, diversi�n, ingenio humor�stico) estrictamente hablando, su significado y traducci�n literal ser�a la siguiente: "versos 
para entretener, divertirse, c�micos, humor�sticos, etc.". Su equivalente en ingl�s ser�a:  "play verse"

 Desde el punto de vista hist�rico, haiku era una abreviaci�n del t�rmino haikai-no-ku y se utilizaba para designar cualquiera de las estrofas po�ticas  en la sucesi�n de poemas en el haikai-no-renga. Su aparici�n como palabra se remonta a un documento sobre haikai publicado en 1663. (1)

 En cuanto a un sentido m�s abarcativo, como lo es el contempor�neo incluye un mayor y m�s amplio contexto. Significa en primer lugar, un g�nero y forma po�tica derivado del poema inicial del haikai-no- renga (hokku), que en manos de los grandes maestros ha alcanzado el nivel de un arte depurado en su car�cter est�tico-expresivo y en su alcance (por ejemplo la espiritualidad en Basho, el sobrio naturalismo en Buson, el ingenio y la mirada aguda en Issa, etc...) Fue Masaoka Shiki, quien utiliz� el t�rmino haiku en forma sistem�tica designando as� a sus poemas para diferenciarlos e independizarlos definitivamente del "hokku" caracter�stico del haikai-no-renga, generaliz�ndose a partir de �l esa nominaci�n, asent�ndose como un g�nero por derecho propio.

Lo que sucede es que Shiki (1867-1902) intent� refundar el haiku estableciendo el uso del 5-7-5 y del kigo como obligatorios y a la vez dotar de nueva vida al g�nero, que se encontraba en decadencia. De este modo es a partir de Matsuo Basho que el haiku comienza a distanciarse del haikai y con Masaoka Shiki adquiere definitivamente un estatuto propio e independiente de sus or�genes, generaliz�ndose la denominaci�n "haiku" para este g�nero nacido del "hokku" del "haikai-no-renga". Pero esto no significa que el haiku no pueda contener en ocasiones, elementos de humor. Tanto en Basho, Issa y Shiki �stos est�n presentes, algunas veces en forma directa y otras en una levedad exquisita.

 En la �poca actual para muchos poetas la palabra designa un g�nero po�tico con un esquema sil�bico 5-7-5, particularmente en Jap�n donde ya la palabra hai como adjetivo no tiene un significado espec�fico y nadie repara en ella. Para ellos lo que importa es que un haiku es un poema de 5-7-5 s�labas y -para aquellos que siguen a Shiki o a la escuela tradicional- con el uso obligatorio del kigo.

  Sin embargo un muy importante grupo de haijinx en Occidente ha comenzado un movimiento que seg�n ellos intenta "rescatar el hai, en el haiku" Ellos se�alan que gran cantidad de haiku de los maestros antiguos (Basho, Issa, Buson) poseen un especial toque de humor en el sentido de un ingenio muy sutil pero a la vez profundo. Por ende se dedican a componer este tipo de ku, donde el humor y el ingenio sutil predominan. (4) No olvidemos tambi�n que quien escribi� el primer haiku en espa�ol fue el escritor mexicano Juan Jos� Tablada quien llamaba a sus poemas "haikai" y no  "haiku". Al leerlos se comprende inmediatamente porque los llamaba de esa manera.

 Tambi�n es de hacer notar que un "haiku" para muchas escuelas no necesariamente debe seguir el esquema 5-7-5 ni incluir un kigo. Es una forma que podriamos llamar haiku libre. Tiene antecedentes en Jap�n. Esto supone la inclusi�n de temas que eran completamente ajenos a los maestros fundadores y con  ausencia de m�trica sil�bica. (3)    De este modo, el haiku fue objeto de muchas tendencias y renovaciones en Jap�n y luego en Occidente. (2)

Resumiendo: El significado de la palabra haiku en la actualidad, es m�ltiple, polis�mico,  de acuerdo a la �poca hist�rica, tendencias est�ticas y expresivas de las diferentes escuelas de haiku que consideremos. No olvidemos que un g�nero po�tico tan cultivado no es un esquema monol�tico ya que a partir de su fundaci�n se diversifica vertiginosamente, como es el caso. Lo importante pues, es recordar qupara entretener, divertirse, c�micos, humor�sticos, etc.". Su equivalente en ingl�s ser�a:  "play verse"

  Desde el punto de vista hist�rico, haiku era una abreviaci�n del t�rmino haikai-no-ku y se utilizaba para designar cualquiera de las estrofas po�ticas  en la sucesi�n de poemas en el haikai-no-renga. Su aparici�n como palabra se remonta a un documento sobre haikai publicado en 1663. (1)

  En cuanto a un sentido m�s abarcativo, como lo es el contempor�neo incluye un mayor y m�s amplio contexto. Significa en primer lugar, un g�nero y forma po�tica derivado del poema inicial del haikai-no- renga (hokku), que en manos de los grandes maestros ha alcanzado el nivel de un arte depurado en su car�cter est�tico-expresivo y en su alcance (por ejemplo la espiritualidad en Basho, el sobrio naturalismo en Buson, el ingenio y la mirada aguda en Issa, etc...) Fue Masaoka Shiki, quien utiliz� el t�rmino haiku en forma sistem�tica designando as� a sus poemas para diferenciarlos e independizarlos definitivamente del "hokku" caracter�stico del haikai-no-renga, generaliz�ndose a partir de �l esa nominaci�n, asent�ndose como un g�nero por derecho propio.
Lo que sucede es que Shiki (1867-1902) intent� refundar el haiku estableciendo el uso del 5-7-5 y del kigo como obligatorios y a la vez dotar de nueva vida al g�nero, que se encontraba en decadencia.

De este modo es a partir de Matsuo Basho que el haiku comienza a distanciarse del haikai y con Masaoka Shiki adquiere definitivamente un estatuto propio e independiente de sus or�genes,
generaliz�ndose la denominaci�n "haiku" para este g�nero nacido del "hokku" del "haikai-no-renga". Pero esto no significa que el haiku no pueda contener en ocasiones, elementos de humor. Tanto en Basho, Issa y Shiki �stos est�n presentes, algunas veces en forma directa y otras en una levedad exquisita.

En la �poca actual para muchos poetas la palabra designa un g�nero po�tico con un esquema sil�bico 5-7-5, particularmente en Jap�n donde ya la palabra hai como adjetivo no tiene un significado espec�fico y nadie repara en ella. Para ellos lo que importa es que un haiku es un poema de 5-7-5 s�labas y -para aquellos que siguen a Shiki o a la escuela tradicional- con el uso obligatorio del kigo.

