Capítulo #1:
“Nabiki,
la ama del dinero
y la diversión”
Ranma1/2 es original de Rumiko Takahashi.
Fanfic escrito por Felipe Torres entre enero y junio de 1999,
y editado entre el 8 de marzo y el 25 de abril del 2001.
Barrio de Nerima; viernes 2 de abril, primavera; escuela preparatoria Furinkan, clase de consejo de curso, 3:50 p.m. Muy aburrido estaba Ranma, no así el resto de sus compañeros, que disfrutaban de la guerra de gritos que había en el salón de clases. Enfrente de toda esta masa de gente estaba la persona recién elegida para presidir por este año, Akane Tendo, que por cierto siempre salía elegida desde la primaria debido a su fuerte carácter. Sin embargo, en esta ocasión, Akane se sentía algo disminuida con tanto griterío por parte de sus compañeros. Ranma, sentado en su puesto, vivía su propio mundo indiferente a lo que ocurría en el salón. En silencio, lee tranquilamente una revista que le había prestado su amigo Hiroshi. La profesora Hinako Ninomiya le dice a Akane que tiene que hacer algo para imponer el orden. Akane obedece de inmediato y de un sólo “¡¡¡¡¡SILENCIO!!!!!” hizo callar a todos y logró que Ranma le pusiera atención dejando de leer. - ¡Si hablan todos al mismo tiempo no les voy a escuchar!. El que quiera hablar que levante la mano. Sin vacilación, Ukyou Konji levanta su brazo derecho y se pone de pie después de la aprobación de su presidenta. - Akane, lo que pasa es que esta semana es el aniversario de nuestra escuela y, por lo que me han contado, el director sólo hará un aburrido discurso que hace todos los años - reclamaba con voz fuerte y decisiva. - Bueno, propone algo diferente - contesta Akane. - ¡¡¡Una fiesta!!! - gritan al unísono todos los del curso, menos Ranma, sorprendido ante esto. - Y si lo tienen tan claro, ¿por qué reclaman tanto? - pregunta Ranma levantando la mano. - Porque nunca en todos estos años el director nos ha dejado hacer algo divertido en el período de aniversario - le explica su amigo Daisuke. - Ah, eso no lo sabía. En todo caso, si nunca les ha dejado hacer una fiesta, será mejor que desistan. A mí me da igual. - ¡¡¡Pues a nosotros no!!!. - Creo que es unánime - murmura Akane. De pronto, se escucha el timbre característico de las escuelas acompañada por la voz del director. - Queridos alumnos y profesores, tengo el agrado de comunicarles que están citados al auditorio de la escuela para asistir a la ceremonia de aniversario de nuestra escuela Furinkan, en donde daré mi discurso anual. ¡Que lo disfruten, jajajajaja! - concluye con su peculiar risa ridícula. - Parece que lo hace a propósito - comenta la profesora Hinako. - Entonces, ¿usted está con nosotros, profesora? - le pregunta Akane. - Claro que sí. Si dicen que todos los años el aniversario es así de aburrido, estoy de acuerdo conque haya un cambio en esta escuela. - ¡¡¡Así es!!! - exclaman todos. - Muy bien, en el discurso del director daremos a conocer nuestras ideas. ¿Quién está conmigo?. - ¡¡¡YO!!!. - Lo único que nos faltaba: una maestra rebelde - murmura Ranma no haciéndole mucha gracia la idea. En el auditorio, todos los cursos estaban ordenados esperando la llegada del loco director. Akane miraba para todos lados por si veía al curso de Nabiki y Tatewaki para comunicarles sobre lo conversado en consejo de curso y preguntarles si los apoyan. En eso Ranma, estando al lado de Akane, divisa sin querer a Tatewaki. - Si estás buscando al pelmazo de Kuno, está allá con el señor Toramasa Kobayakawa. - Qué bien, acompáñame. - Lo único que me faltaba, escuchar hablar a ese viejo loco - murmuró Ranma mientras seguía a Akane. Toramasa Kobayakawa no podía faltar a este acto. Él fue un antiguo director de la escuela Furinkan. Pero, como murmuraba Ranma, está medio loco (por decir poco), pues de lo único que habla es de aquellos tiempos en donde la escuela Furinkan preparaba hombres para la S.G.M., cosa que sólo el bobo de Kuno cree. Mientras se acercaban, escuchaban como el señor Toramasa "embobaba" a Kuno con otras de sus fantasiosas historias de los principios de la escuela. Al llegar donde ellos, el vigoroso anciano se alegra mucho. - Oh, cómo están, queridos alumnos. - Cómo está, señor Toramasa - ambos saludan, pero no contaban que... - ¡Cómo estás, mi linda Akane! - exclama Kuno abrazándola bruscamente. Ranma guardaba la compostura aunque por dentro deseaba sacarle los dientes -. ¡Sabía que no tardarías en venir a saludarme!. - ¡Suéltame! - exclama quitándoselo de encima -. ¡Sólo vine para preguntarte dónde está mi hermana o el presidente de tu salón!. - ¿Nabiki?. Lo que pasa es que... - en eso el director entra al auditorio y se dispone a empezar el discurso, pidiendo orden -. Bueno, nos vemos después, mi adorada Akane. Tú sola te darás cuenta. Y Tatewaki se va, mientras ambos se quedaron pensantes. No les quedó otra que irse a sus asientos. A cada rato, Akane miraba por si veía a su hermana. Ukyou, que estaba no muy lejos de ellos, les comunica que ninguno de los alumnos del salón de Nabiki estaban en el auditorio. - ¿Qué estará pasando? - se pregunta Akane. - Tranquila, el baboso ese dijo que ya nos daríamos cuenta. Por otro lado, el director estaba listo para comenzar. Le da dos golpes al micrófono comprobando que funcione. Luego, tose dos veces y comienza. - Queridos maestros y alumnos, en un día como hoy, dos de abril de mil novecientos... - y empezó a contar la historia de la escuela Furinkan como todos los años. - Oh, no. Es el mismo discurso que leyó el año pasado - se lamenta Daisuke. Luego, escucharon como los de tercer año se sabían el discurso de memoria, quedando muy sorprendidos. “Increíble”, murmuran todos los que observaban, mientras el director sacó su ukulele y seguía transmitiendo. -... y es un honor para nosotros pertenecer a una escuela tan importante. Y ahora, como todos los años... - Oh, no. Otra vez va a tocar la misma canción - se lamenta Hiroshi. - ¡¿Qué?! - exclaman Ranma, Ukyou y la profesora Hinako. -... tocaré una canción con mi ukulele, jajajajaja. - ¡Tóquese una diferente este año! - gritó alguien y todos se rieron. - ¡¿Ah... Quién dijo eso?! Desde la entrada, entra el curso de Nabiki, encabezados por ella, armados con carteles y pancartas, que decían “Viva la diversidad”, “Queremos libertad de opinión”, “¡No a Hawaii!”