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Los líderes de la red

Existe un grupo de chilenos que ha apostado por el desarrollo de negocios a través de internet, la mayoría de ellos ingenieros, jóvenes, fanáticos de la tecnología y visionarios a la hora de crear y desarrollar sus empresas.

Equipo Negocios

JosE Flores, AndrEs Benavente, Jorge Arancibia,
 Tradición ante todo
Poco y nada han hecho los empresarios tradicionales chilenos para expandir sus negocios físicos a la red. Después de que Manuel Cruzat diera el primer golpe al crear, a comienzos de 1999, Cb. cl, muy pocos se han atrevido a seguirlo. Hasta ahora, el mayor interés lo han mostrado empresarios de menor edad, como Andrés Navarro, que prepara, en el más absoluto hermetismo, su ingreso al ciberespacio a través de un diario electrónico. Este será en los primeros meses del año 2000 y por lo que se sabe, será una sociedad junto al presidente de Lan Chile, Enrique Cueto, y a Sebastián Piñera.

Pero del interés de los empresarios tradicionales no se sabe nada. El caso más demostrativo del choque generacional que vive este sector en Chile, es el del grupo Luksic. Es conocido el interés de los nuevos ejecutivos de Quiñenco por ingresar de alguna u otra manera a los dominios de la red. Por lo mismo, han analizado prácticamente todos los proyectos de inversión en la red que hay en el país actualmente, pero hasta ahora no se han comprometido con ninguno. La razón es bastante simple: todo el empeño de los ejecutivos de Quiñenco ha chocado con la postura de Andrónico Luksic A. , que no ve ningún tipo de beneficio económico para la mayoría de las empresas que forman el conglomerado que él encabeza, excepto para CCU y Madeco.

Ricardo Claro, en cambio, tomó una posición diferente. Ligado al mundo de las comunicaciones, el presidente de Cristalerías Chile está enfrentando una disputa legal con Telefónica CTC, luego que ésta vendiera su filial internet. Para Claro -socio de la telefónica en Metrópolis-, ambos tenían el potencial -el cable, las redes y el know how- para entrar al negocio y dar mayor valor a la compañía, estrategia que se habría visto frustrada luego de la venta.

Más allá de estos casos puntuales, es difícil encontrar ejemplos específicos que liguen a los empresarios clásicos con los negocios en la red. Según analistas del área, faltará algún tiempo para que se conviertan -por propia decisión o por la fuerza de los hechos- en ciberempresarios. Y el impulso definitivo lo darán los ejecutivos jóvenes de las compañías.


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Los argumentos para demostrar que el internet es un buen negocio y que para las empresas es indispensable administrarlo no son pocos. Sólo en EE. UU. contribuirá con US$ 507 mil millones al PIB de este año, un tercio de las empresas creadas después de 1996 están relacionadas con la red; para el 2003, se espera que el 46 % de los puestos de trabajo en ese país estará vinculado al ciberespacio. Y para Latinoamérica, las proyecciones también son optimistas. La ventas a través del comercio electrónico superarán los US$ 8. 000 millones, cuando recién comience el próximo milenio, habrá 19 millones de cibernautas y las paginas web continentales recibirán US$ 650 millones en publicidad. Además, algunas encuestas muestran que un 90 % de las empresas de la región ha mostrado interés por tener una página web. Con estos antecedentes probablemente no existan detractores al impulso que tiene internet para las economías mundiales.

Sin estos datos a mano, hubo chilenos que fueron capaces de avizorar este horizonte a mediados de las década de los 90, cuando no había más de 30 mil cibernautas -hoy hay 300 mil- y el internet era tema de algunos pocos "genios". Y hay otros que, en medio de la adicción por la red, han sido capaces de crear empresas fuertes en contenido y diferenciadoras en el mercado. Dispuestos a competir, estos entrepreneurs del Internet forman una casta bastante especial.

En general, son menores de 35 años, la mayoría de ellos ingenieros, fanáticos de la tecnología, de la computación y de todas las herramientas que entregaron las leyes de Moore y Mead -los economistas que dieron las bases matemáticas para el desarrollo del internet. Aunque parezca un cliché, son informales y se saben diferentes a los empresarios tradicionales. Sin embargo, los igualan los mismos conceptos de negocios:

inversión, capitalizar sus negocios, darles rentabilidad y quizás lograr tentar a un generoso comprador. En Chile hay ciberempresarios que han hecho una apuesta por este negocio y Qué Pasa entrega la historia de 11 de ellos. Todos con un potencial -en algunos casos ya probado- para hacer de sus aventuras la vanguardia del proceso en el país

El Elegido

A Jorge Arancibia -ingeniero comercial de la UC- su pasó por la UCLA lo marcó. "Tenía todas mis clases por internet y desde los computadores de los dormitorios entraba a la universidad y bajaba todas mis tareas.

