El Establo de Schuman
Mi tatarabuelo, Emilio Schuman, era propietario del establo que llevaba su nombre.

En la foto, mi bisabuela Adela, con mi abuelito Federico y el t�o Emilio, junto a un carruaje del establo Schuman.

Cuando el Banco Industrial contribuy� a devolverle sus nombres originales a las calles del Centro Hist�rico de Guatemala, public� los siguiente: "El Callejon de la Cruz se extend�a por la actual 3a. avenida "A" de la 1a. a la 4a. calle.  La gente dio en llamarle con ese nombre porque en una de sus casas, a la altura de la 1a. calle, hab�a una cruz de cemento.  Posteriormente lo llamaron Callej�n de Schuman, en alusi�n a un famoso establo que un se�or de ese apellido instal� en la estrecha calle.

El establo del se�or Schuman dio al antiguo y apacible Callej�n de la Cruz no s�lo otro nombre sino tambi�n una mayor actividad.  En efecto, en aquellos tiempos anteriores al ferrocarril y al autom�vil, el trensporte de mercader�as y personas se hac�a en veh�culos de tracci�n animal y el establo del se�or Schuman estaba bien provisto no s�lo de caballos, sino de toda clase de carretas y carruajes.  En �l se pod�a encontrar desde una robusta diligencia para un viaje largo, hasta un lujoso carruaje funebre, incluyendo los hermosos corceles negros que habr�an de tirarlo".
En la d�cada de los 90, en la revista Domingo de Prensa Libre, Jos� Antonio Guzm�n public� un reportaje denominado: Hablemos del premio N�bel Miguel Angel Asturias; y ah� escribi�: "Los Taxis Azules compet�an con los Taxis Amarillos de la familia Schuman que, adem�s de este negocio, tambi�n ten�an caballos de carrera importados.  Tambi�n instalaron en Panajachel (Solol�), el hotel Casa Contenta".

Otra nota de prensa, cuyo or�gen desconozco; pero que puede ser de Prensa Libre, dice as�: "A finales del siglo XIX la capital guatemalteca contaba con el servicio de alquiler de carruajes y coches.  El establo de Schuman, ubicado en la 4a. Calle Poniente, No. 25, con tel�fono 528, ten�a a disposici�n de su estimada clientela una gran variedad de veh�culos: carruejes, land�s, victorias, waggones (sic), buggies y sulkies para excursiones y paseos.  Par las festividades u ocasiones especiales, como los d�as de la feria de  Jocotenango o las afamadas Minervalias del tiempo de Estrada cabrera, el alquiler de veh�culos se realizaba con anticipaci�n, porque eran muchos los parroquianos que gustaban presumir, llegando a la feria, al teatro o al templo de mInerva en un coche conducido por un cochero uniformado con librera (sic) roja y negra aunque el precio del servicio fuera caro.  Hab�a servicio diario, expreso o con paradas, de diligencia a la Antigua Guatemala y a Amatitl�n".
Al describir las carreras de caballos que eran populares all� por 1911, en su libro Minerva y La Palma, el enigma de don Manuel, Catherine Rend�n cita al encargado de negocios de Estados Unidos, Hugh Wilson: �Premios en efectivo eran anunciados y eran deducibles de los recibos de la taquilla (portal�n).  Otra deducci�n hab�a sido sancionada por costumbre y era champa�a para todos los jueces quienes se pod�an reconocer por sus chisteras (sombreros de copa).  Siempre exist�a una cierta preocupaci�n entre los due�os de caballos en las �ltimas carreras por aquello que se fueran a terminar los recibos en las taquillas y los premios en efectivo estuvieran en penalidad.  El due�o principal era un tal Schurman (sic) quien incidentalmente era propietario de una caballeriza.  Usualmente ten�a dos o m�s caballos en cada carrera...y una vez trat� de cancelar una de estas porque los jueces estaban bebiendo demasiado.�
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