Sede         Otras columnas


030526


Carpe Diem

Humo en tus ojos
Luis Figueroa

Deje la timidez. ¿Está de acuerdo, o no?
[email protected]

La semana pasada una corte de apelaciones del estado de Florida echó abajo una sentencia de primera instancia que condenaba a las empresas tabacaleras a pagarle a un vasto grupo de fumadores la cifra récord de US$145 millardos.

El error del juez de primera instancia consistió en dejar que un jurado escuchara, en un solo juicio, una demanda de poco más o menos 700,000 personas con diferentes historias médicas.  A juicio del tribunal, integrado por los jueces Levy, Goderich y Gersten, cada uno de los demandantes debería ganar un juicio individual por daños compensatorios, y luego unirse todos para demandar por perjuicios.

Esto tiene sentido porque, como dice la resolución del tribunal, “aunque la emotividad del caso es fuerte, nuestro trabajo como jueces de apelación es no llevarnos por la emoción, cuando esto resulte en la violación de principios establecidos.”

Esta sentencia debería llamar la atención de jueces, activistas y columnistas que creen que la labor de un juzgador es fallar de acuerdo con el clamor y las emociones de los grupos de presión; y no conforme a la ley y la justicia.

Personalmente creo que fumar cigarrillos es un hábito hediondo, e innecesariamente arriesgado (no así el de fumar puros); pero estoy en contra de que algunas personas puedan extraer dinero fácil de terceros, por haber tomado malas decisiones, o por perseverar en sus malos hábitos.  Pero peor aún, creo que es perversa la idea de que los jueces tengan que fallar a favor de exigencias políticas, más allá de la evidencia y de la objetividad.

Se requiere de humo en los ojos para no ver que la justicia no debe ser sustituida por la política; y que la función legítima de los jueces no debe ser sustituida por la de los diputados, los diplomáticos, los activistas, los periodistas, ni las partidas de linchamiento.

Un ejemplo: cuando un tribunal condena a inocentes, con la esperanza de que los condenados apunten hacia los verdaderos culpables, ¿es eso justicia?  Yo, más bien, creo que es un abuso de poder y una falta de respeto absoluta a la dignidad de las personas.

Otro ejemplo: cuando el Congreso legisla para tratar de remediar injusticias aparentes, como el trato diferenciado a características culturales como la lengua y el vestido, ¿es eso justicia? Yo, más bien, creo que es una fuente de privilegios y el principio potencial para futuros conflictos sociales.

Hay que tener humo en los ojos para no ver que el irrespeto a los derechos de las personas y la multiplicación de privilegios son peores remedios que las enfermedades que pretenden curar.

Es lo que pasa con las demandas contra los fabricantes de cigarrillos, o las hiperabsurdas demandas contra los restaurantes de comidas rápidas: la gente toma malas decisiones, aún a sabiendas de que su conducta es potencialmente peligrosa. Eso sí,  cuando se presentan las consecuencias, tratan de culpar a otros y tratan de escapar con los bolsillos llenos.

De la misma forma en que unos se fuman dos cajetillas diarias, otros se atiborran de manteca y luego le echan la culpa a terceros, así es como los guatemaltecos permitimos que del IGSS desaparezcan Q500 millones y que se borre la información del Registro de la Propiedad.  Casos en los que, con suerte, ira a parar a la cárcel un “gato”, durante seis meses; mientras que sus jefes entregarán el mando en sesión solemne del Congreso de la República.

Ya ven…me dije que no iba a escribir sobre esas sinvergüenzadas para no amargarme; pero ¿cómo puede no indignarse? Aún cuando trate de distraerme analizando temas más generales sobre la justicia, o cosas parecidas,  no puedo dejar de pensar en qué otras cosas estarán pasando y ni siquiera nos hemos enterado.  ¿Qué tal si de veras ya no hay información registral? ¿Qué tal si fueron más de Q500 millones?  ¡Chispas, la justicia no debe ser sustituida por la política!



Sede
Hosted by www.Geocities.ws

1