NUEVOS PERFILES DE LOS PERIODISTAS EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACION

 

Dr. Xosé López

Profesor Titular de Periodismo.

Departamento de Ciencias de la Comunicación.

Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Santiago de

Compostela

 

RESUMEN

Los importantes cambios que se han producido en el hipersector de la

comunicación en los últimos veinte años no sólo han obligado a los periodistas a

“ponerse al día” para trabajar con las herramientas de la actual generación,

sino que han definido nuevos perfiles profesionales. El nacimiento de nuevos

medios, con Internet como paradigma de la comunicación “total”, ha provocado la

necesidad de experimentar con lenguajes, formatos,... Los periodistas, sobre

todo aquellos que han optado por la formación continua para la adquisición de

los conocimientos precisos para su trabajo en la denominada Sociedad de la

Información, han tenido que adentrarse en la digitalización, en las secretos de

la programación informática, en la interactividad, en las claves de la

multimedia... Fue así como un número importante de periodistas han conquistado

posiciones en un terreno inicialmente reservado a los tecnólogos. Su apuesta ha

marcado el inicio de un camino que tiene en la formación con nuevos perfiles,

que aportarán las Facultades de Ciencias de la Comunicación, y en la educación

continua sus dos principales instrumentos para la superación con éxito de los

desafíos del futuro. Después de los cambios hechos en los planes de estudios

durante los últimos años, se abre una nueva etapa de actualización de los

programas en el marco de la Unión Europea. Las Facultades de Ciencias de la

Comunicación intentan ganar el nuevo desafío con una oferta de calidad que tenga

en cuenta los nuevos perfiles profesionales y las demandas del mercado sin

perder de vista el objetivo de la Universidad: formar profesionales que sepan

pensar, que conozcan y entiendan el funcionamiento de la sociedad, que sepan

investigar y que tengan preparación para trabajar en la sociedad en que viven.

 

 

 

 

Palabras claves: Periodismo/ Formación/ Sociedad de la Información/ Perfiles

profesionales.

 

1.- Introducción

El siglo XXI acogerá, en su primera década, la fase de madurez del periodismo en

Internet o, mejor, del periodismo en línea. La red de ordenadores nacida en los

años sesenta en el ámbito militar ha alcanzado en el último tercio del siglo XX

la categoría de herramienta cotidiana gracias a la World Wide Web (WWW). Fue a

partir de ese momento cuando Internet comenzó a cautivar a buena parte de los

medios de comunicación tradicionales, que, en la última década del pasado siglo,

iniciaron el vertido de sus contenidos a la red. Era el principio de un

auténtica aventura, con un camino salpicado de interrogantes, desafíos y deseos.

Desde el primer momento, pocas empresas de comunicación tuvieron intención de

quedarse al margen de los planes dirigidos a colocar la oferta de contenidos en

la telaraña mundial. A pesar de la existencia de un tímido y fugaz debate entre

los partidarios y los contrarios a estar en la red, lo cierto es que los

estrategas de los principales grupos de comunicación vieron en el nuevo medio

una vía para la ampliación de sus canales de difusión y la posibilidad de

convertirse en medios con una proyección mundial. No tenían muy claro el cómo y

el cuándo, pero sospechaban que no podían desaprovechar la oportunidad que se

presentaba.

Aunque durante los primeros años de popularización de Internet (finales de la

década de los ochenta y comienzos de los noventa del pasado siglo) algunos

medios retrasaron su presencia en la red, los avances tecnológicos, las

iniciativas de algunos grupos de comunicación que dieron los primeros pasos en

la red y las experiencias de empresas surgidas para la difusión de productos

periodísticos en Internet contribuyeron a una explosión de la oferta de

información. En esos momentos, muchos grupos acudieron a la llamada de la

telaraña mundial simplemente para la proyección de su imagen, mientras otros,

los menos, destinaron dinero para la experimentación con productos que tuviesen

en cuenta las características del nuevo medio.

La convergencia entre las telecomunicaciones, la informática y los contenidos

auguraba futuro a las iniciativas que con uno u otro fin surgieron con fuerza.

