NOTA INTRODUCTORIA

 

Nos complace sobremanera contar con la colaboración del escritor, investigador, poeta y del pedagogo por excelencia que es Anastasio Lovo. Cuando le solicitamos su presencia en nuestra web no vaciló un momento en brindar su aporte a este sitio de la comunicación y la cultura.

Fernando Vallejos Suárez

29 de julio de 2003

 

 

 

SOCIEDAD, ARTE Y UNIVERSIDAD.

Por Anastasio Lovo.

 

 

 

 

 

 

 

[...] el arte no es un resultado pasivo del medio social, de una sociedad o de una época, sino que contribuye a la configuración activa de la propia sociedad en donde se produce gracias a la actividad del hombre como sujeto del movimiento histórico.

Simón Marchán Fiz.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SUMARIO.

  1. Arte y sociedad.
  2. Relación política, economía y arte en la sociedad nicaragüense. Una breve mirada a las políticas culturales desde la dictadura somocista a la actualidad.
  3. Los desafíos de la educación universitaria y los nuevos paradigmas de la educación.
  4. La incertidumbre del conocimiento contemporáneo.
  5. La formación integral del profesional actual.
  6. La universidad como centro de irradiación cultural.
  7. Cultura y arte como elementos de comunicación entre Universidad y Sociedad.
  8. La tradición humanística cristiana de la UPOLI.
  9. La experiencia artística de la comunidad UPOLI.
  10. La pertinencia académica y económica del desarrollo artístico de la UPOLI.
  11. Completamiento y desarrollo de las carreras afines al arte en la UPOLI.
  12. El arte como factor de integración cultural frente a la globalización.
  13. El arte como elemento de cohesión de la cultura de paz.
  14. IMLK, Cultura de Paz y Comunidad artística nacional.

 

 

 

 

 

 

DESARROLLO.

 

ARTE Y SOCIEDAD.

Una de las señas de identidad cultural de nuestros países es la producción de bienes de excelencia en algunos de los artes y de aceptable calidad, susceptible de mejorarse, en otros. El ingenio creativo de las y los centroamericanos nunca ha dejado de producir arte en dos grandes vertientes, la popular y la especializada. Estas vertientes evidentemente poseen sus vasos comunicantes entre ellas y no constituyen jamás compartimentos estancos. Vale decir que el arte especializado se nutre de lo popular y lo popular incorpora elementos del arte especializado.

Por arte popular entendemos aquel que partiendo de la síntesis que es toda tradición vernácula arraigada en la historia y en el imaginario de nuestros pueblos, logra mantenerla viva y adaptarla a las circunstancias temporales. En el arte popular la función estética está subordinada a la preservación de una tradición o a la comunicación de un mensaje y su soporte son materiales fungibles y vulnerables al paso del tiempo.

Por arte especializado entendemos aquel que parte de la gran síntesis de la producción artística mundial poseyendo conocimientos y conciencia sobre la materia, además de estar dotada de una intencionalidad y sentido de trascendencia al producir este tipo de obras. En el arte especializado la función estética prima sobre otras funciones, como la tradición y la comunicación, lo que explica su capacidad de revolucionar en el tiempo las formas estéticas, amen de poseer soportes materiales perdurables.

En nuestro país pese a sus avatares históricos esta producción artística no ha cesado porque ella es como el oxigeno que alimenta crea, recrea y mantiene la cultura particular de una comunidad de seres humanos en un espacio geográfico dado. Lengua, costumbres, política, tecnología, ciencia y arte constituyen señas de identidad concreta de la cultura de los pueblos. Pero es pertinente recordar aquí que toda cultura artística es producto de una historia y existe en un ambiente económico específico que si bien no es determinante para su creación (producción), sí es propicio o adverso para su distribución y consumo.

