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GANA
700 EUROS COMO OTROS SACERDOTES Y TIENE CASA DE LA DIÓCESIS DE
ORIHUELA. SU PAPA ES JUAN PABLO II Y CREE EN LOS MISMOS MANDAMIENTOS.
LA GRAN DIFERENCIA ES QUE EL UCRANIANO OLEKSANDR ESTÁ CASADO Y
TIENE HIJOS. Y EL VATICANO SE LO PERMITE
Ser cura católico y con hijos en España
José Manuel Vidal (El Mundo).- Cuando va de clergyman por la calle,
Oleksandr Dorykevych parece un cura católico más. Y lo es.
Por llevar adelante su parroquia, en la alicantina playa de los locos,
el sacerdote ucraniano recibe sueldo y casa de la diócesis de Orihuela-Alicante.
Setecientos euros y una morada digna para él y los suyos: su mujer,
Lyuba (Amor en ucraniano), y sus tres hijos, Vira, Román y Xristina.Sí,
está casado y sigue siendo cura con todas las bendiciones apostólicas.
Como el rumano Sorin Catrinescu, con parroquia en La Mamola (Granada).
Su Papa es Juan Pablo II. Creen en el mismo Dios y en los mismos mandamientos
que los alrededor de 10.000 sacerdotes españoles que están
apartados de la Iglesia por haberse casado, pero a ellos nadie les ha
expulsado del paraíso. ¿Por qué? Oleksandr, fotógrafo
antes que cura, y Sorin, desposado con una licenciada en Historia, son
miembros de la iglesia greco-católica, que se unió a Roma
en 1696 manteniendo su propia tradición y disciplina, entre las
que no están la exigencia de celibato a sus pastores. Enviados
de misión a España por sus respectivas iglesias nacionales
para atender aquí a la población emigrante desplazada, Oleksandr
y Sorín han encontrado discreto acomodo en casas parroquiales.Y
algo más: el anonimato. Ellos, y otros muchos en número
imposible de precisar, son el secreto que la jerarquía eclesiástica
española quiere mantener oculto por temor al «efecto contagio».
De trasfondo, el tabú del celibato.
Religiondigital.com,
Jueves, 19 de enero de 2004
Zavala
quiere dialogar con la jerarquía porque «no es bueno hablar
de según qué temas en los pasillos» - Advierte de
que hay «números rojos vocacionales»
El presidente de los religiosos pide celibato opcional para los curas
Mientras
los curas aceptan con normalidad que el celibato pueda ser opcional en
la Iglesia de rito latino como ya lo es en la de rito griego, para los
obispos sigue siendo un tema tabú. El presidente de la CONFER,
Ignacio Zavala, dice públicamente lo que muchos sólo se
atreven a comentar en privado. Haciendo gala de una gran libertad de espíritu
en tiempos de lo "eclesialmente correcto". Lo cuenta José
Manuel Vidal en El Mundo.
Mientras
los obispos ocultan a los sacerdotes grecocatólicos casados, como
documentaba EL MUNDO el pasado domingo, el presidente de la Conferencia
Española de Religiosos (Confer), Ignacio Zavala, se muestra abiertamente
partidario del celibato opcional de los curas católicos. «Si
ya hay en España sacerdotes católicos, apostólicos
y romanos para los que el celibato es opcional, como se acaba de publicar,
¿por qué para los demás no podría serlo?»,
se preguntó ayer con el presidente de los 15.479 frailes y 49.345
monjas de España.
Zavala señaló incluso que «sería malo llegar
al celibato opcional» como respuesta a la falta de vocaciones sacerdotales,
ya que, a su juicio, «las mismas razones de los grecolatinos pueden
tener sentido en la Iglesia latina, porque ellos son tan católicos,
apostólicos y romanos como nosotros». Zavala, tiene claro,
por el contrario, que el celibato es un carisma indisolublemente unido
a la vocación especial de los frailes y de las monjas.«Es
el abc de la vida religiosa y un valor que nadie discute para nosotros.
En cambio sí puede discutirse que el sacerdote secular pueda ser
célibe», explicó.
El provincial de los marianistas españoles, que dirigen, entre
otras obras, la editorial SM o el colegio del Pilar de Madrid, no oculta
la realidad de una vida religiosa en «números rojos vocacionales».
La mayoría de los frailes tiene «una edad veterana»
(más de 64 años) y los noviciados están vacíos.
Por lo tanto, «la Iglesia del futuro será una Iglesia con
menos religiosos».
Las causas de esta situación son, a su juicio, varias: la escasa
presencia de lo religioso en la sociedad y en las familias; la dificultad
de las nuevas generaciones para asumir compromisos permanentes; la positiva
valoración del matrimonio y de la sexualidad o la relevancia creciente
del seglar en la Iglesia.
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Ignacio
Zavala, presidente de la CONFER
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Ante
la irreversible crisis vocacional, Zavala cree que los religiosos tienen
que apostar por «la misión compartida, haciendo de la necesidad,
virtud». Se trata de asociar a los laicos cristianos a las obras
de los religiosos a todos los efectos y a todos los niveles, para que
dejen de ser «clase de tropa».
El presidente de la Confer, que fue elegido para el cargo el pasado mes
de noviembre, reivindica la capacidad de denuncia profética de
la vida religiosa y su especial comunión con la jerarquía
eclesiástica desde la discrepancia. «Los religiosos nos sentimos
más libres respecto a la jerarquía. En comunión desde
la discrepancia y sin ser una Iglesia paralela», explicó.
Para Zavala, «la comunión no supone la absoluta identidad.
Porque tampoco los obispos piensan en todo igual y no por eso rompen la
comunión». Eso sí, «la discrepancia eclesial
no es pataleta ni deseo de rebeldía». Desde la frontera,
«uno de los retos de la vida religiosa es hacer una crítica
en la Iglesia que no suponga la ruptura de la comunión eclesial».
Los religiosos son conscientes también de que, en estos momentos,
no son la niña de los ojos de los obispos, que se apoyan más
en los movimientos neoconservadores. Pero no por eso se sienten relegados.
Eso sí, piden diálogo a la jerarquía, porque «no
es bueno hablar de según qué temas en los pasillos».
Religiondigital.com,
Sábado, 24 de enero de 2004
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Monseñor espera un hijo
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