Las
ciencias de la comunicación Frente a los Nuevos Paradigmas Cientificos
Por
Ozziel Nájera
Las
Ciencias de la Comunicación han experimentado en los últimos años un
estrechamiento dentro de su estudio y práctica en el sentido en que fijan sus
observaciones orientándolas hacia los medios masivos de comunicación (media),
comunicación organizacional y la muy de moda sociedad de la información que
actualmente con su brillo atrae en su mayor parte a los estudiosos de la
comunicación. El estudio de la comunicación se ha centrado en diversas
vertientes conductuales, estructurales y culturales sin ofrecernos una visión
verdaderamente integral, pues a final de cuentas, como toda ciencia, se especializa
cada vez más y más de modo que podemos decir que un científico, al estudiar un
fenómeno que al paso del tiempo adquiere cada vez mayor complejidad, puede
llevar una investigación eliminando muchos elementos del contexto que rodea a
su objeto de estudio, sin ponerse nunca en contacto con el ambiente más amplio
de su materia. Algunos científicos aseguran que esto es inevitable, porque a
medida que crecen los conocimientos, el saberlo todo en profundidad y detalle
se hace imposible, de modo que los investigadores se conforman con trabajar en
áreas específicas.
Este
acercamiento fragmentario a la naturaleza y realidad de toda ciencia no puede
nunca solucionar los problemas más profundos que enfrenta nuestro mundo. La
mayoría de los conflictos dependen de órdenes tan amplios que en última
instancia se extienden a la totalidad de la naturaleza, la sociedad y a cada
individuo2. Por
ello es necesario dentro del conocimiento de la comunicación ampliar el campo
de estudio e investigación, pues debido a ello muchas veces llegamos a
resultados equivocados o a enfocarnos simplemente a que las Ciencias de la
Comunicación comprenden la publicidad, la Internet, la radio, o la televisión.
Es preocupante que no existe una verdadera perspectiva que se encargue de
integrar las distintas vertientes comunicacionales donde se tome en cuenta
desde el desarrollo comunicacional del individuo hasta los media.
Asimismo
la ciencia, al igual que todo lo demás, se encuentra sumergida en un proceso
constante de evolución y cambio. Dentro de este proceso los avances que se
registran en un área determinada pueden tener importantes implicaciones para el
establecimiento de teorías y conceptos en otros campos. De esta manera, el
entorno general de la ciencia experimenta constantemente cambios que son a
veces tan agudos como sutiles. Como resultado de estas complejas innovaciones
tenemos que la infraestructura subyacente de conceptos e ideas puede poco a
poco perder vigencia, se hace inapropiada y finalmente irrelevante. Pero, al
igual que en todas las disciplinas, los científicos están acostumbrados a
utilizar sus habilidades, herramientas y conocimientos de manera subliminal e
inconsciente con una marcada tendencia a aferrarse a ellos e intentar seguir
trabajando e investigando con viejas técnicas en el marco de un nuevo contexto
teniendo como consecuencia la confusión y una más grave segmentación.
Sumemos
a ello las otras ramas de las ciencias las cuales presentan avances
significativos dentro de su campo, más complejos y a mayor velocidad. Ante este
acelerado crecimiento no existe ninguna respuesta que adapte las nuevas
nociones que aparecen, por lo que nuestra percepción se convierte en una visión
solamente especializada en un tema que no toma en cuenta los desarrollos
científicos en otras áreas. Esto va acompañado a menudo de la suposición de que
las ideas y conceptos de un campo no tienen realmente importancia en otro, lo
cual nos delimita aún más nuestra visión fragmentada y errónea, pues tampoco
poseemos las herramientas necesarias, o por lo menos básicas, para aproximarnos
a las otras ciencias, desde luego, sin abandonar el enfoque de la disciplina en
la que estemos sumergidos.
Ciertamente,
no sólo es menester, sino deseable cierto grado de especialización, el problema
viene cuando se admite que, en los niveles más profundos, estas materias no
guardan relación alguna y que el mundo consiste en partes separadas que siempre
pueden establecerse como objeto de estudio disyuntivamente. Todas las nociones
científicas se asientan en una base de ideas que se extiende por encima de
todas las ciencias sin límite. Prevalecen conexiones de largo alcance entre
métodos, enfoques e ideas de las diversas especialidades, enlaces de enorme
importancia que no pueden ser tratadas como especialidades separadas y ramas
inconexas dentro de un mismo cuerpo y es precisamente ahí, donde se establecen
límites y barreras entre las disciplinas y especialidades donde la comunicación
se desmorona, el lenguaje científico de cada ciencia dispone a percibir la
naturaleza por determinadas vías y se bloquea una libre comunicación entre
diversas áreas3.