 

La producción artística, en tanto producción de bienes concretos (poemas, cuadros, esculturas, músicas, filmes, representaciones teatrales y danzarias), con toda y su autonomía relativa en relación a la economía, debe ser analizado en términos de producción, distribución y consumo. En el mundo contemporáneo existe todo un rubro económico referido a la distribución y al consumo de la obra de arte, donde se mueven importantes volúmenes de capital. Pensemos en la industria editorial y todo el sistema comercial de librerías. La industria de la producción y consumo de discos. La industria de los espectáculos (teatro, conciertos, ópera, danza). La industria del cine y la televisión. El sistema de galerías y subastas para las bellas artes. Por supuesto que no todo lo que circula por estos circuitos es arte y que no todo el arte circula por estos circuitos. Pero el arte para ser conocido y disfrutado por el público debe necesariamente acceder a ellos.

Solo con fines poéticos podemos ver la producción artística como dones, expresiones del espíritu, regalo de las musas, fiestas tradicionales, como algo que se hace por hacer etc. Debe cesar en la conciencia de los nicaragüenses el concepto de que el arte es gratuito, gratis. Son procesos que generan una inversión. ¿Cuánto invierte el país en la formación de sus artistas? ¿Cuánto tiempo invierte un artista en la producción de su obra? Estos procesos no sólo deben generar un gasto sino que poseen la probabilidad de generar ganancias y réditos insospechados para la economía y política nacionales.

 

Relación política, economía y arte en la sociedad nicaragüense. Una breve mirada a las políticas culturales desde la dictadura somocista a la actualidad.

Si revisamos somera y empíricamente la relación política, economía y arte en Nicaragua durante la última mitad del siglo, encontraremos que los distintos regímenes y gobiernos que se han sucedido, padecen de la constante de no tener un proyecto de nación consensuado que sea representativo de todos los sectores sociales. Más bien cada régimen y gobierno tuvieron un programa donde existió una visión parcializada de la nación y donde bajo este concepto se enmascararon los intereses de la familia, el partido o el grupo de interés económico detentando el poder.

Para efectos del análisis debemos caracterizar actualmente a Nicaragua como un país capitalista dependiente con un desarrollo desigual y combinado (parcialmente), sometido a los ajustes estructurales del sistema capitalista mundial para insertarse en una economía globalizada.

Durante el régimen dictatorial y dinástico del somocismo se dio un desarrollo y cierto auge de algunos rubros de exportación de nuestra economía dependiente, que posibilitó la ampliación del pastel productivo, comercial y financiero por lo que en aras de la gobernabilidad la familia en el poder llegó a pactos político con la principal fuerza opositora del país (Pacto de los Generales y Pacto Somoza-Aguero). En este consenso bipartidista y cupular y encarnando un cierto espíritu liberal, la producción artística se dejó en manos de la oligarquía conservadora y dado un cierto bienestar económico para las clases altas y medias, se dio una producción, distribución y consumo artísticos. Hubo un incipiente mercado interno para la obra de arte a nivel nacional y cierta proyección de algunos artistas nicaragüenses que lograron acceder al mercado internacional. No existió una política cultural del somocismo, más bien la dejó a laissez faire laissez passer, pero si existió una política de control con los artistas desafectos al régimen, también se dio una política de beneficios y halagos con sus artistas simpatizantes, pero durante el período insurreccional se impuso una férrea censura y la represión y la muerte no excluyeron a nadie. La literatura, la pintura, la música y el teatro tuvieron durante este período la emergencia de figuras destacadas y obras de calidad.

El período sandinista vivió en el plano económico una economía de transición de una economía dependiente a una economía mixta dependiente y en un segundo momento, esta economía mixta dependiente se transformó en una economía de guerra dependiente. Esta azarosa aventura económica hizo acceder a importantes sectores populares de la población al empleo y a un nivel de consumo desconocido antes para ellos. Pero el bienestar alcanzado por las clases medias durante el somocismo desapareció. Y con la economía de guerra la población en su conjunto fue afectada en su consumo.

