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"Se
trata de una opción diferente, que si llega a tener buenos resultados
después de los ensayos clínicos correspondientes, permitirá
utilizar las células de los mismos pacientes, sin que se generen
los rechazos típicos de los trasplantes", explicó la
bioquímica Laura Correa, que forma parte del equipo que trabaja
en el laboratorio nacional.La opción consiste en hacer un cultivo
de células de los cuerpos cavernosos del pene, unas estructuras
cilíndricas. Esos cuerpos se erectizan, durante la excitación
sexual, al llenarse con sangre.
Pero distintas enfermedades o accidentes pueden provocar problemas en
los cuerpos cavernosos. Las lesiones por traumatismos o por quemaduras
y las malformaciones congénitas, entre otra causas, pueden hacer
necesaria la regeneración y la reconstrucción del pene.
O también -señalan en Craveri- el aumento del pene puede
obedecer a razones orgánicas o estéticas.Desde 1930, y en
diferentes laboratorios del mundo, se han intentando distintas respuestas
de injertos, que fueron desde el uso de cartílago de la costilla
hasta de silicona.
Ahora,
lo que se busca es la reconstrucción con las pocas células
que los cuerpos cavernosos del paciente aún tiene.En la experimentación
con conejos se logró aumentar la elongación del miembro
en un 27 por ciento. En un año, estiman que se harían los
primeros estudios con hombres en el país. En los Estados Unidos,
también están experimentando en la misma dirección.La
técnica de cultivo consiste en tomar una biopsia del cuerpo cavernoso
de medio centímetro cuadrado. La muestra de tejido se lleva al
laboratorio y se la procesa. Se la corta en trozos de un milímetro
cuadrado, se la trata con enzimas y se siembra en medio de cultivo nutritivo.
Una vez que se obtiene la cantidad de células necesarias, se consigue
una suspensión que más tarde será inyectada en el
pene y así iniciar su reconstrucción.
COMPORTAMIENTO
Según
una marca de preservativos, Hungría es el país más
"fogoso" del mundo
Según
la encuesta Global 2003, realizada a través de Internet y financiada
por la marca de preservativos Durex, los húngaros superaron a los
franceses y, hoy por hoy, tienen la mayor frecuencia sexual del
mundo. Por su parte, los hombres y mujeres brasileños resultaron
ser los más eróticos del planeta. Más
de 150 mil personas de 34 países respondieron la consulta y los
húngaros alardearon tener relaciones sexuales 152 veces al año,
superando con comodidad a los franceses, que indicaron una frecuencia
de 144 veces y cayeron del primero al séptimo lugar de la lista.
Mientras
que Europa Oriental ganó posiciones (Bulgaria, 151; Rusia, 150;
y Yugoslavia, 147), el promedio general cayó a exageradas 127 relaciones
anuales, 12 menos que en 2002. Los amantes españoles e italianos
quedaron por debajo del promedio, con 123 y 119 veces por año respectivamente
y los estadounidenses revelaron una frecuencia de 118 relaciones anuales.
El peor desempeño fue el de Singapur, que confesó 96, mientras
que China (132) y Gran Bretaña (135) quedaron entre las naciones
más fogosas.
El futbolista
David Beckham y la cantante Jennifer López resultaron ser las celebridades
masculina y femenina más eróticas del mundo y la brasileña,
la bandera más erótica. La encuesta también reveló
que el 48 por ciento de las mujeres fingió un orgasmo alguna vez,
que no hay variaciones de frecuencia entre los heterosexuales y los homosexuales,
que dos tercios de los menores de 16 años ya debutaron sexualmente
y que la edad más activa en materia de sexo es la que va de los
25 a los 34 años.
Clarin,
Martes 23 de setiembre de 2003
Fuente: DPA
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