 Sin embargo un muy importante grupo de haijinx en Occidente ha comenzado un movimiento que seg�n ellos intenta "rescatar el hai, en el haiku" Ellos se�alan que gran cantidad de haiku de los maestros antiguos (Basho, Issa, Buson) poseen un especial toque de humor en el sentido de un ingenio muy sutil pero a la vez profundo. Por ende se dedican a componer este tipo de ku, donde el humor y el ingenio sutil predominan. (4) No olvidemos tambi�n que quien escribi� el primer haiku en espa�ol fue el escritor mexicano Juan Jos� Tablada quien llamaba a sus poemas "haikai" y no  "haiku". Al leerlos se comprende inmediatamente porque los llamaba de esa manera.

 Tambi�n es de hacer notar que un "haiku" para muchas escuelas no necesariamente debe seguir el esquema 5-7-5 ni incluir un kigo. Es una forma que podriamos llamar haiku libre. Tiene antecedentes en Jap�n. Esto supone la inclusi�n de temas que eran completamente ajenos a los maestros fundadores y con  ausencia de m�trica sil�bica. (3)    De este modo, el haiku fue objeto de muchas tendencias y renovaciones en Jap�n y luego en Occidente. (2)

Resumiendo: El significado de la palabra haiku en la actualidad, es m�ltiple, polis�mico,  de acuerdo a la �poca hist�rica, tendencias est�ticas y expresivas de las diferentes escuelas de haiku que consideremos. No olvidemos que un g�nero po�tico tan cultivado no es un esquema monol�tico ya que a partir de su fundaci�n se diversifica vertiginosamente, como es el caso. Lo importante pues, es recordar que bajo el nombre haiku, se agrupan varias escuelas que son las ramas derivadas de un tronco com�n.

  Es de hacer notar que muchos eruditos han se�alado que existe lo que se llama haiku-no-kokoro que significa "el esp�ritu del haiku" y que ser�a lo que lo hace tal y lo diferencia de otro tipo de poes�a. Creo que cuando se habla en la actualidad de �haiku�, todos entienden lo que es en su esencia y la van adquiriendo (los haijinx) a trav�s de la lectura de los maestros, el intercambio y la pr�ctica al escribirlo.

Por Carlos Fleitas

1�. Enero 2003

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(1)            Susumu Takiguchi: Sense of Humour: A forgotten prerequisite of Haiku. -   www.haijinx.com/I-1/articles/takiguchi.htm

(2)    Carlos Fleitas: �Como escribir un haiku o el arte de bailar en un               cent�metro cuadrado�  www.conectate.com.uy/~carlosfleitas

(3)            Carlos Fleitas: �Musicality in Haiku written in Spanish, a Platonism?� www.conectate.com.uy/~carlosfleitas/indexen.htm

(4)            www.haijinx.com

(5)            Octavio Paz y Eikichi Hayashiya: �Sendas de Oku�  Barral    Editores     Barcelona 1970 pg.13

Mi gratitud al Prof. Hideaki Hirano por su valiosa contribuci�n, a David Lanoue y a la Sra. Debi Bender por llamarle la atenci�n sobre el art�culo  de Susumu Takiguchi.

 




Desde HAIKUWEB damos las gracias a nuestro amigo CARLOS FLEITAS por su colaboraci�n.




Como escribir un haiku o el arte de bailar en un cent�metro cuadrado


Es el mejor de los buenos quien sabe que en esta vida, todo es cuesti�n de medida: un poco m�s, algo menos... escrib�a Antonio Machado. Y de esto se trata el haiku, la justa medida en la poes�a. Pincelada antes que retrato definitivo, se mueve en estrechos m�rgenes, donde el poeta se acerca m�s a la maestr�a de un cocinero que a la de un ingeniero, pues es la cenestesia de la mano la que determina la exacta cantidad de ingredientes que deciden la calidad de un plato. De all� que debemos comenzar por una desilusi�n antes que por una exaltaci�n: el arte de escribir haiku no puede ser ense�ado, s�lo puede ser aprendido. A pesar de ello, seguir� el consejo de Oscar Wilde, quien dec�a que la mejor manera de resistir una tentaci�n es ceder a ella, por ende cedo ante el impulso de realizar algunos comentarios -nader�as- sobre este dif�cil oficio de escribir haiku.

Introducci�n

El haiku es una forma y g�nero po�tico que va a surgir en el Jap�n en el siglo XVII, debido a la inspiraci�n de Matsuo Basho. El t�rmino utilizado actualmente para referirse a �l (haiku) es introducido en el siglo XIX por Shiki, considerado el m�s encumbrado maestro moderno y el revitalizador del g�nero. En tiempos de Basho, una forma po�tica era la que se ense�oreaba frente a todas las dem�s: el haikai-no-renga. La misma era una creaci�n colectiva en la que un poeta completaba un poema introductorio de otro poeta y as� sucesivamente, llegando a composiciones de gran extensi�n. El poema introductorio se llamaba hokku (que significa poema inicial) y ten�a una m�trica de 17 s�labas. Lo segu�a uno de 14 s�labas, que se continuaba con otro de 17 s�labas y as�. El hokku ten�a otro requisito: incluir una palabra que describiese la estaci�n (kigo) p.ej: nieve, crisantemo, cerezo en flor, etc... Basho particip� en estas formas colectivas de creaci�n (renga), pero independiz� el poema inicial (hokku) y le dio un nuevo destino. Pues el haikai-no-renga hab�a derivado hacia una modo po�tico donde, seg�n aclara Octavio Paz, se daba m�s importancia al efecto de las palabras que al significado profundo, con una desmedida inclinaci�n por la imagen brillante e ingeniosa y el retru�cano. Basho, desligar� el hokku de 17 s�labas de las cadenas del haikai y le conferir� una autonom�a sin precedentes. El hokku en manos de Basho cobrar� una hondura y expresividad inimitables. Mantendr� el esquema m�trico de 17 s�labas y el kigo, pero se convertir� en el instrumento de una honda experiencia espiritual para el poeta. A partir de �l, el nuevo g�nero po�tico ser� llevado a extraordinarios logros por maestros como Issa y Buson. Pero corresponder� a Shiki en el siglo XIX, dar nuevos �mpetus al mismo, al sacarlo de una cierta decadencia en que hab�a ca�do. Shiki revitalizar� el esquema m�trico de 17 s�labas con kigo obligado.