Con todo y la adversidad en el plano de la economía durante el régimen sandinista se potenciaron las producciones artísticas que deben estar dirigida a las masas como son la música, la danza, la pintura, el teatro y el cine. Se desarrollaron proyectos editoriales importantes, donde se privilegió la difusión de clásicos de la literatura universal y la obra de escritores que apoyaban a la revolución. Se desarrolló la producción de discos de música nicaragüense. Hubo una producción cinematográfica nacional. La danza y el teatro populares fueron consistentemente apoyados y promovidos. La pintura, que había alzado su vuelo en el somocismo, alcanzó una excelente proyección nacional e internacional. En medio de todo esto hubo un intento de subordinar la producción artística a los esquemas ideológicos de la revolución. Durante la guerra los controles de la seguridad lógicamente aumentaron sobre la población en su conjunto y los artistas no fueron una excepción.

Existieron a nivel de discursos y propuestas, esbozos de una política cultural donde se enfatizaba la necesidad de la educación, la formación ideológica para una nueva sociedad y la producción artístico-cultural al servicio de la revolución. En la práctica también la gestión cultural se feudalizó en dos polos de poder revolucionario, representados por el Ministerio de Cultura y la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura ASTC.

Durante el régimen neoliberal, comprendido por los gobiernos de la Unión Nacional Opositora UNO y el Gobierno de la Alianza Liberal, prácticamente se revirtieron las políticas culturales de la revolución sandinista, pero no se formularon alternativas por parte del estado. La producción artística cultural también se ha dejado sometida a las leyes del mercado, pero las despiadadas políticas de ajuste, más la escasa formación de los gestores culturales, hizo fracasar los proyectos de producción cultural (editoriales, disqueras, etc.) que estaban acostumbrados aun a cierto apoyo paternal del estado.

Dedicados más a la propia acumulación los grupos de interés económicos que detentan el poder han sido incapaces de descubrir, completar y potenciar el mercado de la obra de arte en nuestro país. Los artistas en su reproducción simple han sufrido un grave deterioro que los ha llevado a la pauperización y a comprometer la calidad de su producción. Es el momento más álgido y crítico de este sector.

Esto se está dando precisamente en el momento de la globalización que con todo el poder arrollador del capitalismo superdesarrollado, éste logra vía medios de comunicación la imposición de pautas culturales estadounidense como son el Día de Acción de Gracias, la Noche de Brujas y la profusión de música navideña de origen anglosajón. Eso lo estamos viviendo hic et nunc. Hay un debilitamiento de la producción artística y un control severo del capitalismo a través de pequeños e incompletos circuitos de distribución. Esto es grave porque está tocando fibras sensibles de nuestra vida cultural, a la que todos debemos poner atención, principalmente los centros de educación (superior, media y básica) y los artistas.

 

Los desafíos de la educación universitaria y los nuevos paradigmas de la educación.

La complejidad de la sociedad contemporánea plantea verdaderos desafíos para la continuidad de una efectiva y eficiente labor formativa de las universidades. En ningún período de la historia anterior a la que vivimos, las instituciones educativas se enfrentaron a la complejidad de problemas que demanda una sociedad para su reproducción y sobrevivencia.

Como afirma el Doctor Carlos Tünnermannn en su obra texto Tendencias Contemporáneas en la Transformación de la Educación Superior, (Ed.Nos-Otros, UPOLI, Managua, 2002): La transformación de la educación superior es, pues, un imperativo de la época. [...] Los procesos de cambio que se dan en la sociedad contemporánea necesariamente influyen en el quehacer de las universidades y de la educación superior en general. A su vez, las exigencias provenientes de la revolución científico-tecnológica, impactan las estructuras académicas y les imponen la perspectiva interdisciplinaria, como la respuesta más adecuada a la naturaleza del conocimiento contemporáneo. La crisis de la educación superior es, entonces, una crisis de cambio, de revisión a fondo de sus objetivos, de sus misiones, de su quehacer y de su organización y métodos de trabajo. La alternativa es, entonces muy clara: si las universidades no atienden las nuevas demandas otras instituciones lo harán, al propio tiempo que se encargarán de convertirlas en piezas de museo.

