PERSONAJES DE MOLLENDO

El "Gato" Najarro

 

Antes de 1906, el muelle de Mollendo estaba construido sobre pilotes de hierro, en ese año el Ing° Prerremann entre otras obras importantes, sustituyó el esqueleto metálico por el muelle relleno que existe hasta ahora, pero ya desde esa época hubo insatisfacción por las difíciles condiciones naturales, la intranquilidad de las aguas, las reducidas obras de abrigo, las bravezas de mar periódicas en toda la costa del país, adquieren en Mollendo además por sus aguas profundas excepcional y peligrosa gravedad, ocasionando largas y frecuentes interrupciones marítimas; entonces  varios fueron los proyectos para mejorar el puerto de lanchas o trasladarlo a una bahía que ofrezca seguridades efectivas al comercio y al movimiento de pasajeros, los principales  proyectos fueron los del Ing° Jacobo Krauss, The Frederick Snare Co., Sociedad General de Construcciones y, el del Ing° Félix Gilardi.

Se llega así a 1935, agudizándose la crisis portuaria, por las bravezas los vapores con itinerario fijo pasaban muchas veces de largo, viéndose precisados a desembarcar carga y aún pasajeros en puertos vecinos, pero la mayor parte de veces que ocurrían bravezas, la carga se quedaba en la bahía, desembarcada en el gran número de lanchas existentes, principalmente las de propiedad de la Compañía de Lanchas, con una capacidad en conjunto de mil toneladas, esta carga era conducida después al muelle e izada por los donques. Según estadísticas entre los años de 1920 a 1931, el movimiento de pasajeros por el puerto que servía a los departamentos del sur y a la hermana  Bolivia,  fue de 232,551 pasajeros. Dado que los barcos no acoderaban en los muelles, los accidentes eran  frecuentes, mucha gente caía al mar y, había que rescatarlos antes de que se fueran a “pique”, la clásica y muy escuchada voz de alerta era: “hombre al agua”

El apodo le venía de la década de los años 30, cuando en una de sus más célebres borracheras con whisky, imposible que fuera otro trago, se tiró desde el balcón de su propia casa hacia la calle Comercio, confundiendo la baranda del balcón con el  estribor de un supuesto barco, y los movimientos acompasados del mar con los que provocaba en su cuerpo el abundante licor ingerido, y se lanzó a la clásica voz de: “hombre al agua”, y no se mató, ni sufrió rasguño alguno, se desbarrancó como un verdadero gato, cayó tan bien que se sacudió y tuvo aún la energía y coraje suficiente como para pelear con las personas que sorprendidas lo vinieron auxiliar. Un testigo muy particular fue su perro Rapel, que después de la caída del amo, de lo espectacular de sus felinos movimientos, se quedó sin pronunciar sonido alguno por semejante susto, al día siguiente el “Gato” movido por un sentimiento de culpa, lo llevó donde el Dr. Velarde Herrera, no era la primera vez que el Dr. Pancho lo atendía, demostrando cortesía y tolerancia.

Trabajó toda su vida para The Pacific Steam Navegation Company, mejor dicho la Compañía de Lanchas, llegando a  desempeñar el cargo de Jefe de Cubierta, trabajó en la sección Vapores con el coro Alvistur  y bajo la tutela de don Guillermo Velando, los gerentes de la Compañía eran: Cecil Bowes y Arturo Moffet. Sin dudas el “Gato” fue un personaje entrañable, "un pura sangre" involucrado en el movimiento portuario, en agencias marítimas, en la rutina de los barcos, lanchas, en los desembarques, donques, estiba, almacenes y ferrocarril,....... no sabía hablar el inglés, solo unas pocas palabras y frases hechas, o construidas, que no era suficiente para mantener una conversación, pero sin embargo no solo se le había pegado el acento, sino que además el tono peculiar y la entonación al pronunciar las palabras silaba por silaba, le daban la categoría de “gringo único” e irrepetible, la distorsión de su castellano se acentuaba a medida que acumulaba un whisky más. Teniendo en cuenta de su dificultad en  el dominio del inglés, cada vez que se presentaba la oportunidad de que hablara con un vaporino, los amigos lo provocaban, como forzando a que  el “gato vaya al agua”, pero el “Gato” salía del paso muy hábilmente con su clásico: .........."yo no hablo con gente ordinaria"

En muchas oportunidades durante los tragos, fumaba tanto, que se quedaba irremediablemente sin puchos, por lo que se veía obligado a pedir a los amigos un lucky o un chesterfield, eso sí, para él era ley, el cigarro o cualquier favor recibido lo pagaba posteriormente con una copa de whisky.

