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Barranca Abajo
de Florencio Sánchez
Personajes
DON ZOILO
DOLORES
ROBUSTIANA
PRUDENCIA
RUDECINDA
ANICETO
MARTINIANA
JUAN LUIS
BATARÁ
Gutiérrez (Butiérrez)
SARGENTO MARTÍN
Acto primero
Representa la escena un patio de estancia; a la derecha y parte del foro, frente de una casa antigua, pero de buen aspecto; galería sostenida por medio de columnas. Gran parral que cubre todo el patio; a la izquierda un zaguán. Una mesa, cuatro sillas de paja, un brasero con cuatro planchas, un sillón de hamaca, una vela, una tabla de planchar, una caja de fósforos, un banquito, varios papeles de estraza para hacer parches, una azucarera y un mate. Es de día. Al levantarse el telón aparecen en escena DOÑA DOLORES, sentada en el sillón, con la cabeza atada con un pañuelo blanco; PRUDENCIA y RUDECINDA, planchando; ROBUSTIANA haciendo parchecitos con una vela.
Escena I
Robustiana, Dolores, Rudecinda, Prudencia
DOLORES: Ponéme pronto, m'hija, esos parches.
ROBUSTIANA: Paresé, en el aire no puedo hacerlo. [Se acerca a la mesa, coloca los parches de papel sobre ella y les pone sebo de vela.] ¡Aquí, verás!
RUDECINDA: ¡Eso es! ¡Llenáme la mesa de sebo, si te parece! ¿No ves? Ya gotiaste encima'el paño.
ROBUSTIANA: ¡Jesús! ¡Por una manchita!
PRUDENCIA: Una manchita que después, con la plancha caliente, ensucia toda la ropa... Ladiá esa vela...
ROBUSTIANA: ¡Viva, pues, la patrona!
PRUDENCIA: ¡Sacá esa porquería de ahí! [Da un manotón a la vela, que va a caer a la enagua que plancha RUDECINDA.]
RUDECINDA: ¡Ay! ¡Bruta! ¡Cómo me has puesto la nagua!
PRUDENCIA: [Displicente.] ¡Oh! ¡Fue sin querer!
ROBUSTIANA: ¡Jua, jua, jua! [Recoge la vela y trata de reanudar su tarea.]
RUDECINDA: ¡A la miseria! ¡Y tanto trabajo que me había dao plancharla! [Muy irritada.] ¡Odiosa!... ¡Te la había de refregar por el hocico!
PRUDENCIA: ¡No hay cuidao!
RUDECINDA: ¡No me diera Dios más trabajo!
PRUDENCIA: [Alejándose.] Pues hija, estarías todo el día ocupada.
RUDECINDA: ¡Ah, sí! ¡Ah, sí! ¡Ya verás! ¡Zafada! ¡Sinvergüenza! [Corre a PRUDENCIA.]
ROBUSTIANA: ¡Jua, jua, jua!
RUDECINDA: [Deteniéndose, al ver que no la alcanza.] Y vos... gallina crespa, ¿de qué te reís?
ROBUSTIANA: ¿Yo? ¡De las cosquillas!
RUDECINDA: Pues tomá para que te riás todo el día. [Le friega las enaguas por la cara.] ¡Atrevida!
ROBUSTIANA: ¡Ah!... ¡Madre! ¡Bruja del diablo!... [Corre hasta la mesa y toma una plancha.] ¡Acercáte ahora! ¡Acercate y verás cómo te plancho la trompa!
PRUDENCIA: ¡Ya la tiene almidonada, che, Robusta!
RUDECINDA: [a PRUDENCIA] Y vos, relamida, que te pintás con el papel de los festones para lucirle al rubio...
PRUDENCIA: Peor es afeitarse la pera, che, como hacen algunas...
ROBUSTIANA: ¡Jua,jua! [Cantando.]
Mañana por la mañana,
se mueren todas las viejas...
y las llevan a enterrar
al...
PRUDENCIA: ¡Angelitos pal cielo!
DOLORES: Por favor, mujeres, por favor. ¡Se me parte la cabeza! Parece que no tuvieran compasión de esta pobre madre dolorida. Robustiana, preparame esos parchecitos... ¡Ay, mi Dios y la Virgen Santísima!
RUDECINDA: Si me hicieras respetar un poco por los potros de tus hijas... no pasaría esto.
ROBUSTIANA: Potro, pero no pa tu doma.
DOLORES: ¡Hija mía, por favor!
ROBUSTIANA: ¡Oh! ¡Que se calle ésa primero! ¡Es la que busca! [Vuelven a planchar. RUDECINDA, rezongando, limpia las manchas de sebo.] Ahí tiene su remedio, mama. ¡Prontito, que se enfría! [Colocándole los parches.] Aquí... ¿Ta caliente? Ahora otro, ¡ajajá!...
DOLORES: Gracias. Quiera Dios y María Santísima que me haga bien esto. [RUDECINDA rezonga más fuerte.]
ROBUSTIANA: [Aludiendo a RUDECINDA.] ¡Juera, pasá juera, canela! [PRUDENCIA se pone a arreglar las planchas en el brasero.]
DOLORES: [A ROBUSTIANA.] Mirá, hijita mía. Si hay agua caliente, cebáme un mate de hojas de naranjo. ¡Ay, Dios mío!
ROBUSTIANA: Bueno. [Antes de hacer mutis.] ¡Rudecinda! ¿Querés vos un matecito de toronjil? ¡Es bueno pa la ausencia!
RUDECINDA: ¡Tomálo vos, bacaray! [A PRUDENCIA.] ¡Ladiá el cuero!... [Toma otra plancha y la refriega sobre una chancleta ensebada.] ¡Coloradas las planchas! ¡Uf! ¡Qué temeridad!... [Pausa. PRUDENCIA plancha tarareando; RUDECINDA trabaja por enfriar la plancha y DOÑA DOLORES suspira quejumbrosa.]
Escena II
Ha salido Robustiana y entra Don Zoilo
[DON ZOILO aparece por la puerta del foro. Se levanta de la siesta. Avanza lentamente y se sienta en un banquito. Pasado un momento, saca el cuchillo de la cintura y se pone a dibujar marcas en el suelo.]
DOLORES: [Suspirando.] ¡Ay, Jesús, María y José!
RUDECINDA: Mala cara trae el tiempo. Parece que viene tormenta del lao de la sierra.
PRUDENCIA: Che, Rudecinda, ¿se hizo la luna ya?
RUDECINDA: El almanaque la anuncia pa hoy. Tal vez se haga con agua.
PRUDENCIA: Con tal de que no llueva mucho.
DOLORES: ¡Robusta! ¡Robusta! ¡Ay, Dios! Traéme de una vez ese matecito. [ZOILO se levanta y va a sentarse a otro banquito.]
RUDECINDA: [Ahuecando la voz.] ¡Güenas tardes!... dijo el muchacho cuando vino...
PRUDENCIA: Y lo pior jue que nadie le respondió. ¡Linda cosa!
RUDECINDA: Che, Zoilo ¿me encargaste el generito pal viso de mi vestido? [ZOILO no responde.] ¡Zoilo!... ¡Eh!... ¡Zoilo!... ¿Tas sordo? Decí... ¿Encargaste el generito rosa? [ZOILO se aleja y hace mutis lentamente por la derecha.]
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