La misma educación en su conjunto ha construido nuevos paradigmas para intentar dar respuesta a las necesidades de una sociedad digitalizada, electrónica, comunicacional y globalizada. El Doctor Carlos Tünnermannn Bernheim, en su más reciente texto cita 8 principios paradigmáticos de la educación del eminente pedagogo español Miguel Escotet en su libro Aprender para el futuro, (Fundación Ciencia, Democracia y Sociedad, Madrid, 1991):

 

 

 

* La educación es un proceso continuo.

* Todo grupo social es educativo.

* Universalidad del espacio educativo.

* La educación permanente es integral.

* La educación es un proceso dinámico.

* La educación es un proceso ordenador del pensamiento.

* El sistema educativo tiene carácter integrador.

* La educación es un proceso innovador.

Hoy menos que nunca se podría concebir a la universidad como una estructura acabada, estática e inmutable. Todo en la sociedad actual reclama un aprestamiento, una transformación que le permita adecuarse, ser pertinente y sobrevivir en un mundo incierto y en crisis. Especialmente de aquellas instituciones educativas, como las universidades, cuya razón de ser es la transmisión de conocimientos que incidan en la transformación de la realidad, en la preservación de la naturaleza y en la mejora cualitativa de la vida en sociedad.

La incertidumbre del conocimiento contemporáneo.

Si profundizamos en el análisis de la situación del conocimiento contemporáneo, contenido toral de la labor educativa de la universidad, encontraremos que éste se caracteriza por la incertidumbre. A la crisis de la sociedad y sus instituciones, habría que añadir la estabilidad relativa y efímera del conocimiento. Así mismo cabría sumar, la relatividad del mismo conocimiento frente a otros enfoques, aproximaciones o hipótesis también relativas.

En la epistemología no existen y a decir verdad, no han existido a lo largo de su historia, conocimientos absolutos ni eternos, pero la velocidad que éstos han adquirido actualmente en cuanto formulación, acceso y difusión, gracias al desarrollo de la tecnología aplicada a la comunicación y a la cibernética, es algo inédito, pasmoso y desafiante. "Se estima -dice Tunnermann- que la base del conocimiento se amplía cada cinco años y se duplica cada quince años".

 

 

La formación integral del profesional actual.

En esta situación de crisis social y de incertidumbre epistemológica, la universidad debe contribuir aportando profesionales, cuyo centro de formación integral sea la capacidad de aprender a aprender permanentemente. Solamente así, los profesionales estarán capacitados para dar respuestas y formular nuevas preguntas en su desempeño, encarando los desafíos de la sociedad contemporánea.

En la sociedad nicaragüense actual y específicamente en la comunidad universitaria más que un debate se realizan acciones encaminadas a privilegiar una formación técnica, utilitaria y supuestamente rentable, en detrimento de una formación humanística, holística y supuestamente onerosa e inútil. Así universidades de tradición humanística y con prestigio histórico han desechado carreras como filosofía, artes y letras o ciencias de la cultura. Privilegiando la formación de profesionales monovalentes que serán incapaces de bregar con los desafíos de una sociedad compleja que requiere y reclama una visión holística e integradora para intentar resolver sus problemas.

En el mundo la educación –según Tünnermann- ha llegado a: "El convencimiento de que no es posible resolver los complejos problemas de la sociedad contemporánea sin una perspectiva interdisciplinaria, hace que el meollo de las reformas académicas de nuestros días radique en cómo combinar los elementos estructurales de la universidad de manera que su organización promueva y facilite esa interdisciplinariedad, que es la forma contemporánea de ejercer el oficio universitario. (Negrillas mías.)

