La ropa femenina seguirá mostrando talles "pequeñitos" Aunque en el 2001 se aprobó una Ley provincial que obligaba a ampliarlos para evitar trastornos de la alimentación en las adolescentes, la norma nunca fue reglamentada por el Ejecutivo LA PLATA, 16 ENE (AIBA). A fines de 2000 estalló en los medios de comunicación una propuesta presentada por la entonces presidenta del Bloque radical de la Cámara de Diputados bonaerense, María del Carmen Banzas. La iniciativa obligaba a los locales de venta de ropa femenina a "tener en existencia todos los talles correspondientes a las medidas antropométricas de la mujer adolescente, de las prendas y modelos que comercialicen y ofrezcan al público". De lo contrario, los comerciantes estaban sujetos a una multa "y, en casos de incumplimientos reiterados, se dispondrá la clausura de hasta cinco días del establecimiento comercial". En plena explosión de las enfermedades vinculadas a desórdenes alimentarios, como la bulimia y anorexia, detectadas especialmente en chicas de entre 13 y 18 años, la propuesta sonó "oportuna". Según argumentó la autora, "los medios difunden cada vez con mayor fuerza modelos y estereotipos que son ajenos a la contextura física de la mayoría de las personas a las que están dirigidos". "Así remarcó Banzas en su momento se alienta el consumo de productos que en especial en el campo de la moda e indumentaria femenina, no encajan en la fisonomía de los consumidores e inducen a muchas adolescentes a caer en algún tipo de trastorno alimentario". De esta manera, médicos, comunicadores, opinólogos, encuestadores, organizaciones especializadas en el tema, junto a empresarios del sector, desataron una fuerte polémica que le dio voz y exposición a todos ellos, pero no brindó ayuda a quienes se suponía eran las víctimas del problema. El motivo es tan simple como inadmisible. A casi tres años de sancionada la ley fue aprobada en marzo de 2001 no se fijó la reglamentación necesaria para que pueda ser utilizada. Es decir, no estableció cuál será la autoridad de aplicación encargada, entre otras cosas, de fijar las multas correspondientes a los infractores. De esta manera, aunque la ley está en vigencia, resulta imposible recurrir a ella. En contra Como si hubiesen adivinado el destino de olvido que finalmente tuvo la norma, los empresarios del sector se opusieron desde el comienzo a la medida por considerar que "es una exigencia enorme pedirnos que tengamos cada modelo de ropa en todos los talles, porque para eso los locales deberían contar con hasta cinco veces más espacio que el que en promedio actualmente tienen". Según manifestaron los integrantes de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, el proyecto aprobado "es una medida arbitraria, absolutamente inaplicable". Desde la vereda de enfrente, los representantes de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba) también se opusieron. Claro que los argumentos fueron distintos. "Nosotros no estamos de acuerdo en condicionar a los comerciantes para que elaboren todos los talles, sino que pretendemos que la etiqueta diga la verdad sobre cada modelo". Para los integrantes de la entidad, "se deben fijar reglas claras de identificación en las prendas, con las medidas de cintura, talle y cadera detalladas en centímetros, para que las chicas no tengan un incentivo más para su enfermedad, ni se sientan monstruos dentro de talles pequeñitos". Este rechazo, tuvo su correlato en la indiferencia mostrada por el Poder Ejecutivo, por ese entonces en manos del actual diputado nacional Carlos Ruckauf. Durante ese período presidía la Subsecretaría de Industria, Comercio y Minería el actual intendente de Avellaneda, Baldomero Alvarez de Olivera; área que dependía a su vez del Ministerio de la Producción, a cargo del hoy senador provincial, Federico Scarabino. Por razones lógicas, ese organismo debía ser el encargado de reglamentar el tema. Sin embargo, las nuevas autoridades, que confirmaron la falta de reglamentación de la Ley 12.665, no pudieron justificar los motivos del retraso, aunque extraoficialmente, aseguraron que la norma es "inaplicable". Al parecer, coinciden con la mayoría al asegurar que "no se puede obligar a los comerciantes a fabricar determinados productos". Como premio consuelo podemos decir que estas cosas no pasan sólo en la Provincia. En el año 2003 el Senado de la Nación otorgó media sanción a un proyecto presentado por el legislador Leopoldo Moreau, casualmente esposo de la diputada Banzas. La propuesta era más específica, ya que establecía en su artículo 3° que "aquellos fabricantes o comerciantes que no den cumplimiento a lo dispuesto en los artículos anteriores se le impondrá una multa de $ 100 a $ 10.000, en casos de incumplimientos reiterados se dispondrá la clausura de hasta 5 días del establecimiento fabril o local comercial"; y a diferencia de la Ley provincial imponía a la Secretaría de Industria, Comercio y Minería como autoridad de aplicación. De todas maneras, esto no fue excusa suficiente para motivar a los diputados nacionales a tratar el tema, por lo que duerme un sueño de princesa en algún cajón perdido del Congreso Nacional. Cierto es que talles más grandes no pondrán fin a las causas de la anorexia o la bulimia. También es una verdad indiscutible que los modelos que se fijan en los medios de comunicación con la televisión a la vanguardia distan mucho de lo que se vive en la calle. Pero, sin lugar a dudas, es necesario que exista ropa para todos los tamaños, más allá de las curvas, las caderas o los rollitos. (AIBA) |
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