JURAMENTO

Y cuando una noche estrellada,

la luna dormida,

las nubes calladas,

él decida decirle a su amada,

que blanca yacía,

una dulce palabra.

 

Que esa noche supuesta cualquiera,

ellos se abrazaran,

en su vida eterna.

Y la luna, en el cielo, una perla,

a él lo mirara

jurando quererla.

 

Noelia Soledad Demichelli.

Ramos Mejía, Buenos Aires.

Lunes 02 de Marzo de 1998.

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