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ECHOLYN
Suffocating the Bloom
(Bridge Records, 1992)
Con
este su segundo disco, el grupo norteamericano Echolyn
logr� llamar de forma contundente la atenci�n de los fans y la cr�tica progresiva a
inicios de los 90s, en los albores del as� denominado por algunos revival
progresivo. Ciertamente, el sonido multicolor, la solvencia en las performances, y las
huellas de bandas emblem�ticas del pasado, todo ello se junt� en este disco, cre�ndose
as� un trabajo musical bastante atractivo, coherente, lleno de inventiva composicional y
genuina emotividad. Por entonces, la banda estaba conformada por Ray Weston (voz y
coros), Brett Kull (guitarras, voz y coros), Tom Hyatt (bajo y pedales
bajos), Christopher Buzby (teclados y coros), y Paul Ramsey (bater�a y
percusiones).
Las mayores influencias vienen del sinfonismo pulcro de Genesis y Kansas,
la diversidad polif�nica (tanto vocal como instrumental) de Gentle Giant y Yes, algunos atisbos de gancho mel�dico propios
de las mejores bandas neo-prog, todo ello sazonado con elementos extra�dos del jazz rock,
el blues, y el pop folk meditativo tipo CSN / Dylan, los mismos que sirven para darle al
conjunto un sabor inconfundiblemente norteamericano. La aparici�n recurrente de arreglos
orquestales realza efectivamente la tendencia sinf�nica del grupo, d�ndole un toque
definitivo al gusto elegante exhibido constantemente por Echolyn. Si bien esta lista de influencias que he
citado antes es extensa, no quiero dar a entender que Echolyn funda su estilo en un
mero pastiche de ideas ajenas; el modo en que esta banda recicla sus diversas influencias
les permite crear una personalidad musical bien definida, la misma que sigue una
continuidad en estos �ltimos a�os desde su reformaci�n (Echolyn estuvo
desintegrado entre los a�os 1996 y 1999).
El disco comienza con
dos temas movidos, "21" y "Winterthru", en los cuales se
da mayor espacio a las texturas del jazz rock, no con densidad, sino m�s bien con un
alegre colorido. Lo mismo vale para "A Little Nonsense", que destila
influencias de GG por todos sus poros, y "Here
I Am", que incluye algunos sabores de funky. La faceta m�s meditativa est�
representada brillantemente en la hermosa balada "...Memoirs from Between..."
(atenci�n a su estupendo interludio instrumental), y en la secuencia de "The
Sentimental Chain" y "One Voice".
El
breve instrumental "Cactapus" se centra en tenues ambientes jazzeros,
sirviendo como un respiro relajado para el oyente, previo a "A Suite for the
Everyman", la suite de casi media hora de duraci�n que cierra el disco con su
magnificencia y esplendor. A lo largo de su ilaci�n de once secciones, el quinteto pone
sobre el tapete todo su espectro sonoro, yendo con impecable fluidez de una secci�n a
otra, sin repetir una misma idea musical dos veces, pero tampoco perdi�ndose en meandros
mel�dicos innecesariamente complicados. Esta suite es un prodigio de imaginaci�n, a la
vez inmensamente colorida y elegantemente ordenada; una vez m�s, nos percatamos del hecho
de que los arreglos orquestales complementan perfectamente a la banda, sin caer en la
rimbombancia superficial.
Solo
me queda a�adir que �sta es una joya definitiva del progresivo noventero, un dign�simo
antecesor del siguiente disco ("As the World", otra joya), y un perfecto
punto de referencia para investigar en las expresiones progresivas m�s inspiradas de los
USA, ya sea del pasado o del presente.
C�sar Inca |