EL CAMBIO,
NECESIDAD Y DESAFIO DE LAS ORGANIZACIONES
Las organizaciones actúan en un medio que le impone cada vez
mayores exigencias por lo que deben elevar sistemáticamente el nivel de satisfacción de estas crecientes
necesidades de la sociedad. Para lograr esto su dirección debe desplegar una
ardua labor en la búsqueda de alternativas que se caractericen por su nivel de
creatividad y en la que se conjuguen todos los recursos destinados por la
organización para obtener un resultado satisfactorio. En este proceso de
búsqueda es imprescindible que el recurso humano, las personas que integran la organización, estén
conscientes de que para que la entidad
mejore su rendimiento y como consecuencia pueda insertarse en un mundo
caracterizado por una gran competitividad deben estar plenamente identificados con los objetivos trazados por la
organización ya que precisamente las
personas constituyen la fuerza motriz en la conducción y ejecución de todo el
proceso transformador porque son ellas
las que frente a un proceso de cambio deben ser capaces de guiar al
sistema a ganar una posición ventajosa en
el mercado.
En los
últimos tiempos, el mercado se ha caracterizado por una evolución constante, aparece un cliente exigente que no está dispuesto a aceptar excusas en la
calidad del producto o del servicio que se le ofrece, por lo que las empresas
deben ser capaces de captar sus exigencias y de aumentar permanentemente su satisfacción, ya que solo
las entidades que se caractericen por la calidad de sus productos y servicios y
por una desenfrenada orientación al mercado, sobreviven en este, alcanzan
notoriedad y prosperan, esto solo se logra si existe una capacidad para
adaptarse a estos cambios por parte de la Dirección, la Organización y las Personas
que son precisamente las ejecutoras de estos procesos.
Es por eso
que el presente trabajo se dedica a plantear algunas consideraciones acerca de
la conducta a seguir por la Dirección, la Organización y las Personas para
poder sobrevivir en un entorno que le impone cada vez mayores exigencias
Para la realización del mismo se utilizó como método investigativo
el Dialéctico Materialista, el cual al estudiar la relación general y el
desarrollo del mundo, determina el enfoque hacia el estudio del mismo. Otro de
los métodos utilizados es el Inductivo Deductivo que parte de propósitos
particulares para llegar a los generales y viceversa, se utilizó además el
método sistémico estructural al considerarse la organización del proceso en su
carácter de sistema.
¿HACIA DONDE ORIENTAR EL CAMBIO?
Nuestro
mundo, está sufriendo una de las más profundas
transformaciones de toda su historia
debido a que las exigencias del entorno son cada día más crecientes, en
la empresa se produce una carrera acelerada en busca de métodos de cambio para poder sobrevivir en este
entorno turbulento, estos cambios deben
estar orientados hacia la Dirección, la Organización
y las Personas, garantizándose la plena correspondencia de estos con
vistas a alcanzar un adecuado desempeño global de la organización .
De lo
anterior se infiere que hoy en día es ineludible el cambio para que la empresa
subsista, por lo que se impone desarrollar habilidades para lograr estas transformaciones. A
continuación se refieren cuales deben
ser los elementos a tener en cuenta para que los sistemas estén preparados para
enfrentar los constantes cambios que impone el entorno.
Como
punto de partida en este cambio la
Dirección, no solo debe conocer
que hay que cambiar, sino que debe provocar el cambio una vez definida la
misión de la organización la cual debe
estar fundamentada sólidamente para que
esta esté enfocada a la satisfacción de las exigencias del entorno, además No solo definirla sino transmitirla, hasta asegurarse que es comprendida y compartida por todo el resto del sistema,
para esto es necesario que los
directivos se caractericen por poseer una gran capacidad y conocimientos
técnicos sobre la actividad que se
realice y así poder definir en cada momento que es lo que hay que hacer,
ya que el cambio, hoy es algo inevitable
para mantener la continuidad, que si bien es necesaria para la empresa también
lo es para la sociedad, el cambio es un prerrequisito, si No cambias, mueres. Sometidos hoy, a una fuerte presión exterior,
las organizaciones más que nunca, deben
decidir cómo afrontar el futuro, a pesar, de esa gran incertidumbre.