I

Escribir haiku, es un orientalismo imposible? Pues quien comienza a escribir haiku en espa�ol se hace adem�s de �sta, otras dos preguntas: �es posible transplantar a la mentalidad ibero-americana y a su lengua, un g�nero po�tico nacido en el entorno cultural del Jap�n del siglo XVII tan ajeno e inaccesible a nuestras culturas? Y, es posible mantener el esquema m�trico 5-7-5 y el kigo o palabra de la estaci�n? La respuesta a las dos preguntas es sorprendentemente, s�. Y m�s sorprendente es, que de todas las lenguas y culturas, el espa�ol es la que est� m�s cerca desde el punto de vista po�tico y lingu�stico al Jap�n del haiku, que cualquier otra. Antonio Cabezas en un magistral art�culo, retoma el notable descubrimiento de Arthur Waley, el erudito ingl�s que fue uno de los primeros occidentales en traducir a una lengua occidental, la antigua poes�a china y japonesa. Waley encontr� un marcado paralelismo entre los poemas de la primera compilaci�n de poes�a japonesa, el Manyoshu (Colecci�n de las Diez Mil Hojas -760 DC-), y las coplas populares del sur de Espa�a. Y agrega el erudito espa�ol que "de los nueve idiomas modernos m�s difundidos el espa�ol es, despu�s del italiano, el que m�s se parece al japon�s en fon�tica y longitud de vocablos y frases"* Y Cabezas, luego de proseguir su esmerado an�lisis de las semejanzas linguisticas, po�ticas y est�ticas del Manyoshu con la poes�a popular espa�ola, concluye:"los antiguos japoneses, se parec�an m�s a los espa�oles actuales que a sus propios biztataranientos"*. Conclusi�n que, en mi caso, har�a extensiva a los pueblos iberoamericanos. Pero esto no es todo. En la poes�a espa�ola hay una forma y g�nero llamado 'seguidilla' que tiene el mismo patr�n sil�bico del haiku. La diferencia es que se agrupa en estrofas de cuatro y siete versos y que siempre guarda una rima asonante. La seguidilla simple consiste en 4 versos con un esquema sil�bico 7-5a'-7-5a' con rima asonante en a'. La compuesta, en 7 versos con esquema sil�bico: 7-5a'-7-5a'-5b'-7-5b' con rima asonante en a' y b'. Se observa que los tres �ltimos versos tienen un esquema 5-7-5 como el del jaiku. Es decir, el esquema sil�bico del haiku se aviene perfectamente a las caracter�sticas formales y r�tmicas de la lengua castellana.

II

En la actualidad, el haiku antiguo y tradicional japon�s, ha sufrido profundas transformaciones despu�s de haber emigrado a Occidente y de que su pr�ctica se ha generalizado. El poeta occidental contempor�neo, nace en culturas donde a partir del siglo XIX el verso libre, desprendido de las estrictas reglas m�tricas de la poes�a de siglos anteriores, se ense�orea solitario. De all� que escribir haiku con el patr�n sil�bico de 17 s�labas, suponga no s�lo una disciplina ardua sino tambi�n una regla restrictiva para la mentalidad actual, algo as� como un lecho de Procusto que limita la voz de la inspiraci�n. Es por ello, que los haiku con el esquema sil�bico tradicional sean m�s la excepci�n que la regla. Pero como hemos visto, en el caso del castellano, no hay impedimentos estructurales que lo impidan. La �nica regla a tener en cuenta al escribir haiku sin un esquema sil�bico predeterminado (haiku libre), es que guarde la debida t�cnica, fundamentalmente la brevedad y la prosodia del idioma. La inspiraci�n en este caso no es suficiente, pues como dec�a Garc�a Lorca:"Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios o del demonio, tambi�n es que lo soy por la gracia de la t�cnica y del esfuerzo".

III

El tema del kigo o palabra referente a la estaci�n en el haiku tradicional, supone un mayor obst�culo al comenzar a escribir haiku. En un primer momento nos parece algo arbitrario tener que delimitar tem�ticamente el poema. En realidad, a�n en el haiku japon�s no es un elemento indispensable, aunque si tradicional. La idea de la naturaleza en el entorno cultural de Oriente es totalmente diferente de la de Occidente. Debido a la influencia del budismo y del taoismo principalmente, el poeta japon�s tiene una concepci�n diferente de su significado y dimensi�n. El hombre no es algo separado de la naturaleza y �sta a la vez no es algo extra�o y que discurre en forma paralela u oponi�ndose al existir humano. Para Occidente la naturaleza ha sido algo a conquistar, mientras que para el Este algo que encierra las m�s profundas ense�anzas. La contemplaci�n y no la acci�n es la meta de estos poetas. De ella surgir� una lecci�n sin palabras, que el poeta luego plasmar� -esta vez mediante el lenguaje escrito- en su haiku. La insistencia de los que proclaman la inclusi�n del kigo en un haiku, obra pues en este sentido, en particular despu�s de los logros po�ticos de Basho, Issa, Buson y Shiki. Pero tambi�n la emigraci�n a Occidente a diversificado la tem�tica del haiku. Es com�n encontrar temas urbanos, expresi�n po�tica de sentimientos, temas er�ticos, humor�sticos y a veces una franca autoreferencia a trav�s del uso del pronombre de primera persona.

A la vez muchos haiku contempor�neos, presentan innovaciones m�ltiples en su estilo y forma. Son aquellos que pertenecen al shintai-haiku (haiku nuevo-estilo) y son compuestos por poetas tanto del Jap�n como de Occidente. Algunos recurren a la repetici�n de palabras, onomatopeyas, eventualmente exclamaciones y as�. Actualmente el haiku se escribe en 25 lenguas (algunos afirman que en 70), que representan corrientes culturales diferentes en sus fundamentos. Es l�gico entonces, que junto a la escuela tradicional, nuevas escuelas y estilos surgan con gran vigor y diversidad. Y es del caso destacar, que el kigo variar� seg�n la cultura y regi�n geogr�fica en la que el haijin (poeta de haiku) se encuentre. Pero es necesario enfatizar, que actualmente el uso del kigo y del esquema de 17 s�labas no definen ni son esenciales a la hora de componer un haiku. Extraordinarios poemas han sido escrito sin seguir las reglas tradicionales tanto en Jap�n como en Occidente. Es de destacar en particular, al poeta japon�s Ippekiro Nakatsuka(1887-1946) que inici� la escuela del llamado "Haiku Libre" es decir un haiku que no se aten�a al esquema de 17 s�labas y del uso del kigo, movimiento que ha tenido una extraordinaria expansi�n y aceptaci�n por parte de los haijin de todo el mundo. Nakatsuka promovi� el haiku libre, a partir de su convicci�n de que hab�a que introducir en el haiku el lenguaje com�n, sin recurrir al lenguaje elevado del haiku tradicional. Al hacerlo observ� que necesariamente deb�a romper con el esquema de 5 y 7 s�labas, pues en el lenguaje hablado, la estructura sil�bica utiliza predominantemente 6 u 8 en su idioma.(4) En resumen: podr�amos trazar una clara linea divisoria entre el haiku tradicional y el haiku no-tradicional. La diferencia est� b�sicamente en el uso del kigo y del esquema sil�bico en el primero y las m�liples variaciones que presenta el segundo, donde uno o los dos requisitos antes mencionados faltan.

