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Venta El Pollo
Localizaci�n: Pedan�a de El Portal (muy cerquita de Jerez de la Frontera)
Calificaci�n: cuatro palaustres
Uno de los principales mandamientos You habla del desayuno. Y es que como pr�logo a una apasionante ruta tasquera se hace imprescindible una ingesta matutina con total fundamento. Por una parte el est�mago reconf�rtase ante los manjares engullidos, sirviendo de modo proped�utico para el ulterior peregrinaje et�lico. Una adecuada dosis de grasa ayudar� a absorber los alcoholes. Y por otra parte, la ingente cantidad de endorfinas segregadas ante la magnificencia del primer yantar del d�a predispone al disfrute g�ichero. Desde estas p�ginas recomendamos este �xtasis tempranero.
Venta El Pollo. Se necesita ayuda con el Photoshop
El desayuno en estas tierras y estos bares del sur tiene un nombre claramente definido. La Venta El Pollo, sita en la pedan�a Jerezana de El Portal. El viajero que llega desde El Puerto de Santa Mar�a entre las brumas de la Sierra de San Crist�bal hallar� este templo del yantar nada m�s llegar a este centro poblacional. A mano izquierda, aislada de las dem�s edificaciones se levanta altanera esta venta, sanctasanct�rum del buen desayuno. Independientemente de la calidad de la ingesta, que excede cualquier calificaci�n You y sobrepasa los l�mites de los adjetivos admitidos por la RAE, la Venta El Pollo merece la visita en s� misma.

�En qu� otro lugar del mundo podr� alternar con los guardianes de la Seguridad Vial en comuni�n ante los maravillosos manjares que all� se despachan? En la Venta El Pollo este milagro es posible. El que podr� multarle acto seguido en un arc�n de la traicionera carretera que lleva al Puerto compartir� con usted con la mejor de sus sonrisas los av�os del desayuno. Haga amigos y venga al Pollo.
Nada m�s acceder a este recinto se topar� con una no centenaria pero s� llena de d�cadas barra. En torno a ella se arremolinan los comensales a la mesa del Pollo. Tras la susodicha y esquivando las cabezas de los siempre ajetreados despachantes podr� observar a los protagonistas de los cuales toma su nombre esta venta. Los pollos les saludar�n desde su altarcito tras la barra, entre navajas de Albacete, cupones de la Once, llaveros er�tico festivos y un ampl�simo surtido de espec�menes de moyate.
Gire a la izquierda y tras el hueco de una puerta sin su l�gica protagonista acceder� al saloncito. De capacidad mediana, diez o doce mesitas acoger�n gustosas al madrugador viajero, aonvirti�ndose en altares donde tendr� lugar esta maravillosa liturgia del desayuno en El Pollo. �La decoraci�n? Cuadros antiguos con motivos gitanos del jerezano barrio de Santiago. Do�a Dolores Flores inmortalizada en este templo. Un mosaico de azulejos del An�s del Mono. Una vitrina con el carn� del socio fundador de una asociaci�n recreativa. Vetustos televisores y dos diferentes aparatos de aire acondicionado. Pero no se lleve a enga�o por su apariencia. Les garantizamos su plena funcionalidad durante los meses estivales. Recomendamos si�ntense cerca de la ventana, para poder disfrutar de vistas a esta carretera rural durante el desayuno.
Uno de los camareros acudir� presto y dispuesto a la mesa. Sienta la magia del lugar envolver su persona. Y pronuncie las m�gicas palabras: "Tr�igame un caf� con leche de tubo y una tostada grande". Su dispensador asintir� gustoso y le dedicar� una mirada de complicidad. "Y qu� le van a poner los se�ores". Pida, pida por esa boca lo que m�s le apetezca, pues los misterios del Pollo son todos gloriosos y gozosos. Mire en las mesas de alrededor e intente decidirse. �Dif�cil, verdad? Pero existe una soluci�n...
El ANTES del desayuno. Los Yous, vestidos para y dispuestos a matar.
Sencillamente elija cada comensal algo diferente. La mesa se llenar� de ricas viandas y podr� realizar un men�-desayuno-degustaci�n, probando de todos y cada uno de los manjares del Pollo. Y vive el cielo que todo es a lo grande. Comenzando por el caf�. El caf� de tubo no es m�s que un tubo de cerveza lleno de este n�ctar matutino. Caf� rico, caliente y abundante, servido sobre plato grande con dos sobrecillos de az�car y una cucharita de largo mango.