. - Vaya, cada vez tu hermana me sorprende más, Akane - comenta Hiroshi. - Esto no es nada, puede hacer esto y mucho más - continúa Ranma. - Así es mi hermana: generalmente es callada, pero cuando algo se le mete en la cabeza no hay quién la detenga. “Una Akane Tendo cualquiera en su versión disminuida”, pensaba Ranma riéndose de sus propias bromas. El grupo avanza hacia donde está el director. Nabiki se adelanta y con voz potente y desafiante se dirige a él. - ¡Señor director, no queremos lo mismo de todos los años!. ¡Como presidenta de mi salón, exigimos que usted cambie el programa de aniversario!. - ¡Cómo se atreven a interrumpir mi discurso justo cuando iba a tocar mi canción favorita!. - ¡Director, queremos que nuestras voces sean escuchadas! - exclama Kuno enérgicamente poniéndose al lado de Nabiki. - Uh, pero Tachi, no debes dirigirte así a tus mayores hijo. - ¡¡¡No me digas hijo delante de todos... NI TAMPOCO TACHI!!!. - Pero Tachi - balbucea casi llorando irónicamente. - ¡PERO NADA DIRECTOR!. En eso, llegan Akane, Ranma y todos sus compañeros. Más de setenta alumnos contra una sola persona. - ¡Señor director, como presidenta de mi salón, apoyo a la iniciativa de mi hermana!. - ¡Y él, como prometido de la presidenta también apoya a la causa! - exclama Daisuke indicando a Ranma. - ¡¡¡NO!!! - contesta Ranma rojo de vergüenza agarrando de las ropas a Daisuke. - ¿No? - le amenazan todos desafiantes. - Quiero decir, eh... claro que la apoyo - concluye sonriente pero no muy convencido. Nabiki salta a la tarima y toma el micrófono ante la mirada atónita de sus compañeros, profesores y director. - ¡¿Quién está con nosotros?! - pregunta por el micrófono. - ¡¡¡¡¡YO!!!!! - exclaman todos los presentes, incluso los profesores, ante la mirada atónita e impotente del director. - ¿Qué me dice ahora, inspector? - pregunta Nabiki tapando el micrófono. - Creo que no me queda otra salida - contesta totalmente anonadado. - ¡Muy bien, compañeros, la ceremonia a concluido exitosamente, pueden irse a sus casas, mañana informaremos sobre las actividades del aniversario! Y ante la euforia de los presentes gritando “¡¡¡Nabiki, Nabiki...!!!”, ella, Ranma y Akane acompañan al supuesto hawaiano a la dirección para ponerse de acuerdo con las actividades de aniversario. Ranma, sentado en una silla afuera de la dirección, deja a Nabiki y a Akane resolver asuntos con el director. Él, sentado en su escritorio, toma lápiz y papel dispuesto a anotar lo que las hermanas Tendo le pidan. - Primero que nada, director, sería bueno llamar a esto “la semana de aniversario”, empezando la primera semana del mes de abril, en donde cada día haya diversas actividades - expone Nabiki mientras el director escribe lo más rápido que puede. - Y no hay que olvidar que el sábado de la próxima semana habrá una fiesta para los todos alumnos de la preparatoria con entrada gratuita. - ¡¡¡¿¿¿Gratuita???!!! - exclaman sorprendidos Nabiki y el director. - Sí... ¿por qué? - pregunta temerosa la menor de los Tendo. - Eso no lo permitiré, señorita Akane. Si quieren hacer algo divertido, deberán poner de su parte también. Imagínense los gastos que hay que hacer. - Además, como yo fui de la idea, merezco una parte de las ganancias. - ¡¡¡¿¿¿Qué cosa???!!! - exclaman ahora Akane y el director. Y así pasó el tiempo y seguían discutiendo el mismo tema. Ranma se había quedado dormido y despertó por el ruido que hacían. - ¿Qué es este escándalo? - pregunta Ranma entrando pacíficamente, pero no lo entiende así el director. - Oh, no. Otro más con ideas estúpidas. Si quieres estar aquí Ranma Saotome, mantén tu boca cerrada, o si no, te cortaré esa trenza. - Guarde sus amenazas para otra ocasión. Yo vine para avisarles que ya son casi las seis de la tarde. ¿Podrían apurarse por favor?. - ¡Es que Akane quiere que las entradas a la fiesta sean gratis!. - ¡Y Nabiki quiere quedarse con parte del dinero!. - ¡Eso me pasa por confiar en chiquillas mal criadas!. - ¡Silencio!. ¡Ahora voy a hablar yo! - exclama Ranma dejando callados a los tres escandalosos -. Por un lado, si van a cobrar, Nabiki, no te puedes quedar con parte de ese dinero. Quizás debamos usarlo para pagar los gastos del aniversario. - ¡Apoyo eso, Ranma! - comenta el director sonriente. - Sí, no está mal - comenta Akane un poco menos animada. - Podría ser peor - desalienta Nabiki. - Pero, por otro lado, también Akane tiene razón en no cobrar la entrada. - ¿Y por qué? - pregunta el director. - Porque no tengo ningún yens - dice con cara divertida y demostrando que no tiene nada en los bolsillos. Camino a casa, Ranma va tratando de contentar a Akane con Nabiki y viceversa. Sin embargo, ninguna de las dos puede entender a la otra. - Pero Akane, no es para tanto. - Cállate, Ranma. Eso es asunto mío con Nabiki. Como no podía con una, intentaba con la otra, pero ocurría siempre el mismo resultado. - Oye Nabiki, Akane tiene razón, no te puedes quedar con el dinero