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LA GRANDEZA DE LA MEDICINA GUNA

 


             Por: Anelio Merry López...

 

Radiográfica donde muestra la localización de la aguja

Foto ampliada de la aguja de casi un centímetro


Hay casos clínicos que la medicina occidental con su avance no tienen una respuesta satisfactoria. Es más, algunos resultan complicados. Si bien la ciencia no tiene respuestas a todos, pero algunos, por increíble que resulta, encuentran respuestas en la medicina tradicional guna. El conocimiento que generación en generación se ha transmitido hasta el sol de hoy.

 

El caso que deseamos compartir ocurrió recientemente con Yeison Morris, un joven de la comunidad de Mammidub, Gunayala, quien reside en la ciudad de Panamá. El pasado mes de diciembre de 2013, se accidentó. Se pinchó con una aguja de aproximadamente un centímetro de largo al llegar a su casa. La aguja se quedó clavada en medio de los dedos de un pie, se alojó peligrosamente que casi alcanza el hueso, según el médico que lo atendió posteriormente.

 

La aguja clavada la molestó en días subsiguientes que al caminar sentía que se pinchaba cada vez más y decidió acudir al Hospital Santo Tomás en busca de una atención médica para que le resolvieran su dolencia. Lo mandaron hacer una radiografía,  a fin de cerciorar de la presencia del objeto que estaba alojado en su pie. Efectivamente, una aguja de un centímetro de largo estaba metida provocando dolor en el joven. El médico le recomendó que tenía que realizar una operación para deshacer de la aguja, pero, como en la mayoría de los hospitales públicos tenía que esperar hasta enero de este año. El dolor para Yeison no era para esperar, así que optó por acudir a una clínica privada, no sin antes de ir al Hospital Santo Tomas para retirar la placa de rayo X, pero le negaron, no le fue entregado. Desesperado tuvo que costear otra radiografía en la clínica privada así como la atención de parte de un médico.

 

El médico que lo atendió concluyó que tenía que realizar una operación para sacarle la aguja, que estaba ya próxima al hueso que le podría complicar su estado. Con solo leer la placa le cobró B/40.00 dólares por la consulta, y le dijo que volviera al día siguiente para ver si le podría realizar la operación. Ya con tanta desesperación y la molestia que le provocaba la pinchada volvió al día siguiente a la clínica. Pero el médico le dijo que no tenía equipo para la operación, además le advirtió que para el uso de la sala de operación le costaría B/600.00 dólares (seiscientos) la hora, sin incluir los servicios del médico. Asustado con el costo elevado de la operación, sin esperanza salió de la clínica no sin antes de pagar otros B/40.00 dólares por la consulta.

 

Su padre evaluando el caso de su hijo optó por recomendarle que acudiera a la medicina tradicional guna, tenía que viajar a la Comarca en busca de ayuda. Recomendó a uno que tiene un historial de extraordinarias curaciones oriundo de la misma comunidad de Mammidub, el médico tradicional, gana Robin Morales. El joven viajó el 29 de diciembre de 2013 a la comunidad de Mammidub..

El tratamiento apenas completó casi una semana, tenía que regresar a la ciudad porque podría perder el trabajo. No obstante, el especialista puso todo el empeño y conocimiento de la medicina guna para curarle y deshacer de la aguja que le provocaba dolor. Yeison salió de Mammidub cargado de medicina que le encargó su médico tradicional, cuando ya estaba en avance su tratamiento.

 

El 22 de enero de este año, 2014, Yeison se sorprendió al ver que la aguja que la aquejó por varias semanas ya estaba por fuera. No hubo bisturí, ni salas sofisticadas de operación con alta tecnología ni médicos con títulos de universidades prestigiosas, sino solo el conocimiento milenario con una diversidad de plantas que ofrece la naturaleza y la destreza del médico tradicional que lo habían sacado de sus preocupaciones. Había logrado sacar la aguja y el tratamiento solo le había costado unos B/25.00 dólares (veinte y cinco dólares)

 

Increíble, si primero comparamos el costo que presentaba la operación en los hospitales de la ciencia moderna con respecto a la medicina tradicional, que pudo haberle costado más de mil dólares. Pero, finalmente la operación resultó innecesaria ante la efectividad de la medicina tradicional guna.

 

Sin duda, en estos momentos aún existen conocimientos gunas que en comparación con la ciencia moderna no llega a su altura. Existen varios casos de hechos increíbles ocurridos con la población guna que incluso se han escapado de los hospitales para no ser amputados, cuando el diagnóstico final de los médicos es de amputarle algún miembro, especialmente, en las piernas producto de accidentes en las calles de la ciudad de Panamá. Buscan atención en la comarca asistiéndose por un médico tradicional guna pero, vuelven a la ciudad caminando ya curados.

 

Por mucho tiempo el conocimiento de los pueblos indígenas con respecto a la medicina ha sido menospreciado, desprestigiado y catalogado con una serie de adjetivos negativos, pero quienes hemos vivido de estas experiencias desde nuestra niñez sabemos la efectividad de la misma, pero hay que reconocer que mucho hemos perdido con el devenir del tiempo y en ese sentido el Congreso General de la Cultura ha estado ofreciendo becas para aquellos interesados e interesadas de aprender estas disciplinas y así seguir desarrollando la medicina tradicional guna. Así como es importante establecer un diálogo con los actores de la medicina occidental que permita fortalecer la asistencia médica en nuestras comunidades en ambas direcciones, pero sin menospreciar a ninguno de los dos conocimientos.***

 

 

Anelio Merry López

27 de enero de 2014

 

   

 

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