UNA DAMA

Tú, mujer, que paseas por el campo

con tu manto oscuro, tu piel blanca,

tus labios rojos, con los que invocas,

tus negros ojos, encendidos en llamas.

 

Tu mirada es hechicera,

nunca es imprecisa.

Por los campos vas llevando

largas penas con la brisa.

 

Tu belleza es misteriosa,

sin embargo, tu alma

se va poniendo negra

de cargar penas ajenas.

 

Vas llegando a su puerta

con tu larga túnica,

no tocas... sólo entras.

 

Algunos te invocan a su hogar,

ellos son cantidad escasa.

Algunos te esperan dulcemente

y otros no te encuentran en casa.

 

Llevas en tus manos una luz

para iluminar el camino.

Llevas marcada en tus ojos la cruz

para dar a la gente alivio.

 

Siempre regresas acompañada,

en la casa el cuerpo dejas,

a ti te acompaña su alma,

parecen una buena pareja.

 

Dime, ¿quién eres Dama Misteriosa,

tú que llevas las almas?.

Soy la muerte, quien los llama.

 

Noelia Soledad Demichelli.

San Justo, Buenos Aires.

Jueves 03 de Octubre de 1996.

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