Y, a pesar de las numerosas dudas que planeaban sobre el éxito económico de los

proyectos a corto y medio plazo, el mundo financiero respaldó los proyectos más

ambiciosos y los ensayos de los laboratorios de los grupos más innovadores. El

apoyo a varios proyectos de Silicon Valley, especialmente al San José Mercury

News, primero en el campo del periodismo que tuvo extensión en Internet

(www.mercurycenter.com), contribuyó a la multiplicación de iniciativas en

distintos países.

En cambio, la mayoría de los periodistas miraba de reojo el nuevo cambio que se

anunciaba. La sombra provocada por las dificultades que afloraron durante la

informatización de las redacciones era alargada, aunque ciertamente no afectaba

a todos por igual. Algunos periodistas jóvenes que habían nacido con la

informática advirtieron que el periodismo tenía que estar en Internet. Y, con

algún conocimiento y mucha ilusión, se lanzaron a la conquista de la red de

redes. Fueron los pioneros de eso que hoy llamamos periodismo en línea

(periodismo electrónico, periodismo telemático o periodismo digital, según

denominaciones empleadas actualmente por los autores para referirse al mismo

fenómeno).

 

2.- Grandes empresas

El panorama actual del hipersector apunta a que, superada la fase de

experimentación con el nuevo medio de comunicación, vivimos ya bajo la alargada

sombra de la comunicación ciberespacial. Las redes telemáticas afectan cada día

que pasa a más personas en el mundo y las previsiones apuntan que se trata de

una tendencia imparable. Las empresas confían en sus posibilidades y buscan

fórmulas para aumentar su tamaño a fin de afrontar las grandes inversiones y

competir con éxito. Buena prueba de esta apuesta la tenemos en las últimas

fusiones, acuerdos y adquisiciones de empresas.

El acuerdo entre AOL y Time Warner, alcanzado en los últimos compases del siglo

XX, ha reforzado la idea de que el panorama económico mundial está dando un

vuelco como consecuencia de que la informática, las telecomunicaciones y los

contenidos han alcanzado un alto grado de integración. El principal grupo de

comunicación no para de crecer, al igual que los otros grandes consorcios del

sector. La absorción de Universal por Vivendi-Canal Plus y la adquisición de la

canadiense Seagran por parte del grupo francés permitió el nacimiento de Vivendi

Universal, segunda empresa de comunicación y el principal grupo europeo del

sector, capaz de competir con los principales emporios norteamericanos.

La carrera por el tamaño sigue. Las principales industrias culturales consideran

que el paradigma de la nueva empresa es el multimedia y tratan de liderar los

mercados de prensa, radio, televisión, Internet, mundo editorial, mundo

discográfico, producción televisiva, producción cinematográfica,... Todos

entienden que el mundo global es su zona de actuación y buscan acuerdos con

empresas de la nueva economía (fabricantes de informática, operadoras de

telefonía,..). Comparten con las tecnológicas el interés por los contenidos, que

siempre aportan influencia, y buscan las fórmulas que aporten más capitalización

y liquidez.

En los despachos de los ejecutivos de estas empresas hay propuestas para todos

los gustos. Las negociaciones para alcanzar nuevos acuerdos están al orden del

día. A final del año 2000 conocimos un proyecto para establecer la colaboración

entre dos gigantes de la comunicación: Microsoft Corp. y News Corp. El objetivo

era la televisión por satélite y la aplicación de la interactividad en este

medio. Otros proyectos tan ambiciosos como los citados esperan en los

laboratorios el momento oportuno para salir a la luz.

Como telón de fondo de los movimientos en el hipersector está la innovación

tecnológica. En el año 2001 ya disponemos de datos para afirmar que la

innovación tecnológica como motor del cambio no sólo es una bonita metáfora,

sino que refleja el camino que sigue el escenario de la comunicación del siglo

XXI. La revolución tecnológica en curso avanza en los distintos ámbitos de la

sociedad y nos sitúa en un terreno, el digital, que convierte viejos sueños en

realidades palpables cuyo impacto social anuncia el nacimiento de una nueva era.

