SADELAS
La tecnología mendaz
Manuel C. Martínez M.
Es mentira que haya una
estimulación eléctrica externa de los músculos, no proveniente de mandatos
cerebrales endógenos, capaz de provocar los efectos naturales y consecuenciales
del propios del ejercicio natural. Hay una Holística insustituible en cada
movimiento que responda a cualquier estímulo perceptible por cualquier ser
biológico.
El cerebro no es un mosaico de sensores. Es un
órgano capacitado para actuar en bloque, in sólidum. Cuando la literatura sobre
Anatomía Humana habla de nuestros cinco sentidos, lo hace sólo tomando en
cuenta los terminales perceptores de la periferia, capaces de recibir y
diferenciar la matizada y versátil información que nos viene del polisensual y
polivariable medio exterior. Pero, en cada sentimiento todos esos cinco s.
concomitan en una sola interpretación, o sea: responder envolventemente al estímulo recibido en
defensa y protección de la integridad vital del organismo sensibilizado.
En tal sentido, resulta mendaz la publicidad
mercantil que ofrece respuestas musculares constructivas gracias a determinados
aparatitos que, a manera de apéndices, se colocan en ciertas zonas externas y
próximas a la musculatura, a las que supuestamente corregirían.
En realidad, las pulsaciones y vibraciones que
esos aparatos generan sólo fuerzan sorpresivamente a que los músculos se muevan
desordenadamente sin la coordinación natural que los demás ejercicios afines
logran, ya que en el último caso se trata de ejercicios practicados y dirigidos
por todo el mecanismo oseomuscular, lo que supone la intervención de todas la
masa encefálica y el resto del aparato nervioso.
Así como cuando asimos un objeto con nuestras manos todo nuestro cuerpo se involucra, asimismo, cuando oímos lo hace todo el cuerpo, y cuando nos ejercitamos con caminatas y calistenia, entonces, nos ponemos en acción total. En cambio, lo que hace un aparatito exterior y específicamente colocado en una parte del cuerpo es provocar una respuesta aislada que podría resultar hasta contraproducente .
63_(27)_10_10_2002