Es necesario enfatizar que en el haiku tradicional, la escenificaci�n de la naturaleza no es tan limitante y mon�tona como podr�a parecer al principio. Dentro de la propia escuela tradicional surgieron diversas corrientes que ampliaron y enriquecieron el haiku hasta grados impensados. Es as� que uno de sus renovadores Shiki (1867-1902), considerado el cuarto gran maestro junto a Basho, Issa y Buson, introdujo la t�cnica llamada "shasei" es decir "bosquejar". Shiki luego de una profunda revisi�n cr�tica de los haiku de sus antecesores, consider� que los haiku de Basho muchas veces era m�s explicatorios que po�ticos. Lleg� as� a la conclusi�n de que el m�s importante maestro del haiku hab�a sido Yosa Buson, que tambi�n fu� un extraordinario artista pl�stico. Shiki a trav�s de su t�cnica de "shasei" intent� producir haiku de fuerte contenido pl�stico, sin introducir ning�n elemento narrativo, explicativo o similar. Junto a sus colaboradores fund� la revista "Hototogisu" (una variedad de p�jaro cuc�) que di� lugar a una extraordinaria renovaci�n y reverdecimiento del haiku tradicional. Es as� que muchos de los poetas nucleados en esta publicaci�n, utilizaron una t�cnica sumamente novedosa. Crearon haiku donde se da una esmerada combinaci�n entre figura y fondo distante. Por ejemplo: una mariposa pasa volando sobre el fondo distante de un valle, o una hoja que cae sobre el fondo de monta�as. Estos haiku resultaron sumamente innovadores en su construcci�n y contenido, creando un efecto especial por la afinada superposici�n de estos dos elementos. Es de destacar que en este c�rculo, las mujeres tuvieron un lugar muy destacado en la revista, aportando su talento como haijin. Es el caso de Kanajo Hasegawa (1887-1969), Midorijo Abe (1886-1980), e Hisajo Sugita (1890-1946).(4) En la actualidad, la mujer haijin tiene un preponderante rol en la comunidad Haiku internacional.

V

Otro elemento a tener en cuenta a la hora de escribir un haiku, es la regla que desalienta el uso de la met�fora, de las figuras de la ret�rica y del pronombre personal. Posiblemente esto se deba, a que en el haiku antiguo, la personalidad, el "ego" del poeta, se esfuma para dar paso a una completa absorci�n con un evento de la naturaleza. Y que el haiku se refiere a "lo que es" y no a un elemento interpretativo introducido por el poeta, como ser�a el caso de la met�fora al estilo occidental o de otros artificios ret�ricos. Una posible explicaci�n para comprender el alcance de esta regla, tener en cuenta, que el haiku japon�s nace en un entorno fuertemente influ�do por el budismo, donde la realidad es algo que no es susceptible de atributo o comparaci�n alguna. Es lo que es. Esidad, como dicen los budistas. Pues el budismo hace m�s hincapi� en la contemplaci�n que en el pensamiento, en la captaci�n de lo que es, sin la distorsi�n que �ste pueda introducir. Y a partir de all�, se puede extraer lo que llamabamos una lecci�n sin palabras, de lo que est� m�s all� de la mente con sus distorsiones, ilusiones y percepciones err�neas. Es de destacar la decisiva influencia del Zen en los haijin estadounidenses. Esto se debe a la difusi�n del mismo fundamentalmente por la influencia de la obra de Daisetz Suzuki, Alan Watts, Tomas Cleary y muchos otros. Es interesant�smo destacar que Octavio Paz,se�ala que a partir del periodo Muromachi (1333-16000) la cultura japonesa "se impregna de Zen".(7) Paz enfatiza la importancia de la influencia del Zen en la poes�a y el estilo de vida de Basho. En su art�culo "Tres momentos de la literatura japonesa" Paz afirma: Haiku is "satori". Tambi�n llama la atenci�n al hecho de que Basho era disc�pulo de un monje Zen llamado Buccho.(8) Este modo de considerar al haiku ha adquirido mucha popularidad entre los haijin occidentales, en lo que a mi entender es un cierto modo de reacci�n a la literatura occidental en sus excesos respeto al uso de la met�fora, el s�mil, la analog�a, as� como a el "ego" del poeta que ocupa, muchas veces, el eje de la poes�a. De todos modos la influencia del budismo en el haiku es objeto de debate, pero no hay duda que ha influido no s�lo en Basho, Buson, Issa y Shiki sino tambi�n en el haiku occidental, aunque en este caso en forma al menos indirecta y tangencial.

En Occidente, la exclusi�n del uso de la met�fora y el pronombre personal es muy respetada por gran cantidad de haijin, hasta el punto de que se considera que el uso de las mismas, descalifica a una poes�a como haiku. No puedo encontrar un ejemplo m�s perfecto que el de un haiku de Yosha Buson: "ante el crisantemo blanco las tijeras dudan un momento". Aqu� queda desplazada sobre las tijeras un sentimiento del poeta, pero dada la maravillosa maestr�a t�cnica de Buson, ni siquiera es percibido como un sentimiento proveniente de persona, de "ego" alguno. Pero es de hacer notar que Serge Tome, luego de un profundo an�lisis ha comprobado que en la actualidad en el Jap�n, el uso del pronombre personal Yo en los haiku, es mucho m�s elevado que en el pasado y mucho mayor que en el de los haiku contempor�neos en Occidente. Tome afirma que hemos creado una imagen de la cultura japonesa (en este caso el haiku) que luego es proyectada sobre la misma y que por ende, no es la verdadera esencia de lo japon�s.(6)

