MISA
DE REQUIEM POR LOS MÁRTIRES DE LA TRADICIÓN
El pasado
10 de marzo se ofició la Misa de Requiem por los Mártires de la Tradición,
celebrada en la Capilla Nuestra Señora
de Fátima, de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, por el Presbítero EdgardoAlbamonte,
Capellán de la Hermandad Tradicionalista Carlos VII.
Durante
el sermón el oficiante pronunció las siguientes palabras:
En esta Misa anual que nos
reúne para honrar a los “Mártires de la
tradición” y rogar por ellos, otra vez debemos agradecer a Dios haber
cumplido nuestro primer lustro de existencia como Institución y en continua
expansión...
En
los años anteriores hemos recordado a los Requetés y su heroísmo, también a
figuras señeras del Tradicionalismo Carlista como Don Manuel Fal Conde y la
victoria del 39.
En este Año Santo y en medio
de una retahíla de vergonzosos arrepentimientos por el pasado glorioso de la
Iglesia de Cristo y abusivos e inconsistentes pedidos de perdón a los enemigos
de Cristo y su Iglesia, nosotros vamos a agradecer en esta Santa Misa por la
gloriosa Iglesia Española (la Tradicional) particularmente por aquella de los
años 1931 al 39, “La gran víctima”, al decir del Canónigo de Castro Albarrán...
Esa
Iglesia Española integral, guiada por sabios y santos como los cardenales
Segura y Gomá y obispos como Irurita, que también fue mártir, fue la que forjó
la multitud de mártires que entregaron su vida, sin apostasías, y también la
multitud de héroes que combatieron extraordinariamente hasta la victoria...
Agradecemos hoy a Dios por
la Iglesia que hizo la Cristiandad, por la Iglesia que acunó la Monarquía
Católica, la Monarquía Española, por la Iglesia de las Cruzadas que liberó los Santos Lugares de los Cristianos, y
especialmente por la Iglesia de la Inquisición que salvó con su justicia miles
de almas y salvó a la misma Cristiandad...
La
Victoria del 39 fue el último “triunfo” de la Iglesia en la tierra... y fue
también su “penúltimo” combate...
El
combate “último” de la Iglesia Católica (y de la Iglesia Española en
particular) se libró en las aulas del pastoral Vaticano II y fue perdido porque
al fin, la Intelligentzia enemiga
penetró las Murallas Sagradas y ¡España perdió su unidad religiosa...!
Fue
ocupada la Iglesia por la Intelligentzia
del Liberalismo, del Modernismo, del Americanismo (para ellos, controlar la
Iglesia es geopolítica)...
Y
ahí, en ese Vaticano segundo, los últimos
obispos católicos españoles (junto a la minoría tradicional de otras partes),
los obispos Modrego, el Cardenal de Arriba y Castro, Monseñor del Campo...
pocos y muy firmes, perdieron la gran batalla, y se retiraron con honor... Por
esa Iglesia Española que luchó hasta el
final, agradecemos hoy al Señor...
Nosotros
no podemos pedir perdón colectivamente, genéricamente, porque el examen de
conciencia y el arrepentimiento son
actos individuales y personales, de la responsabilidad subjetiva de cada
cristiano, como no podemos arrepentirnos de los pecados de nuestros ancestros
que ya fueron juzgados por Dios...
Sí,
podemos lamentarnos de actitudes de miembros de la Jerarquía, podemos dolernos
por los malos pastores y malos cristianos... y rezar.
Y
bien, en esta Misa por los Mártires de la tradición nos lamentamos de los malos
católicos que tuvieron una actitud de traición con la Tradición y con la
Cruzada del 36... nos lamentamos por Maritain, el padre del Vaticano II —que
fue enemigo de nuestros mártires—, y del maritenismo que tanto daño hizo con su
Nueva
Cristiandad; nos lamentamos de su fruto: la Democracia Cristiana,
verdadero Caballo de Troya en medio del combate, nos dolemos por el catolicismo
liberal, que tanto daño hace a la Iglesia Española y Universal...
Y
nos avergonzamos de la “Iglesia del
compromiso con el enemigo” (que a veces termina en alienación al enemigo) y
que los franceses llaman “du ralliement”...
compromiso de libertad religiosa que le fue impuesto a la España vencedora del
Comunismo al fin del Vaticano II y que, pasados 30 años, vemos los resultados
que ha dado... ¡una España irreconocible!... No pedimos perdón: lamentamos y
reparamos...
Nuestra
Institución busca por tanto, desde esta América Hispana, una resistencia y un
desarrollo doctrinal tradicional que otros habrán de continuar, hasta que la
Divina Providencia disponga.
Por
eso junto con la Fiesta de los mártires recordamos la victoria del 39, tan
cercanas (marzo – abril). No lo olvidemos: Victoria
de la España eterna sobre el ateísmo militante de comunistas, socialistas,
anarquistas de toda laya... pero Victoria
también sobre las ideas liberales y católico–progresistas, sobre los
nacionalismos separatistas y sobre los enemigos seculares de esa España que
tiene como núcleo central lo católico,
la Fe Católica.
Así
lo entendía Ramiro de Maetzu, también mártir, al decir: “España empieza a «ser» al
convertirse Recaredo a la Religión
Católica en el 586... Antes de la hazaña creadora de la Patria hay ciertamente
hombres y tierras con los que la hazaña crea la Patria... Pero todavía no
hay patria... hasta que Recaredo
nos deparó el vínculo espiritual. La Patria
se hace con gentes y con tierra, pero la hace el espíritu y con elementos
espirituales; ...¡¡A España la crea
Recaredo al adoptar la religión católica del pueblo!!”
Y termina Don Ramiro
profetizando: “para los españoles no hay
otro camino que el de la antigua
monarquía católica, instituida para servicio de Dios y del prójimo”.
Hasta
aquí Don Ramiro.
A nosotros,
españoles-americanos, nos queda asumir que no habrá restauración de la España
eterna ni de la Hispanidad sin restauración de la Iglesia de Cristo en la
tierra, que les dio origen...
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