de las entradas sólo porque fue tu idea. - No pretenderás hacerme cambiar de opinión, Saotome. Yo no te digo nada cuando dices que no te gusta Akane. - ¡¡¡ESO ES MENTIRA!!! - exclaman ambos afectados rojos de vergüenza. - ¿Lo ves?. Así que mejor cierren la boca y déjenme en paz. Así concluye Nabiki mientras proseguía su camino dejándolos sorprendidos y parados en medio de la calle. - Vaya, sí que es directa tu hermana, Akane. - Sip. Ya en casa, sentados en la mesa cenando, los tres conflictivos discutían esta situación con la familia. - Estoy seguro que si hablaran del asunto como personas adultas y no como niñas arreglarían este asunto - comenta Ranma seriamente. - Miren quien habla - contesta sarcásticamente Akane. - “El berrinchudo maduro” - levanta su letrero el panda. - Me disculparán hijas y Genma, pero creo que Ranma tiene razón esta vez - les dice Tendo sonriendo. - ¡¿Qué?! - exclaman sorprendidas, mientras Ranma se enorgullecía de sí mismo. - Yo no estoy de acuerdo con él - opina Happousai ante la indiferencia de Ranma -. Estas jovencitas están bastante desarrolladas para ser unas niñitas - decía acurrucándose en el pecho de Akane. “¡¡¡NADIE LE PREGUNTÓ!!!”, escuchó el maestro desde el cielo debido a un fuerte golpe cortesía de Akane Tendo. No se habló más del asunto y siguieron cenando. Cuando habían terminado, alguien toca la puerta. “Yo voy”, dijo Kasumi acudiendo de inmediato. Al abrir la puerta recibe un “¡Nihao!” de saludo. Era la hermosa Shampoo con una cesta en sus brazos. - Hola Shampoo, cómo estás. - Bien, Kasumi, como siempre - responde contenta ante la amabilidad de la mayor de las hermanas Tendo. Akane escucha desde el comedor y, sin perder tiempo, va a la entrada bañada en curiosidad por saber a qué había venido su eterna rival. - Shampoo, qué haces aquí - pregunta despectivamente. - Nihao, Akane. Vine a entregar un pedido, ¿cómo está mi Ranma? - pregunta con la misma alegría de antes haciéndole ver a Akane que su presencia no afecta en su ánimo, en cambio, en Akane la presencia de Shampoo la irritaba tanto o más que los Kuno. - En primer lugar, no es tu Ranma y, en segundo lugar, nadie aquí pidió algo, así que te agradecería si te fueras. - Akane, no te expreses así. Yo le pedí que trajera unos postres. Pasa Shampoo. - Gracias, Kasumi - decía mientras pasaba por al lado de Akane demostrando sobriedad, mientras la menor de las Tendo se mordía la lengua de rabia. Al llegar al comedor, la hermosa chica de China deja la cesta de comida encima de la mesa y se tira encima de Ranma abrazándolo (asfixiándolo) ante la mirada incómoda de los demás presentes y la mirada furiosa de Akane. - Shampoo está feliz de verte. ¿A Ranma no le da gusto de ver a Shampoo? - decía la china en su extraño japonés. - Sí... me asfixio de tanta felicidad... ¡Suéltame, por favor! - murmuraba sin aire. Pero Sound deja de presenciar este acto para ver que había en la cesta. Ante sus ojos veía las más deliciosas tartas de arroz con cereza que había visto últimamente. - Vaya, qué delicia. ¿Cuánto te debemos, Shampoo? - Son quinientos yens - decía sin soltar al asfixiado Ranma. - ¿Tan barato? - comentó la experta financiera Nabiki -. Deben haber unas veinte tartas. - Considérenlo un descuento de Shampoo por estar al lado de mi Ranma por un rato. - Yo prefiero pagar más - comenta Ranma lográndose sacar a Shampoo de encima. - Claro que no - se impone Sound -. Puedes quedarte a comerlas con nosotros si quieres, Shampoo. - Shampoo está encantada - decía mientras volvía a abrazar a Ranma. - Oh, no... otra vez... ¡Sálete ya!. “Sin duda es nuestro padre: tiene la hospitalidad de Kasumi y lo tacaño de Nabiki”, pensaba Akane decepcionada, todavía sintiendo algo de rabia por la situación, pero no le quedó otra que sentarse en la mesa junto a Shampoo y Ranma. Ya de noche, Shampoo regresa al Neko Hanten, restaurante de su abuela Cologne. Estaba vacío, lo que hizo a Shampoo respirar aliviada por no tener que atender a más gente por el día de hoy, estaba totalmente agotada, pero una hermosa sonrisa se dibujaba en su rostro. En la cocina, Cologne y Mousse estaban lavando los trastes. Al entrar a la cocina, Mousse, se ajusta los anteojos y se abalanza hacia ella, gritando “¡Shampoo, Shampoo, qué bueno que volviste, te extrañé tanto...!”, pero el puño de la bella china ahogó la alegría del torpe cegatón. Obviamente, entre chinos, hablan su idioma natal: - Ya terminé, abuela. Acabo de hacer el último pedido - saluda con notoria felicidad. - Qué bien te hace ver a mi futuro yerno, estás de muy buen humor - le responde Cologne mientras secaba los platos. - No sé qué bien le hará - opina Mousse que yacía en el suelo -. Debería sentirse feliz de que yo esté aquí para acompañarla. - Ni me lo recuerdes, Mousse, que me arruinarías lo que queda del día. - Bueno, mejor me voy a acostar antes de que esto empeore - dice desganado levantándose del piso -. Buenas noches. - Buenas noches, Mousse - se despiden ambas. Shampoo esperó a que Mousse se fuera para contarle lo que realmente la tenía contenta. - Oye, abuela, Nabiki Tendo me dijo que la escuela Furinkan estaba de aniversario y que se celebrará una fiesta el próximo fin de semana. ¿Puedo ir con Ranma?. - ¿Pero que no esas fiestas sólo pueden asistir los de la propia escuela?. - Bueno, sí. Pero Nabiki me dijo que estaría controlando las entradas y que con un dinero extra me dejaría pasar. Nos divertiremos mucho. - Me alegra que así sea, nietecita. Lo que no sabían era que el cegatón de Mousse había escuchado todo. - Espera y verás, Shampoo. Yo seré tu acompañante a esa fiesta... Te lo aseguro.