VI

Otra raz�n que limita el uso de la met�fora como el de la analog�a, es que, como veremos m�s adelante, el haiku en su misma esencia es inacabado, dejando a la imaginaci�n del lector establecer nexos entre los elementos de la escena o evento que describe. La met�fora es de alg�n modo un nexo entre dos elementos y no dejar�a espacio para la construcci�n de un v�nculo entre ambos por parte del lector. Si decimos "la luna es una perla", estamos comparando la luna por una parte con una perla por otro. El v�nculo entre ambas lo representa algo en com�n: el blanco. De este modo presentamos al lector una escena totalmente resuelta, sin lugar para que el lector recree un sentido. Esta regla, es justo decirlo, muchas veces no es seguida a�n por los grandes maestros del haiku japon�s, pues ocasionalmente utilizan la met�fora y la alusi�n a s� mismos en forma sutil y natural, de tal modo que quedan absorbidos por el poema en s�. En la actualidad, como hemos visto, el haiku se ha diversificado de tal modo, que cada una de las escuelas tiene sus propias caracter�sticas y reglas que distan mucho de la antigua y tradicional, tanto en Occidente como en Jap�n. Es as� que el uso de la met�fora y la analog�a es considerado perfectamente v�lido por muchos, como es el caso de uno de sus pioneros: el poeta japon�s Kakio Tomizawa (1902-1962), quien comenz� a utilizar la met�fora, la analog�a y la abstracci�n en sus haiku, influido por la poes�a occidental, en particular por los simbolistas. Influenciados por �l, los poetas j�venes iniciaron el movimiento "Shinko Haiku" (nuevo y joven haiku), y a la vez rechazaron el uso del kigo.(4) En cuanto al uso del pronombre personal, es decir, marcar la presencia del poeta en el haiku, o bien de otros en el mismo, si bien la regla general, es eludirlo, tampoco supone una prohibici�n absoluta. En este sentido, la referencia en primera persona se utiliza, siempre y cuando el poeta est� incluido en el evento que es tema del haiku como parte de �l y no como un observador que divide la escena en un adentro y afuera. Muchos haiku considerados paradigmas del g�nero, incluyen al poeta o hacen referencia al segundo y tercer pronombre personal, pero siempre dentro de un esfumado cuidadoso que no centra en el ser humano la escena, sino que lo incluye como una parte de la misma.

VII

El haiku es en su n�cleo �ltimo una escena y �sta una combinaci�n de im�genes. Como tal se puede volver muy compleja seg�n como se elabore la relaci�n entre las mismas. El tan conocido haiku de Basho: "Un viejo estanque; se zambulle una rana, ruido de agua", presenta una combinaci�n de dos elementos y un tercero como efecto de la interconexi�n de ellos en el presente. Se origina asi una nueva gestalt que resulta de la combinaci�n de varias im�genes para dar lugar a un escena �nica y sintetizadora. La habilidad del haijin para lograrlo, es lo que, unido a su inspiraci�n y profundidad po�tica, dar� lugar a un haiku del m�s alto logro en cuanto a recortar y expresar un sentido nuevo a hechos aparentemente simples y cotidianos. El haiku de alguna manera es esa cuarta dimensi�n de la realidad que siempre el ser humano ha buscado en el mundo. Y si el haijin logra plasmarla renueva nuestra conciencia cotidiana que se amplia para dar cabida a otra visi�n del Universo en el que habitamos. Muchos han insistido en que el verdadero haiku es aquel que produce "satori", es decir el "despertar" de la conciencia b�dica. Algo as� como un s�bito rel�mpago que ilumina por primera vez aquello que la mente humana ha desatendido, omitido o distorsionado.

VIII

Otro aspecto referente al haiku, es si es conveniente utilizar signos de puntuaci�n y may�sculas. La tendencia actual en el haiku escrito en ingl�s es prescindir de hacerlo. Ello se debe a que, por una parte, el haiku tradicional en japon�s est� escrito en pictogramas que no llevan signo alguno de puntuaci�n ni may�scula. Por otra parte, en el siglo XX muchos poetas modernistas, llegaron a desechar el uso de los mismos, influ�dos por las nuevas tendencias est�ticas como es el caso de E.E. Cummings. A su vez los haijin de habla inglesa, consideran que introducir la may�scula y el signo de puntuaci�n es, de alguna manera, cerrar el haiku a la posibilidad de la interpretaci�n imaginativa por parte del lector. Esto se debe a que el uso de la coma por ejemplo, produce una pausa y el punto un cierre. Y el uso de la may�scula, destacar�a una palabra en particular, cuando a juicio de estos haijin, el haiku debe ser homog�neo en su presentaci�n y no poner �nfasis en alg�n vocablo espec�fico, para dotarlo -de este modo- de la levedad que es su caracter�stica. En el haiku escrito en espa�ol actualmente, muchos haijin han optado por el signo de puntuaci�n y/o el empleo de la may�scula. Para finalizar es necesario destacar que en general un haiku no lleva t�tulo, pues se considera que todo debe estar encerrado en el haiku en s�, siempre siguiendo la tendencia de no destacar ninguno de sus elementos.(5)

IX

Tambi�n se ha se�alado, cuando se emprende la tarea de aprender a escribir haiku, que tradicionalmente los sentimientos y emociones, no son mencionados directamente en el poema. Si se lo hace, se los describe a trav�s de otros elementos, como ser un color, un momento del ciclo de las estaciones., i.e ciruelo en flor, hojas marchitas y asi. En cuanto al manejo del tiempo, en general el haiku, o mejor dicho, la escena que �ste plantea, se desarrolla en el presente y es elaborada po�ticamente. Es all� donde el poeta se ubica, por lo que es dif�cil que incluya elementos referidos al pasado o al futuro. Es m�s, se ha insistido, que el haiku describe una experiencia de "lo que est� sucediendo en este momento y en este lugar" como ense�aba Matsuo Basho y que esa es la captaci�n fecunda de la realidad que nos brinda. Una captaci�n s�bita, que encierra una profunda lecci�n y que s�lo puede ser aprehendida en forma intuitiva, m�s all� del razonamiento. El haiku es una invitaci�n a descubrir la vida misma, con los arabescos que traza a su paso por doquier. En este sentido, nada queda al margen de la mirada del poeta. Ni siquiera los detalles de un evento, paisaje o manifestaci�n. En este sentido haiku es el arte de lo peque�o. Pues como dice el proverbio taoista: "Quien ve lo peque�o posee entendimiento."

X

Pero todo tiene su contraparte, pues en un famoso art�culo, el Prof. Haruo Shirane da por tierra una serie de ideas respecto a como se percibe en Occidente al haiku tradicional japon�s. Nos dice que el haiku occidental se basa en ciertos supuestos: a) en la observaci�n directa y la propia experiencia personal; b) que excluye la met�fora; c) que se refiere a la naturaleza; d) que trata con hechos y no con la imaginaci�n y e) que se refiere s�lo al presente (aqu� y ahora). A continuaci�n demuestra que estos c�nones, no son v�lidos en el haiku japon�s tradicional y con ejemplos tomados principalmente de Basho y Buson, observa que en el mismo estas reglas nunca han sido v�lidas. Seg�n Shirane el ku tradicional tiene dos ejes, uno horizontal que lo ubica en el presente, y uno vertical que lo ubica en el pasado (asociaciones con la historia, culturales, con poemas cl�sicos, etc.) Y resalta el hecho de que en el lector japon�s la resonancia del segundo de los ejes, es muy intensa, pues se trata de significaciones que han pasado de generaci�n en generaci�n durante cientos de a�os. A�n el kigo, tendr�a resonancias especial�simas en Jap�n que no tiene en Occidente.

