La era del cambio de poder

De Alvin Toffler

Por Julián Chabert 

Comunicación Social
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Universidad Nacional de Cuyo.
Mendoza. Argentina.


Somos producto del poder. El poder rige desde el sexo hasta los pasatiempos de la gente.
Pero ahora vivimos una etapa de "cambio de poder " , ya no hablamos de transferencia sino de transformación en la naturaleza misma del poder .
Toda la estructura del poder que mantuvo unido al mundo se desintegra y está siendo reemplazada por otra muy distinta.
Después de la segunda guerra mundial, el mundo estuvo equilibrado por las dos potencias. El encogimiento del poder soviético ha dejado un vacío muy importante.
El poder está cambiando a una velocidad tan asombrosa, que los líderes son barridos por los acontecimientos, en vez de imponer orden sobre ellos.
Estos acontecimientos plantean un fenómeno tan nuevo como trascendente: una revolución en la esencia del poder.

El conocimiento es poder. Los médicos antes eran considerados dioses en bata blanca. Manejaban códigos e información que a la gente común se le negaba. Había un mito sobre su poder.
Con la masificación de la información, los conocimientos médicos llegan al gran público a través de la televisión, las revistas, las redes de computación, etc.
El monopolio de los conocimientos médicos ya no es ejercido por los profesionales, sólamente.
Y un doctor ya no es un dios.
A medida que el conocimiento es redistribuido, también lo es el poder que se basa en él.

Los nuevos sistemas económicos no se basan ya en la fuerza, sino en el conocimiento.
El final del industrialismo da paso a la era de la información, "los imperios del futuro son imperios de la mente".
La aparición de un nuevo sistema para la creación de riqueza (el conocimiento), destruye los pilares del antiguo sistema de poder y transforma la vida familiar, la empresa, la política, la nación-estado y la estructura, en sí, del poder mundial.

Todo lo que pueda satisfacer los deseos o necesidades de otra persona es una potencial fuente de poder. Pero los elementos más importantes de control social son: la fuerza, la riqueza y el conocimiento. En la leyenda japonesa: la espada, la joya y el espejo.

La violencia produce resistencia y es inflexible. Se usa siempre para castigar. Es un poder de mala calidad.
La riqueza es flexible. Puede amenazar o recompensar. Es un poder de mediana calidad.
El conocimiento persuade y engaña. Multiplica la riqueza y la fuerza. Es el poder de más calidad.
El máximo poder lo tienen los que pueden alternar la amenaza del castigo con la promesa de la recompensa, con la persuasión y la inteligencia.
El conocimiento es la esencia del poder militar y del poder económico. Esto explica la batalla general por el control de la información y los medios de comunicación.
La lucha mundial se va a dar, cada vez más, sobre el control, distribución y acceso al conocimiento.
La vida en la economía super-simbólica.


En la sociedad de la tercera ola, el papel moneda va a desaparecer, reemplazado por el dinero electrónico.
La riqueza de esta etapa es una riqueza de símbolos. Y el poder que se basa en esta riqueza, también es un poder virtual.

La lucha por el poder entre fabricantes y comerciantes es el control de la información. Controlando la información, se controla al consumidor.
La invención del código de barras trasladó el control de la información, de los fabricantes a los comerciantes, ya que al informatizar el proceso de compra, se obtienen muchos datos sobre los hábitos del consumidor.
Hoy, es el comerciante el que decide que artículos va a ver el consumidor, y como va a verlos.
El consumidor paga su compra dos veces: la primera con plata y la segunda con información que cuesta dinero.
El consumidor es, en cierta medida, el co-productor de sus propias compras.
Cada vez más, el dinero se parece a la información y la información al dinero. Ambos se convierten en meros impulsos eléctricos.

Las redes de comunicación de la segunda ola se denominan inteligentes o redes conscientes de sí mismas, porque chequean permanentemente su funcionamiento y la calidad de su servicio.
A este funcionamiento se le llama intrainteligencia, porque sus conocimientos están orientados hacia el interior de la red.
Las redes de la tercera ola son las redes con valor añadido (RVA) . Son extrainteligentes, ya que sus conocimientos no están destinados a cambiar o mejorar la red en sí, sino que actúan en el mundo exterior y añaden inteligencia extra a los mensajes que fluyen a través de ellas.

Cada día es mayor la cantidad de información que traspasa y hasta diluye las fronteras empresariales.
El intercambio electrónico de datos ( IED) cambia todos los aspectos de relación entre las empresas, los proveedores y los clientes. Por ejemplo, puede usarse como arma para eliminar los intermediarios, al conectar directamente los ordenadores de la empresa con los del cliente.
Un vasto sector de la economía ( mayoristas, empresas de almacenaje, transportistas ) se ven obligados a usar la extrainteligencia para sobrevivir en la nueva guerra electrónica.

La tercera ola nos presenta un escenario donde la información es el principal y más fluido de los recursos, y la fluidez es el sello de una economía en la que la producción y la distribución dependen, cada vez más, de un intercambio simbólico.
Cuanto más inteligentes sean las redes, más oculto estará el proceso humano de toma de decisiones. Y tanto más dependientes seremos de esa inteligencia.
Nuevas y desconcertantes cuestiones respecto del uso y abuso del conocimiento confrontarán a las empresas y a la sociedad.
En la economía super-simbólica lo que más cuenta es el conocimiento acerca del conocimiento. 1

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