sinestesia
En el colegio, recuerdo que en alguna ocasión se lo comenté a algún profesor mío, que ante mis explicaciones, simplemente reaccionaba con indiferencia.
Así pasó el tiempo, intentando incluso olvidarme del tema. Hasta que llegó la era de internet. Este invento fue el que me abrió la puerta de la sinestesia. Antes de que supiera lo que significaba esa palabra de resonancias griegas, empecé a buscar por la red. Y al final, casi por casualidad, encontré lo que buscaba. Me tropecé con una web brasileña con el siguiente titular: "Sinestesia, o cuando 4+3= amarillo"
¡¡Eureka!! Eso es lo que me pasaba a mí, - exclamé-
Y entonces, fui descubriendo poco a poco que las percepciones que yo tenía era algo poco corriente, pero que mucha gente en el mundo experimentaba lo mismo.
Generalmente, esto es lo primero que uno nota en relación a
la
sinestesia: que los números y letras aparecen
misteriosamente
coloreados. Y poco a poco, te vas dando cuenta de que
además,
las fechas, los días de la semana, los años, y
cualquier
otra porción de tiempo, también tiene su color.
Especialmente agradable es para mí el siglo XVI, porque las
cifras de los años que engloba son azuladas: 1500,
1550,
1580...
Por eso, todo lo sucedido en ese siglo me resulta fácil de
recordar.
Además de las letras y números coloreados, descubrí que otro tipo de sensaciones también se enmarcaban dentro de la sinestesia. Como por ejemplo, sentir un determinado tipo de música con un color. Así, la incógnita de por qué para mí las notas de un piano sonaban de color marrón-pardo, empezaban a disiparse. O quizás por eso mismo, la música 'New Age' o más recientemente la llamada 'Chill-Out' me gusta particularmente por su precioso tono azulado en ambos casos... De la misma manera que el número 5 o la letra U, ya que en ambos, es el azul su color...
O por eso, los acordes de una guitarra eléctrica me resultan desagradables, ya que ese tipo de música es "amarilla", un color que particularmente no me gusta.
Y así podríamos seguir... Ya que las implicaciones de ir dando color a todo lo que oyes, saboreas, o tocas, va más allá de lo que en principio uno puede pensar.
Si a alguien de tus amigos le dijeras que cuando piensas en él lo ves verdoso, o anaranjado, probablemente te dirá que tú lo que haces es "flipar en colores". Pero es así. Las personas que conoces, adquieren un color propio que los hace únicos frente a los demás. Es impresionante comprobar como las cifras, por ejemplo pueden adquirir incluso personalidad. Si a alguien le comentas a la vista de una señal de limite de velocidad que el 100 te parece un señor alegre y sonriente, puede que se eche a reír. Lo que él no se imagina, es que esa percepción tuya no es fruto de la alucinación. Y si te vuelven a preguntar al cabo de un año, o más, seguramente responderás que, efectivamente, la señal de 100 sigue siendo ese señor sonriente y alegre...
A veces la sinestesia puede no ser tan divertida. Hasta el punto de
llegar a ser molesta, o incluso desagradable. Recuerdo que nunca he
podido dormir con un reloj digital junto a la cabecera de la cama. Para
el que no lo siente, puede parecer que tenemos locura o algo
así. Lo cierto es que, para mí, aquel reloj
digital con
su parpadeante pantalla de números en verde, me
hacía
imposible coger el sueño: literalmente, las cifras luminosas
"emitían" un sonido agudo cada vez que cambiaban. Esto mismo
lo
percibo cuando voy conduciendo. Los semáforos emiten un beep
agudo cada vez que la luz cambia del rojo al verde; y este beep es
distinto al que emite un semáforo parpadeante en
ámbar, o
a las señales luminosas de un paso a nivel. Todas tienen su
particular tono, que las hace distintas entre sí... con una
única condición común: se "oyen".
De todas formas, también la sinestesia puede resultar
útil. Me encanta aprender idiomas. Desde hace
años,
empecé con el inglés o el alemán. Y ya
desde
pequeño aprendí catalán. Y lo que he
descubierto,
es que con los idiomas que se escriben en caracteres latinos y que
tienen una mayor correlación entre fonema-grafema, me
resultan
más fáciles. Por ello, aventuras como el
árabe o
el ruso, me han resultado menos gratificantes... Y el problema viene
dado porque en estas lenguas, muchos de los sonidos no tienen
correlación en castellano, con lo cual, hay muchas letras en
árabe o en ruso que literalmente "no tienen color" y eso me
crea
confusión a la hora de escribir. Pero con el
alemán o el
euskera, aunque son lenguas difíciles, se escriben en
caracteres
latinos y se pronuncian casi como se escriben. Así que eso
facilita la labor: es como si viera cada palabra coloreada con sus
colores... y de esta manera a mí me resulta fácil
recordar y reconocer lo que leo. Ambas lenguas se declinan, con lo que
aprender las terminaciones es relativamente sencillo si "ves" el color
de cada terminación en tu cabeza. Sería como ir
construyendo un juego de LEGO, con las piezas adecuadas
según su
color.