Cada
sector es diferente, al igual que cada empresa, pero existen reglas generales de comportamiento
organizacional que marcan la pauta ya
que otro de los grandes handicaps del cambio, es que,
a veces, la dirección desconoce que es
lo que hay que cambiar es por eso primero es menester identificar, ¿Adónde se
quiere ir? Para así, extirpar todas aquellas partes que no contribuyan a tal objetivo.
Y asegurar la viabilidad a corto y largo
plazo de la organización. Por regla general, se debe cambiar todo aquello que
es superfluo y no añade valor
Un cambio
sin objetivo, creará una gran inestabilidad y desconcierto. Cuando se transmite
indefinición, se comunica confusión por
eso la dirección debe velar por:
·
Examinar con seriedad el
mercado y las realidades de la competencia.
·
Identificar las oportunidades importantes.
·
Reunir un grupo con poder
suficiente para liderar el cambio.
·
Conseguir que los
miembros del grupo colaboren como un equipo.
·
Crear una visión que
ayude a orientar los esfuerzos del cambio.
·
Desarrollar estrategias
para la realización de esa visión.
·
Comunicar la visión
·
Utilizar todos los medios
para transmitir incesantemente la nueva misión y las nuevas estrategias.
·
Dar amplia participación y autonomía de actuación
·
Cambiar los sistemas o
estructuras incompatibles con la visión.
·
Animar a asumir riesgos y
estimular las ideas, actividades y acciones no tradicionales.
·
Recompensar y reconocer
públicamente a quienes hicieron posibles las mejoras.
·
Consolidar las mejoras y
producir aún más cambios
·
Cambiar todos los
sistemas, estructuras y políticas que no encajan entre sí y que no se ajustan a
la visión.
·
Contratar, promocionar y
desarrollar a las personas que pueden poner en práctica la visión.
·
Reforzar el proceso con
nuevos proyectos, temas y agentes de cambio.
·
Crear un mayor sentido de
urgencia
·
Obtener un mejor
rendimiento orientando hacia el cliente, potenciando el liderazgo y haciendo
más eficaz la gestión.
·
Articular las relaciones entre las nuevas conductas y los
éxitos de la empresa.
Las
estrategias adoptadas por la alta dirección deben constituir el punto de
partida para la forma que va a funcionar la organización ya que esta y el
entorno son como vasos comunicantes, se
nivelan, o se produce desequilibrio por eso la organización debe eliminar todos
aquellos sistemas rígidos inflexibles,
lentos, impersonales, todo aquello que
va en contra de las tendencias actuales del entorno, se debe trabajar sobre la base de lograr que
el funcionamiento del proceso esté orientado hacia la productividad, para ello
la estrategia a seguir debe estar encaminada a cambiar o adoptar nuevos métodos
de trabajo, con el objetivo de dar respuesta a la gran presión competitiva a la
que se encuentran sometido las organizaciones.
El principal
reto al cuál se enfrentan es al cliente el cual exige cada día calidad de los
productos o los servicios que recibe, ya que el cliente que enfrentamos en el
mercado es un cliente evolucionado, más informado, más atento y racional en sus
elecciones, por lo que es un consumidor exigente. Lo anterior provoca que la
organización necesite cambiar para
adaptarse a los cambios que se están
produciendo en el entorno.
La
organización debe ser capaz de identificar cuales son las limitaciones que
impiden alcanzar exitosamente el logro de su misión, estas restricciones pueden
estar localizadas en cualquiera de los eslabones que conforman su sistema
logístico ya que una vez que estas estén identificadas deben de adoptarse medidas
para su eliminación, estas medidas deben estar orientadas hacia la satisfacción
del cliente, que es en definitiva quien define cuales deben ser las medidas,
métodos y procedimientos que permitan conjugar de forma armónica y racional los
elementos del proceso (objetos, medios y fuerza de trabajo) a fin de garantizar
los objetivos del sistema.
