PULSO

entrevista a Roberto Laserna

En base a esta entrevista, los redactores de PULSO publicaron una nota en su edición publicada el 1 de noviembre de 2001

Pregunta.- Banzer celebró, a fines del año pasado, el supuesto triunfo de la

"coca-cero". Ahora, si los cálculos funcionan —6000 has. a 40 hectáreas

erradicadas por día— Tuto podrá acabar su gestión celebrando, nuevamente,

algo parecido a la "coca-cero". ¿Es coca-cero el objetivo político del gobierno?

Respuesta.- La erradicación de la coca es un objetivo político del gobierno de los Estados Unidos. Respaldar ese objetivo, en Bolivia, ha sido para la mayor parte de los gobiernos, un medio a través del cual buscaron alcanzar otros fines: ayuda económica, relevancia política, apertura de mercados, etc.

El Presidente Quiroga, sin embargo, ha impulsado a este gobierno –desde 1997- a asumir una posición más principista en el tema. Aceptando sin crítica el argumento de que coca es cocaína y de que erradicarla contribuye a luchar contra "el flagelo de las drogas", ha intentado colocarse junto a la vanguardia moral que administra el discurso antidrogas en los Estados Unidos. Con ello logró situarse en una posición de cierta ventaja frente a la diplomacia norteamericana que, en este tema, es mucho más pragmática y no se guía por principios.

Pregunta.- ¿Por qué tendría ventaja?

Respuesta.- Porque afirma un liderazgo moral basado en la consistencia entre su discurso y sus actos, que es algo que los americanos no pueden hacer. Para ellos la erradicación es un objetivo político que puede subordinarse a otros, dependiendo de las estrategias globales que tiene su Departamento de Estado. Es bien conocida la frustración de la DEA cuando la CIA obstaculizó su trabajo para proteger a los "contras" de Nicaragua que financiaban con el tráfico de drogas su lucha contra el "sandinismo". Y debe recordarse también que el apoyo que prestaron a Fujimori en su lucha contra Sendero Luminoso incluyó una cierta tolerancia con la política flexible hacia la coca que desplegó el gobierno peruano en ese entonces. Por eso, como Quiroga no hace una utilización tan evidente del tema erradicación, sino que incluso lo presenta como prueba de soberanía, se coloca moralmente por encima de los funcionarios y políticos estadounidenses.

Pregunta.- ¿Qué quiso decir cuando señaló que la erradicación es un objetivo político del gobierno de los Estados Unidos?

Respuesta.- Exactamente eso, que su propósito tiene poco que ver con las drogas, la salud pública, la protección de la población más vulnerable, y mucho que ver con estrategias de poder. Así nació la política antidrogas en 1912 y así se la diseña y ejecuta 90 años después, con resultados extraordinarios en cuanto a las asignaciones presupuestarias para las burocracias nacionales e internacionales, pero con muy pocos avances en la eliminación de las drogas.

La historia muestra desplazamientos y sustituciones de unas drogas por otras, y su presencia, como elemento recreativo o ritual, en prácticamente todas las sociedades. Ahora la cocaína ha empezado a ser desplazada de los mercados ilegales por estimulantes artificiales que se fabrican dentro de los Estados Unidos, y ya solamente está siendo consumida por unos 5 millones de estadounidenses. Para los "narcos" de la cocaína el negocio está en caída, no solamente por estos cambios en el consumo sino también porque están vendiendo la droga cada vez más pura y más barata.

Pero es precisamente porque ese mercado se debilita, que es cada vez más posible alcanzar y mostrar éxitos que justifiquen los 18 mil millones de dólares de los contribuyentes que se van anualmente a pagar aduaneros, policías, jueces, fiscales y expertos en la lucha contra las drogas. Y un éxito muy importante será, para ellos, la erradicación total de la coca en el Chapare. Es una vitrina que sienten al alcance de sus manos y no la querrán perder.

Pregunta.- ¿Solamente una vitrina?

Respuesta.- Podría decirse que sí, ya que la disminución en la producción de coca en el Chapare ha sido totalmente compensada por el aumento en la producción de coca en Colombia. En sólo 4 años, de 1995 a 1998, se duplicó la producción de coca en Colombia, complicando todavía más un panorama enredado de guerrillas, paramilitares y delincuentes en ese país. De modo que erradicar 6 mil o 600 hectáreas en el Chapare no representan nada más que una señal mediática en la lucha contra las drogas. Un spot de propaganda.

Pregunta.- Pero puede ser una señal muy costosa para Bolivia. Hace años que Evo Morales viene insistiendo en que el "estrangulamiento" de la última oferta cocalera (el cato por familia) llevará al Chapare a una inevitable colombianización. La Defensora del Pueblo se ha referido con preocupación a los "hijos de los cocaleros" como el sector más beligerante y dispuesto a todo. Por otra parte, el propio Evo insiste, en off, en que muchos cocaleros quieren una respuesta armada ¿Crees posible que el epílogo del Plan Dignidad puede derivar en un conflicto armado o en alguna otra forma de conflicto permanente?