Y qué pasa con la música escrita. Un pentagrama
no es lo
mismo si sólo lo ves en blanco y negro que en colores: DO RE MI FA SOL LA SI DO
En fin... que lejos de ser unos bichos raros, las personas con
sinestesia, percibimos un mundo algo diferente. Para mí,
sería muy triste no poder levantarme un VIERNES,
o descansar un DOMINGO,
si éstos no tuvieran sus colores
característicos... De igual modo, me emociona pensar que el VERANO
siempre será anaranjado... como lo ha sido siempre, y que el
mes de AGOSTO
seguirá por mucho tiempo siendo amarillo, (aunque no me
guste ese color)
* * *
Bueno, y como lo que más me llamó la
atención de
las webs de otras personas era su manera de ver los números
y la
letras, a continuación os muestro yo los míos. He
de
decir que el color de algunas letras me resulta muy difícil
de
representar, sobretodo el de algunos grupos de consonantes. En general,
esas letras difíciles presentan unos tonos marrones, pardos
o
grisáceos. Con los números no ocurre lo mismo.
Los veo
claramente como los muestro abajo; de igual modo, las vocales tienen su
color muy definido. De todas formas, es muy difícil
representar
con exactitud cómo se ve una palabra en mi mente, ya que
aunque
cada letra tiene su color específico, lo que suele ocurrir,
es
que cuando van juntas en una palabra, los bordes de cada letra tienden
a fundirse unos con otros, como una especie de acuarela. Esto hace que,
por ejemplo una E roja, se vuelva más bien malva en contacto
con
una letra U azul. Un ejemplo de ello es EUROPA, donde la primera E se
vuelve más violeta por contacto con la U.
Cuando 2+3= azul !!
un poco más
A continuación, transcribo un artículo publicado en el diario El País, que trata de este asunto:
DIARIO EL PAÍS, VIERNES 8 DE AGOSTO DE 2003 EDICIÓN ANDALUCÍA
JAVIER ARROYO.
Granada
Un sinestésico, por algún motivo
genético
aún por descifrar, a cada letra, palabra, número
o
secuencia de éstos les asigna un color, independientemente
de la
tinta original de la impresión. Esta peculiaridad afecta a
pocas
personas, apenas dos de cada mil (en Andalucía
podrían
tener esta peculiaridad alrededor de 14.000 personas). Los
departamentos de Psicología Experimental y del
Comportamiento de
la Universidad de Granada se han convertido en un referente en el
estudio de la sinestesia. Juan Lupiáñez, el
director del
grupo que estudia este hecho perceptivo, reconoce que no
tenían
este fenómeno (don o particularidad, como le gusta decir a
Lupiáñez) entre sus prioridades
científicas, pero
el azar les cruzó con M. A., una de sus estudiantes que
prefiere
mantener su anonimato y que es sinestésica. Durante una
clase de
Psicobiología del Desarrollo, mientras la profesora
explicaba
diferentes alteraciones genéticas, y entre ellas la
sinestesia,
explica M. A., se dio cuenta de que lo que ella llevaba percibiendo
toda su vida creyendo que era algo normal era un fenómeno
raro y
digno de estudio. “Nunca lo había comentado con
nadie”, cuenta, “porque yo creía que
todo el mundo
veía las palabras en colores”. La razón
para que
dos de cada mil personas tengan esta sensación tan peculiar
mientras leen radica en la genética. Eso, y poco
más,
explica Lupiáñez, es lo que se conoce sobre su
origen. Lo
que sí se sabe es que la sinestesia no crea
ningún
problema especial a quienes la tienen. De hecho, la mayoría
cree
que su modo de percibir es el mismo que la del resto de los mortales y
sólo hechos casuales les llevan a descubrir que ellos son
diferentes. Como el caso de una señora que estaba ayudando a
restar a su hija. En un error, le señaló a su
hija que se
fijara en el número rojo. La niña no acababa de
comprender de qué número se trataba porque
aquello estaba
impreso en negro. Eso puso a la señora sobre la pista de que
algo pasaba. M. A. recuerda, sin embargo, algunas molestias que le
producían, y le producen aún, ciertas lecturas.
Según cuenta, de pequeña le irritaba leer los
paneles y
trabajos del colegio que tenían los títulos en
grandes
letras de colores; aún hoy, algunos luminosos y carteles con
el
nombre de los comercios le producen desasosiego.
Lupiáñez
ha sido capaz de darle una explicación. Aquellos carteles en
colores estaban escritos, probablemente, en colores diversos y, a
veces, en el color complementario al que M. A. percibía la
palabra. Hoy día, M. A. reconoce que algunos carteles de
tiendas
la irritan y recuerda uno concreto que está en letras
naranjas
que no puede soportar. El caso de la sinestesia letra-color, explica
Alicia Calleja, otra de los miembros del grupo de
investigación,
es el más frecuente pero también se dan otros:
hay
ocasiones en las que un sonido provoca una experiencia visual.
También hay variaciones en las que el dolor provoca la
percepción de distintos colores, según la
intensidad de
aquél. Una de las dificultades para estudiar la sinestesia
es,
precisamente, la de encontrar sujetos que la padezcan y lo sepan. Juan
Lupiáñez hace un llamamiento porque necesita
sujetos de
estudio, algo muy difícil de encontrar: “Si usted
percibe
este texto en color y quiere colaborar con la ciencia,
póngase
en contacto con nosotros en la Facultad de
Psicología”.
PARA SABER MÁS:
Departamento de Psicología Experimental de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada
Definición de sinestesia en Wikipedia
The synaesthetic experience (inglés)
Página personal de una chica sinestésica (inglés)
¿Ve usted lo que yo veo?