La carátula es gentileza de nuestro amigo mexicano Horacio Villamil

6 de agosto de 1969
Hay seres que al dejar su envoltura humana vagan por toda la eternidad en busca de descanso y perdón... Se acercan a sus seres queridos y tratan de comunicarse con ellos...
Suenan las doce de la noche, y se escucha la tétrica carcajada del Monje Loco... ¡Nadie sabe!... ¡Nadie supo!... La verdad en el horrible, en el espantoso caso de... "El Fantasma del Automóvil". Algo que ustedes esperan para dormir muy tranquilos esta noche.

Una historia de amor no correspondido. Un pequeño drama urbano. Velia, hermosa joven, está a punto de abandonar a Ricardo Simson, su marido, para entregarse en cuerpo y alma a Guillermo Romo. El último encuentro tiene un carácter dramático. El esposo se humilla, ruega y al fin tiene que convencerse de que solo es pasado. De nada valen unas amenazas, incluso de muerte. No cambian el panorama y solo resta la resignación. Velia se marcha y en su coche deslizándose a través de la fría carretera va recordando situaciones ya distantes ocurridas en el hogar en el que un día fue feliz. Ahora, importa el futuro junto al hombre que ama.

Encerrada en sus pensamientos no toma precauciones y un automóvil se cruza en su camino. Incapaz de reaccionar debidamente le esquiva en forma apresurada y va a estrellarse violentamente contra un poste situado a la izquierda del camino. Con la fuerza del impacto, el vehículo de la joven, como un palillo, se parte en dos. Antes de perder el conocimiento descubre que, por coincidencia, quien llevaba el volante del coche causante es su amante y quien le acompaña, otra de sus conquistas. De pronto despierta del desmayo y toma conciencia total de la situación. El hombre al que creía amar es solo un gigoló interesado en sus bienes. Pero algo ha ocurrido en sus valores humanos. No le odia por ello ni se siente engañada. Al contrario, algo parecido al perdón inunda su alma y al mismo tiempo un anhelo inmenso de regresar al hogar para tratar de recomponer lo irremediable. De lo que ella aún no toma conciencia es de que ha muerto. Su espíritu, como un fantasma, está condenado a vagar eternamente por la tierra. Su cuerpo aún permanece en la carretera. Así y todo, ¿es posible que haya redención para ella?

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