Entonces entendí que algo estaba pasando", afirma.

De vuelta en Chile, Arancibia quería probar suerte en este negocio. Se contactó con dos diseñadores de la U. Finis Terrae (Paulina de Groote -luego sería su señora- y Alejandro Mery), que estaban armando páginas web. Juntos, empezaron a reunir información de cultura y entretención, hasta crear un gran directorio que se convirtió, en 1996, en Open Chile.

Cuando el portal estaba funcionando, quisieron reunir otros sitios (cines. cl, fiestas. cl, conciertos. cl) y formaron su segunda empresa:

Panoramas. cl. El tercer paso en la incursión de Arancibia, cuando su firma ya superaba la veintena de empleados, fue poner las dos compañías bajo el alero de Servicios Interactivos. Pero como las páginas de contenido no lograban financiarse, debieron buscar clientes para hacer sitios web y poder capitalizar el negocio. No dio resultado. "La gente estaba acostumbrada a una página web como si fuera un juguete de $ 20. 000, $ 30. 000 o $ 40. 000. Los sitios con administración, con contenidos, con interactividad no valen eso", explica Arancibia.

Sin embargo, los sitios web de Arancibia fueron lo suficientemente atractivos para que Starmedia los convirtiera en punta de lanza para su ingreso a Chile. En julio de este año, la multinacional no sólo compró Servicios Interactivos al ejecutivo chileno -en un monto que no revela-, sino que le reservó la gerencia general de Starmedia Chile. La estabilidad laboral se hizo extensiva a los 28 empleados que trabajaban con él. "Me gusta la adrenalina, me gusta estar al borde del abismo, porque en el negocio de internet si tú no adaptas la tecnología, alguien lo va a hacer y te quedas fuera", finaliza Arancibia.

Dibujando en la Red

La primera oficina de los ingenieros José Flores y Andrés Benavente (en computación y civil industrial en la U. de Chile, respectivamente) fue una oficina sólo con computadores y sin sillas, con un celular como único medio de comunicación y una página web, como referente de su nueva pasión: el internet.

Fue en 1994, cuando ambos estaban en la universidad, que crearon Tecnonáutica, para ofrecer servicios vinculados a internet. Combinando estudios y duro trabajo, poco a poco se dieron cuenta de que corrían por el camino correcto. Así comenzó la seguidilla de aciertos. En 1996 crearon un centro de abastecimiento en línea, para la división El Teniente de Codelco; luego, el '97, desarrollaron una vitrina para mostrar productos y empresas nacionales en Pro Chile. El mismo año diseñaron una publicación en línea para el diario La Tercera -la más visitada en Chile- y el '98 construyeron una plataforma para administrar el acceso de libros en la biblioteca de la Universidad Católica.

El éxito los motivó a crear un holding, que pronto incluirá la "joyita" de los socios: El Panal, una plataforma de comercio electrónico para integrar a las empresas que quieran mejorar su gestión, obtener beneficios comerciales y realizar contactos en este sector. AFP Provida, Banco Santander, Sonda, Supermercados Montserrat y Enaex ya se han incorporado a esta comunidad empresarial en internet, que espera reunir compañías de todos los tamaños y rubros en Latinoamérica. El costo mensual por cliente será de US$ 60 (aproximadamente $ 32. 000). Cuando trabajaban en esta idea, en junio de este año, apareció la oferta de Telefónica CTC. La multinacional no sólo decidió comprar el 60 % de la empresa en US$ 500. 000, sino que incluyó a Flores y Benavides en el aumento de capital por US$ 1 millón y los mantuvo como los máximos ejecutivos del holding.

"Cuando empezamos a trabajar exclusivamente en temas web, la gente nos decía para qué se dedican a eso, si ninguna empresa tiene esa plataforma, nadie está pensando en comprar ese tipo de servicio", recuerda Flores.