Según el Informe de la Comisión Internacional de la Educación para el siglo XXI, conocido como Informe Delors, citado por Tünnermann en su obra: "La educación para el futuro debe priorizar la capacidad de dar respuestas y soluciones. La educación se proyecta hacia la acción, de modo que el proceso educativo transmita no el saber en sí mismo, sino el saber hacer. Este enfoque contrasta con la orientación del sistema educativo en el siglo XIX, que privilegiaba las cualidades de orden y mérito en detrimento de las facultades creativas. Según Thierry Gaudin, a partir del año 2000 lo fundamental será la renovación de conocimientos, la flexibilidad, el saber hacer y el saber producir, la capacidad para cambiar de métodos oportunamente. De acuerdo a ello, el aprendizaje nunca termina, es una función vital que se hace permanentemente y será percibido como una necesidad por los propios individuos, sin necesidad de que se lo impongan las empresas o el Estado. En este contexto, el prestigio del título académico se reducirá; el conocimiento teórico será reemplazado por la competencia real en la práctica. Las relaciones autoritarias resultarán casi imposible, el mayor reclamo será el de la iniciativa. La enseñanza dejará de fundarse en las tradiciones y en la rutina y se basará en la invención y en la iniciativa, adaptándose al movimiento y la complejidad, con el objetivo de formar espíritus abiertos y capaces de generar soluciones. Los nuevos valores del sistema educacional girarán en torno a la creación, al equilibrio de las relaciones entre individuos y el respeto al espacio del otro como condición del respeto propio."

Es a partir de estos análisis, reflexiones y proyecciones que han realizado los especialistas en educación en el mundo, que postulamos un desarrollo de la formación humanística, con énfasis en la filosofía (visión holística), el arte (homo faber) y la cultura de paz, para el profesional que la Universidad Politécnica de Nicaragua deberá preparar de cara al inminente futuro.

La universidad como centro de irradiación cultural.

Una de las características de la universidad latinoamericana desde la reforma de Córdoba ha sido su misión de devolverle al pueblo sus conocimientos procesados. Un lema en boga durante las luchas autonómicas para la universidad en Nicaragua fue aquel que rezaba: El pueblo es el creador de la cultura y la universidad es su más alta expresión.

A decir verdad la universidad latinoamericana siempre ha asumido el compromiso social de ser un centro de análisis de la sociedad, de proyección de su que hacer y ha funcionado como un centro de irradiación cultural donde las manifestaciones artísticas han estado siempre presentes (literatura, teatro, pintura, danzas, música, radio, t.v., cine, etc.) Esta parte medular de la misión de la universidad latinoamericana ha jugado un papel muy importante en los procesos de democratización, de desenajenación, autoconciencia e identidad cultural en nuestro continente.

No es posible para una universidad contemporánea seguir preparando técnicos y profesionales que salgan de sus aulas y laboratorios por una manga aséptica para laborar en la empresa, privada o estatal, o para constituirse en un soldado más del ejército de desempleados. Mientras mayor sea la relación, el estudio de la sociedad y sus manifestaciones culturales, mejor será la capacidad instalada de estos profesionales para encarar los desafíos de su entorno laboral o reconvertir sus habilidades y conocimientos en empresas que los doten de la producción necesaria para su sobrevivencia.

 

Cultura y arte como elementos de comunicación entre Universidad y Sociedad.

El estudio y la reflexión sobre la cultura nacional y latinoamericana, así como las muestras, exhibiciones, ediciones y proyecciones del arte latinoamericano, más los avances científico-tecnológicos, han sido los elementos fundamentales para la interacción dialéctica y para la comunicación entre la universidad y la sociedad de la que forma parte. Esta relación es fundamental para la sobrevivencia, correcto desempeño y desarrollo de los dos polos involucrados.

La comunicación entre universidad y sociedad es básica para el fortalecimiento de la identidad cultural, la proyección de las más bellas y altas manifestaciones del espíritu, que constituyen una parte esencial de esa misma identidad, así también este evento se debe registrar como el momento que el devenir histórico se encuentra con la ciencia, el arte y la filosofía, es decir con el humanismo, para tomar conciencia de si y proyectar el desarrollo económico, político, artístico y social.

 

La tradición humanística cristiana de la UPOLI.