Ryouga Hibiki vagaba perdido por una ciudad que desconocía completamente. Era lunes 5 de abril, como las siete de la mañana y el sol recién se había asomado en el horizonte. Caminaba sin un rumbo fijo, deseando volver a ver a Akane Tendo algún día si es que podía salir de esta extraña ciudad de grandes edificios, anchas calles y una gran torre de metal de color rojo. De tanto caminar, se aleja del centro y recorre unas calles angostas de un pequeño barrio. De pronto, el despistado viajero piensa en esa exuberante construcción metálica de color rojo que vio en el centro de la ciudad: “Estoy seguro que la he visto en alguna parte”. Dobla en una esquina y se encuentra con un paisaje conocido. “Sí, estoy seguro que he estado aquí antes”, decía con más seguridad cada vez. Miraba a su alrededor mientras caminaba cuidadosamente. Pasa por un lote baldío, “Sí, recuerdo haber estado aquí en este lugar acampando... ¿Qué ciudad será?”, se preguntaba angustiado. De pronto, llega a una calle muy familiar. De una casa sale una viejecita que tira agua a la acera. - ¡Pero si es esa anciana! - exclama sorprendido, reconociendo perfectamente el lugar -. ¡Estoy de vuelta al mismo lugar de donde salí!. Estoy en la ciudad de mi amada Akane. ¡¡¡Por fin podré verla!!!. Se desespera al no contener tanta felicidad y se lanza a correr en busca de su amada, pero pasa por el frente de la casa de la anciana y ésta lo moja, como siempre. Ryouga, convertido en el pequeño cerdito negro Pchan, se queda sentado en la mitad de la calle entristeciéndose de su mala fortuna. A esa hora y por esa misma calle, Nabiki, Ranma y Akane se dirigían lentamente hacia la escuela. Por primera vez, los dos últimos mencionados no corrían desesperadamente para llegar a la hora y todo gracias a la iniciativa de Nabiki. - Hermana, ¿estás segura que no hay problemas por la hora?. - Claro, Akane. Uno de los puntos más importantes de esta semana de aniversario es el horario de clases: es totalmente libre. - ¿Y entonces por qué nos levantamos tan temprano como todos los días? - pregunta Ranma desganado. - Porque su salón y el mío organizarán las actividades de este año, como fuimos nosotros los de la idea. “Eso me pasa por apoyar estas revolucionarias”, pensaba Ranma mientras bostezaba intensamente. A lo lejos, Akane divisa a Pchan y corre a su encuentro. Ryouga también la ve y no demora en llegar a sus brazos. - ¡Pchan, hace tanto tiempo que no te veía!. ¿Por qué te fuiste, acaso ya no me quieres? - le preguntaba cariñosamente al cerdito y éste le respondía moviendo enérgicamente la cabeza en forma de negación. - Estás loca, de seguro se perdió tratando de llegar al baño - decía Ranma mientras pasaba por sus espaldas sin prestarle atención a la tan tierna escena de reencuentro. - ¡Cállate, Ranma!. No lo molestes, él no te ha hecho nada. - Él no, pero el cerdo grande sí. - ¡¿Ah?!. ¿Qué cerdo grande?. ¡¿A quién te refieres?!. - No, en nadie en particular - responde prosiguiendo el paso con Nabiki, quien reía secretamente. Akane estaba furiosa, lo queda mirando con rabia, apretando sus dientes y guardándose las ganas de gritarle que el cerdo grande era él, pero no se quiso rebajar. Reanudó el paso hacia la escuela pero ahora con Pchan en brazos. Durante la mañana, Ryouga había permanecido todo el tiempo en los brazos de Akane enterándose de muchas cosas, pero cuando escuchó sobre la fiesta, saltó de los cálidos brazos de la chica y se dirigió a los camarines. Allí se echó agua caliente volviendo a la forma humana nuevamente. Al salir de los camarines trepa a un árbol y se queda pensando sobre lo que había escuchado durante la mañana. - Vaya, habrá una fiesta el sábado en la noche. Eso quiere decir que podré venir con mi amada Akane. Para eso, tengo que invitarla lo antes posible. ¡Sí, eso haré!. Estaba de lo mejor cuando en eso una escalera se apoya en la rama donde estaba. Al instante, alguien sube y se dirige al sorprendido viajero. - Sólo los alumnos de nuestra escuela pueden asistir a esa fiesta, Ryouga. - ¿Eh, Nabiki Tendo?. ¿Qué estás haciendo aquí y cómo supiste que estaba aquí?. - Te vi salir de los camarines para mujeres - le responde directamente haciendo que el niño de la pañoleta amarilla se pusiera rojo como el tomate. - Ah... Bueno, no te desvíes del tema. ¿Cómo es eso de que sólo los alumnos de la Furinkan pueden asistir a la fiesta?. - Claro. Finalmente se decidió que la entrada sería gratis, por eso es que sólo los alumnos pueden asistir, pero... - ¡Dime, haré lo que sea!. - Yo estaré en la entrada cuidando que no entre nadie ajeno a la escuela. Entonces, si tú me das algo de colaboración, podría dejarte entrar, ¿entiendes?. - ¡Claro!. Incluso aquí en mi mochila de viaje ando con algo - decía alegre mientras buscaba en su mochila y Nabiki ya podía sentir los billetes en sus manos -. Toma, aquí tienes. Le había dado una sopa instantánea y un folleto turístico de Kyoto todo arrugado. Una gota de ironía corría por la cabeza de Nabiki ante la estúpida sonrisa de Ryouga. - No, creo que no me entendiste. Monedas, billetes, dinero, a