El Apostador

Envueltos en esquema de ser una corredora de bolsa tradicional, en 1996 altos ejecutivos de CB Capitales -encabezados por el empresario Manuel Cruzat- iniciaron un estudio sobre los costos y ahorros que se producen al llevar la operación tradicional al mundo virtual. Entre ellos figuraba Henry Rudnick (38), ingeniero comercial que contaba con una singular experiencia en el uso de internet. "Cuando estudiaba afuera, no existían los browsers, pero de todas formas usaba la red para comunicarme con mi familia". El interés por el sector, el firme propósito de Cruzat, conjuntamente con los resultados del estudio (ahorro de 50 % para la empresa y los usuarios), determinaron que internet era el medio ideal para transar acciones. A raíz de eso y siguiendo el ejemplo de gigantes como Charles Schwab y Etrade, decidieron constituirse en una corredora virtual -la primera en Chile-, con lo que alcanzaron rápidamente un significativo éxito: cerca de 1. 500 clientes y alrededor de 70 transacciones diarias, las que actualmente reportan un ingreso de $ 5 mil por operación. Gracias a la accesibilidad del precio y a la facilidad de las transacciones, el sitio ha atraído la atención de gente que usualmente no invierte en renta variable, llegando a un promedio de dos mil visitas por día.

Mientras crece el número de inscritos, prometen asociarse con terceros para ofrecer nuevos servicios (pago de las cuentas, venta de productos) que harán más cómoda la vida del cibernauta.

El contacto

Rodrigo Vallarino (29), ingeniero comercial de la Universidad de Chile, nació en un ambiente 100 % tecnológico. Su padre era uno de los socios de Instacom, empresa que en 1993 detentaba el liderazgo entre las compañías de buscapersonas del país. Pese a que sus primeros pasos laborales los dio en el área comercial, en las finanzas de bancos y en Entel, en 1996 decide dar un giro radical a su carrera. Ese año crea Interaccess, una empresa proveedora de internet. Al poco tiempo de fundada, comenzó a entregar servicios de conexiones RDSI (de alta velocidad) en todo Chile.

"Fuimos los primeros en introducir los modem 33. 6 KBPS y más tarde los modem 56 KBPS en el año '97", cuenta Vallarino.

Ese mismo año, crea NAP Chile S. A. -en sociedad con otros proveedores, como Netline, Netup y Cyber Center-, compañía que tiene por objetivo lograr la interconexión de los proveedores de internet en menor tiempo.

Ello, porque facilita la navegación en los sitios locales sin necesidad de ejecutar el trayecto vía EE. UU. , que hace más lento el intercambio de información. Para ello, a principios del '98, la compañía logró reunir a algunos carrier (Bellsouth, Global One, Interactiva y RDC, entre otros).

Así, cuando Interaccess crecía mes a mes, a mediados del '98 recibió una oferta de compra por parte de la norteamericana IFX, proveedora de internet en Estados Unidos y Latinoamérica. A diferencia de otros casos, la venta de Unete no correspondió a un monto determinado. En cambio, IFX le ofreció convertirse en accionista minoritario de la multinacional y seguir como gerente general de Unete en Chile y representante de Telcom. Net para nuestro país. El objetivo de la compañía -que transa sus acciones en la bolsa electrónica de Nueva York- es transformarse en una red panamericana de acceso a internet para luego complementar ese servicio con contenido y comercio electrónicos. Para ello ha formado cuatro subsidiarias: Unete (acceso), Guía Latina (contenido local), Telcom. Net (e-commerce) y Yupi (contenido regional).

Los proveedores

Cuando cursaba tercer año de ingeniería civil industrial, en 1995, Joel Bendersky (28) y su hermano Daniel (25) -que seguía los pasos académicos de su hermano- decidieron crear Macland, una pequeña empresa de servicios de computación. La inquietud les había surgido luego que su padre adquirió un Macintosh y decidieron explorarlo. "Cuando ya teníamos más conocimiento de él y recién este computador ingresaba al mercado, las personas nos pedían asesorías y que le prestáramos juegos y otros softwares", cuenta Joel Bendersky. Fue así, que al poco tiempo decidieron cobrar por estos servicios. Equipados con un computador y un par de modem, crearon un BBS (un servidor para comunicarse con la gente a través de chats, e-mail o transmisión de archivos). De esa manera, nació Macland. Sin embargo, al cabo de cinco meses y viendo la aceptación que captaba entre las personas, Bendersky decidió ampliar el negocio. Para ello pidió capital a sus suegros -US$ 30 mil- para invertir en equipamiento, oficinas y personal. "Fuimos a hablar con Reuna para ofrecerles ser sus distribuidores, pero no accedieron. De ese modo, nos obligaron a crear nuestro propio ISP y nos transformamos en proveedores de servicios de internet", cuenta Bendersky. Al principio, todas las ganancias se reinvertían en la empresa -su tarifa era de 2 UF mensuales por conexión de 24 horas. Además, vendían computadores, lo que en un comienzo representó los mayores ingresos. Más tarde, con el aumento de los clientes -1. 200 en 1997- el negocio estaba en el servicio al cliente.

