JORDI LLORCA, CIENTÍFICO ESPECIALISTA EN METEORITOS Los meteoritos han modificado la historia Víctor M. Amela entrevista en La Vanguardia al cinetífico Jordi Llorca, quien se define así: "Tengo 37 años y nací en Barcelona. Soy doctor en Química Inorgánica por la UB, miembro fundador de Spaceguard Spain y me especialicé en el Institute of Meteoritics (EE.UU.). Estoy casado y tengo dos hijos, Cesc (8) y Aina (5). Soy un catalán de izquierdas. Soy cristiano. El diluvio universal pudo causarlo un meteorito, hacia el 2.300 A.C." -¿Cuál es la primera caída de meteorito documentada por alguien? El 19 de mayo del año 861, unos monjes japoneses vieron caer uno: lo anotaron, lo recogieron y lo custodiaron en uno de sus templos. ¿Se
sabe qué pasó con aquel meteorito? Sí, los monjes de ese templo lo mostraron y lo donaron a la ciencia en el año 1979. ¡Once siglos después de su caída! Sí. Pero meteoritos han caído siempre sobre la Tierra: hace 65 millones cayó uno enorme que causó la extinción de la mitad de las especies del planeta... y de los dinosaurios. Pero gracias a esa extinción medraron los mamíferos y pudo surgir la especie humana... Sí. Y seguro que los primeros homínidos también vieron caer esas piedras del cielo. ¿Sí? Pero no hay constancia de eso. Hay enterramientos de indígenas norteamericanos de hace miles de años, ¡con meteoritos metidos en cajitas, como amuletos! Vaya usted a saber qué debía de pensar el hombre primitivo de esas piedras celestes. Que
eran señales enviadas por Dios: ¡se pensó así
hasta las puertas del siglo XIX! |
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¿Se veneraban los meteoritos? Sí, y se hacían herramientas: en la tumba de Tutankamon había una daga de hierro, ¡y los egipcios desconocían el hierro! Es de hierro meteorítico, un trozo caído del cielo. ¡Todo un regalito divino para el faraón! También sabemos que algunas tribus primitivas fabricaron puntas de flechas, lanzas y arpones con hierro de meteoritos. Lo que les daría ventaja como cazadores... Seguro. Sucedió entre esquimales de Groenlandia. El explorador Robert Peary se asombró, pues los esquimales no fundían hierro. Sobornó a uno, que lo guió al lugar secreto del que arrancaban ese hierro: ¡un meteorito de dos metros de alto por uno de ancho! ¿Y qué hizo entonces Peary? Expolió a los esquimales esa masa metálica... ¡de 30 toneladas! Logró llevársela y venderla al Museo de Historia Natural de Nueva York (y allí está). Ese dinero le permitió montar la expedición con la que fue el primer hombre que pisó el polo Norte, en 1909. ¡La gloria terrena gracias a un meteorito! No es la única vez que un meteorito tiene un papel protagonista en la historia humana. ¿Por ejemplo? Con trozos del meteorito Otumpa, en el Chaco argentino, se forjaron armas para la guerra de independencia contra España. De remotas puntas de flecha... a cañones. Otro caso: Maximiliano de Austria reforzó su imperio gracias a un meteorito. No me explicaron eso en el cole. Cuente. En 1492, un meteorito de unos 120 kilos cayó en un campo de trigo en Alsacia...
¡El año del descubrimiento de América! Sí, y las naves de Colón vieron desde el Atlántico la gran bola de fuego dirigiéndose hacia Europa... Cayó junto al pueblo de Ensisheim. Maximiliano lo creyó un regalo de Dios, tomó un trozo como talismán y, muy envalentonado, desafío a una guerra a su gran enemigo, el rey Carlos VIII de Francia. ¿Y quién ganó la guerra? ¡Maximiliano! Así recuperó Borgoña.Hoy, 500 años después, ese meteorito está expuesto en el Ayuntamiento de Ensisheim. De una forma u otra, los meteoritos han modificado la historia humana y han influido en la cultura. ¡Incluso han llegado a trastocar el desarrollo de civilizaciones enteras! ¿Tanto como eso? En el año 2300 a.C. se dio un cambio climático en la franja de Mesopotamia, Palestina y Egipto, y una súbita decadencia en esas culturas. La epopeya babilónica escrita el año 2250 a.C. habla de antorchas de fuego, el día convertido en noche y la tierra inundada. Y leyendas en toda esa zona incluido el Génesis aluden a inundaciones de agua de mar y de lluvias: un diluvio universal. No había oído antes que el bíblico diluvio universal estuviese vinculado a un meteorito. Acaba de ser descubierto, con ayuda de satélites, ¡un cráter de tres kilómetros y medio de diámetro!, en territorio de Iraq... Vaya, hombre... ... en la actual confluencia de los ríos Tigres y Éufrates, que era por entonces una zona de mar poco profundo: ¡es un cráter causado por el impacto de un gran meteorito! ¿Y qué efectos pudo provocar ese choque? Fuego en el cielo, un foco térmico, seguido de un colosal tsunami una ola gigante, muros de agua inundando las tierras y polvos y cenizas oscureciendo el sol, alterando el clima... y lluvias, y luego sequías... Toda una catástrofe universal. Hay relatos de esa época en Egipto que hablan de martillos de hierro cayendo del cielo: ¿meteoritos metálicos? Lo cierto es que por entonces hay una decadencia cultural en todas las civilizaciones de Oriente Próximo. Te cae un martillo así en la cabeza y... En los años 50 le cayó uno cerca a una mujer de Alabama, sólo la hirió. Lo mismo le pasó a un niño en Japón. Sí mató un meteorito a una vaca en Venezuela, en los años 70. Y a principios del siglo XX el meteorito Nakhla mató a un perro en Egipto: esa roca provenía de Marte, por cierto. ¿Y cómo llegan aquí rocas de Marte? Salen disparadas del suelo marciano al impactar allí un meteorito. Salen al espacio y algunas caen aquí gratis, sin ir a buscarlas. Y matan a un perro y matan a una vaca. Quizá gracias a la caída de un meteorito existiese ese perro y la vaca y usted y yo... ¿Yo, hijo de un meteorito? En 1969 cayó en Australia el meteorito Murchison, ¡en el que se hallaron 600 moléculas orgánicas!: son moléculas implicadas en la vida terrestre. La vida terrestre, pues, podría ser hija de vida extraterrestre... Periodistadigital.com, Domingo, 22 de enero de 2004 España:
se ilumina el cielo De
cometas y meteoritos
BBC
en español, Lunes, 5 de enero de 2004
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