Sede Regreso a 2001 010507 Carpe Diem Lluvia de impuestos, hurac�n de miseria Luis Figueroa [email protected] �Qui�n no est� enterado de que desde hace tres a�os la econom�a de los guatemaltecos se est� asfixiando? A ver, �qui�n de sus amigos, o parientes (que no sea narco, o funcionario) ha mejorado su nivel de vida en los �ltimos 15 meses? Y sin embargo, los europeos, los buscadores de rentas y resentidos de siempre, nos quieren poner m�s impuestos. Por un lado, es cierto que el gobierno de Guatemala tiene problemas de ingresos para cumplir con sus obligaciones presupuestarias. Pero, �c�mo no los va a tener, si su presupuesto es un desorden en el que no hay prioridades y no hay transparencia? Claro que el gobierno tiene dificultades para captar fondos; pero c�mo iba a ser de otro modo, si solamente una de cada cuatro personas productivas paga impuestos. ��C�mo iba a ser diferente, si aquel 25 por ciento evade casi la mitad de los tributos que deber�a pagar?! Es cierto que el gobierno no tiene fondos suficientes para proveer la infraestructura necesaria en seguridad y justicia, por ejemplo, pero todos sabemos que un alto porcentaje de lo que ingresa a las arcas nacionales, se pierde por mala administraci�n, altos costos, desperdicio �y corrupci�n! A�n as�, nos quieren imponer m�s tributos. A usted y a m�, que somos el jam�n del sandwich. Porque, claro, los impuestos se le venden, a los ignorantes y a los resentidos, como algo que pagar�n los ricos; y pocos parecen notar que en realidad afectar�n m�s a la clase media y a los pobres. Veamos por qu�: Yo nunca he conocido un rico que vea disminuido su nivel de vida por cinco puntos porcentuales m�s en su impuesto sobre la renta, o por tres quetzales m�s que pague por gal�n de gasolina. Lo que ocurre, en realidad, es que los impuestos adicionales que pagan los ricos, en realidad salen de las inversiones que dejan de hacer. De esa cuenta, la clase media y los pobres terminamos pagando el pato en t�rminos de menos oportunidades de trabajo y menos posibilidades de que mejoren nuestros salarios. Los ricos pueden pagar contadores y abogados para eludir legalmente el pago de una parte de los impuestos, pero a la clase media y a los pobres nos quitan los impuestos cuando nos dan nuestros cheques del sueldo y no tenemos forma de defendernos. Los ricos, por supuesto, seguir�n produciendo y halando la carreta, pero en menor cantidad y a un ritmo m�s lento. El pa�s no se detiene, pero usted y yo nos empobrecemos porque cada vez hay menos carretas. Vea, por ejemplo, que pasar� si prospera el disparate de ponerle impuesto a las llamadas por tel�fono celular. Hace unos tres a�os era imposible conseguir una l�nea fija de tel�fono, a menos que uno incurriera en corrupci�n y sobornara a las autoridades de Guatel. De repente, gracias a la Ley de Telecomunicaciones, vaya usted a cualquier construcci�n y ver� que casi todos los alba�iles tienen su celular. Tome usted una lancha para ir a Monterrico, o a Santiago Atitl�n, y ver� que el lanchero y su ayudante tienen tel�fono m�vil. P�rese frente a una maquiladora a la hora de almuerzo y ver� a las chicas hablando por el celu. Para un rico, si le suben el precio del minuto, pagarlo ser� s�lo una molestia m�s, pero para una buena parte de la clase media (especialmente los j�venes y los ancianos) y para los pobres, eso ser� la diferencia entre tener, o no tener celular. Igual cosa ocurre con la gasolina. Un alza de tres quetzales en el precio del gal�n de combustible es la diferencia entre usar el carro y no poder usarlo. Y sin celular y sin autom�vil, disminuye nuestra calidad de vida. Y eso que no hemos hablado de cuando nos suba el alquiler, gracias el impuesto de Fritz. Los muy pobres, claro que no tienen celular ni carro; pero a como van las cosas, ya ni siquiera tendr�n qu� comer. Prepar�monos, pues, para m�s mendigos en las calles. Sede Regreso a 2001 |