En el caso particular de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), centro de estudios superiores de tradición cristiana, de carácter privado pero de servicio público, podemos hablar de un espíritu humanístico de nuestra alma mater. Cabría recordar aquí que gran parte del patrimonio humanístico occidental, parte del renacimiento de inspiración cristiana, que logra toda una revolución epistémica, concibiendo al hombre con una nueva posición en el cosmos y desarrollando una verdadera explosión de las artes en todos los órdenes, tanto en su vertiente católica como evangélica.

Si bien el énfasis inicialmente fue puesto en la formación técnica de profesionales capaces de contribuir al desarrollo socio - económico de la Nicaragua de los finales de la década de los 60, en la UPOLI gracias a la visión y conciencia de la misión universitaria propia de su Rector, la práctica y la reflexión que parten del espíritu del cristianismo, han llevado a la adopción de el último paradigma universal, la cultura de paz, así como el cultivo de artes como la música (Conservatorio de Música), la danza, el teatro, la publicación de obras de filosofía, historia, literatura, teología, resolución de conflictos, economía y pedagogía.

Estos hechos significativos en la vida cultural de la comunidad upoliana, han tenido un impacto amplio en la sociedad nicaragüense, dotando a nuestra universidad de un aura humanística, característica que la perfila como uno de los mejores centros de estudios superiores del país. Prueba de ello es el alza en la demanda de matrícula para ingresar en nuestra casa de estudios, así como su sólida proyección en los medios de comunicación social, el respeto y lugar privilegiado que ocupa nuestra universidad en el CNU, así como su status de interlocutor válido frente a la comunidad universitaria universal (convenios con universidades latinoamericanas, norteamericanas y europeas) y organismos internacionales.

La experiencia artística de la comunidad UPOLI.

A lo largo de 35 años de fructífera existencia y labor al servicio de la comunidad, la UPOLI ha acumulado una experiencia artística considerable en el ámbito de la comunidad universitaria nacional. Las actividades artísticas sobresalientes en nuestra universidad son, la danza, disciplina que ha obtenido premios, reconocimientos y presentaciones a nivel nacional e internacional, la música, donde se destacan el Conservatorio de Música, el Grupo Ébano y la Estudiantina de la UPOLI, el teatro, que ha logrado representaciones a nivel nacional e internacional y la literatura que se ha destacado a nivel inter universitario.

Este desarrollo de las artes en una universidad de carácter politécnico, obedece a que en su concepción, misión y constitución hay claros principios sobre el valor de lo artístico y lo humanístico en la vida universitaria y en la relación con la sociedad. Baste que releamos un pequeño párrafo de la Misión de nuestra universidad contenida en el documento Acerca de la Universidad Politécnica de Nicaragua publicado en el Catálogo 2001-2003 y que a la letra dice: La Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), está constituida como una institución de carácter permanente, de servicio público, sin fines de lucro, dedicada a la educación superior con el propósito de contribuir al desarrollo científico, económico, social cultural y a la preservación del medio ambiente. Su Lema es "Sirviendo a la Comunidad". Su currículo está basado en la promoción de la dignidad de las personas, el arte, la ciencia, la ecología y la investigación. (Negrillas y cursivas mías).

 

Relevante, significativo e imprescindible ha sido el apoyo decidido, que con una clara concepción y sensibilidad humanística, nuestro Rector Lic. Sergio Denis García Velásquez, le ha conferido al desarrollo del arte, consustancial al ser humano, en el ámbito de nuestra comunidad.

Estos elementos históricos contribuyen a la autocomprensión y a la proyección de la UPOLI en nuestra sociedad como una universidad sirviendo a la comunidad nicaragüense. Igualmente consideramos que si la UPOLI, impulsa con mayor coherencia, profundidad y alcance el desarrollo de las artes en el currículo nuestro, estará reafirmando su lugar en nuestra patria como una universidad cristiana cuyo humanismo la hace ser de anticipación y vanguardia en los tiempos que vivimos.

 

La pertinencia académica y económica del desarrollo artístico de la UPOLI.

El desarrollo de las artes en nuestra universidad presenta problemas similares al desarrollo de las artes a nivel nacional. Uno de los problemas principales que afronta el desarrollo del arte, es la errada y pre-juiciada concepción que es una inversión no rentable, producto de gente que anda en las nubes esperando recibir la visita de las musas y que no tiene nada que ver con el desarrollo socio económico del país.