Shirane en su convincente exposici�n muestra como la met�fora, el s�mil y la analog�a, se encuentran sutil y profundamente encerradas en muchos haiku cl�sicos. Y considera que las mismas, son la precondici�n del nivel de profundidad que pueda alcanzar un haiku. A la vez, es sumamente agudo en su consideraci�n acerca del supuesto de que el haiku se refiere a hechos y no a cierta ficci�n. El ejemplo mas contundente que brinda es el de un ku de Buson, que se refiere a la muerte de su esposa. Pero lo cierto es que su esposa lo sobrevivi� muchos a�os! Para resumir: el Prof. Shirane llega a la conclusi�n de que el haiku tradicional japon�s no se puede implantar en Occidente sin m�s pues corresponde a una Cultura y est�tica radicalmente diferente como lo es la japonesa. Afirma que lo que en realidad sucedi�, es que luego de que Jap�n se abriera a Occidente durante la Era Meiji en el siglo XIX, el realismo literario europeo, influyo en la literatura japonesa, que a su vez lo reexport� a Occidente. Es decir aquello que consideramos como haiku en Occidente y que tiene los supuestos mencionados, es el reflejo de nosotros mismos en el espejo!(7)

XI

Hay algo que defina y diferencie al haiku de otras formas y g�neros po�ticos? �Cual es su esencia, el n�cleo de su identidad? �Que es esa misteriosa y evanescente esencia que los poetas llaman "el esp�ritu del haiku"? La respuesta la dieron una serie de eruditos japoneses, del siglo XVIII y en particular uno de ellos Motori Noorinaga. Estos estudiosos, se propusieron el objetivo de encontrar que es lo que subyace a todas las expresiones art�sticas del Jap�n y que le dan una especificidad �nica a las mismas. Noorinaga fue quien acu�� el concepto contenido en la expresi�n "mono-no-aware", que significa en este contexto sensitividad o sensibilidad por las cosas, en el m�s amplio sentido del t�rmino. Para el erudito, lo que define el car�cter japon�s y por ende su Cultura, es su modo peculiar�simo de percibir la realidad y relacionarse con ella. Y concluye que este rasgo distintivo es la capacidad de experimentar el mundo natural y de los objetos en forma inmediata, sin la necesidad de intermediaci�n ninguna. Esto lleva a que los japoneses -seg�n Noorinaga- puedan entender el mundo exterior y sus objetos, identific�ndose directamente con los mismos, en una suerte de empat�a directa, que lleva a la comprensi�n de la esencia de la realidad.

XII

M�s cerca de nosotros, Octavio Paz en su pr�logo a "Sendas de Oku" de Matsuo Basho, sit�a como elemento esencial de la cultura japonesa su sensibilidad. Y aclara que este modo de sentir no se reduce al sentimiento ni a la sensaci�n, sino que representa un estado intermedio entre ella y el pensamiento . Y esa peculiar *sensibilidad* ese *sentir* estar�a expresado por la palabra que usan los japoneses para referirse a �l: kokoro, de dif�cil traducci�n seg�n el escritor. Y siguiendo al poeta Juan Jos� Tablada considera que en este t�rmino se unen dos sentidos el afectivo e intelectual, pero sin quedar indiferenciados, pues ese *sentir* esa *sensibilidad* es un perpetuo vaiv�n entre el pensamiento y la sensaci�n.

Pero el Arte Japon�s no s�lo se reduce a un sentir, a una sensibilidad, aclara Paz. Hay dos claves m�s: su indeterminaci�n, y su "voluntario inacabamiento". En cuanto a la primera, cita a Donald Keene que se�ala el primer rasgo como fundamental, y pone como ejemplo un haiku de Matsuo Basho. Y muestra como es finalmente el lector, el que escoge y decide uno de los m�ltiples sentidos que ofrece el poema, sin que su elecci�n pueda ser meramemente arbitraria.(2) Es una invitaci�n a la participaci�n, a la que el poeta, convoca al lector. Invitaci�n a que sea �l, el que clausure un posible sentido. Para que rehaga su significado una y otra vez, sin coagular el mismo en una �nica posibilidad. Indeterminaci�n. Un arte que es como un abanico. Tan pronto lo desplegamos, nos ense�a su multiplicidad est�tica y sus significaciones intelectuales...

�Y en cuanto a la otra clave que el escritor mexicano llama "voluntario inacabamiento"? Se trata ante todo, de la conciencia de la "fragilidad y precariedad de la existencia", que nos revela de modo l�cido y pleno, esos "instantes entre la vida y la muerte" (3) Parecer�a entonces que de acuerdo a Paz, el arte japon�s renunciase a un acabamiento, a una plenitud y clausura, para dejar siempre abierta la inclusi�n del observador. Inclusi�n que es participaci�n s�, pero mensaje profundo y aleccionante. En cuanto al haiku especificamente, Basho consideraba que la caracter�stica predominate de sus "hokku" era que los mismos deb�an ser inacabados, ya que el mismo era el comienzo de un di�logo entre poeta y lector, quedando librado a este �ltimo el completarlo. En el caso del haikai, el hokku era el poema inicial que iba a ser completado por otros poetas en los siguientes versos ligados, llegando a presentarse como una secuencia pregunta-respuesta o poema-respuesta-poema-respuesta, y as�. (7) Es decir, en el origen mismo del haiku se encuentra este "voluntario inacabamiento" del que habla Paz.

Es obvio que la culturas occidentales, como en el caso de la ibero-americana, tienen ra�ces sumamente diferentes de la japonesa. Pero encuentro que la esencia del haiku, es universal, por lo tanto susceptible de adaptarse a las variaciones culturales de otros pueblos que no sea el japon�s. Como hemos visto, el eje sobre el cual gira es lo que Noorinaga y Paz llaman sensibilidad o sensitividad ante la vida en sus m�ltiples manifestaciones. Es a partir de all�, donde comienza la labor del poeta. Impregnarse de esa caracter�stica del arte y la cultura japonesa, es el primer paso a plasmar en el poema, lo que se ha llamado 'el esp�ritu del haiku', ese elemento tan evanescente a la conceptuaci�n y que es la esencia de �ste g�nero po�tico. Por mi parte, me atrever�a a definir la misma, diciendo que el haiku es descubrir lo extraordinario en lo ordinario de la vida cotidiana.

XIII

Son muchas las recomendaciones que poetas y eruditos han dado, como claves para escribir un haiku. Enumerarlas todas ser�a abrumar al lector de tal modo, que lo dejar�a no s�lo confundido, sino con la impresi�n de que escribir un haiku es m�s dif�cil que escalar el Everest. De all� que he realizado una selecci�n que como toda elecci�n es arbitraria y evita el hecho de que si reunimos todas las claves dadas por los estudiosos, encontrar�amos que finalmente, todos terminan refut�ndose unos a otros, lo que nos har�a concluir que el Universo es una gigantesta tautolog�a...Para evitar tal esc�ndalo, tratar� de encontrar el com�n denominador de todas ellas. Y en este caso, recurrir� nuevamente a la met�fora culinaria, que es amiga y bienhechora, pues un recetario es, de alg�n modo, una cuesti�n de medida...

