Un
Sinsentido
He nos aqu�, ante una
gran encrucijada que por nuestras cabezas tiende a traspasar cualquier
barrera emocional y ocasional de sentimiento.
Llegando con la frivolidad del por que uno tiende a esperar.
Uno va por la vida terriblemente esperando su pr�ximo paso, aquel paso
que ya uno tiende a dar y por consiguiente la cuesti�n de haberlo
esperado queda suprimida por el de haberlo ya pensado, puesto entonces,
cual es el echo primordial de la espera, lo que pueda llegar a suceder
con ese pensamiento que uno ya fundo, o el echo secundario que eso nos
atrae a la espera de algo que por primordial nunca tuvo que haber
nacido, pues que el suceso, en este caso la espera, no puede ser mas
importante que el echo de haberlo creado.
Pero nosotros podemos vivir sin ese echo primordial humano?, que tanto
peso sofocar�amos al obligar a nuestros sentidos a que las emociones
vivan en un estado pensante sin la alima�a de la espera, o es que la
espera sucumbe todo nuestro pensar?.
Uno nunca se apura a llegar a donde no quiere, pero sin embargo no
retrasa su llegada, por que la espera por mala que sea retrasa el echo
de volver a pensar y el ser humano esta destinado a ello, por malo que
eso sea.
Por eso tendemos a esperar por mas que no queramos, pues esa espera nos
es mas f�cil que no esperar, y uno siempre quiere tener una victoria, y
la de no pensar esta muy lejana de ser lograda.
He nos aqu� ante la espera: suceso pensado principalmente por el echo
que uno todav�a desconoce pero que si ya desde su comienzo vive con su
nombre. Por otra parte tenemos el pensar: creador de futuros nombres, de
entre ellos la espera. Entonces, pongamos todo sobre una balanza
temporal, la espera y el pensar, y los infinitos sucesos entre ambas,
uno realmente esta haciendo lo que piensa, o se piensa que se esta
haciendo algo que no existe mas que en mentes cerradas donde ese �nico
pensar que es la espera se siente reina del infinito, el pensar en si es
muy callado y t�mido, tiende a dar nombres a sus ideas para liberarse
as� de la carga de darse a entender, puesto aqu�, Nosotros, los seres
pensantes, deber�amos de darle mas cr�dito a pensar, y no tanto a sin
sentidos de espera, puesto que la espera nunca podr� ser superior a su
creador, y puesto que este tiene realmente muchas mas cosas que esperar.
Y si hemos de fallar en ese sentido de alabanza hacia nuestro pensar,
d�mosle algunos sentidos mas a su espera, para as�, de a poco ir limit�ndole
su carisma hasta que pensar sea infinitamente lo �nico que nuestros
sentimientos y emociones puedan albergar.
Sea la paz del hombre su espera, pues es su mas vil compa�era.
Vamos a darle una explicaci�n mas simple:
Yo estoy caminando por la calle, yendo a donde no tengo apuro por
llegar, pero sin embargo no me agrada quedarme quieto: por que no me
gusta esperar, entonces simplemente me sigo moviendo, hagamos una
comparaci�n con ciclos mentales de pensamiento, uno no quiere mantener
una misma idea por que tiende a adue�arse y aburrir los sistemas,
entonces busca otra idea, y otra, manteniendo un movimiento mental, por
eso yo sigo, y hasta llego a los limites que ni siquiera me gusta
esperar los rojos, es decir que la espera es aun mas mala que un rojo,
aunque no quiera apurarme a donde tenga que llegar, entonces cruzo y de
esa forma deshabilito la espera y agrego una nueva sensaci�n de miedo,
emociones de descuido, arrogancia contra el tiempo y contra la espera,
prohibi�ndome el echo de que tenga que detener el ciclo de pensar, de
realizar mi pr�ximo movimiento.
Uno, tiene que seguir pensando, seguir buscando nuevos horizontes, y no
quedarse quieto observando el ocaso de un rojo que no esta mas que para
obstaculizar al verde que es el libre correr de los sentidos. |