Para estudiar el origen de la lengua latina hay que remontarse al III milenio a.C., en el que unos pueblos, llamados indoeuropeos, y que disfrutaban de una cultura floreciente, se extendían por el centro de Europa.
Al estudiar las lenguas, los lingüistas las suelen agrupar en familias. Al latín se le agrupa con la familia indoeuropea.
La lengua indoeuropea o indoeuropeo es una lengua que ya se hablaba –se supone– en el centro de Europa y las estepas rusas con anterioridad al II milenio a.C.. De esta zona emigraron en sucesivas oleadas diversos pueblos, que se extendieron por todo el Occidente europeo y llegaron hasta la India.
Las lenguas más importantes que pertenecen a la familia indoeuropea son las siguientes:
GRUPO ORIGINARIO |
LENGUAS MODERNAS A QUE HAN DADO
LUGAR |
BALTO-ESLAVO |
Ruso, polaco, checo, búlgaro,
lituano, letón... |
CÉLTICO |
Irlandés, escocés, galés, bretón. |
GERMÁNICO |
Inglés, alemán, holandés, sueco,
danés, noruego, islandés. |
GRIEGO |
Griego moderno. |
INDO-IRANIO |
Lenguas y dialectos de la India,
Irán, Afganistán. |
ITÁLICO (Latín) |
Lenguas románicas: castellano,
catalán, gallego, portugués, francés, occitano, italiano, sardo (Cerdeña),
retorromano (Alpes) y rumano. |
El latín no fue una lengua siempre uniforme. La lengua hablada fue evolucionando durante siglos hasta convertirse en las diferentes lenguas románicas, mientras que la lengua escrita, una vez fijada, sirvió de modelo más o menos en todas las épocas, para las personas cultas. Por eso conviene distinguir tres tipos de latín: latín clásico, latín vulgar y latín medieval.