En 1998 deciden fusionarse con Netline -propiedad de Iván Rodríguez-, con el objeto de aprovechar sinergias y sumar usuarios, los que alcanzaron los 4. 500. Casi sin percatarse, se habían transformado -adoptando el nombre de Netline- en el tercer proveedor de internet en el mercado, tras CTC y Entel. A esas alturas, ya hablaban de que un "comprador ideal" era una empresa de telecomunicaciones.

No fue del todo así, porque captaron la atención del segundo mayor proveedor de internet en el mundo, PSI. Esta compañía, con presencia en más de 20 países, tiene una valorización bursátil de US$ 3. 000 millones.

En la adquisición de Netline -hoy PSI Net Chile-, la multinacional, además de pagar varios millones de dólares a los hermanos Bendersky y a Iván Rodríguez, les pidió mantenerse en la nueva compañía.

Los Pioneros

Cuando Mario Espinoza y Eduardo Rodríguez estudiaban ingeniería en computación, soñaron un proyecto: La Brújula. Lo propusieron a los directivos de su universidad (de Chile) y luego de convencerlos, comenzaron a administrarla. Así desarrollaron, en 1993, la primera página web en Chile y la número 80 en el mundo.

En un comienzo debieron enfrentar los rigores propios de incursionar en un negocio que apenas comenzaba a tomar fuerza, pero se posicionaron en el desarrollo de páginas para terceros, la administración de conexiones y el comercio electrónico. El negocio empezó a crecer con rapidez y un año más tarde se independizaron de la universidad. Una apuesta con frutos.

Hoy, La Brújula está convertido en un portal de búsqueda (un símil de Yahoo!), con presencia en toda Latinoamérica, con 1,8 millón de visitas mensuales y cerca de 600 mil usuarios -un 80 % de ellos chilenos.

Esta fortaleza les permitirá potenciar el comercio electrónico, la única opción que, según Espinoza, puede financiar el portal. En ese afán se enmarcan las relaciones con instituciones locales que los proveen de información, como el Ministerio de Transporte (restricción vehicular) y CB Capitales y la Bolsa (indicadores económicos). "Además, queremos agregar servicios financieros, para que las personas puedan invertir en acciones. Lo mismo que hacen los e-traders en Estados Unidos", añade Espinoza.

Pero hay más. Este año crearon la Asociación de Buscadores de América (Grupo 20), que aglutina a 6,3 millones de visitas y a portales de ocho de países latinoamericanos.

Otro de los objetivos de Espinoza es conseguir capital en el exterior.

Para ello, el Grupo 20 se instaló con una oficina en San Francisco, para atraer financiamientos -hasta ahora todas las utilidades se reinvierten.

Con la misma idea, tiene en carpeta abrirse a la bolsa de Nueva York.

Viajero virtual

Los sitios que más se visitan en internet, después de los pornográficos, son los dedicados al turismo. En conocimiento de aquello fue que Gabriel Bunster, ingeniero civil químico (47), decidió crear su empresa sobre la base de información y transacciones turísticas en internet. Tras trabajar durante 10 años en Open Tek S. A. -una compañía de desarrollo de software a la medida-, de la cual es actualmente su gerente general, se familiarizó con la nueva tecnología y creó su propia página web: GoChile.

En ella se puede encontrar contenido (datos sobre lugares turísticos) y ejecutar transacciones comerciales, como por ejemplo, reservas en hoteles, de autos, líneas aéreas y tours, entre otras. "Recibimos comisiones de parte de las compañías a las cuales cursamos reservas, lo que representa nuestros ingresos", explica Bunster. La mitad de las ganancias proviene de los hoteles -anualmente la página registra US$ 400 mil dólares por este concepto- y el resto, de la publicidad. El 95 % de las reservas las realizan pasajeros de otros países y el 85 % de las visitas al sitio son de extranjeros. "Hemos crecido en tráfico, nuestra página es visitada por 36. 500 personas al mes", señala Bunster.

