ANTECEDENTES
Hay que buscar antecedentes de comercio electrónico en los antiguos medios de pago que fueron evolucionando desde las primeras tarjetas, generalmente válidas para el pago de un único servicio, hasta la tarjeta de crédito actual que fue posible gracias al desarrollo de medios electrónicos e informáticos. Este antecedente es relevante, porque los instrumentos del comercio electrónico se presentan en la actualidad para ser utilizados en la retribución por pequeños servicios y para pagos de pequeños valores, por lo que puede decirse que el comercio electrónico, antes asequible solo a los grandes negocios, se democratiza y llega a penetrar en todo el tejido empresarial y social. Internet sirve como vehículo del nuevo comercio, permite nuevas formas de comunicarse, de poseer y organizar la información y de crear nuevos servicios. Ofrecer al comercio un nuevo canal de publicidad y comunicación de alcance masivo, un acceso a los usuarios evitando los intermediarios.
Tras las formas de pago precursoras del comercio,
como el billete y la letra de cambio, la era electrónica introdujo otros medios,
como las denominadas tarjetas de pago, extendidas en el ámbito del transporte o
para las llamadas telefónicas desde teléfonos públicos, si bien tenían el
inconveniente de valer solo para el uso de servicios específicos pero no para la
compra de bienes.
En la carrera por flexibilizar el comercio y dotar de
nuevas herramientas su actividad, aparecieron nuevas formas de pago e
intercambio, hasta llegar a la tarjeta de crédito que fue posible gracias al
desarrollo de medios electrónicos e informáticos. Estas disfrutan de una amplia
aceptación en la actualidad. Su proliferación planteó problemas de
compatibilidad que poco a poco se fue resolviendo en sus aspectos más prácticos,
como universalidad de cajeros automáticos, etc. No obstante, aún presentan sus
limitaciones, dado que requieren sistemas de lectura y validación, deben ser
firmadas, es un proceso más lento que el pago en metálico, y la compra o
transacción queda registrada, lo que en muchos casos no es deseado por el
usuario o vendedor.
Pero cuando se intentó poner en comunicación
ordenadores se hizo preciso refinar la interoperación entre las redes de
transporte de información - las redes de datos como Iberpac en España - y los
terminales de usuario. Ello se plasmó en el establecimiento de las normas OSI
(Interconexión de Sistemas Abiertos) que tenían la bendición de los organismos
internacionales (ISO), lo que definía las reglas del juego entre los operadores
de comunicaciones y los usuarios avanzados.
Múltiples actividades de intercambio como el comercio
pero también la enseñanza o los transportes detectaron la necesidad de
normalizar los mensajes y formatos que permitiera su procesamiento automático,
lo que al finalizó con lo que vino a llamarse EDI (Electronic Data Interchange)
que facilitaba extraordinariamente las operaciones comerciales.
Quizá la concepción de EDI llevaba implícitas ciertas
rigideces, lo que en su momento frenó su desarrollo. Además, las comunicaciones
EDI no disponían de interactividad, lo que no permitía su uso para
negociaciones, búsqueda, etc. Lo cierto es que las comunicaciones EDI nunca
cumplieron con las expectativas puestas en ellos, y su progreso existió pero fue
lento.
Ahora lnternet permite superar algunas de esas
rigideces, al emplear de forma generalizada tecnología multimedia - las páginas Web - que permite
transmitir información textual, gráfica, sonora o imágenes en movimiento o en
tres dimensiones, lo que supone una gran ventaja competitiva con los medios
anteriormente usados por el comercio en general. lnternet permite la
interactividad y, además, avanza de forma mucho más rápida que sus antecesores,
en parte por proceso de normalización simplificado - a veces se adoptan normas
de facto - y tiene unos
procedimientos que se universalizan y que, por tanto, requieren un mínimo de
formación o entrenamiento, A ellos se añaden unos costes muy bajos de
instalación y de explotación, por lo que lnternet se halla en posición ventajosa
para competir con sus predecesores.