Como se ha
planteado, la Dirección establece las estrategias y la Organización debe ser
capaz de funcionar de manera tal que de respuestas a estas, pero quien gesta
este proceso son las personas las cuales están presentes en todo el sistema y
son el factor más activo dinámico dentro de las fuerzas productivas
.
En este
proceso de cambio juega un papel fundamental las personas ya que ellas son las
conductoras y ejecutoras del proceso sin
ellas seria imposible, esto obliga y
condiciona, a ver a las personas en la
organización, desde el punto de vista
productivo es decir es necesaria la
implicación y motivación de las personas en el trabajo, para producir más y
más, inventándose numerosos sistemas de incentivos para ayudar a tal fin, hay
que lograr en las personas creatividad, compromiso, iniciativa,
comunicación que constituyen algunas de las exigencias de este nuevo entorno,
que está cambiando rápidamente nuestra manera de vivir y de establecer
relaciones, en definitiva, son algunos de los requisitos y nuevos retos, que
deben asumir las personas en este nuevo entorno social. Si consideramos, que
una organización es un conjunto de personas comprometidas a un fin común.
Indudablemente, éstas personas deben cambiar
y este cambio, no es una cuestión de aptitud, sino más bien de actitud,
por eso es que las personas de una
organización deben cambiar, para que así cambie la misma. Lo realmente difícil,
es que se debe adaptar y cambiar nuestra
manera de pensar, el cómo enfocar los problemas, y sobretodo, nuestra manera de
relacionarnos y comunicarnos.
Hasta hace poco, todavía se podía aspirar a que una organización, fuese
competitiva sobre la base de una división horizontal del trabajo y vertical de
las decisiones. La punta de la pirámide era la que pensaba, al resto se le
pagaba para hacer, no para pensar. El verdadero éxito hoy, está en lo que
realmente sienten, piensan e interpretan las personas y sobretodo en la
capacidad de reconocerlo, organizarlo y utilizarlo.
Hablar de
cambio, significa también hablar de resistencia al cambio. Aunque más que
resistencia, la mayoría de las personas, tienen predisposición. Lo que
generalmente ocurre, es que se tiene resistencia a la incertidumbre interna y
externa. Muchas veces, las personas se ven
envueltas en este dilema. Para que la organización avance hay que
adaptarse pero también esto genera, temores de pérdida de status, estabilidad,
tranquilidad y sobretodo, la dificultad mental de interpretar todos estos
nuevos cambios.
No cabe
duda, que las maneras de enfocar este dilema, intentan beneficiar a la
organización, adaptándola a este nuevo futuro, sin crearle aspectos traumáticos
que la puedan perjudicar.
Si se
analiza primero, los supuestos que subyacen en el enfoque mental y que justifican
la afirmación de resistir a cambiar. Para así, no crear inestabilidad en
la organización se aprecia que están fundamentados básicamente en seis posibles
supuestos:
No hay nada más
molesto para las personas, que hacer algo en la
que no se siente identificada, no se puede provocar ningún
cambio, si antes, no se ha considerado la situación de las 6 necesidades
emocionales fundamentales que tienen todas las personas.
Las personas
se ponen más o menos nerviosas, cuando sufren alguna consecuencia respecto a:
·
Tienen una gran necesidad de sentirse seguros, de
tener una cierta estabilidad que le permita poder desarrollar otras aptitudes.
·
La singularidad, es otra
necesidad fundamental. A todos les gusta en cierta manera sentirse importantes,
ser reconocidos.
·
Les gusta muchísimo
desarrollar su propio crecimiento como personas y profesionales.
·
Por el contrario, se asustan
enormemente al sentirse solos. Tienen una necesidad natural de compartir, de
interaccionar con los demás y que además se les reconozca.
·
El aburrimiento les
disgusta, en mayor o menor grado. A todos les gusta la variedad, la sorpresa y
el reto.
·
Finalmente, si algo le
entristece es ver que lo que hace no contribuye a nada. Tienen las personas una
fuerte necesidad emocional, de ver que aquello que hacen en el trabajo,
contribuye al bien de la organización.