Si consideramos las perspectivas del desarrollo nacional y vemos por ejemplo el énfasis estratégico puesto en el rubro turismo, vamos a encontrar que uno de los elementos a mercadearse y a venderse en el paquete turístico además del paisaje, el confort, es la calidez y calidad de la cultura de un pueblo. Tanto sus manifestaciones antropológicas, arqueológicas e idiosincrásicas, como sus manifestaciones artísticas en todos sus rangos y sus vertientes (populares y especializadas).

Parte de esta problemática nace de no concebir el arte como productor de mercancías con características particulares. Por ejemplo en el caso de la obra de arte plástica (pintura y escultura), encontramos que raras veces esta mercancía sufre la depreciación, sino que por el contrario a medida que pasa el tiempo su valor se incrementa. Recordemos que el arte es además de belleza, comunicación y gratificación contenidas -desde el punto de vista de la concepción temporal de nuestra cultura- resistencia al tiempo. Y ésta ha sido la tradición y la lección de banqueros y grandes capitalistas que han acumulado parte de su patrimonio en tesoros artísticos que no están sometidos como el oro, los signos monetarios, la tierra u otros bienes a las leyes de la depreciación económica.

Otro aspecto importante es concebir la generación de obras de arte como un proceso productivo que precisa su completamiento eficaz y eficiente en los áreas de mercadeo, distribución y consumo a nivel nacional e internacional. Los productores artísticos nicaragüenses siguen produciendo con mayor o menos dificultad, pero la distribución y el consumo de estas obras, que completarían su vida o circuito económico la mayoría de las veces se estanca llevando a pérdidas. Es aquí donde hacen falta verdaderos estudios académicos para elevar el nivel de calidad del arte hasta llevarlo a parámetros de excelencia, como también estudios económicos y de marketing, que sepan ofertar y vender esta mercancía particular.

Un aspecto nada despreciable desde el punto de vista económico, es que una producción de obras artísticas de calidad a través del ejercicio académico en la UPOLI o vía convenios de colaboración con otras escuelas, talleres, asociaciones y uniones, se orientaría al embellecimiento de los espacios de nuestros campus, recintos, oficinas, salas de conferencias y aulas. Redundando todo lo anterior, en una ampliación cuantitativa y cualitativa del patrimonio de la UPOLI y de su capacidad de realizar este tipo de obras en un mercado regional, incrementando con ello los beneficios de los artistas y de nuestra alma mater.

Todo esto son tareas que se pueden cumplir en nuestra universidad, que deberá completar y elevar la calidad de los currículos de aquellas carreras artísticas como diseño y música, así como desarrollar otras, que por el mismo universo de relaciones con la comunidad artística nacional, básicamente en los sectores artes plásticas, música y literatura, ya la UPOLI puede emprender de manera responsable y madura esperando un buen logro.

También es importante concebir el desarrollo y completamiento de los procesos artísticos en la UPOLI y su proyección económica en la sociedad como un proyecto piloto. Por ello es imprescindible, valorar estas experiencias como pruebas de laboratorio que eventualmente se puedan aplicar al desarrollo sectorial de las artes en la sociedad nicaragüense.

El arte como factor de identidad e integración cultural frente a la globalización.

El problema de la identidad y de la cultura nacional y regional frente a la globalización, ha sido uno de los aspectos centrales del pensamiento filosófico latinoamericano, en el cual se han hecho grandes aportes y profundas reflexiones. Es cierto que este pensamiento en tanto partió de una lengua europea y de una tradición filosófica europea, con el desarrollo de este proceso cultural, indudablemente ha llevado y cada día es más fuerte poderosas señales de identidad cultural latinoamericana.

De allí la importancia de reflexionar individual y colectivamente sobre estos problemas, que son los problemas de nuestro ser, de nuestra historia y probablemente contengan parte de nuestro futuro.