Tanto la entrada como salida de vehículos de Mollendo, era rigurosamente controlada por la Guardia Civil, a través de una garita de control con cadena incluida, instalada frente a donde construyera el Obelisco muchísimo tiempo después don Aureliano Navarrete. Una madrugada, con la bruma gris que sube de un mar próximo y la humedad de  los  inviernos en Mollendo, el “Gato” solo y con unos whiskys a cuestas, subía caminando sin prisa por la calle de Las Huertas, entró a la garita y le dijo al somnoliento guardia de turno: ........”Oe Vaccaro, contrólame que me voy pa´ las lomas”.

John, como le gustaba que lo llamaran, era un asiduo concurrente a cuanta reunión tuviera lugar en el Club Social, en una oportunidad acompañados por un tocadiscos, se preparaban para entonar las sagradas notas del himno nacional, y pretendió bailar el himno con su sobrina Frances Meck, pero felizmente hubo alguien atento que lo impidió atajándolo. Nunca disminuyó su capacidad para concebir situaciones cargadas de humor y, lo que es más notable, con una gran seriedad para burlarse de si mismo, como si fuera una obligación porque se había trazado una línea y debía permanecer fiel a ella, ...........para seguramente después reírse con su corbata michy puesta y, con el ligero contorno del humo de su habano perfilándose en la tenue oscuridad de su cuarto. Pero como no hay nada nuevo salvo lo que se ha olvidado,....... ésta era una noche que recién empezaba como tantas otras, natural y corriente para todos, pero no para el “Gato”, solamente habían pasado unos cuatro meses y nuevamente el himno nacional, de pronto como un torbellino se les adelanto a todos, nadie pudo detenerlo, la tomó del brazo y con una decisión inquebrantable, no se detuvo para invitarla ......simplemente la sacó a bailar, ésta vez a América Siu, que en el trayecto opuso una disimulada resistencia, pero luego estando en el ruedo, solo le quedó a una siempre educada, cortés y ahora sorprendida Ameriquita, seguir el ritmo y cadencia que solemnemente el “Gato” imponía, una rara especie de vals criollo adornado con figuras de minué, los asombrados asistentes de aquella noche, no se burlaron ni hicieron comentario alguno, se mantuvieron graves, firmes, cumpliendo todos los requisitos para darle la validez debida, guardando la compostura de quien se sabe privilegiado y mudo testigo de un baile irrepetible.

El 27 de julio de 1957, se celebró medio siglo de fundación de la institución y coincidió con un cambio de directiva, el Club Social de Mollendo ofreció una comida, las invitaciones cursadas eran específicas, había que ir con la esposa, ”.......a Ud. y Señora, si por algún motivo no puede asistir la consorte, absténgase de venir el esposo solo”. Todo estaba organizado y previsto para una reunión en parejas, El “Gato” como no podía ser de otra manera, rompiendo la formalidad del protocolo, vino solo, vistiendo un smoking mismo Corte Inglés y corbata michy amarilla; en la entrada bajo dos grandes luces frontales a manera de farolas, fue recibido por el Administrador Sr. Manuel Ponce con un solemne y rotundo no, el “Gato” Juan Najarro no insistió, tenía otros argumentos bajo la manga, exigió que llamara al  presidente del club, por que tenía que hablar urgentemente con él. No solo vino el flamante presidente Alberto Gigax, sino que también su bella esposa Gaby Zegarra Ballón.

 

.Hola Gato

*Quiubo Alberto

.Dónde esta Chepita?

*Esta acá respondió El “Gato”, golpeándose el pecho sonoramente, la traigo acá conmigo. Eso lo sabe todo el mundo,...... ¿podemos pasar?

.....Claro que sí,  ¿verdad Alberto?......era la encantadora voz de Gaby.

