Sede         Otras columnas


021108


Carpe Diem

Oscura y hedionda
Luis Figueroa
[email protected]


La adquisición de los Eurobonos emitidos por la administración del Frente Republicano Guatemalteco debería ser motivo de vergüenza pública. 

Ya sea que los fondos recaudados de esa manera vayan a ser utilizados para el lavado de dinero, o para la compra de voluntades con motivos electorales (como ya lo han advertido varios colegas), debería ser vergonzoso que banqueros, inversionistas, o ahorrantes, contribuyan a tales causas mediante la compra de los citados bonos.

Debido a los
oportunos señalamientos que hizo el sub secretario de estado adjunto, de los Estados Unidos, Otto Reich, la corrupción que de esta administración se hizo evidente en los mercados internacionales.  De esa cuenta hubiera sido imposible, o muy oneroso, colocar aquellos bonos en Europa, o en cualquier otro mercado internacional.   Por eso es que los citados documentos de deuda tendrán que buscar compradores “entre nosotros”.

Debido a su mala fama, los intereses que ofrezcan aquellos nefastos instrumentos financieros seguramente serán elevados, a modo de cubrir riesgos.  En esas condiciones podrían ser atractivos, de la misma manera en que eran atractivos los cantos de sirena para los marineros helénicos.   Pero peor aún, podrían ser atractivos de la misma manera en que para algunos lo son los negocios sucios.  Por algo se le llama lavado de dinero, ¿o no?

Por cierto, se le llama lavado de dinero a la actividad de comprar bienes (o instrumentos financieros) a precios altos con dinero de orígenes dudosos, y luego venderlos a precios menores. De esa forma, el lavador se deshace del dinero sucio y aunque aparentemente pierda en la venta, lo que obtiene a cambio es dinero legítimo, limpio, o lavado.

Lamentablemente está muy generalizada la falsa creencia de que como el mercado como instrumento no es moral, ni inmoral, los actores del mercado también están sustraídos de consideraciones éticas.   Falso, de toda falsedad, este mito debe ser puesto en evidencia ante circunstancias como las que han creado los Eurobonos.

Si bien un martillo, como instrumento, no es moral, ni inmoral, aquel que lo use para el bien, o para el mal, si es sujeto de juicio ético.

Por eso es que no tendrá razón alguna, aquel que pretenda comprar los Eurobonos por el beneficio financiero y quiera hacernos creer que ha sido sólo una transacción normal de negocios.   En este asunto se juega el compromiso que banqueros, inversionistas y ahorrantes tienen con el futuro de Guatemala.

Si los Eurobonos van a servir para lavar dinero, para comprar voluntades electorales, para enriquecer a funcionarios corruptos, para sumir en el endeudamiento a las generaciones que vienen, o para otros negocios sucios, debería ser una vergüenza adquirirlos.

Una cartera de Eurobonos, en la contabilidad de cualquiera, debería ser una mancha oscura y hedionda.


Sede
Hosted by www.Geocities.ws

1