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ARENA
Contagion
(Verglas Music, 2003)
Integrantes:
Rob
Sowden : Voz, John Mitchell: Guitarras, Clive Nolan: Teclados,
Mick Pointer: Bater�a, Ian
Salmon: Bajo
Este
Contagion era aguardado con mucha ansiedad por los seguidores de esta
gran banda. Y una de las expectativas era conocer hacia donde se orientar�a su sonido
tras el cambio evidenciado en el anterior Immortal que hab�a
abandonado bastante el t�pico sonido neosinf�nico con reminiscencias del viejo Marillion
y alguna pincelada floydeana, que lo acompa�ara hasta The visitor, su
disco de 1998, para meterse en un terreno
algo m�s duro y oscuro donde las influencias floydeanas continuaban pero manifestadas de
otro modo. El resultado de este nuevo trabajo ( donde por primera vez logran mantener la
formaci�n del disco anterior ) muestra que Nolan ha decidido seguir intentando
cambiar y lo sugerido en Immortal se ha pofundizado. La propuesta
resulta mucho m�s dura, con un protagonismo muy marcado de la guitarra de Mitchell en el sonido, haciendo perder espacio por
consiguiente a los teclados de Nolan. Cuando digo la guitarra de Mitchell
me expreso mal ya que en realidad se trata de las guitarras , dada la variedad
de r�tmicas y l�deres que se dejan oir. Mitchell abandona el viejo sonido Gilmour-Rothery
para usar sonidos con variadas distorsiones y efectos, tanto en los riff r�tmicos como en
los solos, por lo que muchos podr�n decir que el material de Contagion
se acerca bastante en buena parte a lo que conocemos como metal progresivo. Este cambio
hace que los teclados de Nolan pasen un poco a un segundo plano, limit�ndose a los
colchones habituales, con pocas variantes en los timbres y apelando a un sonido m�s
sucio , m�s cargado de efectos de sintetizadores que en otros �lbumes, con
la particularidad de incluir acordes y punteos de Hammond que creo que hasta ahora no
hab�a utilizado dentro de Arena.
En
general creo que la banda demuestra se afianza en su b�squeda de lograr un estilo m�s
original transformando las viejas influencias en una expresi�n con mayor identidad.
Aparte
de la s�lida labor del ya mencionado Mitchell, puedo decir que la voz de Sowden
se integra bien a las exigencias de cada tema y como cosa curiosa not� ciertos aires a Greg
Lake en la forma de cantar algunas partes. Nolan y Salmon est�n
correctos y Pointer es el m�s opaco de todos, no aprovecha con su bater�a
demasiado esquem�tica, el potencial de los temas.
Este
�lbum conceptual se desarrolla mediante temas cortos entre 2 y 5 minutos como
m�ximo que se van sucediendo fluidamente unidos siempre por alg�n hilo sonoro,
sin interrupciones, lo que le otorga un car�cter de totalidad. Esta idea se ve reforzada
por algunas repeticiones o recurrencias de letras y m�sica en distintos tracks, como el
caso del track 2 An angel falls que forma una pieza �nica tipo balada
con el 6 Never ending night, aparte de acordes que se reiteran a lo
largo del �lbum.
Y
ustedes se preguntar�n cual es el concepto de este �lbum conceptual?? Realmente es
dif�cil explicarlo ya que que de sus letras, plagadas de met�foras y simbolismos, se
desprende cierta vaguedad argumental, aparte del hecho de que no existe una historia o
l�nea narrativa. Lo que percibo son una
serie de reflexiones e im�genes acerca de la situaci�n de vulnerabilidad y desencanto del ser humano ante la presi�n de la
realidad de un mundo actual decadente a la vez que poderoso e inconmovible. Todo trasunta
un marcado pesimismo dir�a yo, cosa bastante habitual en las l�ricas de Nolan, a
pesar de que siempre deja entrever alguna m�nima esperanza de que alguien o algo le
tienda una mano a ese ser humano desvalido.
Vayamos
a lo m�s destacado y a lo menos feliz de los casi 60 minutos de este disco:
Dos de los mejores
temas coinciden con los momentos m�s heavies: El mazazo de la apertura con Witch
hunt con un estribilllo muy
pegadizo detr�s de riffs realmente crudos, y el cautivante The painted man.
Un equlibrio muy logrado entre potencia y sutileza se puede apreciar en Salamander
con un principio de cadencia oriental y el floydeano Bitter Harvest
ligado a trav�s de algunos acordes iguales a Painted man. Dentro de 3
muy buenos instrumentales destaco a Riding the tide por ser el m�s
extenso, variado e intenso en el cual Nolan saca a relucir aqu� buenos solos y por
supuesto Mitchell se despacha a gusto. De los momentos calmos destaco la balada Mea
culpa. Y as� llegamos al final del disco que no puede ser mejor ya que otros
puntos sobresalientes son precisamente los 2
tracks finales; el sorprendente Cutting the cards, con un ritmo
acelerado y marcadas guitarras que me remite a una rara mezcla entre un himno sinf�nico y
un himno hard-rockero, y para el final un sencillo pero conmovedor Ascension
que nos deja el eco de su coro en la memoria.
Los
puntos menos felices son algunos tracks por debajo del promedio, por ejemplo Skin
game y como impresi�n general alguna presencia de efectos sonoros que ensucian
el sonido y me hacen a�orar una mayor limpieza.
En
conclusi�n, se nota la fuerte idea de tomar por un sendero propio incorporando elementos
del metal y por cierto que esa combinaci�n funciona para que este �lbum nos
contagie con sus virtudes. No estamos ante el �lbum de Arena que
contenga los momentos m�s complejos ni los m�s conmovedores de su trayectoria, pero si
lo analizamos como totalidad , por lo que va acumulando en su desarrollo, la
consideraci�n se eleva. Lo que me ha sucedido tras sucesivas escuchas es tener la
sensaci�n de haber recorrido una totalidad coherente, que gracias a la suma de una
mayor�a de muy buenos momentos me deja un sabor de considerable satisfacci�n.
Julio
Zoppi |