EL PROGRESO COMO UN ESPEJO Y UNA CIUDAD MUERTA

 

Fernando Vallejos Suárez

 

"La urbanización continua no es más que

una de las muchas presiones que nos

empujan hacia una mayor "temporalidad"

en nuestras relaciones humanas."

 

Alvin Toffler

 

 

 

 

 

 

 

La magia de la lectura propicia el descubrimiento constante de una realidad que nos deslumbra con sus desplantes y devaneos. Y más cuando una novela-que se supone apunta a la ficción-inserta sus tentáculos en el punto geográfico donde habitamos.

Digo esto a propósito de "Un sol sobre Managua", la primera incursión novelística de Erick Aguirre, de la cual sale ileso dado su capacidad narrativa, sobre un tema recurrente en algunos escritores nicaragüenses nostálgicos de observar y sentir su capital desgarrada.

En principio, la novela de Aguirre me permitió como esos fantásticos vídeos, poder palpar y reconocer viejos lugares de una historia reciente: ubicación del semanario "La Crónica", terriblemente abortado en abril del 90, cuando se preparaba a hacer el parteaguas en una década que se iniciaba con una explosión política que requería del ejercicio de un periodismo audaz y con la mira puesta en la fiscalización de la actuación pública y distante de los apasionamientos partidarios.

El comedor de barandas verdes con vista al cuartel de bomberos-un verdadero enjambre de seres uniformados listos a cualquier llamada-la barbería situada frente a La Crónica, que muchas veces fue sitio de tertulias abordando el tema candente del momento, pero sin dejar de lado el consabido y cómplice flash literario.

Uno buscando pistas de los personajes que sirvieron o fueron capaces de atraer la atención de Aguirre y que quedaron plasmados en la novela y encuentra apellidos trastocados y nombres disimulados que una mirada atenta basta para identificarlos en la vida real.

Esos tienen una significación especial, ya que prefiguran un entorno que a medida que se desarrolla la novela, constituyen la pieza fundamental que propicia su congregación: interrrogarse sobre su quehacer literario, político, rumiar los sinsabores del periodismo, en una ciudad sin corazón que cada día extiende sus arterias compulsivamente.

Carlos Vargas y Joaquín Medina, son la encarnación de todo un imaginario colectivo lleno de añoranzas por un destino perdido, que sin embargo, se trata de reinventar a cada paso, como una especie de consuelo. Es Managua destruyéndose, pese a los destellos de modernidad incrustándose a la velocidad del mercado que no entiende de nostalgia y el apego al terruño.

El sol sobre Managua, es cada vez más intenso. Su trágica historia no ha permitido la conformación de una ciudad que cobije a sus habitantes en un manto protector que afirme su personalidad, sus signos vitales son vulnerados incesantemente. Es cierto, aquí se concentra todo, pero la pérdida de identidad marcha a pasos agigantados.

Con la novela de Erick Aguirre, se emprende un viaje por los recovecos de una Managua que guarda un espacio que necesita rediseñarse, pero viendo más allá de las edificaciones.

La vieja escuela periodística, formada en el fragor de la bohemia y la lectura voraz de materiales literarios de calidad, es un referente que no hay que perder de vista.

Erick Aguirre, es representante de una generación, donde acontecimientos históricos que se han sucedido, han causado vértigo y provocado transformaciónes personales que han marcado para siempre y sólo asumiendo una actitud abierta a los cambios, impulsando una política de debate de las ideas que hoy procuran buscar un norte, facilitará que al menos vislumbremos puerto.

Digo esto, porque a lo largo de "Un sol sobre Managua", se propicia una cultura de diálogo, del enjuiciamiento de hechos-la política nos concierne a todos-hay que asumir un sentido crítico de las cosas, problematizar la cuestión.

No quisiera que el destino de Managua tuviera el triste final de Carlos Vargas, el personaje principal de "Un sol sobre Managua". Es uno de los pasajes más intensos de la novela.

Su asesinato en circunstancias no muy claras, es un mensaje indescifrable. Es un golpe que llega de pronto sin percatarnos-al instante-de su hondo significado existencial.

Managua debe sobreponerse de tantas adversidades, se niega a morir y nosotros debemos darle un soplo vital.

febrero, de 1999

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