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Calificaci�n: dos palaustres
Localizaci�n: Plaza de San Juan de Dios. C�diz
Cuando llega el mes de mayo, la restauraci�n gaditana comienza a adaptar sus platos a las temperaturas estivales. Pero antes de culminar ese tr�nsito que nos llevar� del suculento plato de berza a las huevas ali��s, los cuernos hacen su aparici�n en las tascas m�s selectas. No, no se trata de individuos enga�ados por sus parejas, ni tan siquiera de modernos Otelos que sospechan que se la est�n dando y buscan consuelo en el fondo de un vaso de vino antes de estrangular a su correspondiente Desd�mona.. Nos referimos a la temporada de los caracoles, esos moluscos gaster�podos que recorren lento, pero seguro, el camino desde los campos ba�ados por el roc�o de la ma�ana donde madrugan prestos a alcanzar la hoja verde o el brote tierno que les sirve de sustento, hasta el taz�n o vaso donde son presentados, ba�ados en una koyn� de condimentos que caracterizan su caldo y acompa�ados por abundante pan donde empapar el l�quido sobrante. Es digno de rese�ar que esta maravilla gastron�mica es tan s�lo apreciada por los nativos, siendo rechazada por la inmensa mayor�a de nuestros discretos visitantes extranjeros, los ya caracter�sticos guiris, que embutidos en pantalones cortos modelo Wimbledon en el mejor  de los casos y engendros a rayas, cuadros, lunares y gorras de la Universidad de Matachusses, recorren nuestras poblaciones y acuden a nuestros bares en busca de la felicidad.
Bar Sevilla, descanso para el for�neo y motivo de orgullo de los lugare�os
Con la honrosa excepci�n de los visitantes franceses, que ya consumen en su tierra tan grato manjar, los tan apreciados "escargots", estos turistas que inundan nuestra gastronom�a de tomate ketchup, hamburguesas preparadas con material de alto riesgo seg�n el famoso Instituto de Zaragoza que realiza las pruebas de detecci�n de la Encefalopat�a Bovina Espongiforme, y bebidas carb�nicas de extracto de zarzaparrilla, observan con asco como los b�rbaros nativos, acostumbrados a pasar m�s hambre que las ratas en este inculto e incivilizado pa�s, se deleitan en el consumo de caracoles, extrayendo con habilidad la carne de la concha bien con ayuda de un tenedor o un mondadientes, bien con el �nico uso de la lengua (propia). La liturgia concluye con el consumo del caldo ora empapando sucesivos trozos de pan, ora apur�ndolo de un sorbo. Pues bien, los caracoles en C�diz tienen un nombre: El Bar Sevilla. Y hasta all� nos hemos desplazado con la intenci�n de realizar nuestro comentario del mes de mayo.
Este mes La Taberna de You rinde homenaje al principal protagonista de las fiestas de San Juan: el caracol. Como este a�o ha adelantado su llegada, se incluye en el g�ichi del mes de mayo el Bar Sevilla, especialista en bichitos de temporada-

Cuando los albores del verano empiezan a llamar a la puerta del Bar Sevilla, los gaster�podos con casucha de carbonato c�lcico se convierten en el manjar principal de la carta de este gran centro recreativo - culinario.

Vean a nuestros enviados especiales en plena faena, embuidos en su profesionalidad...
Frente al Ayuntamiento de C�diz. esta taberna combina la modernidad y la placentera relajaci�n del extranjero vistante con el a�ejo costumbrismo del aut�ctono personaje del Barrio de Santa Mar�a. En su portal�n ya realiza una declaraci�n de sus intenciones anunciando la raci�n de caracoles con un celtib�rico cartel como principal reclamo de visita.

Para los amantes de los scargots, decir que su potencial picante escasea, lo que permite repetir asiduamente. De volumen apreciable y sabor moruno, su combinaci�n con la manzanilla del lugar "La Gitana", hace el aperitivo perfecto para las soleadas ma�anas de la Plaza de San Juan de Dios.

Su oferta se completa con el pesca�to t�pico de la zona y tapas fr�as, destacando sus boquerones avinagrados finamente acetificados por su regente, de simpar simpat�a, que tuvo la gentileza de fotografiar a los expedicionarios Yous a pie de barra.

Barra sin la cual este g�ichi no tendr�an ning�n sentido. Entubada y alargada provoca en la estructura estrecha del cub�culo cierta sinergia ambiental que envuelve al lugare�o en pleno goce interpersonal con el visitante primerizo.

Lo mej�n: Los caracoles

Lo pe�n: La incultura gastron�mica de los for�neos.
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