eso me refería. El mundo de hoy gira en torno a eso. - Ah, pero tú sabes que apenas tengo dinero para comer. - Bueno, tú eliges, te estoy dando la oportunidad de entrar a la mejor fiesta de tu vida. - No sé, Nabiki. Es algo que debería pensar con cuidado... - Si no te decides luego, Akane podría ir con Ranma. - ¡Trato hecho!. ¿Cuánto quieres?. Nabiki sonríe satisfecha. Poco a poco está reuniendo el dinero que tenía presupuestado ganar en esta semana de aniversario. En la tarde, Ranchan (Ranma mujer) y Akane volvían a casa tranquilamente después de un día entretenido pero agotador. La pelirroja iba comiendo un helado (mantecado) de chocolate. - ¿Dónde se habrá ido Pchan?. Creí que volvería con nosotros a casa. - Akane, no te preocupes por él. De seguro se asustó cuando saliste elegida reina de nuestro salón. - Cállate, antipático. Ya verás que seré la reina de la escuela. - Cómo no iban a votar por ti, los tenías amenazados. - ¡Eso no es cierto!... Sólo les advertí que si no votaban por mí... - Sino votaban por ti, les darías una paliza - decía riendo a carcajadas mientras Akane se moría de vergüenza -. En cambio, nosotros ya ganamos nuestro primer encuentro en fútbol y básquetbol, y como representante del salón en artes marciales, vencí a Kuno en tres segundos. No está mal, ¿no crees?. - Eres un engreído, nosotras también ganamos en vóleibol y yo también gané en las artes marciales, pero no imito tu actitud porque no me comporto como idiota. Además, yo no soy vergonzosa como tú, te da cosa comprar un helado como hombre porque según tú el mantecado es para niñas. Qué hubiera pensado el vendedor si supiera que eres hombre. - Di lo que quieras. Tú sabes que los dulces son mi debilidad y no puedo exponer eso a la luz pública, por eso me transformé en mujer. No querrás que el día de mañana alguien me gane por utilizar de carnada un postre con mantecado o una bolsa llena de caramelos o quizás... Lo único que quería Akane era que Ranchan se quedara callado, que se atragantara con el barquillo del helado, ya no soportaba su excesiva sobriedad. Al doblar en una esquina, se encuentran enfrente de una batalla campal dividida en dos bandos: Shampoo contra Ukyou y Ryouga contra Kuno y su espada de madera, mientras Mousse miraba como se mataban entre ellos. Van con el cegatón para preguntarle el motivo de tal pelea, aunque no estaban seguros si Mousse la estaba mirando. - Oye, Mousse. ¿Por qué están peleando ahora? - pregunta la chica pelirroja. - ¡Ranma Saotome! - exclama furioso ante la presencia de su enemigo -. ¡Prepárate porque voy a eliminarte aquí mismo!. Y se lanza con un arsenal de objetos peligrosos que sacó de sus mangas. Pero el miope se dirigió a Akane pasando por al lado de Ranchan sin verlo. Éste pone su pie deliberadamente y Mousse cae al suelo violentamente antes de llegar a Akane. - ¡Ajusta tus telescopios zopenco, aquí estoy!. Mousse se levanta al instante y mira de cerca la femenina cara de Ranma ajustando sus lentes, que realmente parecían dos remolinos sin fin. - Bueno, ¿ahora me dirás que pasa aquí?. - Es por la maldita fiesta de su escuela. Mi Shampoo y Ukyou están peleando por ir contigo, mientras que Ryouga y Kuno por ir con Akane. - ¿Y Ryouga por qué? - se pregunta Akane extrañada -. De seguro me está defendiendo del bobo ese. - La boba es otra, como es que todavía no se da cuenta - murmura Ranchan. - ¡¿A quién te refieres con boba, eh?!. - Eh... A esas dos, claro - contesta nervioso salvándose de la merecida golpiza -. Voy a impedir que se sigan peleando. Con paso firme pero algo inseguro, se dirige primero a ambas chicas que poco faltaba para que se rasgaran el pelo de un tirón. - ¡Oigan, ustedes, deténganse ya!. - ¡¡¡Ranma!!! - exclaman ambas emocionadas con la llegada de su príncipe azul... en este caso, princesa roja. Lo abrazan fuertemente y siguen peleando. - ¡Suéltenme, par de locas!. En eso, Kuno deja de pelear con Ryouga al ver a la pelirroja siendo asfixiada por ese par de chicas obsesionadas. De un empujón las saca a ambas y abraza a Ranchan aún más fuerte y descaradamente. - No te preocupes, mi pequeña pelirroja. Yo te defenderé de ese par de lesbianas. Pero un codazo de Ranchan, una fuerte patada de Shampoo y un golpe con la espátula de Ukyou dejan a Kuno tirado en el suelo inconsciente. - Ahora sí, ya basta con todo esto. ¿Acaso saben que no pueden entrar a esa fiesta? - Eso mismo le dije yo Ranma. Pero esta campesina no entiende con palabras - dice Ukyou desafiante. Ambas se miran con odio. - ¿Y tú, Ryouga? - pregunta Mousse. - ¿Yo?... - contesta nervioso mirando a Akane -. Sólo estaba tratando de convencer a Kuno que no intentara hacerle daño a Akane. - ¿Lo ves Ranma?. Te dije que Ryouga me estaba defendiendo. - Bueno, como sea Akane. Sólo los de la Furinkan podemos asistir, así que no se hagan ilusiones - concluye Ranma. - Pero Nabiki le dijo a Shampoo que podía entrar a cambio de dinero - se defiende la bella china. -¡¿Nabiki?! - exclaman Ranchan y Akane, entendiendo mejor la situación. - ¿Alguien dijo mi nombre? - pregunta