Muchas cosas que ayer llamábamos futuro, hoy ya ni siquiera son presente.

Pertenecen al pasado de un mundo en el que los lentos encuentran cada vez más

problemas par moverse con éxito.

Los hechos indican que no sólo ha surgido una nueva forma de entender la

economía, que enriqueció a algunos de sus pioneros, sino que adelanta algunos

síntomas de la revolución mediática que se acerca. A pesar de las sombras que

planean sobre la nueva economía, la industria del hipersector de la comunicación

confía en el día después de la transición de la sociedad industrial a la

sociedad en red.

 

3.- Desafíos comunicativos

Este proceso de profundas transformaciones en el hipersector y en la sociedad

presenta, sin embargo, claroscuros. No todo son buenas noticias de nuevos ricos,

nuevos medios o nuevas formas de comunicar. Aunque el tecnoglobalismo nos

deslumbra con facilidad, especialmente mediante llamativas metáforas sobre el

nuevo panorama que se acerca, lo cierto es que existen muchas dudas sobre las

bondades del nuevo escenarios. Internet, la red que algunos presentaron como un

nuevo territorio de libertad, es ya un elemento más del sistema mediático

(Ignacio Ramonet, 2000) (1) que concentra buena parte de las expectativas de

negocio en l ámbito de la comunicación.

La incorporación de Internet al centro de los negocios no invalida la revolución

en marcha, sino que refuerza su importancia y nos obliga a concentrar más

esfuerzos en la reflexión sobre el panorama que se anuncia y sus consecuencias.

La convergencia de las telecomunicaciones, la informática y la industria de los

contenidos ha roto muchas de las viejas fronteras existentes en el hipersector y

ha sentado las bases de un escenario global y local a la vez (glocal).

Ahora las redes de telecomunicaciones se perfilan como la infraestructura

tecnológica que garantizará la competitividad de la economía productiva de un

siglo, el XXI, en el que la interactividad lo invadirá todo. Tecnología y

contenidos presidirán la era digital, en la que lo ciudadanos seguirán como

sujetos de la comunicación. A ellos es, pues, a quienes deberá mejorar la

calidad de vida la revolución en marcha. Y una mejora de la calidad de vida sólo

se conseguirá con una mejor información, con una información de calidad.

Sin embargo, a estas alturas de la revolución tecnológica, cuando algunos

expertos todavía dicen que nos encontramos en el año cero de la nueva era, hay

una larga lista de interrogantes para los que todavía no se han escrito

respuestas. Se multiplican, pues, los retos a los que debemos hacer frente si

queremos anticiparnos al futuro. El motivo de la aparición de constantes

desafíos con nuevo rostro reside en las consecuencias de la implantación de las

nuevas tecnologías en todos los ámbitos de la sociedad, las nuevas formas de

comunicar y los nuevos usos sociales de la información.

El sueño de la comunicación total, que tiene en Internet su paradigma, exige

respuestas precisas desde el ámbito de los contenidos. No es suficiente con

disponer de las herramientas actuales, sino que precisamos conocer las claves de

los nuevos modelos de comunicación digital. Cada vez somos más conscientes de

que precisamos aportar nuevos lenguajes, nuevos formatos, nuevas formas de

participación,... En definitiva, tenemos delante de nuestros ojos grandes

desafíos comunicativos.

 

4.- Productores de contenidos

En un escenario caracterizado por la revolución tecnológica en marcha y por la

concentración empresarial, con grandes desafíos comunicativos, parece evidente

que los profesionales que elaboran los contenidos, especialmente los

periodistas, no podrán vivir al margen del nuevo paradigma empresarial, el

multimedia, y el nuevo paradigma de comunicación glocal y total, Internet. La

red de redes se ha convertido no sólo en una buena fuente de información, sino

que es un nuevo medio de transmisión y un nuevo medio de comunicación. Por lo

tanto, Internet ha alcanzado la categoría de herramienta imprescindible para los

periodistas y de herramienta útil para importantes sectores de la sociedad.