Para ello es imperioso que estos límites se vuelvan estructuras dinámicas y los
científicos sean conscientes del contexto más amplio de cada experimento y
concepto para que no exista una necesidad de fragmentación.
Es
preciso establecer una capacidad de apertura en toda ciencia tomando en cuenta
que cada persona sea capaz de mantener diversos puntos de vista, a manera de
suposición activa, y a su vez tratar las ideas de los demás con el cuidado y
atención que le prestamos a las propias. Para esto no es necesario exigir a
cada participante que acepte o rechace determinados puntos de vista, sino que
más bien se trate de llevar a cabo un esfuerzo donde se intente comprender lo
que significan las ideas del otro. De esta manera, la mente podría sostener
distintos enfoques, casi con la misma energía e interés. Se entabla así con un
libre diálogo interno que puede dar paso a un diálogo externo mucho más
relajado y abierto. Esto requiere el no casarnos con las ideas, no estar atados
y sometidos a una única percepción y visión determinada del mundo. El inicio de
una apertura comunicacional más libre y creativa en todas las áreas de la
ciencia significaría un enorme avance para el enfoque científico trayendo
beneficiosas consecuencias para la humanidad.
Ahora
bien, dentro de las Ciencias de la Comunicación, la misma especialización antes
comentada la ha llevado a dejar muchos aspectos de lado trabajando con
tradiciones y antiguos paradigmas que resultaron durante una campaña
presidencial norteamericana en los años cuarenta. Nos sorprendemos con rancias
renovaciones de teorías sobre opinión pública o sobre la construcción de
agendas temáticas por parte de los medios. La juventud se deslumbra ante el
boom de los media al escuchar cuentos de ciencia ficción sobre el imperio de
las nuevas tecnologías por lo que muchas veces nos lleva a pensar que en
comunicación, hace mucho, muchísimo tiempo que hay nada nuevo.
El
postmodernismo radical tampoco nos ha llevado muy lejos, pues se ha encargado
de desmoronar todo pensamiento y en particular los estudios culturales,
sumergido en un puro intelectualismo que disfruta la deconstrucción de todo
aquello que se le atraviesa, dejándonos como única visión un relativismo
pluralista bajo el cual la única perspectiva aceptable es la de que la verdad
está determinada culturalmente (excepto la suya propia, la cual puede ser
aplicable a toda cultura), y donde no existen verdades trascendentales ni
universales (excepto las suyas, claro está, que van más allá de todo concepto).
Por ello es urgente establecer nuevas bases integralistas con base en una
escuela constructivista que funcione para interrelacionar los múltiples
contextos humanos como la ciencia, el arte, la religión, la filosofía, así como
las grandes tradiciones del planeta entero evidenciando así que el mundo no se halla
realmente dividido4.
El
avance y desarrollo en las demás ciencias no puede dejar de lado a la
Comunicación, para ello es necesario establecer nuevos enfoques
comunicacionales que se adapten a los nuevos paradigmas científicos y que
entren en juego con las demás ramas de la ciencia, descubriendo vínculos
ignorados y abrazando todo este vacío que nos han dejado las especializaciones
del paradigma newtoniano. El fenómeno comunicacional no ha estado separado a
esta concepción mecanicista de la existencia humana. Nos hemos llenando de
modelos que en un instante se convirtieron en paradigmas incondicionales de las
relaciones mediáticas e interpersonales, es decir, entre receptores y medios masivos
y entre individuos en sí. La comunicación entonces ha sido vista como un
proceso lineal y voluntario de causa y efecto, en el cual ineludiblemente la
causa es preeminente sobre el efecto, porque este último sólo era lo producido
por la causa. Otra característica fundamental de la comunicación determinista
fue que el fenómeno en sí era reducido a un modelo tan lineal como por ejemplo
el de Claude Shannon, en el cual se concibe la comunicación entre dos
individuos como transmisión de un mensaje sucesivamente codificado y después
descodificado. Esto reanima una tradición filosófica en la que el hombre se
concibe como un espíritu enjaulado en un cuerpo que emite pensamientos en forma
de palabras; estas salen por un conducto apropiado y son recogidas por embudos ad
hoc, que las envían al espíritu del interlocutor, quien las analiza e
interpreta su sentido. Dentro de este esquema la comunicación se presenta como
un acto verbal entre dos individuos consciente y voluntario.