Nabiki con tono inocentón, llegando al lugar de la batalla con una tetera. - ¡Nabiki, cómo es posible que le ofrecieras algo así, no te das cuenta que si te descubren...! - le reprochaba Ranma pero ella levanta la tetera llamando su atención. - Supuse que querrías esto, digo, por si Kuno se despierta. - Sí... muchas gracias - responde titubeante, algo arrepentido de tan duras palabras que utilizó hace poco. Se echa el agua, volviendo a la normalidad. Cuando creyó que todo estaba mejorando, llega la cargante de Kodachi Kuno riendo a carcajadas y abrazó a Ranma volviendo a una escena familiar. - Kodachi... Suéltame... ¿Qué haces aquí? - pregunta tratando de zafarse pero el perfume paralizante de la rosa negra lo dejó débil. - Jojojojojo - reía -. Me enteré de la fiesta de la escuela Furinkan y quisiera ir contigo, amado mío. - ¡Suéltalo ya! - exclaman Shampoo y Ukyou. - Sabes perfectamente que no puedes ir - le reclama Akane. - Pero si me das algo de dinero, podría dejarte entrar - le ofrece Nabiki. - ¡¡¡NABIKI!!! - exclaman todos. Ranma se libra de Kodachi y se para delante de Nabiki, mirándola fijamente conteniendo la respiración. - Así que para eso trajiste el agua. Sabías perfectamente que Kodachi andaba por aquí. - Claro que sí. ¿Creíste que podría perder a otro cliente así como así?. Ranma le da la espalda. Sin mirar a nadie, parte con rumbo a casa pasando por encima del cuerpo de Kuno. - ¡Yo me voy a casa Akane!. ¡Ya me cansé de todo esto!. Akane acude al instante, quedando los demás inmóviles. Pero Nabiki no se rendiría tan fácilmente. - Qué importa si Ranma se enojó. ¿Van a ir o no?. - Por supuesto - responden Shampoo y Kodachi muy decididas, saliendo ambas de ese estado transitorio. - Si Shampoo va, yo también iré - responde Mousse muy entusiasmado ante la mirada incómoda de la china. - ¿Y tú Ryouga? - le pregunta Nabiki, siendo observado por todos. - Está bien. Iré - responde no muy convencido. - ¡Qué bien!. Sólo son dos mil yens, tienen plazo hasta el sábado en la tarde para pagarme. No permitiré que me paguen en la entrada de la fiesta. - ¡¿Dos mil?! - exclaman todos espantados. - Tendría que repartir en horas extra para hacer esa cantidad en menos de una semana - reclama Shampoo, mientras Ukyou se reía a escondidas. - ¿De adónde sacaré semejante cantidad? - se preguntaba Ryouga. - Por mí no te preocupes Nabiki, el dinero no es problema para los Kuno, jojojojojojo. - Bueno, tómenlo o déjenlo. - Ah... está bien - se lamentan los demás. Más tarde, ya atardeciendo, Ranma estaba sentado en el dojo Tendo pensando profundamente. Estaba hincado, acurrucando en sus rodillas, algo enojado. Akane estaba en la entrada oculta observándolo con tristeza. Desde la discusión con Nabiki y los demás que él estaba así. Muy nerviosa entra al viejo dojo. Camina lentamente, siendo sus pasos lo único que se escuchaba. - Déjame solo - escucha dolorosamente Akane de la apagada voz de Ranma. Muy profundo llegaron esas palabras. Sin embargo, no se quiebra y prosigue su paso. Se inca a espaldas de Ranma. - Sólo quiero sabes qué te pasa. - No es de tu incumbencia. - No te obligaré, pero no me moveré de aquí hasta que me lo digas. Pasaron treinta minutos de silencio absoluto. No se habían movido ni un ápice, pero Ranma nunca se ha caracterizado por ser una persona callada. - Estoy harto que decidan por mí. Akane estaba medio distraída, pero se recupera enseguida y se gana delante de él mirándolo fijamente. - Lo dices por Nabiki, ¿no?. - Lo digo por todo. Shampoo, Ukyou, Kodachi, mi padre y ahora Nabiki. Aunque me cueste admitirlo, tú eres la única que nunca me obliga a nada. Y Ranma se levanta saliendo del dojo dejando a una sorprendida y sonrojada Akane. Quedó total y completamente paralizada. Ella esperaba por lo menos que le dijera algo, pero no esto. Se quedo así por un rato. De pronto, reacciona volviendo a la realidad. En un instante lo decidió, tenía que hablar con Ranma ahora mismo de sus sentimientos. Lo que le dijo él había servido de gatillo para disparar este gran secreto que llevaba desde hace mucho tiempo. Muy agitada pero contenta, sale corriendo del dojo. Afuera había empezado a caer una pequeña llovizna, pero eso a ella no le importa y sigue corriendo con dirección a la casa. Al entrar, vio con sorpresa y alegría a Ranma sentado en la mesa que levanta su cabeza para que sus miradas se encontraran. Con el pelo empapado, respiraba agitada, su corazón latía rápida y fuertemente. Se decide a avanzar hacia él. Ranma la sigue con la mirada. Él sentía lo mismo, estaba muy nervioso, pero ya no podía echarse atrás. Akane se sienta a su lado y se miran durante un largo rato. - Ranma... debo decirte algo importante. - ¿Ah... sí? - pregunta de puro nerviosismo dejando de mirarla. - ¿Recuerdas que en tu primera pelea con Ryouga me cortaron el pelo por accidente?. - Claro que me avuerdo, pero eso qué tiene que ver con lo que quieres decirme. - Yo sé que esa vez dijiste algo sólo para que no me pusiera triste: me dijiste que me veía mejor. - Ahá - contesta bajando la cabeza avergonzado. - Aunque