Todos los datos disponibles apuntan que cada día son más los ciudadanos que

acceden a la red de redes y cada día son más los medios que se encuentran en la

red. El crecimiento resulta espectacular en los países desarrollados. La mitad

de la prensa en español (cuatrocientas tres cabeceras de las novecientas

treinta) contaban a comienzos del pasado año con ediciones digitales (Bernardo

Díaz Nosty, 2000) (2). Cada día que pasa conocemos datos nuevos sobre mejores

herramientas para movernos en Internet y sobre el número de incorporación de

usuarios y medios. Y sabemos que los proyectos en marcha permitirán incrementar

los servicios y multiplicar las cifras de usuarios.

A comienzos del año 2001 hay una coincidencia generalizada a la hora de afirmar

que la red ha pasado de ser un simple medio de comunicación a constituir uno de

los pilares del hipersector industrial de la sociedad globalizada. Las cifras

revelan la importancia de un fenómeno que es real como la vida misma (Manuel

Castells, 2000) (3). Y las tendencias de futuro apuntan, como hemos dicho, que

el fenómeno irá a más. Las previsiones indican un aumento de la multimedialidad,

la interactividad, los productos informativos personalizados y la instantaneidad

de las informaciones (Javier Díaz Noci, 1998) (4). Y desde el mundo de los

contenidos debemos ser sensibles a estas tendencias, que presagian avances

reales en el objetivo de que la nueva sociedad disponga de más información y de

herramientas para comunicar mejor.

El periodismo en línea (periodismo electrónico, periodismo digital o periodismo

telemático) es ya una realidad y los proyectos que se anuncian abren nuevas

expectativas para los medios que están en la red y para aquellos que en el

futuro opten por esta vía. El nuevo escenario obliga a los medios tradicionales

a redefinir su papel, con la elaboración de productos que tienen en cuenta la

realidad de la oferta en todos los soportes, y a los nuevos medios a cubrir el

espacio que les ha reservado el sistema mediático actual.

A corto y medio plazo, todos los datos apuntan a una convivencia de los medios

tradicionales y los nuevos medios. Los primeros todavía reformularán mucho más

sus productos de acuerdo con las demandas de los usuarios, mientras los segundos

nacerán para aprovechar todas las posibilidades que ofrecerá la red. Los nuevos

medios del siglo XXI serán productos digitales, multimedia e  interactivos que

actuarán en un entorno donde habrá menos limitaciones técnicas para la

transmisión con rapidez de imágenes de calidad. Eso, al menos, es lo que

anuncian los tecnólogos (o tecnófilos).

 

5.- Preparación en clave actual

La existencia de nuevas herramientas y su incorporación al proceso de producción

de contenidos tanto para los medios tradicionales como para los nuevos medios

exige que los profesionales que trabajan con ellas las conozcan y sepan

aprovechar todas las posibilidades que ofrecen para la elaboración de los

mensajes. El conocimiento de la aplicación de las nuevas tecnologías de la

información y la comunicación precisa, pues, su incorporación a los planes de

estudio de las Facultades de Ciencias de la Comunicación, como han hecho los

centros de formación de comunicadores de la mayoría de los países de Europa y

América en los últimos años, y a la elaboración de programas de formación

continua para los profesionales que trabajan en los medios. La actualización de

los programas docentes ha estado guiada por la necesidad de que los nuevos

periodistas aprendan a trabajar en clave multimedia.

Este cambio en los planes de estudio, que en el caso español se ha hecho

aprovechando la reforma decretada por las autoridades educativas para corregir

errores de los primeros programas cuatrimestrales, ha sido el punto de partida

de un proceso, por cuanto de momento no ha dado respuesta a todos los retos del

nuevo modelo de sociedad. Quizás por eso los centros de formación de

comunicadores trabajan ya en una reformulación que deberá completarse antes del

2010 en todos los países de la Unión Europea y que se enmarca en los programas

para crear un espacio europeo de la enseñanza superior.