Si
el estudio de la comunicación retoma esta antigua posición filosófica, no podrá
escapar jamás de las dificultades lógicas que presenta. Los seres humanos
percibimos, nos movemos, emitimos sonidos, nos alimentamos, nos reunimos en
grupos, creamos amistades, sociedades, religiones y diversos tipos de vínculos,
nos peleamos, nos emparentamos, etc. Podemos de esta forma situar miles de
conductas observables en categorías, clases y géneros diversos. Retomar los
conjuntos significativos dentro de una cultura para estudiar su comunicación
nos encamina al postulado de una presencia de códigos de comportamiento
personal e interpersonal que regularían la asimilación de un contexto y por lo
mismo su significación. Todos subsistiríamos inevitablemente (aunque de manera
inconsciente) en y por los códigos ya que todo comportamiento supone su uso. La
utilización de estos códigos, que escapan al modelo voluntario y consciente
de comunicación, pasa a formar parte de un nuevo paradigma de comunicación
dentro del cual es imposible dejar de comunicarse.
Toda
la información que recibimos nos llega por estos diversos canales y se elabora
de manera igual de compleja. Ahora bien, esto cumpliría con cierta linealidad
que exigen las mentes más ortodoxas, pero si logramos ver el verdadero alcance
de nuestra comunicación podríamos elaborar no solamente una línea en donde se
transmiten y reciben mensajes, sino toda una elaborada red de vínculos
comunicacionales funcionando a manera de una bootstrap5 o un
holograma6 en
donde nos es imposible no comunicarnos y nuestras relaciones están en un
constante movimiento a manera de estructuras dinámicas.
Un
desarrollo social estable requiere de diversos modos de comportamiento:
palabras, gestos, posiciones de cuerpo, miradas, empleo de espacios físicos,
etc., estableciendo la comunicación como un todo integrado. "La
comunicación es la matriz en la que encajan todas las actividades humanas"7. En este sentido
es necesario concebir la investigación de la comunicación en términos de
niveles de complejidad, de contextos múltiples y sistemas circulares,
asemejando el funcionamiento de la cibernética8.
El
modelo de comunicación orquestal desarrollado por la escuela de Palo Alto9 es una de las
propuestas comunicacionales que más se adaptan a los nuevos paradigmas
científicos, pues su funcionamiento se asemeja al de una red de vínculos donde
cada uno de nosotros forma parte imprescindible de toda relación social. En
este modelo la comunicación se concibe como un sistema de canales múltiples en
el que el autor social participa en todo momento, lo desee o no: su mirada, su
actitud, comportamiento y hasta el mismo silencio. Como miembro de una cultura
forma parte de la comunicación, así como el músico forma parte de la orquesta.
Pero dentro de esta extensa orquesta no existe un director ni una partitura
(código escrito) cada uno toca poniéndose de acuerdo con el otro10. El deber del
comunicólogo es elaborar esta partitura escrita que resulta sin duda altamente
compleja.
La
comunicación así comprendida trabaja como un sistema (un proceso) en el que los
interlocutores participan. Decir que el individuo A comunica una multitud de mensajes
verbales y no verbales al individuo B es utilizar de nuevo el modelo de Shannon
en el que la comunicación se considera como una sucesión de acciones y
reacciones:
Un individuo no se comunica,
sino que toma parte en una comunicación en la que se convierte en un elemento.
Puede moverse, producir ruido..., pero no se comunica. En otros términos no es
el autor de la comunicación sino que participa en ella. La comunicación en
tanto que sistema no debe pues concebirse según el modelo elemental de la acción
y la reacción, por muy complejo que sea su enunciado. En tanto que sistema hay
que comprenderla a nivel de intercambio11.
Siendo así, el análisis no se
centra en el contenido del intercambio, sino en el sistema que ha hecho viable
el intercambio. Este sistema es la comunicación que recibe preferencia sobre el
sujeto que se inserta en ella. Todo comportamiento individual se convierte
desde este punto de vista, en comportamiento social (cultural) esto quiere
decir que la cultura no puede concebirse solamente como una entidad que va más
allá del individuo. Lo social, tiene que pasar forzosamente por lo individual.
Es cierto que el lenguaje juega
un papel de suma importancia dentro de la comunicación interpersonal, pero hay
que reconocer que los trabajos en los otros modos o niveles de comunicación
están todavía muy poco desarrollados, tales como los movimientos o el uso de un
lenguaje simbólico. Es precisamente esta comunicación de la que no nos damos
cuenta y tampoco le ponemos atención la que también determina nuestra
personalidad, comportamiento y creencias12 , pues puede
transmitirse social, cultural y particularmente a través de nuestros padres.