 

Triunfante el “Gato”, avanzó unos cuantos pasos, se detuvo lentamente como despistado, giró solo media vuelta a la izquierda, levantó el brazo derecho y señalando a Gaby con el índice, dijo:.......Oe Alberto, ésta, ésta, es más inteligente que tú, ............giró nuevamente y sin apuro entró al elegante salón, con igual o mayor seguridad que la de un Santa entrando en la bahía.

 

Después de los discursos de orden con un recuento de los cincuenta años de la institución y el cambio de directiva, pasaron al comedor, en un elegante y pulcro ambiente, con fino arreglo floral central de azucenas y jazmín con el perfume del jardín de los Portugal,  estrenaban esa noche mesas redondas que estaban dispuestas para tres parejas, fabricadas por don Manuel Ampuero eran toda una novedad para la época. La mesa señalada para el “Gato” tenía un notorio vacío, cuando se acercó el mozo por primera vez, no sirvió el cóctel en la copa correspondiente a la esposa ausente.........

Oe garzón  - reclamó el “Gato”-  .....la Chepa no va comer nada, el doctor dice que está con empacho,........pero si puede beber todo lo que sea. El mozo llenó la copa, y se retiró dispuesto a llenarla toda la noche.

Esa noche inolvidable, la Chepa “bebió” tanto como bebió el “Gato” y se recogieron y subieron “juntos” pasadas las cuatro de la mañana, como habían venido por la calle Comercio,...............porque no era una frase hecha, ni la decía en inglés, ni con el acento, ni con la distorsión de su castellano, ahora tenía el inconfundible aroma del amor, que le salía de manera genuina y conmovedora, y que nadie jamás diría si él no la dijera: .......”La Chepa, siempre está conmigo, yo la llevo a todas partes, acá en mi corazón”.

Beto Montoya.

Beto/ Abril, 2004                                                                   


 
  Contactar con Nacho Pagina de Mollendo Pagina índice de Nacho  
 

Mollendo, puerto bravo, Islay, Matarani, Catarindo, Castillo Forga, Jorge Paredes Romero, mollendino, mollendinos

Paquetes Publicitarios Internet para empresas, paginas amarillas peruanas, publicidad economica eficaz, gratis, negocios tiendas, profesionales, oficinas, peluquerias, hosting, web, subdominios, Lima, Peru, Directorio de empresas y profesionales en Peru, hoteles, hostales, transporte de pasajeros, clinicas y hospitales, colegios, institutos de enseñanza superior, agencias de viajes y turismo, fiestas infantiles, florerias, salones de belleza, restaurantes, bazares, zapaterias, contadores, abogados, medicos, abarrotes, discotecas, distribuidoras, abogados actores, administracion ventas, atente, deportivo, agricultor, agronomo arquelogo, arquitecto, artesano, artista, asesores, legales, asistenta social, astrologo, auditor, barman, biologos, bomberos, cardiologo, carnicero, carpintero, cerrajero, cirujano, comerciante, computacion, comunicacion, audiovisual, comunicacion social, consejero, constructor, consultor, contabilidad, contable, contador, cosmeticos, cuidador, decorador, dentista, derecho, dermatologo, deshollinador, detective, dibujante, dietista, diseño, digital, economia, economista, electricistas, enfermero, enfermeras, tecnicas, entrenador, escultor, esteticas, exportador, fabricante, farmaceutico, farmacias, filosofo, fisioterapia, floreria, fotografo, funeraria, gastronomia, geometra, grabador, guia interprete, heladero, imprenta, informatica, ingeniero industrial, mecanico, agronomo, inmobiliaria, investigador, jardinero, joyeria, maestros, mago, mantenimiento, marketing, masajista, medicos, minero, modelo, modista, musico, negocios internacionales, niñera, notario, nutricionista, obstetra, oftalmologo, operador, optica, orquesta, ortopedica, panaderia, panadero, pastelero, pedicuro, peluquero, periodista, pintor, pirotecnico, policia, procurador, profesor, psicologia, psicologo, psicoterapeuta, psiquiatra, puericultura, relojero, reparaciones, restaurador, secretaria, secretariado, soldador, subastador, taxista, oficina, tecnico diseño grafico, tecnicos, telecomunicaciones, topografo, traductor, transportes, transportista, urologo, vendedor, venta publicidad, veterinario, visitador medico, zapateria, zapatero

.

.

.

.