Según la Declaración de Bolonia (5), la Europa del Conocimiento ya es reconocida

ampliamente como un factor insustituible de crecimiento social y humano y como

un elemento indispensable para consolidar y enriquecer la ciudadanía europea,

otorgando a los ciudadanos las competencias necesarias para afrontar los retos

del nuevo milenio, juntamente con el conocimiento de los valores compartidos y

con el hecho de pertenecer a un espacio social y cultural común. La

determinación de los gobiernos europeos de trabajar en este sentido debe

facilitar programas comunes y la actualización de contenidos de acuerdo con las

características de la Sociedad de la Información, según el mencionado documento.

Los proyectos de los países de la Unión Europea coinciden, pues, con los puestos

en marcha por las Facultades de Ciencias de la Comunicación, que han intentado

dar respuesta a las nuevas realidades con especialidades en periodismo

electrónico y multimedia (existe en el plan de estudios de la Facultad de

Ciencias de la Comunicación de Santiago de Compostela) y con la incorporación de

asignaturas sobre el nuevo entorno tecnológico. A la actualización de los

contenidos teóricos se ha sumado, pues, la oferta de asignaturas que faciliten

el trabajo con los modernos instrumentos de comunicación y el conocimiento de

las posibilidades que ofrecen.

 

6.- Perfiles profesionales

El periodismo de la era digital no sólo implica el uso de nuevas herramientas,

sino que supone el ejercicio de la actividad profesional en un nuevo escenario

en el que los usuarios tienen un papel más activo, con nuevos horizontes que

abre la interactividad, y los lenguajes multimedia obligan a una buena

combinación del texto, el sonido y la imagen. No se trata de que los productores

de contenido elaboren los mismos mensajes con otras herramientas. Trabajan en

una sociedad distinta, la Sociedad de la Información, que cuenta con un panorama

más amplio de medios –hay nuevos medios de la mano de Internet- y nuevas

convenciones profesionales.

Algunos datos resultan reveladores del nuevo escenario. Las investigaciones de

los últimos años indican que el perfil del sector de prensa no coincide con el

lector del diario digital. Este, por término medio, es más joven, más urbano y

con una posición económica más elevada a la de aque (José IgnacioArmentia/José

María Caminos/Jon Elexgaray/Flora Marín/Iker Merchán, 2000) (6). Los nuevos

medios, que pueden actualizar constantemente la información, disponen de un

lenguaje propio y de formatos propios en clave multimedia.

La nueva industria de contenidos, consciente de que Internet no es sólo un medio

de comunicación sino también uno de los pilares del hipersector industrial de la

sociedad globalizada, ha reestructurado sus sistema de producción de contenidos.

Las principales empresas, con la técnica del multimedia, tratan de combinar

producción y emisión. Su proyecto les lleva incluso a buscar nuevos modelos para

la redacción de la era multimedia y al establecimiento de nuevos perfiles para

los profesionales que elaboran los contenidos.

Aunque el establecimiento de nuevos modelos se encuentra en la fase de

experimentación, lo cierto es que en estos últimos años todos los medios, tanto

los tradicionales como los que hemos convenido en denominar nuevos, han definido

perfiles que exigen una preparación distinta a la que hasta ahora han recibido

los periodistas. No se trata sólo de manejar las nuevas herramientas digitales y

los nuevos lenguajes, sino de conocer las claves de los soportes, del diseño, de

los agentes inteligentes y del trabajo en equipo.

El planteamiento de un proyecto de comunicación utilizando medios digitales

exige considerar y definir una serie de factores que se afectan mutuamente. Se

trata de cuatro grandes áreas que corresponden a las de producción, redacción,

técnica y artística (José Luis Orihuela/María Luisa Santos, 1999) (7). La

práctica profesional, para responder a esta situación, apunta a la consolidación

de los equipos como base del trabajo de elaboración de contenidos de calidad en

lo nuevos medios y la aparición de nuevos cometidos profesionales que precisan

de especialidades acordes con la era digital.