Cualquier
iniciativa de cambio que se pretenda llevar a término, sin antes haber valorado
estas seis necesidades emocionales, provocará problemas de adaptación de las
personas a esa nueva situación. En definitiva,
las personas tendrán lo que se viene en llamar, resistencia al cambio.
Eliyahu
Goldratt,
habla de 5 comportamientos de resistencia al cambio:
·
Ante una nueva
situación, las personas tienen una
fuerte deformación de ver que el problema siempre es de otro departamento,
persona, etc.
·
Cuando se les demuestra
que el problema depende de su área de responsabilidad, el paso siguiente es
argumentar que no existe solución.
·
Demostrado que si hay
solución, el tercer paso de resistencia, es decir que
no existen medios para resolverlo.
·
El cuarto paso, es ver las partes negativas. Es decir, exponer todos
los nuevos problemas que puede generar la nueva solución. Son los "Si pero".
·
Finalmente, convencidos
de que afecta a todos, que existe solución, que se disponen de medios y que los
puntos negativos serán tratados adecuadamente, sólo nos queda dudar del
prójimo. Es aquella fase en la cuál desconfiamos del trabajo que deben hacer
los demás.
Las personas
deben estar informadas de lo que se pretende hacer, deben comprender porque se
hace, qué implicación va a tener todo esto y sobre todo poder participar.
Sentir que son singulares, que comparten el trabajo y que no están solos, ver
que lo que hacen, contribuirá a un objetivo, crecer durante todo este proceso.
Si esto es así, el mundo será variado y contemplará retos y sobre todo, nos
dará la seguridad, de que es una organización que se preocupa por el futuro.
Sólo en estas circunstancias, la predisposición será máxima y la ilusión en
este nuevo proyecto generará la automotivación necesaria
para ser mejor cada día y entender por lo que se lucha.
Pero ese
cambio no es gratuito, debe desprender toda la energía de todas las personas de
la organización, para pasar de una situación determinada, a una nueva posición.
El
catalizador de esta energía, debe ser el líder de la organización, él debe
transmitir esa visión y entusiasmar al resto con este nuevo proyecto. No
obstante, en una empresa hace falta liderazgo y gestión, debe haber un equilibrio entre ambos. Sin una
buena gestión, las empresas tienden al caos, de tal manera que se pone en grave
peligro su viabilidad.
Por el
contrario, el liderazgo, se ocupa del cambio. Su mayor importancia proviene de
que en los últimos años el mundo empresarial, se ha vuelto más competitivo,
inestable y exigente.
Hoy él
hacerlo un poco mejor que en el pasado, ya no es una solución. Se requieren
cambios sustanciales para poder sobrevivir y poder competir eficazmente en este
nuevo entorno. Más cambios requieren más liderazgo.
Intentar
provocar un cambio en la organización desde la dirección es un tremendo error, y a la vez, un
generador de problemas internos que perturbarán la paz social.
CONSIDERACIONES FINALES.
En todo lo
expuesto hasta aquí, hay un hecho fundamental, y es que las personas, son
las protagonistas. La diferencia entre
una organización más competitiva y otra que no lo sea tanto, estriba en la
capacidad de las personas que la componen, a interpretar estos nuevos valores,
a ser capaces de salir de la zona de confort mental y adoptar una visión de
cambio continua. La dirección de la organización, dejará de ser el único ente
pensante, para dar paso a una dirección basada en la participación de todas las
personas, trabajo de equipo y en una división
multidireccional de las decisiones. El poder de
decisión debe estar allí donde exista la necesidad de decidir. No se puede funcionar con una estructura rígida y toma de decisiones vertical. Dentro de este
nuevo enfoque para el cambio y considerando que todas las personas de la
organización son los protagonistas, es necesario definir cuáles deben ser los
aspectos que se deben tener presentes,
para que se asegure un crecimiento adecuado como profesionales, y a la vez,
garantice a la organización, de unas cualidades diferenciales que ayuden
también a su desarrollo continuo.