Todo esto en el actual proceso de integración de la economía mundial que nos han impuesto los poderes hegemónicos mundiales, básicamente encabezados por los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, los problemas de la identidad y de la cultura pasan a ocupar un lugar importantísimo, vital e ineludible.

Actualmente el mundo vive el más grande proceso de transculturación que se ha dado en la historia a nivel de la economía y a través de los poderosos medios masivos de comunicación electrónicos y cibernéticos. La televisión por cable e Internet, para un sector privilegiado en el cual indudablemente está inserta la comunidad artística centroamericana, estos medios logran hacernos asistir a cualquier evento en cualquier parte del mundo, así como a tener acceso a una cantidad de información insospechadas para las generaciones que nos antecedieron, así mismo hacen tragarnos una cantidad de publicidad sobre los productos explotados por los centros hegemónicos del poder mundial.

Frente a este proceso es de vital importancia aferrarse a una identidad y contribuir al proceso de producción de nuestra cultura. Si uno sabe quién es o quién está siendo, cuáles son sus valores, su visión de mundo, su lengua, su fe, sus costumbres, sus mitos... Si uno sabe esto es capaz de dialogar y de negociar con el otro. Si uno no sabe esto, el inexorable y doloroso destino que le aguarda es convertirse es un esclavo o en un peón enajenado al servicio de la poderosa cultura eurocéntrica que incluye por supuesto a los norteamericanos de ascendencia sajona.

En esta producción cultural para mí ocupa un lugar destacado la educación. Unicamente a través de la educación seremos capaces de desarrollar para nuestra cultura la ciencia, la tecnología, asi como desarrollar nuestro arte y tener una mayor presencia en los medios de comunicación electrónicos y cibernéticos que constituyen un alto porcentaje de la información y por ende la formación de las conciencias del mundo.

Sólo así podremos estar en capacidad de desarrollar una dialéctica cultural creativa, integrarnos al proceso de globalización pero también integrando a ese proceso nuestra propia cultura. Esto es algo a lo que no podemos renunciar sopena de desaparecer como cultura. Y una vez que nuestra cultura desparezca, la especie humana nuestra estará en peligro de extinción. Seremos otra cosa. Ya no seremos nicas, ni latinoamericanos. Esclavos de gringos, japoneses o taiwaneses.

Eso son retos que debemos encarar con valentía y responsabilidad histórica. Y una Universidad como la nuestra contribuirá a formarnos y a entregarnos elementos que nos servirán para interactuar en un mundo global deshumanizado, aplastante y terrible.

El arte como elemento de cohesión y difusión de la cultura de paz en la sociedad.

Otro elemento digno de considerarse y valorarse es que el arte en el mundo se ha convertido en el mejor vehículo para la proyección, difusión y cohesión social del nuevo paradigma de la cultura de paz. Recordemos el acápite e) de los Fines en el capítulo Misión de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Catálogo UPOLI 2001-2003), que a la letra dice: Promover en todo su quehacer académico-docente y de proyección en la vida del país, el desarrollo de una cultura de paz que contribuya a la solución pacífica de conflictos, al humanismo y la convivencia fraternal entre todos los nicaragüenses y la comunidad internacional.

 

IMLK, Cultura de Paz y Comunidad artística nacional.

 

En circunstancias que el Instituto de Investigaciones y Acción Social Martin Luther King de la UPOLI, se constituyó para la investigación, el estudio y la difusión de la cultura de paz en nuestra sociedad; y considerando que el IMLK-UPOLI ha desarrollado vitales acciones de colaboración con la comunidad artística nacional e internacional que han redundado en una óptima proyección del que hacer de nuestra universidad a nivel nacional e internacional, consideramos oportuno proponer que el IMLK en coordinación con las instancias cuya misión sea promover el humanismo y en estrecha colaboración con aquellas carreras cuyos componentes tengan al arte como uno de ellos, realice un plan de desarrollo del arte y las humanidades en nuestra universidad.

 

Anastasio Lovo.

Managua, 20-29de Mayo de 2002.

 

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