Respuesta.- Los costos ya han sido elevados. Ya hay muertos, viudas y huérfanos cuyo dolor hace que estos costos sean ya excesivos. Pero recuerde además que las propias autoridades de este gobierno han afirmado que la crisis recesiva que estamos sufriendo se debe en parte a la pérdida de ingresos por la erradicación de coca. Y esa pérdida de ingresos no es solamente dinero, representa también pérdida de oportunidades de salud, educación, vivienda para mucha gente, la mayor parte de la cual seguramente pertenece a los grupos más vulnerables del país. Y está también el costo del conflicto, de la incertidumbre, de los enfrentamientos y de la violencia. La Defensora del Pueblo tiene razones de sobra para estar preocupada por la situación en el Chapare. La escasez económica y la debilidad política son los mejores ingredientes para generar actitudes violentas.

Pregunta.- ¿Se refiere a la debilidad política del gobierno?

Respuesta.- No, me refiero más bien al movimiento cocalero, que se ha debilitado muchísimo en los últimos años. No tanto en su estructura interna. En ella vemos que el liderazgo de Evo Morales es incontestable y también que la cohesión de los sindicatos es tan fuerte que ha sido capaz de sustentar el acceso electoral a varias alcaldías, incluso fuera del Chapare. Pero la otra cara de esa estructura es la de su aislamiento político. Ya en las últimas elecciones nacionales los partidos prácticamente abandonaron el Chapare. No presentaron propuestas para atraer al electorado de la zona y el tema de la coca estuvo ausente del debate nacional. Y al mismo tiempo la opinión pública le ha ido dando la espalda a la coca. En las ciudades especialmente ha bajado muchísimo la opinión favorable a la defensa del cultivo de coca. Algunos se hastiaron y otros se desalentaron de una lucha que no parece conducir a ninguna parte.

Pregunta.- ¿Se deberá eso a su conductor? Parece que la "propaganda" del gobierno está en su momento álgido (un cato de coca igual a un kilo de cocaína). Frente a esto, ¿qué argumentos puede tener Evo?

Respuesta.- Evo Morales es el representante legítimo de los sindicatos campesinos y es uno de los diputados uninominales con mayor votación. Los propios campesinos son los que evalúan si los conduce adecuadamente o no y, si es que recurre a procedimientos no democráticos para mantener su liderazgo, son también ellos los que saben si es así o no. A ellos, a los dirigentes y a sus asesores les corresponde analizar en qué medida su conducción es o no responsable del aislamiento en que se encuentra actualmente su movimiento, de su debilidad política, de su continuo rezago en el debate de propuestas y en la formulación de alternativas.

Pregunta.- Además Oswaldo Antezana —vestido de militar— ha lanzado una propuesta de desarrollo alternativo que, aparentemente, es de lo más contundente y atrevido que se le conoce al gobierno (el tema de convertir a los cocaleros en jornaleros de la agroindustria pagándoles un sueldo de 74 dólares mensuales por incorporarse al Nuevo Chapare...). El rezago que menciona se refiere a la falta de respuestas de los campesinos a esa oferta de subvención?

Respuesta.- Me refiero a la falta de reacción a esa oferta pero también a la demanda del cato por familia. Durante el anterior gobierno se discutió la posibilidad de establecer un límite legal para el cultivo familiar de coca, pero la idea no atrajo la atención de los campesinos. Al comenzar este gobierno, hace cuatro años, se la volvió a considerar pero los dirigentes campesinos no la recogieron ni plantearon. En ese entonces "un cato por familia" hubiera significado reducir drásticamente, pero de manera pacífica, la extensión de cultivos desde más de 50 hasta unas 8 a 10 mil hectáreas. Pero ahora supondría aumentar nuevamente la extensión de cultivos y por eso la demanda del cato resulta inaceptable para el gobierno.

Y ahora se está planteando la subvención, no a través del mercado, como han reclamado muchas veces los propios campesinos al pedir que se les garantice la compra de los productos alternativos, sino de manera directa, a tanto por mes y por familia que se comprometa a no cultivar coca. Entre paréntesis me parece un prejuicio ideológico describir esa oferta como algo destinado a convertirlos en jornaleros de la agroindustria, porque pueden seguir trabajando en su chaco.

Comparto, sin embargo, la idea de que se trata de una oferta audaz que probablemente no tiene antecedentes en la historia de las economías campesinas de pequeña escala. Porque la subvención vía precios, a través del mercado, ha terminado casi siempre favoreciendo a los consumidores urbanos más que a los campesinos. Una subvención a la fuerza de trabajo, pagada directamente a los campesinos, no se desvía y los beneficia directamente a ellos. Yo creo que es una buena base para negociar otros aspectos que tienen que ver con el desarrollo rural en el Chapare. Y quizás la salida más aconsejable debiera ser combinada: un cato familiar para los productores que están situados en las peores tierras, y una subvención para los que se comprometen a no cultivar más coca, estableciendo para todos un buen registro catastral y fuertes penalidades para quien incumpla su parte del acuerdo.

Pregunta.- Pero esa oferta, ¿dará finalmente solución al problema?

Respuesta.- ¿A cuál problema? ¿Al de las drogas? ¿Al del cultivo de coca? ¿Al de la desintegración familiar en los barrios pobres de Estados Unidos? ¿Al de la economía campesina parcelaria? Por supuesto que no dará solución a ninguno de estos problemas. Pero sí puede darle un espacio a la paz mientras nos ponemos de acuerdo en definir claramente cuál es el problema que tenemos que resolver y buscamos soluciones racionales y efectivas.

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