Normalmente cuando nos referimos a un sistema de códigos, pensamos
inmediatamente en un sistema lingüístico en el que cada signo corresponde a
algo material, pero a la vez existen ciertos términos irrepresentables objetivamente
(como el uso de la palabra eternidad o alma), para ello existe otro tipo de
orden con el cual trabaja nuestro inconsciente a través de una gramática
simbólica de gran complejidad. Todos nuestros actos tienen una dimensión
simbólica en la que la mayor parte de lo que expresamos siempre va incluida una
parte más de la que queremos explicar con un carácter simbólico la cual no
puede ser captada intelectualmente. Muchas veces para adquirir las proporciones
sobre las que trabaja este lenguaje es necesario el acercamiento a los mitos
que rodean nuestra sociedad, pero para hablar de ello requiere extendernos un
poco más.
Tal parece que el las diversas
vertientes de la comunicación no se quedan solamente en un estudio de
publicidad, mercadotecnia o sobre medios. Luis Racionero nos hace un
señalamiento al respecto al proponer al ser humano como una entidad dotada de
numerosos canales de percepción y nos deja en claro el limitado uso de estos:
"El cuerpo y la mente humanas forman un todo dotado de diversos canales de
comunicación con el mundo; cada uno de esos canales es una forma de
conocimiento. No es sensato renunciar a ninguno de ellos porque, al hacerlo, se
amputan y disminuyen las capacidades de conocimiento humano. Lo más eficaz es
usar todos los canales de conocimiento alternativamente, juzgando, en cada
caso, qué canal será más útil a las vivencias que se persiguen"13. Es obligación
de todo científico ir más allá de sus horizontes, ampliar su percepción e
información en los diversos campos de estudio, tanto de las ciencias duras como
de las humanas. Es labor de los comunicólogos renovar conceptos, formas,
elaborar nuevas teorías y enlazar todo aquello que pueda ofrecer una nueva
perspectiva, un cambio que se acomode a los nuevos paradigmas científicos y
generé en un futuro una ciencia donde quepamos todos.
Notas:
2 Por ejemplo, al
explorarse los recursos naturales de manera fragmentaria, la sociedad ha
causado la destrucción de bosques y tierras de cultivo creando desiertos y
deshielos en las capas polares.
3 Es
importante señalar que tampoco hay que caer en el holismo, pues no es sólo que
tal empresa se encuentre más allá de toda mente humana, sino que resulta
prácticamente imposible de llevar a cabo, ya que el conocimiento crece a una
velocidad mucho mayor a nuestra capacidad de conceptualizarlo
4 Ken Wilber.,
Una teoría de todo. Ed. Kairós. España 2000 p. 64
5 Geoffrey
Chew crea en el Bootstrap una teoría de las partículas que intenta unificar la
mecánica quántica y la teoría de la relatividad. La naturaleza no puede ser
reducida a entidades fundamentales (como los átomos) sino que debe entenderse a
través de le autoconsistencia. La filosofía Bootstrap no acepta ninguna
entidad, ley, constante ni ecuación fundamental. EI universo físico se ve como
una red dinámica de sucesos interrelacionados y la consistencia global de sus
interrelaciones determinan la estructura de la totalidad de la red. En inglés,
to pull oneself by the bootstraps es un giro idiomático conocido. Proviene de
que las botas suelen tener unos bucles o tiras en su parte superior - llamados
bootstraps - por los que se las levanta para calzarlas. Significa, entonces,
levantarse por los tiros de las botas, algo absurdamente imposible.
6 El punto de
partida de la hipótesis holográfica está constituido por lo que David Bohm
denominó "totalidad indivisa" y su objetivo fue el de explorar el
orden que aparece como intrínseco en la red cósmica de relaciones, a un nivel
más profundo y <<no manifiesto>>. A diferencia, de los
planteamientos modernos de la física sobre la convergencia de orden y desorden,
Bohm prefiere seguir usando el término "orden" para determinar los
comportamientos y la dinámica de los sistemas universales. A este orden Bohm,
lo denominó <<implicado>> o <<envuelto>> y lo describió
a través de la analogía de un holograma, en el que de algún modo cada parte
contiene al todo.