Pasemos a lo fundamental: Las tostadas. Ante los asombrados ojos del debutante y la complaciente mirada del veterano el camarero depositar� sobre la mesa las mayores tostadas que jam�s hayan visto. No exageramos sn absoluto que muchas de ellas son merecedoras de un corte transversal dado su extraordinario grosor. �El tama�o es lo que importa? Ahhhhhhhh, la eterna pregunta que cobra en este caso una respuesta inmediata. Por supuesto que s�. El G�� Master recuerda una tostada de tres dedos de grosor en su parte menos angosta. Y Yahveyou rememora una pieza de una extensi�n aproximada de tres cuartas partes de un formato A4.

Estrellas invitadas: Los untables. Pida lo que pida se lo servir�n a lo grande. Y de excepcional calidad. Aceite, no le servir�n la t�pica aceitera met�ilica o cristalina, sino una botella entera de un litro de buen aceite de El Cuervo. �Desea sal? Un recipiente pantagru�lico satisfar� sus deseos de cloruro s�dico. La mantequilla ser� servida en inmensas orzas, la margarina en recipientes de un kilogramo en sus variedades de media sal, sin sal y plena sal, a gusto del consumidor. Olv�dese de los rid�culos recipientes de mermelada de las cafeter�as. Pedid y se os dar�, y se les dar� un bote a estrenar del m�s delicioso producto de la Marca HERO.

Y ahora hablemos de cosas realmente importantes. Productos ricos en grasa. Las delicias de la Sierra de C�diz sobre su mesa en sus m�s imaginativas variedades. Mantecas de los dos colores, blanca y color�, con y sin zurrapa, con y sin asiento, con y sin tropezones. La Venta El Pollo y nosotros somos as�, se�ora. En la variedad est� el gusto. La imaginaci�n al poder. Pero bajo el asfalto no encontraremos arena de playa. Mejor se�alar que junto al asfalto encontraremos el para�so en forma de ne�tar y ambros�a. Seamos realistas, pidamos lo imposible. Pidamos un apetito digno de Brillat Savarin para disfrutar de este para�so.

Y �ojo! Pregunte si el d�a anterior elaboraron puchero. De ser afirmativa la respuesta no dude en pedir la t�pica pring�. �Pring� en desayuni? Afirmativo caballero. Servida le ser� una bandeja con pantagru�licos trozos de lomo o pollo, circundando un lago solidificado de tocino porcino. Coja un trozo de este �ltimo con el cuchillo, unte un trozo de su tostada y coloque carne por encima. Con un desayuno como este los enemigos se ir�n a la porra y se olvidar� de problemas cotidianos o trascendentes. La felicidad en una Venta. �El precio? 1,50 �. Doscientas cincuenta antiguas pesetas o si lo prefiere, cincuenta duros. Un precio de risa con el que se le saltar�n las l�grimas de emoci�n.
Obviamente, ser� necesario un cierto tiempo para consagrar a la sobremesa. Rememoren sus emociones frente a este desayuno y preparen la posterior ruta tabernaria. El mejor pr�logo posible, se lo aseguramos. Si es fumador t�mese un purito y si no va a conducir pida un Veterano. Jam�s encontrar� un lugar como este. El aut�ntico teatro de los sue�os. Si el dramaturgo ingl�s de Stratford Upon Avon hubiese conocido este lugar se habr�a dejado de tragedias y habr�a escrito las Alegres Comadres del Pollo. Y si las tropas napole�nicas se hubieran atrincherado aqu� previo al asalto a C�diz , au revoire a la resistencia, a las Cortes y a la Constituci�n... Pero esto es historia ficci�n.

Antes de abandonar el recinto pose su mirada por las paredes y las caras de los compa�eros de sal�n. Rostros extasiados a lo Santa Teresa o San Juan de la Cruz. Vivir� viendo plenamente en Usted, no desear� nada m�s pues sus ojos habr�n contemplado el para�so. Entonces no le importar� observar una viga amarilla equidistante entre dos de las paredes del sal�n, a modo de apuntalamiento o recuerdo de la Zona Cero. En un �ltimo alarde de rabia contenida levantar� su pu�o, pero no como reivindicaci�n comunista, sino como amenaza antiterrorista. �Si Ben Laden atacara la Venta El Pollo... se habr�a creado un grave problema conmigo! Sus labios hablar�n seg�n el dictado de su coraz�n. Nuestra recomendaci�n de este mes. No se arrepentir�.
Lo mej�n: �Hace falta decirlo? La sobremesa de un apacible desayuno de fin de semana, la consumici�n, los parroquianos, vamos... TODO, TODITO, TODO.

Lo pe�n: Los ardores de est�mago. Ir con prisas,
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