GoChile tiene dos años de vida y en su elaboración participó como socio Emilio Deik, quien diseñó la página. A poco andar, recibieron la representación de ChileHotels -la primera página turística en Chile fundada por un norteamericano-, luego que su dueño decidiera irse del país. De ese modo, se transformaron en el principal sitio de internet en Chile dedicado al turismo.

Jugadores de Area

Su idea no es limitarse a una página web en la red. El proyecto es crear una serie de sitios o, como ellos mismos prefirieron llamarlos, "comunidades", enfocados a satisfacer necesidades de contenido e interacción entre los usuarios de internet. Con ese objetivo, la empresa Internet Holding ha creado tres sitios ". com" bien específicos: Area Salud, Area Jurídica y Primera Página. Al conectarse con la primera, un cibernauta tendrá acceso a diversos servicios, como tipos de planes de salud que ofrecen las isapres, consultas generales a un médico, comprar medicamentos y tendrá la posibilidad de contar con su propia ficha clínica. La página jurídica -aún en carpeta- dará la opción al conectado de sondear información sobre aspectos legales de instituciones, mercados u otros. También contará con abogados que colaborarán con las consultas del público y guiarán en problemas específicos. "Además, quienes ingresen a nuestros sitios podrán participar en foros y encuestas sobre temas de importancia para los usuarios", explica Rodrigo Guzmán, gerente general de Internet Holding.

Un tercer sitio que contempla la empresa es Primera Página. Aquí, el usuario dispondrá de noticias en tiempo real, discusiones sobre los temas que encabezan la agenda noticiosa y debates. Guzmán, ingeniero civil industrial de la UC (32) y MBA de la UCLA, se ha especializado en internet desde que asesoró a la compañía neoyorquina News Corporation para el desarrollo de su estrategia de internet en Latinoamérica.

Posteriormente, cursando su MBA, fue arrastrado hacia las nuevas tecnologías que existía en E. E. UU. Junto con Patricio Millas (31) -ingeniero comercial de la UC- se dedicó a negocios vinculados a la red, idearon la compañía naciente. "Nuestra primera fuente de ingresos, será la publicidad, pero también podrán ser vendidos contenidos a otros sitios y por concepto de transacciones se obtendrán comisiones", cuenta Millas.

Agrega que la meta es llegar a representar el 20 % de la audiencia, tanto en Chile como en Latinoamérica.

En el mediano y largo plazo, la compañía pretende incorporar nuevos sitios, como por ejemplo, una página destinada a las finanzas. Con todo, la inversión total estimada para materializar el proyecto asciende a los US$ 36 millones. En principio, los recursos han provenido de una sociedad entre BYC -propiedad del empresario bursátil Carlos Alberto Cartoni- y de capitales familiares de Patricio Millas.

El Discípulo de Amazon

Del mismo modo que a Andrés Navarro, presidente de Sonda, se le ha comparado con Bill Gates, probablemente algunos se aventuren a mencionar a Jungla como el Amazon latinoamericano. Y aunque la distancia entre ambas sea sideral, Emilio Deik (32), su creador, ya se ha ganado un nombre en la red. Ingeniero industrial de la Católica, Deik comenzó su recorrido por internet cuando en 1995 fundó Net Side, agencia de publicidad en línea para grandes empresas. En pocos años amplió la cobertura de sus servicios a siete países (EE. UU. , México, El Salvador, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Bolivia) y en 1998 logró una facturación de US$ 1 millón.

Esto no fue suficiente para Deik, que vio en Jungla su principal motivación. La idea nació en septiembre del '98, por el interés de Juan Carlos Sáez (dueño de Dolmen Ediciones y World Book Centre) de entrar en el comercio electrónico en el mercado externo. "No habíamos terminado de desarrollar Jungla, cuando llegaron cuatro compras y no teníamos nada", recuerda Deik.

