Espiritu
"Libre y
Natural"
Microfon, (1976), 1998
A partir del �xito tanto art�stico como de
p�blico que obtuvo la �pera prima y gran obra de concepto "Cris�lida",
a cargo del grupo Esp�ritu (grupo pionero del rock sinf�nico en Argentina), �ste
crea su segundo trabajo, nuevamente una obra conceptual titulada "Libre y Natural".
Esta, como su nombre lo indica, versa sobre la natural o instintiva b�squeda interior de
la libertad del ser humano, la cual es aveces coartada externamente (no olvidar el marco
hist�rico en que fue concebida, la Argentina conflictiva de fines de la d�cada del
setenta). Pero, b�sicamente, es una obra plet�rica de belleza, compuesta en su totalidad
por Fernando Berg� (voces) y Osvaldo Favrot (guitarras y coros). En este
trabajo el grupo estaba integrado adem�s de los citados por Claudio Mart�nez (bajo
y percusi�n), Carlos Goler (bater�a, percusi�n y coros) y Ciro Fogliatta,
hist�rico ex Los Gatos en teclados, y el disco fue grabado en cuatro (s�, cuatro)
canales en los estudios Phonalex entre fines del '75 y principios del '76.
La aventura principia con "Obertura Del
Desierto Luminoso", un vigoroso comienzo, con toda la banda a pleno en un contagioso
ritmo sincopado, con quiebres y cortes, tras lo cual aparece un imponente teclado, que da
la pausa y el clima apropiados para el ingreso de una solitaria guitarra el�ctrica
ejecutando la bell�sima melod�a central de la obra, en el tema "Libre Y
Natural" primer punto alto de la misma. Una lograda voz se agrega, hasta que ataca
nuevamente el grupo y nos lleva por cortes y cambios sublimes, volviendo por momentos a
esa melod�a madre y desembocando en medio de un clima de ecos, ondulatorio, con corales
de Berg� que se van sumando, completando esa sensaci�n de vibraci�n. Sin pausa
la banda retoma su potencia, con ritmos fuertes y cambiantes, cortes (que nos recuerdan
indisolublemente a Yes, como positiva influencia), cayendo en uno de esos recodos
en una guitarra que arpegia, dando paso a la voz en "Los Ecos Del Silencio
Interior", un pasaje intimista.
Continuamos con la suite "Im�genes
Tenues Y Transparentes", que es una especie de panoplia que sintetiza algunos pasajes
hasta aqu� recorridos, mixturados y entramados artesanalmente, dando, adem�s, lugar a
soberbias partes instrumentales donde se otorga despliegue al virtuosismo de todos los
m�sicos y a la potencia del grupo, en lo que es, sin lugar a dudas, otro momento alto del
trabajo. Prosigue una seductora guitarra el�ctrica sobre un fondo potente de bajo en
"Im�genes Tenues De La Voz Interior", que va derivando en otras variaciones del
leit-motiv, con bases de guitarra ac�stica primero y los dem�s instrumentos a
continuaci�n. Llegamos a "La F�brica De Sue�os", una hermosa canci�n de gran
dulzura, destac�ndose el fino piano fraseando sobre la guitarra ac�stica, con la voz
destacada en primer plano, para dar lugar entonces a un quiebre y a partes cambiantes,
ritmos fuertes, solos de guitarra, con pasajes del m�s puro sinfonismo, para desembocar
en un remanso en "Deselectriza Tu Mente", otra suite llena y rebosante de partes
sinf�nicas, con cambios de ritmos y climas que nada tienen que envidiarles a los de sus
grupos colegas contempor�neos de Inglaterra, en otro punto culminante de este disco.
Para finalizar, como gran broche final llega
"Final Del Sol Ardiente", un cierre oper�stico a toda orquesta, con un coro
majestuoso de voces de �pera, sobre la banda sonando a pleno, como una especie de himno,
que realza a�n m�s este portentoso final, hasta decantar en un piano que pone la fermata
y nos deja vibrando con lo escuchado y vivido a lo largo de este gran disco, que es, sin
dudas, el punto m�ximo de maduraci�n de Esp�ritu, logrando con "Libre y
Natural" su obra maestra.
Sin dudas, como all� por marzo de 1997 cuando
Mellotron, en su n�mero 10, hizo justicia en revalorizar y recuperar en el
tiempo "Cris�lida", el primer gran trabajo de esta banda que marcara
rumbos, luego continuados por Crucis, La M�quina de Hacer P�jaros, MIA,
y tantos otros. Hoy destacamos y redescubrimos otra important�sima obra de concepto, de
una belleza y lirismo particulares, de grandes pasajes instrumentales y vocales, para
nuevamente resaltar, por si hace falta, m�s all� de la prensa masiva/multimedi�tica (de
ayer y de hoy), que la m�sica, como dice S�bato "no es una moda, esa
categor�a es para las cosas menores", y por ende no puede ser segregada por
su edad o sus tendencias de mercado, sino que, por el contrario, quiz�s la �nica
divisi�n admisible sea la de buena o mala, o mejor a�n, aquella que es atemporal, y que
nos provoca la misma vibraci�n o emoci�n el tiempo, de aquella otra m�sica que no lo
logra ni lo intenta. Sin embajes, esta obra la podemos ubicar por lejos en el primer
rubro.
Conviene verificarlo. Veintitantos a�os
despu�s, la emoci�n es la misma.
Gustavo Bolasini