Ciertas sugerencias para escribir haiku tradicional de acuerdo a su moderna reformulaci�n en Occidente.

  • centrarse en "lo que est� sucediendo en este momento y en este lugar" (Basho)
  • utilizar el lenguaje com�n y directo
  • evitar el uso de la met�fora u otros artificios ret�ricos
  • concisi�n en el uso del lenguaje
  • tener en cuenta que el mismo es maleable y por ende una fuente de creatividad e innovaci�n
  • evitar en lo posible el uso de adjetivos y adverbios
  • sugerir m�s que explicar
  • concluir cada l�nea siguiendo las pausas naturales del habla
  • lograr una adecuada fluencia entre ellas
  • observar con atenci�n receptiva la naturaleza y la vida cotidiana
  • sensibilidad al entorno natural (que incluye el humano) y a sus manifestaciones
  • evitar la autoreferencia directa mediante el uso del pronombre personal, salvo que est� integrada plenamente a la escena del haiku
  • utilizar im�genes sencillas que no sean artificiales o sofisticadas y de buena pregnancia.
  • evitar la racionalizaci�n, la abstracci�n y la moralizaci�n
  • dejar inacabado (en el sentido que le da Octavio Paz), es decir, abierto en lo posible, el haiku, de tal modo que posibilite la recreaci�n de un significado por parte del lector
  • atenerse a las reglas al comenzar la tarea de aprender a escribir haiku
  • no hacer reglas de "clis�s" ni "clis�s" de las reglas
  • tener la libertad de modificar las reglas con osad�a y talento, manteniendo la calidad po�tica del haiku, una vez que se las domina

En caso de afiliar a la escuela antigua y tradicional, hacer uso del kigo. Y de no utilizar el esquema de 17 s�labas, mantener la concisi�n. Un recurso para disminuir el n�mero de s�labas es la utilizaci�n apropiada, en nuestra lengua, de la sinalefa.

XIV

El haiku es en apariencia sumamente f�cil de componer, sobre todo cuando el poeta no se atiene al esquema de 17 s�labas y al uso del kigo. Pero en esta aparente sencillez est� su debilidad. Pues cuando la composici�n de un haiku no guarda ning�n requisito formal, ni calidad po�tica, se convierte en otra cosa: mal gusto. Pues a�n la inspiraci�n, sin la debida t�cnica, es s�lo mala gram�tica. De all� que al comenzar a escribir haiku, es conveniente ser muy estricto y autoexigente, respetando un conjunto de reglas cualesquiera que �stas sean. Comenzar con las cl�sicas, es recorrer el mismo camino que recorrieron aquellos que han hecho del haiku un instrumento po�tico expresivo del mayor logro art�stico. La forma puede parecer al principio limitante y artificiosa, pero una vez que se la domina es un elemento ordenador inigualable, a partir del cual la m�xima libertad es posible. Daisetz Suzuki, el magistral expositor del Zen, dec�a que la m�xima espontaneidad se logra luego de haber practicado la m�xima disciplina. Y como hemos se�alado, la lengua y tradici�n po�tica �bero-americana, se prestan como ninguna al esquema formal del haiku japon�s tradicional.

Fue Matsuo Basho el que escribi�: "Aprende las reglas y luego olv�dalas". Todos los grandes maestros, han infringido una o m�s reglas en much�simas oportunidades, pero lo han hecho luego de un largo ejercitarse en los principios b�sicos del arte de componer haiku. Por ello a la hora de comenzar a escribir, es buena pr�ctica tenerlas presente y ejercitarse en ellas. Poco a poco vendr� la libertad creativa que no conoce de reglas, sino que las utiliza a manera de pista de despege para volar sin l�mites. Glenn Gould el m�sico y pensador canadiense, dec�a que cuando queremos aprender un arte cualesquiera, debemos comenzar imitando a los grandes creadores. Luego vendr� la voz y el estilo propio. Personalmente, creo que es un desaf�o �nico, pues escribir un haiku, es el arte de bailar en un cent�metro cuadrado...

1. Octavio Paz y Eikichi Hayashiya: Matsuo Basho Sendas de Oku, Breve Biblioteca de Respuesta Barral Editores Barcelona 1970"
2. Idem. pag.11
3. Idem p�g.11
4. Ryu Yotsuya
History of Haiku
5. Estas precisiones se deben a la Sra. Deborah Woolard Bender en una comunicaci�n personal
6. Serge Tome:
Japon et japonaiseries
7. Haruo Shirane:
Beyond the Haiku Moment
8. Octavio Paz:
Tres momentos de la literatura japonesa
*Antonio Cabezas: "Manyoshu y cantos populares espa�oles"

por Carlos Fleitas.
mayo 2002.



 
LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL HAIKU

Por H. Masuda Goga

1� El haiku es un poema conciso, formado por 17 s�labas, distribuidas en 5-7-5. Sin rima ni titulo y con indicaci�n de la estaci�n del a�o.(Kigo)

2� El Kigo es la palabra que designa una de las cuatro estaciones

Primavera, Verano, Oto�o e Invierno. Pe.

Flor de cerezo (Primavera) Primera flor.

Calor (Verano) Fen�meno ambiental.

Lib�lula (Oto�o ) Insecto oto�al

Nieve ( Invierno) Fen�meno natural

3� Cada estaci�n del a�o tiene su propio car�cter desde el punto de vista de la sensibilidad del poeta.

P,e:

  • Primavera......................Alegr�a
  • Verano..........................Vivacidad
  • Oto�o..........................Melancol�a
  • Invierno........................Tranquilidad

4� El haiku es un poema que expresa fielmente la sensibilidad del autor.

Por eso:

  • Debe respetar la simplicidad.
  • Evitar adornos (En t�rminos po�ticos)
  • Captar un instante en su n�cleo de eternidad o un momento transitorio
  • Evitar el razonamiento

5� La m�trica ideal del haiku es la siguiente:

  • 5 s�labas en el primer verso
  • 7 " en el segundo
  • 5 " en el tercero

Pero no es una exigencia rigurosa siempre que se siga la regla de no pasar de 17 s�labas en total y no mucho menos. De 17.

Hay que tener en cuenta que las palabras agudas al final de verso cuentan por dos la s�laba acentuado y las esdr�julas en cambio restan una s�laba en el mismo caso.

6� El haiku es poema popular, por eso deben usarse palabras de uso cotidianoy de f�cil comprensi�n.