El nuevo escenario demanda que todos los periodistas tengan más conocimientos

técnicos, pero también demanda nuevos y no tan nuevos perfiles tanto para el

trabajo individual como para el trabajo en equipo (organización, planificación,

edición, creativos, infógrafos, fotoperiodistas,...). El propio entorno

tecnológico condiciona los perfiles profesionales, al tiempo que contribuye a

dificultar que los centros de formación y las propias empresas planteen una

formación adecuada a las necesidades. Los constantes cambios obligan a la

innovación permanente y a la formación de los formadores que contemple tanto el

dominio de los contenidos actuales como de las nuevas técnicas pedagógicas.

A pesar de esta necesaria innovación, lo cierto es que los programas de

formación para los nuevos perfiles se hace, muchas veces, sólo para atender

casos de necesidad de manejo de nuevas herramientas tecnológicas empleadas en el

proceso de producción (cambios de programas, tecnología digital,...). Es decir,

pocas veces existe un programa para ampliación de conocimientos para trabajar en

el nuevo entorno social y tecnológico. En cambio, todo apunta que el nuevo

profesional, además de disponer de una “cabeza bien amueblada”, precisa de

polivalencia que facilite la adaptación a los cambios de las tecnologías, la

especialización temática y el cultivo de la creatividad.

 

7.- A modo de conclusión

La renovación tecnológica ha hecho que las redacciones de los medios asuman la

realización e tareas que antes estaban en otros departamentos de carácter

técnico. Primero fue la informatización y luego la digitalización. Es esta

última la que ha abierto un cambio radical en los sistemas de producción, la

organización de las redacciones y las formas de comunicar. La innovación

tecnológica ha iniciado un cambio radical en el mundo de la comunicación.

Entramos en una nueva era, la era digital, y en una nueva sociedad, la Sociedad

de la Información.

Los nuevos tiempos demandan nuevos comunicadores. La afirmación parece

razonable, porque, si, como hemos expuesto, la innovación tecnológica y las

expectativas de los nuevos negocios están contribuyendo a un cambio

revolucionario en el mundo de la comunicación, el nuevo escenario contará con un

sistema mediático que responda a las necesidades de la sociedad digital. Los

medios de esa Sociedad de la Información, tanto los denominados tradicionales

como los nuevos, demandarán profesionales con una formación distinta a la que

hasta ahora se ha impartido en las Facultades de Ciencias de la Comunicación.

Los centros de formación de comunicadores españoles, que han hecho un gran

esfuerzo por ofrecer una buena formación en los últimos veinte años, no pueden

mirar al pasado, sino al futuro. Para seguir realizando bien sus cometidos,

tienen que dar los pasos para que el nuevo periodistas tenga una buena formación

en los campos de las humanidades, las ciencias sociales y las tecnologías

actuales. El periodista del futuro deberá combinar creatividad e individualidad

con trabajo en equipo bien coordinado a fin de que el producto tenga coherencia

y cumpla los objetivos de comunicar bien, con calidad y de acuerdo con las

posibilidades del soporte.

Los datos indican que los cambios en marcha no se detendrán. Por lo tanto, si el

periodista del futuro tendrá nuevos medios, nuevos lenguajes, nuevos desafíos y

nuevas reglas, es nuestro deber como formadores en comunicación ayudarles a

superar todas las barreas con las que se encuentre (Nati Ramajo Hernández, 2000)

(8). Los centros de formación de comunicadores deben proseguir con la

actualización de los planes de estudios para responder a los retos que plantea

la actividad profesional del comunicador en la Sociedad de la Información. Sus

actuaciones deben orientarse a la incorporación de nuevos contenidos

transversales, nuevas asignaturas y nuevas especialidades. Y tendrán que

elaborar una buena programación de cursos de reciclaje, cursos de postgrado y

master para que prosigan la formación los licenciados y así obtengan una mejor

preparación para atender los nuevos perfiles que surgen en el mercado.