De esta manera, "Si se ilumina cualquier parte del holograma, se
reconstruye la imagen entera, a pesar de que no tendrá tanto detalle como la
imagen del holograma completo", y así el mundo real está constituido según
estos principios generales, a través de los cuales el todo se presenta envuelto
en cada una de sus partes, envolviendo a su vez a éstas.
7 Jurgen Ruesch y Gregory Bateson,. Communication, The
social matrix of the psychiatry, Nueva York, Ed. Norton. 1951, p. 13
8 Durante la
Segunda Guerra Mundial, Norbert Wienner estudia el problema de tiro de los
cañones antiaéreos (DCA). Como el avión vuela a una velocidad muy grande, es
preciso predecir su posición futura a partir de sus posiciones anteriores. Si
el cañón está informado de la separación entre la trayectoria real y la ideal
de sus obuses, puede cercar progresivamente el avión hasta abatirlo. En este
problema, Wienner reconocía el principio reconocido como feedback y le dio un
alcance universal al sentar las bases de la cibernética. Wienner observó en el
cañón que trata de alcanzar al avión el brazo que lleva un vaso de agua a la
boca, un mismo proceso circular en el que las informaciones sobre la acción en
curso nutren al sistema a su vez permitiéndole alcanzar su objetivo.
9 Tambien
llamada "el colegio invisible y conformada por pensadores como Gregory
Bateson, Edward Hall, Paul Watslawick, Erving Goffman. Se distingue por su toma
de conceptos y modelos de la teoría sistémica, pero también de la lingüística y
la lógica, los investigadores de la escuela de Palo Alto intentan dar cuenta de
una situación global de interacción y no sólo estudiar algunas variables
tomadas aisladamente. La comunicación es estudiada como proceso social
permanente que integra múltiples modos de comportamiento: la palabra, el gesto,
la mirada, el espacio interindividual. Se basan en tres hipótesis:
- La esencia de la comunicación reside en pprocesos de relación e interacción
(los elementos cuentan menos que las relaciones que se instauran entre ellos);
- Todo comportamiento humano tiene un valorr comunicativo (las relaciones, que
se corresponden y se implican mutuamente, pueden enfocarse como un vasto
sistema de comunicación), observando la sucesión de los mensajes reubicados en
el contexto horizontal (la secuencia de los mensajes sucesivos) y en el contexto
vertical (la relación entre los elementos y el sistema), es posible extraer una
lógica de la comunicación;
- Los trastornos psíquicos reflejan perturbbaciones de la comunicación entre el
individuo portador del síntoma y sus allegados.
La escuela de Palo Alto enfatizó sobre dos aspectos comunes y de importancia
entre la comunicación interpersonal y la mediada "reconocimiento y
generación de espacios a partir del factor relacional que es común a todo
proceso comunicativo". Es decir, las respuestas que el actor social
encuentra a sus preguntas referidas: quién soy y quiénes somos, están
impregnadas de significación espacial y varían según el sistema de redes que se
invoque en este ejercicio de autoidentificación.
10 Bateson,
Birdwhistell, Goffman, Hall, Jackson, et al., La nueva comunicación. Selección
de Yves Winkin Ed. Kairos. Barcelona, España. 1994. p. 6
11 Ibidem p.
77
12 Tales
creencias comprenden numerosas ideas. Con frecuencia se relacionan con el
"deber ser" a los que nos obligamos como imperativos morales. Tienen
relación con nuestros supuestos acerca del mundo y sus circunstancias. Estas
construcciones son filtros mentales que raras veces cuestionamos.
13 Luis
Racionero., Filosofías del underground. Ed. Anagrama. España. 1987. p. 154
Referencias:
Bateson, Birdwhistell, Goffman,
Hall, Jackson, et al., La nueva comunicación. Selección de Yves Winkin
Ed. Kairos. Barcelona, España. 1994
Bohm D. & Peat F.D.. Ciencia, Orden y Creatividad. Ed.
Kairós, Barcelona 1998
Jodorowsky, Alejandro., La Danza de la Realidad. Ed. Mondadori. M
Peat, David., Sincronicidad. Ed. Kairós, Barcelona. 2001.
Racionero, Luis., Filosofías del underground. Ed. Anagrama. España. 1987
Ruesch Jurgen y Bateson Gregory,. Communication, The social matrix of the
psychiatry, Nueva York, Ed. Norton.
Wilber, Ken., El paradigma Holográfico. Ed. Kairós, Barcelona. 2001
Wilber, Ken., Una teoría de todo. Ed. Kairós. España 2000
Ozziel
Nájera
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, México .