La carátula es gentileza de nuestro amigo chileno Raúl Tapia.

16 de abril de 1969

La mayor desgracia de un ser humano es recibir una maldición. No obstante, la piedad de los hombres muchas veces logra redimir el pecado y alcanzar el perdón. Pero, en algunas ocaciones ni el fuego purifica a las almas rebeldes, como ocurrió con Irene Douglas, una bruja que fue quemada viva en una pequeña ciudad, al norte de Nueva Inglaterra.

La historia ocurrió en 1735 y duró un siglo... ¡Nadie sabe!... ¡Nadie supo!... La verdad en el horrible caso de "La Hoguera Humana". Es un relato muy divertido para que esta noche tengan ustedes muy felices sueños...

El Juez Joseph Bohen está preocupado por una ola de terror que está amenazando a la ciudad. Misteriosas muertes se están dando y todas teñidas de un tinte sobrenatural. Cuando la desgracia alcanza a la hija del Magistrado, éste se decide a tomar drásticas medidas y se autodeclara "Cazador de Brujas". Sus métodos distan mucho de ser crueles ya que en el fondo él no lo es y una a una las acusadas van quedando en libertad. Resultado final: Irene Douglas es acusada y ella reconoce su autoría y no arrepentimiento con una frialdad inusual, razón que la hace meritoria a morir abrasada en la hoguera. Sin sentimiento de culpa, la presunta bruja muere horriblemente calcinada, no sin antes lanzar una maldición al Juez Bohen y a toda su futura familia, anunciándole que no estará en paz durante cien años hasta que muera el último de sus descendientes. Y hoy, justamente, expira el plazo. Esta narración está basada en el cuento "Ultimo Acto: Octubre" que escribió Tigrina, y el Monje Loco efectúa unas pequeñas variantes que enriquecen la versión original.

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