En Alange, un pueblito a orillas del Río Guadiana, en España, allá por el año mil novecientos cuarenta y seis sucede un drama local. Ramón Grajales, un acomodado campesino de edad mediana, agoniza bajo la congoja fingida de Francisca, su legítima esposa, cuyo único anhelo es la muerte fulminante del enfermo. Nadie sospecha de los verdaderos sentimientos de la mujer, pero ella en un incomprensible frenesí de hacer daño al que fuera su compañero por un par de años confiesa a Ramón el odio que ha guardado celosamente durante su estancia juntos y la alegría que le producirá verlo bajo tierra en un futuro muy cercano. Sus burlas no solamente son demostradas con palabras hirientes y obscenas, sino con gestos grotescos acompaños de bailes lascivos y exasperantes. Presa de un odio desmesurado y una angustia incontenible, el desdichado hombre muere no sin antes maldecirla y amenazarla. Se efectúan las exequias y el pueblo continúa con su rutina de vida normal, compadeciendo a la "pobre viuda que sufre". Días después, Julián, amante de la mujer y tan retorcido como ella, decide junto a Francisca celebrar el acontecimiento de la muerte del hacendado en un cementerio donde irán invitados otros de la misma calaña. Ahí, un suceso imprevisto marcará sus vidas para siempre.