Hoy, Jungla tiene entre 400 a 500 clientes mensuales, con ventas superiores a los US$ 6. 000, un 70 % proveniente de Chile y un 30 % del exterior. A pesar de no ser volúmenes llamativos, las ventas se han duplicado cada mes. Con un crecimiento local de un 7 % al año, proyectan que en noviembre del 2000 venderán US$ 100. 000 mensuales, US$ 200. 000 en el 2001, US$ 300. 000 el 2002 y US$ 500. 000 el 2003, sólo en libros. A ello, se agrega el tema publicitario, cuya demanda llega a los US$ 1. 500 mensuales por las visitas que reciben (30. 000 semanales) y tienen previsto llegar a US$ 5. 000 en un par de años. Además, ya firmaron una alianza estratégica con Starmedia, donde ofrecen libros en forma exclusiva, y con Amazon, para sus títulos en inglés.

Dentro del "holding" Deik, es posible seguir la huella del ciberespacio:

GoChile (15 %) -turismo en internet-, Explorer (30 %) -guía turística en línea- y Moreclick (50 %) -agencia de medios.

Asesores en línea

El primer paso dado por el ingeniero comercial Diego Melej para entrar al negocio del internet fue en 1996, cuando fundó KMCost, una consultora de gestión comercial. Con cierto éxito, el ejecutivo se contactó con el publicista Eduardo Sanhueza y decidieron ampliar sus negocios y acercarse al entonces incipiente ciberespacio local. Así, en 1996, nace Dynamic System, empresa formada además de Melej, por Sanhueza (30 %) y Alejandro Gaete (30 %), orientándose especialmente a la creación y diseño de páginas web. Con conocimientos en el sector comercio e internet y con energía para seguir adelante, Sanhueza y Melej tuvieron la oportunidad de dar un paso más. A mediados de mayo se contactaron con el norteamericano Tom Ronk, inversionista y "dueño" del know how que finalmente dio vida a Ecomm. "Estuvimos tres semanas conversando diariamente sobre los objetivos de la empresa y llegamos a dos conclusiones: debíamos ser especialistas en asesoría sobre comercio electrónico y abarcar el mercado de habla hispana", comenta Sanhueza. En octubre de este año, Ecomm fue inaugurado oficialmente, con un camino claro: prestar todo tipo de servicios y asesorías a las compañías que desean entrar al cada vez menos exclusivo, pero necesario, círculo del comercio electrónico. La primera semana recibieron cinco mil visitas y hoy tiene un promedio de 350 diarias. "Queremos enseñar a las empresas y a las personas que no saben comerciar electrónicamente, en un mercado con un enorme potencial, porque en Chile el ecommerce aún está en proceso de crecimiento", finaliza Sanhueza. Un ejemplo claro de la revolución del comercio electrónico sobre las estructuras clásicas del sector es DellComputers. La empresa norteamericana tiene más de 30 sedes comerciales en todo el mundo, pero sólo tiene oficinas en EE. UU. Y mientras sus costos disminuyen, sus ventas a través de internet llegan a US$ 1 millón diario.

Cazadores de Empleados

Mientras el país vivía los coletazos de la crisis financiera, dos amigos y ex compañeros de estudios de ingeniería comercial en la Universidad Finis Terrae, Juan Pablo Swett (27) y Pablo Errázuriz (27), idearon una nueva forma para combatir el desempleo. Un sitio web que permite la publicación gratuita de currículos, cuyos contenidos (salvo el nombre y la foto) pueden ser revisados en línea por los ejecutivos interesados en llenar un determinado cargo. Así, hace un mes y después de integrar a la sociedad al ingeniero Felipe Hurtado (27), colocaron los US$ 20 mil que significó crear Trabajando. cl.

El sitio se ha convertido en un éxito, con más de 10. 000 currículos ingresados y más de 400 que ya han sido "bajados" -solicitados- por empresas de la talla de Coca Cola y CorpBanca. La explicación radicaría en que el servicio brindado "permite que un profesional se 'transe¹ en el mercado", según explica Swett, quien, junto a Hurtado, maneja el negocio desde Chile, mientras el tercer socio los alimenta de todas las novedades provenientes de EE. UU. , donde la búsqueda de trabajo por la red ha revolucionado el mercado.

Actualmente, el servicio es también gratuito para las empresas, lo que cambiará en un par de meses, cobrándose $ 500 por documento "bajado".

Pero el negocio no estará centrado en la venta individual, sino que en la contratación por paquetes. En este momento, Trabajando. cl deberá enfrentar la dura batalla de Laborum. com, empresa creada recientemente por Seminarium.


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Revista QuePasa 1492
Lunes 15 de noviembre de 1999

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