La naturaleza del
comercio electrónico.
Todo tipo de bienes y servicios son susceptibles de
ser suministrados o gestionados a través de lnternet, pero dependiendo de la
naturaleza de ellos, habrá que recurrir en mayor o menor medida a los medios del
comercio convencional. Así, aquellos relacionados con la moda o la industria
pesada necesitaran utilizar para al menos algunas de las etapas de una compra
los medios tradicionales, como por ejemplo para su promoción o entrega. Otros
medios, como servicios jurídicos o programas informáticos podrán ser negociados,
comprados y entregados íntegramente mediante medios electrónicos.
El comercio electrónico no precisa hasta ahora cuales
son los límites que le separan del comercio tradicional, y es posible que ambos
se mezclen en función de la generalización de ciertas prácticas. Por ejemplo,
los pagos por medios electrónicos podía generalizarse incluso para los casos de
comercio tradicional, siempre que ello presenta ventajas para las
partes.
En la actualidad se considera que el comercio
electrónico no viene a sustituir al comercio tradicional, sino a crear uno
nuevo, con todas aquellas mercancías, bienes o servicios que hagan idóneo el uso
de este tipo de medios. Habrá también un comercio híbrido que utilizará una
combinación de técnicas electrónicas y convencionales para la promoción, venta o
pago de los intercambios comerciales.
El comercio electrónico no se limita a lnternet. El
video-texto y la teledifusión posibilitan la telecompra. Los catálogos pueden editarse en
medios electrónicos en reserva como los CD-ROM, y ya están en marcha servicios
de telebanco mediante redes privadas. Es simplemente
que lnternet como vehículo de comercio tiene unas ventajas intrínsecas que hacen
de ella el instrumento idóneo para una implantación masiva.
El modelo
tradicional.
El comercio tradicional se apoyaba, tanto en su
vertiente convencional como sus variantes electrónicas, en unas relaciones
mutuas de confianza y compromiso entre comprador y vendedor, y sus garantías se
basaban en un conocimiento mutuo o relaciones personales. Ellas tienen el
soporte legal y financiero de los pedidos, presupuestos, facturas, etc. en sus
aspectos de adquisición, mientras que los de pago se hallan soportados por
innumerables prácticas comerciales y bancarias, como la letra, el cheque, la
transferencia, etc. La red de comunicaciones, cuando esta era utilizada, se
limitaba a facilitar los contactos y las comunicaciones entre las partes.
Un nuevo
modelo de comercio.
El comercio electrónico viene a proponer una
extensión de las funciones de la red a la hora de establecer relaciones de
confianza y compromiso entre las partes. De esta manera, la red permite
garantizar los derechos de las partes sin requerir el establecimiento de
relaciones preliminares entre partes para cada transacción. Ello es importante,
porque el establecimiento de estas relaciones es algo costoso en términos de
tiempo y medios, y en todo caso, no está al alcance de todos los comerciantes y
usuarios, ni justificado ante transacciones de cuantía baja o
media.
La figura adjunta ilustra este modelo. Cada parte que
interviene en una transacción establece relaciones solo con la red, y en ella
deberán residir los instrumentos de garantía exigibles para el comercio
electrónico.
Estos instrumentos de garantía no son inherentes a la
red de comunicaciones - Internet - y deberá ser provisto por entidades incardinadas en la red, y se espera que ello se
haga posible en los próximos años. Esta infraestructura, compuesta por servicios
de comunicaciones y entidades de garantía, será básica para la implantación del
comercio electrónico, y su implantación llevará tiempo, porque se requiere,
además, que los usuarios, compradores y vendedores, depositen en ella su
confianza de forma colectiva. Esta infraestructura deberá adaptarse a la
diversidad de este comercio, a los requisitos impuestos por las tecnologías de
comunicaciones utilizadas, y a los distintos entornos legales y financieros de
un mercado global.