9 de julio de 1969

La luna alumbra el sendero que lleva a la capilla negra, hacia donde se dirige el hombre que ha vivido cientos de a�os... el hombre de las historias macabras... el Monje Loco. Recuerda algo que le hace gozar intensamente... y al llegar a la puerta de la capilla... suena la primera campanada de los doce de la noche... Las aves nocturnas se agitan y la horrible carcajada se escucha. �Nadie sabe!... �Nadie supo! La verdad en el espantoso y terrible caso de... "EL HOMBRECILLO DE LA CARCAJADA". Algo verdaderamente bello que les har� dormir con eterna tranquilidad esta noche...

Se est� celebrando en la Capilla de Santa Mar�a de Baltimore el enlace entre Elsie Zagat y Leo Burks, y un extra�o incidente rompe la usual rutina de la ceremonia. Una voz estridente y desconocida lanza una maldici�n que sobrecoge a los espectadores: "Malditos, ya son marido y mujer, pero la maldici�n de Kawalo los seguir� al fin del mundo y los destruir�". Luego, una carcajada se suma a las palabras. Vanos resultan los esfuerzos por ubicar a su autor, y el hecho es tomado como una an�cdota y olvidado por la mayor�a, incluidos los reci�n casados. D�as despu�s, Edgar, el t�o de la desposada, los invita a su finca en La Florida a pasar unos d�as de descanso. Estaba en posesi�n de la tuici�n de la fortuna de la familia y, una vez fallecido �l, todos los bienes pasar�an a poder de Elsie. Una notoria antipat�a naci� entre Leo y el anciano, quiz�s debido a los cambios que con el correr de los d�as Edgar iba experimentando. Estaba enfermo, pero en un trecho muy corto su fisonom�a se estaba deteriorando a ojos vista y parec�a cada hora m�s viejo. Por otra parte, hab�a escuchado a su esposa y al anciano compartir cierto secreto del cual �l no era part�cipe, pero obviamente le ata��a. Todo esto le atormentaba y no entend�a la raz�n. Una ma�ana, paseando en bote por el lago, Leo escuch�, salida de una casita ubicada en la ribera, una carcajada que le congel� el alma, y seguidamente un dardo envenenado se incrust� en la peque�a nave. Asustado, se alej� del lugar. Sab�a que esa risa era la misma que hab�an escuchado el d�a de su casamiento. Esa noche, al acostarse, el matrimonio recibi� otra sorpresa. En el espejo hab�an escrito una abierta amenaza de su acosador, y la decisi�n fue tomada de inmediato: regresar�an. Esa noche fue tormentosa pero el cansancio les llev� al sue�o, el cual tuvo un rudo despertar. Elsie hab�a desaparecido y estaba prisionera en la caba�a a orillas del r�o. Llegado all�, Leo se enter� brutalmente del cruel secreto que atormentaba a la familia.

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