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021014


Carpe Diem


FRG-MOB
Luis Figueroa
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Estimados lectores: Cuando un millón de ustedes votó por Alfonso Portillo y sus cómplices, nos metieron en un
gran camote. Ascendió al poder una mezcla letal de políticos y sinverüenzas.   Por un lado estaba el vesánico Efraín Ríos Montt rodeado de predicadores,  aficionados a la dictadura de 1982 y fascistas.   Y por el otro, estaba Portillo (el azote de Chilpancingo) seguido por la izquierda oportunista, la mafia y los wannabes.

En el principio de esta cleptocracia se creía que una de las dos corrientes tendría que desplazar a la otra.   Esto era en el supuesto de que eran agua y aceite, y de que ambas diferían en cuanto a su visión del mundo.   Se suponía que si querían ganar legítimamente las siguientes elecciones, y repetirse en el gobierno, una corriente tendría que anular a la otra.

Pero resultó que no.   Primero, porque en realidad no eran tan diferentes.   De hecho, la costra nostra enquistada en la administración actual viene de una y de otra corriente.   Igual hay corruptos  riosmontistas, que portillistas.   Segundo, porque ¡¿de dónde sacamos que estarían interesados en ganar legítimamente las elecciones?!   De hecho, ya se ve que el control de las PAC y de la infraestructura electoral, así como la inexistencia de una oposición coherente, les podría facilitar un asalto al poder, por la vía del fraude, si fuera necesario.   Tercero, porque ambas corrientes encontraron un
modus vivendi para saquear el país.

En lo que no fallaba aquella lectura es en que esta mezcla de políticos corruptos y mafiosos era un gran camote. 

Vea usted el
reporte del Secretario Otto Reich, de los Estados Unidos; el reporte del Grupo de Acción Financiera; y ahora vea que “una investigación realizada por Hemisphere Iniciatives, Massachussets, aporta concluyentes explicaciones sobre los cimientos que sustentan al gobierno eferregista”, el estudio revela que “Portillo y Ríos Montt tienen lazos con la delicuencia organizada”.  ¡Chispas!, esta es no es la administración del FRG, sino la de la coalición FRG-MOB.

Es posible que en el exterior ya  se hayan dado cuenta de que la democracia populista de esta administración es una farsa peligrosa.  Pero ojalá que los países amigos, en el norte y en Europa,  se den cuenta, también, de que  no es posible construir una democracia de ninguna clase, si no le damos prioridad  absoluta a la consolidación de instituciones que garanticen que nadie sea superior a la ley, que velen por  el respeto a los derechos individuales, y que protejan la igualdad de todos ante la ley.

Para nosotros, los guatemaltecos, lo importante es si fundamos un estado de derecho, o no.   Lo siguiente es impedir que los grupos de interés puedan apoderarse del Estado para alcanzar sus fines particulares.

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