Lo que parece evidente es que el trabajo de los periodistas no desaparecerá,

sino que adquirirá más importancia a causa de la centralidad de los contenidos

en el nuevo modelo de las empresas multimedia y, en general, a causa del papel

de los contenidos en la era digital. Con más y más información disponible

necesitamos alguien que nos ayude a discriminar lo trascendente de lo

irrelevante (Rosa Franquet, 1999) (9).El comunicador que trabaje en ese

escenario precisará, como hemos dicho, una buena formación en las ciencias

sociales y en las humanidades para entender la complejidad de la sociedad

actual, que deberá combinar con un buen conocimiento de la práctica profesional,

con nuevos lenguajes y nuevos formatos, y del funcionamiento de las nuevas

herramientas.

En esta etapa, con Internet como paradigma, las nuevas herramientas, además de

su incorporación al actual sistema mediático, contribuirán a que el profesional

disponga de mejores fuentes de información y a que empleen esta vía para la

formación continua. La actualización de conocimientos para trabajar en el

hipersector ya figura entre las principales necesidades de los profesionales,

que puede atenderse mediante la teleenseñanza. Existe, pues, un buen instrumento

para que los profesionales dispongan de los conocimientos precisos para competir

en los medios tradicionales y en los nuevos medios.

La actualización de conocimientos debe afectar también a los formadores de

periodistas, que ahora responden a nuevos perfiles que van desde la

organización, la gestión, la planificación, la edición, la infografía y el

fotoperiodismo, entre otros muchos. Estos programas de formación para los

formadores de periodistas y para los periodistas deben ser estables y responder

a planteamientos más ambiciosos que aquellos que sólo dan respuesta a

necesidades puntuales para la aplicación de una herramienta. Si se actúa así,

con programas completos e innovadores, se podrá formar bien a los nuevos

periodistas, que precisarán conocimientos del funcionamiento de la sociedad (es

decir, de una “cabeza bien amueblada”), polivalencia para adaptarse a las

tecnologías actuales, especialización temática y talento (cultivo de la

creatividad).

En definitiva, la Sociedad de la Información demanda profesionales para la

búsqueda y elaboración de los contenidos bien formados que deben salir de las

facultades de Ciencias de la Comunicación y que deben proseguir su preparación

mediante programas de formación continua que se impartan a través de la

teleenseñanza. Se trata de un camino ya iniciado, en el que han sido pioneros

los periodistas que desde el primer momento se han subido al carro digital, y en

el que poco a poco aparecen nuevos perfiles. Son las facultades de Ciencias de

la Comunicación las que deben preocuparse por preparar a los futuros

periodistas, a los futuros comunicadores, de acuerdo con los nuevos perfiles que

define la industria de la era digital.

 

 

8.- Bibliografía

- ARMENTIA, José Ignacio/CAMINOS, José María/ELEXGARAY, Jon/MARTÍN,

Flora/MERCHÁN, Iker: El diario digital. Análisis de los contenidos textuales,

aspectos formales y publicitarios, Editorial Bosch, Barcelona, 2000.

- ARMAÑANZAS, Emy/DÍAZ NOCI, Javier/MESO, Koldo: El periodismo electrónico,

Ariel Comunicación, Barcelona, 1996.

- CABRERA, María Angeles: La prensa Online, CIMS, Barcelona, 2000.

- CANGA, Jesús/COCA, César/MARTÍNEZ, Eloi/CANTALAPIEDRA, Mª José/ MARTÍNEZ,

LucíA: Diarios digitales. Apuntes sobre un nuevo medio, Servicio Editorial de la

Universidad del País Vasco, Bilbao, 1999.

- DÍAZ NOCI, Javier/MESO AYERDI, Koldo: Periodismo en Internet. Modelos de

prensa digital, Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, Bilbao,

1999.

- CASTELLS, Manuel: La ciudad informacional: Tecnologías de la información,

reestructuración económica y proceso urbano-regional, Alianza Editorial, Madrid,

1995.

- CASTELLS, Manuel: La era de la información. Economía, sociedad y cultura,

Alianza Editorial, Madrid, 1997/1998/1999 (Vol. 1, 2 e 3).