a mí todavía me gustaba el doctor Tofou en ese tiempo, cuando me dijiste eso sentí algo extraño dentro de mí, cómo si hubiera sido un gran consuelo de tu parte, me sentí muy bien en ese momento... Pero hoy en el dojo, me dijiste algo muy diferente pero sentí lo mismo pero mucho más fuerte, como si mi corazón se me saliera. - ¿Q-qué me quieres decir? - le pregunta levantando la cabeza y se encuentra con el rostro de Akane a pocos centímetros, quedando paralizado en el acto. Sound, el panda Saotome, Happousai y Kasumi estaban presenciando esta escena escondidos detrás de la entrada del comedor, ansiosos por lo que podía pasar. - Ranma, no te quiero obligar a nada, pero... - ¡¡¡Tiempo fuera!!! - exclama Nabiki ganándose entre medio de ellos y todos los de la familia se caen de la sorpresa. - ¡¿Q-qué están haciendo?! - exclama Ranma entre sorprendido y enojado. - ¡Nabiki, no estamos en un partido de básquetbol! - le reprime Sound. - “Qué no vez que no hay árbitro” - escribe el panda en el letrero. - ¡Cómo se atreven a espiarnos!. - Perdóname Akane, pero no aguanté la curiosidad - se disculpa Kasumi muy apenada. - Él nos obligó - acusa Tendo, y con el panda, indican al maestro. - ¿Eh, yo?. ¡Mentirosos!. Pero Ranma no quiere seguir escuchando y se retira enfurecido del comedor ante la mirada atónita de todos. - ¡¿Por qué hiciste eso Nabiki?! - pregunta Akane desafiante. - No me conviene que pase lo que iba a pasar. Tengo cuarto clientes y ocho mil yens en disputa. No me ganarás en mi juego, Akane. - Cada vez eres más codiciosa, hermana. Durante la semana, Ranma ha tratado de esquivar a Akane, a pesar que han tenido que estar juntos como equipo por el asunto del aniversario. Incluso, han estado tan cerca que Ukyou siempre intervenía cuando creía que Akane intentaba abrir una conversación, pero Ranma se ha mantenido firme a su decisión de no hablarle, aunque se ha tentado. Esta situación se mantuvo así hasta la noche del sábado, día y ocasión para la fiesta de aniversario. Incluso, Ranma se demoró a propósito en la ducha para que Akane se fuera primero con Nabiki, quienes tampoco se hablaban desde ese día, pero que durante el camino Akane vio que su hermana estaba algo diferente de cómo era siempre, estaba algo desganada. - ¿Te sientes mal Nabiki?. Si quieres podemos volver a casa. En realidad, a mí tampoco me dan muchas ganas de ir. - Quién lo diría, hermana. Las más entusiasmadas y las creadoras de esta semana de aniversario y de la fiesta, ahora somos las más deprimidas. - Te lo mereces. Deberías saber que no se gana a la gente con el dinero. En cambio, yo... - Tú también te lo mereces, Akane. - No digas necedades. Es Ranma quien siempre... - No Akane. Esta vez no. ¿Sabes lo que creo?. Que a Ranma le da rabia como Shampoo, Ukyou y Kodachi se pelean por él y tú no haces nada. - ¡¿Por qué dices eso?!. A Ranma no le intereso. Además, no necesito hacer eso, no tengo ninguna intención con él. - A mí ya no me engañas, Akane. Y métete esto en la cabeza: a Ranma no le importa si se pasan peleando por él, no le importa quién se pelee por él, lo importante es lo que la gente siente - Akane la miraba fijamente y se daba cuenta que su hermana hablaba con mucha sinceridad -, y Ranma siente que esas tres están obsesionadas, que sólo lo quieren por capricho. Tú tienes que demostrar que estás sobre ellas, que realmente te importa. - Nabiki, realmente no sé por qué me estás diciendo esto. - No importa. Me entenderás. Al llegar a la escuela, ven como muy poca gente había llegado. Claro, eran recién las ocho y media de la noche. - Bueno, Akane. Yo debo ir a encargarme de la entrada al gimnasio. ¿Quieres entrar ahora?. - No, es muy temprano. Me quedaré esperando a Ra... a mis amigas aquí afuera. - Bueno, nos vemos. Mientras se alejaba lentamente, Nabiki veía como su hermana esperaba a su prometido con ansiedad y nerviosismo. “Ten valor hermana. Yo cometí el error de dejarlo escapar dos veces, no hagas lo mismo”, alentaba telepáticamente a su hermana, mientras que una pequeña lágrima se escapa de sus ojos. Por otra parte, cuando el reloj indicaba las nueve y media de la noche, Ranma se dirigía a su habitación con claras intenciones de acostarse. No sabía que el par de locos de Sound y el panda Saotome lo espiaba muy de cerca. Ranma entra a la habitación y ellos de inmediato se estacionan al lado de la entrada por si podían escuchar algo. Esperaron un poco y obtuvieron lo que querían: “Para qué voy a ir a esa estúpida fiesta. Mejor me quedo aquí”, dijo Ranma pensando en voz alta siendo escuchado por el par. En eso, entran decididamente a hacerle frente al futuro sucesor del dojo Tendo. Ranma estaba recostado en su saco. - ¡¿Cómo es eso que te quedarás aquí?! - le reclama Tendo. - “Eres un perezoso, hijo. Me decepcionas” - decía un letrero del panda. - Evitaré comentarios, papá. - Olvida eso, Ranma. Tienes que ir, no puedes dejar que Nabiki y Akane se vuelvan solas tan tarde. - Eso es problema suyo, no debió darles permiso hasta tan tarde. Ahora, si me disculpan, ha sido un día muy agitado