7� El haihuista (Haijin) aut�ntico capta el instante, como el objetivo de una c�mara de fotos.

8� El autor es considerado due�o del haiku por eso debe evitarse cualquier imitaci�n, buscando siempre el esp�ritu haikuista que exige conciencia y realidad.

9� El haiku es considerado una especie de di�logo entre autor y lector, por eso no hace falta explicar todo

La emoci�n y la sensaci�n sentidas por el autor debe ser levemente sugerida a fin de permitir al lector recrear la misma emoci�n para que pueda concluir a su manera el poema presentado.

En otras palabras el haiku no debe ser un poema discursivo y acabado.

10� El haiku es un producto de la imaginaci�n emanado de la sensibilidad del Haijin, es por eso que deben evitarse expresiones de causalidad, sentimentalismo vac�o o �o�erias.

Desde HAIKUWEB damos las gracias a nuestro amigo Maram�n  por su colaboraci�n.



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IV





                                                    
                                                 HAIKUS

No importando su tama�o, esta fulguraci�n l�rica que nos trajo del Jap�n el
maestro Matsuo Basho, nos permite encerrar en ella la misma pasi�n que se
expresa en un poema cualquiera. Debido a que Basho ha sido muy
estudiado por los poetas hispanoamericanos, gracias a las traducciones de
los biling�es, dentro de los cuales no podemos dejar de mencionar a Octavio
Paz. Julio Cortazar quien toma la frase "Salvo el crep�sculo" del maestro
Matsuo Basho, para titular uno de sus textos, tom� este tema de una
traducci�n de Octavio Paz, en colaboraci�n con Eikishi hayashiya de un haiku
de Basho. La mayor�a de los hispanos escritores de haiku han conocido la
l�rica Japonesa gracias a las traducciones al ingl�s y al espa�ol hechas por
estos poetas hispanos que han dejado huellas en nuestros viajes po�ticos
hacia el Oriente. Basho contin�a la tradici�n del haiku, pero expresa con
medios nuevos, -como dice Octavio Paz-, el mismo sentimiento concentrado de
la misma poes�a cl�sica. Basho busca lo que buscaron los antiguos pero no lo
hace por el mismo camino. En Am�rica latina el escritor de haiku m�s
estudiado es Jos� Juan Tablada, que aunque no siempre conserva la tradici�n
japonesa de las diecisiete s�labas y en la mayor�a de sus versos la rima -no
propio de los japoneses-, su introducci�n del haiku a M�xico ha tenido tanta
importancia, que yo dir�a que ha sido el paradigma para los poetas mexicanos
escritores de haiku, dentro de los cuales podemos mencionar a: Bodet,
Villaurrutia, Pellicer, entre otros. Borges, quien tambi�n escribi� haiku y,
que en su obra Shiinto, por ejemplo, demuestra su gran conocimiento de la
l�rica japonesa, a diferencia de Tablada nunca se apart� de las reglas
cl�sicas japonesas; todos sus haikus siguen la estructura de las diecisiete
s�labas, distribuidas de la forma (5 - 7 - 5). Mario Benedetti dice: ahora
con el perd�n de Basho, de Buson, Issa y Shiki, ya considero el haiku como
un envase propio, aunque mi contenido sea inocultablemente latinoamericano.
Y ya que en mi caso no se trata de traducciones, que a menudo exigen matices
y variaciones formales que no figuran en la pauta tradicional, he querido
que mis haikus no se desv�en en ning�n caso del (5 - 7 - 5). Esta fidelidad
estructural es, despu�s de todo, lo �nico verdaderamente japon�s de este
modesto trabajo latinoamericano. (Rinc�n del haiku, p. 11). En este texto
Mario Benedetti deja bien claro que se puede escribir un haiku de su propio
tema, aunque en la mayor�a de los haikus japoneses, el tema central es la
naturaleza. Digo esto, porque algunos escritores han definido el haiku como
un poema de 17 s�labas distribuido de la forma (5 - 7 - 5), cuyo tema es la
naturaleza. Debemos valorar y cuidar la naturaleza y, al igual que Basho,
sentir ese gran amor por ella, pero mis haikus se basan en la realidad
cotidiana lo que significa que no tienen un tema en espec�fico. En todos los
haikus de Benedetti podemos ver ausencia de rima y el equilibrio en la
m�trica, lo cual es una de las principales caracter�sticas de la poes�a
japonesa, a pesar de que no se somete a usar las mismas im�genes y temas que
los japoneses, como el mismo lo expresa. Todos los escritores de haiku, en
nuestra lengua, reconocen el gran escritor mexicano Jos� Juan Tablada, por
haber introducido a M�xico el haiku.

La mayor�a de las personas que han escrito sobre el haiku hacen menci�n de
la m�trica (5- 7 - 5). Para algunos autores el haiku se deriva de un poema
japon�s llamado Hokku que era la primera parte del Tanka, forma po�tica
tradicional que aparece publicada en una antolog�a en el siglo VII. El
primer Haijin -como se denomina a los escritores de haiku-fue Matsuo
Basho(1644 - 1694). Este excelente maestro del haiku, tambi�n escribi�
varios haibun. El haibun (libro de viajes formado por prosa y poes�a
combinada. "Senda de Oku) es un libro de haibun de Basho, fue publicada por
la Imprenta Universitaria de M�xico en 1957, traducido por Eikichi hayashiya
y Octavio Paz. Su segunda edici�n publicada en Barcelona, 1970 (Barral
Editores). Dice Octavio Paz:

en este breve cuaderno, hecho de veloces dibujos verbales y s�bitas
alusiones-signos de inteligencia que el autor cambia con el lector - la
poes�a se mezcla a la reflexi�n, el humor a la melancol�a, la an�cdota a la
contemplaci�n. (Las peras del olmo p.116).

El haiku de Basho es inspirado en la contemplaci�n de la naturaleza por lo
que se�al� m�s arriba, que algunos autores dicen que el tema central del
haiku es la naturaleza. En mi opini�n, depende de la experiencia del poeta,
o sea, de la relaci�n con su entorno. Un haiku de Basho que ha sido muy
estudiado es:

Este camino
nadie ya lo recorre
Salvo el crep�sculo.

En el siglo XVIII, sobresalen los escritores de haiku: el pintor Yosa Buson
(1716 - 1783) e Issa Kobayashi (1762 - 1826). Veamos un haiku de Issa
Kobayashi:

Cay� bocarriba
la cigarra de oto�o
Y sigue cantando.

Otro gran Haijin, el m�s destacado del siglo XIX, fue Shiki (1867 - 1902).
Este reubica el haiku desde una perspectiva escuetamente formal frente a una
nueva poes�a. Shiki, se convirti� en el �nico agente de la poes�a haikista
japonesa.


HERMES DE PAULA






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