- DÍAZ NOSTY, Bernardo.-Informe anual de la Comunicación 2000-2001. Grupo Zeta,

Barcelona, 2001.

- ECHEVERRÍA, Javier: Los señores del aire: Telépolis y el Tercer Entorno,

Destino, Barcelona, 1999.

- FRANQUET, Rosa/LARRÈGOLA, Gemma (Editoras): Comunicar en la era digital,

Societat

- KERKHOVE, Derrick de: La piel de la cultura, Gedisa, Barcelona, 1999.

- LÉVY, Pierre: ¿Qué es lo virtual?, Paidós, Barcelona, 1999.

- RAMONET, Ignacio: Internet, el mundo que llega, Alianza, Madrid, 1998.

- RAMONET, Ignacio: La tiranía de la comunicación, Debate, Madrid, 1998.

- WOLTON, Dominique: Internet, ¿y después?, Gedisa, Barcelona, 2000.

 

NOTAS

(1) Los peligros presentes y futuros de la aldea global los han señalado

distintos comunicólogos del ámbito europeo y americano en recientes estudios. El

gallego afincado en Francia Ignacio Ramonet ha advertido sobre las amenazas de

un mundo que gira alrededor de Internet en sus últimos libros. En una

conferencia que pronunció en Madrid el día 28 de enero de 2000 y publicó l

diario La Voz de Galicia el 5 de marzo del mismo año sostuvo que Internet ya

está completamente integrada en el sistema mediático.

(2) Los datos proceden del Informe Anual de la Comunicación, dirigido por el

catedrático Bernardo Díaz Nosty y publicado por el Grupo Zeta.

(3) El sociólogo Manuel Castells ha analizado con gran lucidez las

características generales de la Sociedad de la Información y los aspectos que

definen la nueva realidad mediática y social. Sus puntos de vista, recogidos en

libros publicados en la segunda mitad de la década de los noventa del pasado

siglo, los ha actualizado en el libro publicado en el año 2000, en castellano,

en la editorial Alianza Editorial. Manuel Castells dice que la importancia de

Internet es real como la vida misma.

(4) El profesor Javier Díaz Noci ha estudiado el nacimiento de los productos

electrónicos en el Estado Español y su evolución en los últimos años. En sus

publicaciones defiende que muchos de los nuevos productos ya nacen pensados para

la red y considera que en el futuro se aprovecharán más las ventajas que ofrece

el nuevo entorno tecnológico.

(5) La declaración conjunta de los ministros europeos de Educación para crear un

espacio europeo de la enseñanza superior la suscribieron el 19 de junio de 1999

y se conoce como Convenio/Acta de Bolonia.

(6) La investigación sobre los diarios digitales que en la Universidad del País

Vasco dirigió el profesor José Ignacio Armentia y de la que se publicó el libro

El diario digital (Bosch, Barcelona, 2000) destaca los diferentes perfiles que

presentan los lectores de los medios impresos y los usuarios de los diarios en

Internet.

(7) El planteamiento de los proyectos contempla una fuerte sinergia entre todos

los factores, pero, por razones operativas, es precisa la distribución de

funciones entre los miembros del equipo, en opinión de José Luis Orihuela y

María Luisa Santos, que han preparado uno de los primeros manuales de producción

digital (Introducción al diseño digital, Anaya multimedia, Madrid, 1999).

(8) La profesora Nati Ramajo, en un artículo que publicó en el número 34 de la

Revista Latina de Comunicación Social sobre la edición electrónica en España,

sostiene que estamos frente a nuevos conceptos teóricos propios de una nueva

práctica profesional del periodismo.

(9) Los periodistas son más necesarios ahora que nunca, en opinión de varios

expertos. La profesora Rosa Franquet defiende que el papel del mediador o gestor

de información lejos de desaparecer está adquiriendo mayor relevancia, ya que

debe satisfacer las necesidades de comunicación derivadas de los nuevos estilos

de vida.

(Recibido el 15-2-2002, aceptado el 4-3-2002)

 

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