y tengo sueño. Pero Tendo no aceptaba una negativa y se enoja como muy pocas veces. Su aura crece a tal nivel que la habitación se cubre de un color tenebroso y su cuerpo parece que tuviera la forma de un gran dragón, mostrando una larga lengua que parecía una serpiente asesina. - ¡Parece que no escuché bien, aaaaaaah! - exclama furioso el gran dragón con lengua de serpiente. - Digo, claro que iré, iré, iré - contesta Ranma muerto del miedo, y como un cohete, sale de la habitación con dirección al baño nuevamente. En la escuela, la gente había empezado a llegar. Akane ya estaba acompañada de sus amigos Yuka, Sayuri, Hiroshi y Daisuke. Conversaban de los más animadamente hasta que la presencia de las tres locas se hacen presentes. Los vestidos extravagantes y provocativos no impedían que ellas guardaran la compostura. Atrás de ellas venían Mousse y Ryouga muy bien vestidos, por cierto. - Miren que elegante y bonita se ve nuestra compañera - comenta Daisuke refiriéndose a Ukyou. - Y los otros no lo hacen nada de mal, pero ellos no van en nuestra escuela - prosigue Sayuri. - Miren a esas tres como pelean por Ranma. Ese Saotome tiene mucha suerte - opina Hiroshi riendo, pero recibe un codazo de Yuka indicándole que Akane se había puesto triste. “Ellas están vestidas tan elegantemente y yo vine como todos los días”, pensaba. En eso llega Kuno, con la compañía de su sirviente Sarokaje Sakuke, vestidos como siempre, Kuno fiel al arte del kendo y Sasuke fiel a la vestimenta ninja, contrarrestando la exuberante vestimenta de su hermana. Ve a Akane y va con ella de inmediato. - Oh, mi linda Akane, has ojos ciegos a ese trío de escandalosas. Para mí siempre serás la más hermosa y por eso serás premiada con mi presencia en esta noche. - Gracias por el cumplido Kuno. Pero creo que lo mejor será irme a casa. Y sin levantar su rostro empapado en lágrimas, se echa a correr sin hacer caso a la insistencia de Ryouga. Nabiki mira con tristeza desde la entrada del gimnasio la actitud de Akane, pero se alegra al instante debido a la presencia de una persona que debía haber llegado hace rato. - ¡¡¡Ranma!!! - gritan Shampoo, Ukyou y Kodachi, llamando la atención de Akane que deja de correr. Él estaba a unos cuantos metros delante de ella. Se quedan mirando por unos segundos hasta que Hiroshi y Daisuke acuden a la llegada de su amigo. Entre saludos, Ranma se queda pensando por qué Akane estaba llorando. En eso, la gente ya empieza a entrar al gimnasio pues la música ya sonaba bien fuerte. Ranma advierte de esto y, casualmente, su mirada se encuentra con la de Nabiki. Ella saca un letrero de los que ocupa el panda, que decía “Ranma, qué esperas”. Sorpresivamente, las tres locas se colgaron de Ranma y seguían peleando por él. Akane se queda mirando esta escena no con recelo, sino con calma en una postura analítica: “Ahora me doy cuenta que Nabiki tenía razón, Ranma ni siquiera les presta atención por más que ellas se peleen por él”. Gira la cabeza y ve a Nabiki a lo lejos que le decía que se animara de una vez. Secándose las lágrimas, avanza temerosa hacia el lugar de la batalla campal. Se para delante de todas que seguían maltratando sus provocativos vestidos. Ranma la ve y como un rayo se saca a sus pretendientes que seguían peleando aún sin él. - Akane, tienes que ayudarme. Entremos ya - le dice muy agitado. - Pero... es que yo... es decir - balbucea muerta de vergüenza. - Apúrate Akane, que esas locas me van a matar si entro con una de ellas. - Claro, y prefieres que me maten a mí si entro contigo. - Te prometo que yo mismo me encargaré si alguien te toca un sólo pelo. Ante estas palabras llenas de seguridad y cariño, Akane cede ante la petición de Ranma y de la mano avanzan juntos hacia la entrada del gimnasio ante la mirada atónita de todos. Shampoo, Ukyou y Kodachi habían dejado de pelear ante esta situación, sus vestidos estaban todos maltratados y sus orgullos destruidos. Inesperadamente, Shampoo toma a Mousse y Ukyou a Ryouga, mientras que Kodachi fue a buscar a su hermano. En la entrada del gimnasio, Nabiki hace su trabajo cuando ve llegar a una pareja. - Lamento arruinar tu negocio, Nabiki - se disculpa Ranma. - No te preocupes, salió tal y cómo lo esperaba. Escóndanse por ahí y verán lo que pasa. Después que se escondieron, llega Shampoo con Mousse. Furiosa le da sus dos mil yens a Nabiki diciendo “Tu hermana es una entrometida”; Mousse, feliz como lombriz, le entrega sus dos mil yens. Las otras parejas compuestas por Ukyou - Ryouga y los Kuno no hacen comentarios y entran tranquilamente dejándole el dinero a Nabiki. Ranma y Akane salen de su escondite y ven a Nabiki hipnotizada con todo ese dinero en la mano. Deciden entrar, pues por más que lo intenten no lograrían sacarla de ese estado. En efecto, Nabiki estaba inmóvil, mirando su dinero, pero no estaba feliz. Una pequeña lágrima recorría su mejilla, dándose cuenta que el dinero nunca podrá suplantar a los verdaderos sentimientos de una hermosa y ambiciosa dama.Un Fanfic de LG
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