El espacio interior del templo se estructura
en tres naves, dos laterales más estrechas utilizadas como pasillos y
una nave central muy amplia separada de las laterales por dos alineaciones
de tres columnas montadas a base de tambores circulares rematados en capiteles
toscanos. En ellas descansan arcos formeros de medio punto, que dividen
el cuerpo de la nave en cuatro tramos; los arcos antes de la remodelación
arquitectónica de la iglesia sustentaron un artesonado, del que sólo se
conservan las fotografías que hiciera J.R.Oxea en 1960. Los ornamentos
del artesonado consistían en "dos estrellas de lazo, de a ocho en cada
tramo", delimitadas dentro de un cuadro. Hoy aunque se conserva la cubierta
de madera que respeta la antigua disposición con la armadura plana en
la nave central y vertida en las laterales, pero sin la complicación de
las decoraciones ataujeradas que la caracterizaron. Igualmente se ha suprimido
el coro situado a los pies de la nave, una obra también de madera montada
sobre un arco escarzano que cobija un baptisterio, cuya pilas, es de piedra
granítica labrada con gallones.
Un arco ojival marca
el inicio del presbiterio,
cuyas dimensiones resultan sensiblemente reducidas
con respecto al ancho de la nave, aunque la supera en altura.
Su planta es ochavada y se cubre mediante bóveda estrellada gótica,
cuyas puntas descansan en cuatro ménsulas.
En el lado del evangelio se adosa la sacristía,
un sencillo habitáculo rematado con bóveda de arista.
El retablo mayor,
de estilo barroco ocupa el paño inferior del ábside
y tiene dos cuerpos reducidos a un altar con sagrario flanqueado
por columnas salomónicas que han perdido el pan de oro
que las recubría y una hornacina con la imagen de San Pedro, el
titular de la iglesia.
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Otro altar barroco, montado con piezas
de uno mayor, figura en el lado de la sacristía y frente a éste, otro
altar de la mismo estilo, restaurado con escasa fortuna.Dos
altares de fábrica decimonónica, ostentan en su podio los detalles más
llamativos de la escasa decoración de la iglesia, sendos cuadros de azulejos
talaveranos con la imagen de la Virgen y el Niño y el martirio de San
Sebastián, fechados en el siglo XVI. En el exterior la imagen de sobriedad
la rompe una espadaña de ladrillo visto montado sobre el muro sur con
arranques de maciza sillería granítica, a la que se superponen el ladrillo
con un segundo cuerpo formado por dos arcos de medio punto peraltados
y un tercero también con dos vanos rematados en triángulo donde se ubican
las campanas. Un detalle estético externo en esta iglesia lo componen
una enorme cantidad de nidos de cigüeña que pueblan las distintas partes
del tejado, estos unidos a los que se reparten por otros edificios de
la localidad, han hecho acreedor a El Gordo de su nominación entre los
paraisos europeos de este ave.
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Estado actual de la parte trasera de
la Iglesia.
Como se puede comprobar la estructura
de la parte de atrás de la Iglesia se encuentra deteriorada,
por lo que se ha reforzado el apuntalamiento mediante un puntal inclinado
Se ha colocado unos puntales de madera
en ángulo contra otras piezas verticales de madera adosadas a la pared,
para evitar el posible peligro de colapso, o para resistir las fuerzas
de empuje y prevenir que la parede se desmorone.
En este cartel, adosado a la pared de
la Iglesia, se informa del desplome sufrido.
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