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T O R M E N T O S A    P O L � M I C A

A pesar de la gran pol�mica que suscit� entre los cr�ticos de todo el mundo el �ltimo �lbum de Pink Floyd "Wish you were here", sus ventas lo est�n encaminando hacia el fabuloso �xito del anterior long play. Por eso, dentro de dos a�os, cuando editen otro disco, es probable que "Wish you were here" todav�a permanezca al tope en las ventas tal como ocurri� con "El lado oscuro de la luna". Mientras tanto, aqui presentamos parte de las opiniones contradictorias que desat�.

 

LO MEJOR DEL GRUPO EN TODO SU TIEMPO

CR�TICA FRANCESA

Una entrega remarcable, representativa de cada uno de los cuatro elementos. Una curiosidad y un atragantamiento sin precedentes. Un acontecimiento. El nuevo Pink Floyd, dos a�os y un poco m�s despu�s de "El lado oscuro de la luna", que todav�a figura entre los mejores puestos de venta. �Y despu�s? ...Depu�s, Pink Floyd y otro Pink Floyd. Un disco que sale sin riesgos: clima grandioso y planeado, perfecci�n sonora absoluta, lirismo desbordante, vocalizaciones soberbias e imponentes. Mucha gente se sentir� arrebatada, porque han recuperado a Pink Floyd; un poco progresivamente, un poco brutalmente por momentos, realmente vuelven, tanto musical como liricamente; el sonido, en algunas oportunidades, ha ganado en fuerza.
La guitarra de Gilmour se hace m�s charlatana y agresiva que antes, y la base pasa de lo metron�mico a lo humano. La voz salvaje de Roy Harper, apoyada por la de Gilmour, logra un efecto casi incomparable a obras anteriores del grupo.
En este �lbum Pink Floyd, aparece en toda una nueva virulencia, una agresividad con la que parecen reaccionar restrospectivamente a sus suavidades precedentes.
Pink Floyd se ha negado a imprimirle a esta obra un movimiento que refleje exactamente el estado actual del esp�ritu del grupo, susceptible de una comunicaci�n insidiosa, casi subversiva. "Wish you were here" no va a desilusionar a los detractores de Floyd, ya que se asume una total anbig�edad conciente, esa lucidez de un fen�meno que sobrepasa a los mismos m�sicos.
Finalmente, este disco es el fen�meno Pink Floyd visto e interpretado por ellos mismos, en una visi�n e interpretaci�n magn�ficas que se vuelven en s� mismas el elemento del fen�meno. "Wish you were here" y "Have a cigar" son dos de las mejores piezas del grupo de todos los tiempos.
Una vez m�s, Waters, Wright, Gilmour y Manson han hecho el disco que faltaba.

De "BEST"

 

UN PALIDO FANTASMA DE CREATIVIDAD

CR�TICA INGLESA

Sea cual fuere la aproximaci�n desde la cual se lo mire, "Wish you were here" no deja de ser inconvincente a pesar de su ponderosa sinceridad, y en casi todas las bandas muestra una cr�tica falta de imaginaci�n. Todo es muy predecible, y hace falta que uno llegue, casi a la fuerza, a la conclusi�n de que durante los �ltimos dos a�os (o tal vez m�s) Floyd ha permanecido en un estado de animaci�n suspendida.
Realmente es muy alarmante el hecho de que hayan estado tan seguros de su aislamiento. Mientras el mundo gira cada vez m�s hacia su autodestrucci�n, Pink Floyd vaga sonambulamente a trav�s de sus avenidas estrelladas, del brazo con ese p�lido fantasma de la creatividad, que solo sabe decir "Quisiera que estuvieras aqui". El �lbum es nada m�s que eso.
La cantidad de tiempo que han dedicado a este disco no deber�a tomarse como una se�al de su constante busqueda de la perfecci�n, sino como una falta de determinaci�n y resoluci�n. Los continuos embellecimientos y los efectos superelaborados que adornan el �lbum parecen absolutamente artificiales y planeados: una serie de m�scaras y fachadas para disfrazar la crucial carencia de inspiraci�n que afecta toda la obra.
Hay una cosa que se hace clara desde el primer momento de m�sica: "Wish you were here" no es una progresi�n de "El lado oscuro de la luna". En realidad, se puede considerar que en el material de Pink Floyd no ha habido una progresi�n real desde "Ummagumma". El leve concepto que trata de unificar al �lbum es, esencialmente, una inventiva m�s bien petulante contra el negocio del espect�culo. El ataque no va nada m�s all� de la petulancia, sobre todo a causa de las debilidades y dudosas cualidades de letrista que tiene Roger Waters, a pesar de que EMI insista en describir sus esfuerzos como "penetrantes y significativos". Una de las bandas en las que se pueden comprobar fehacientemente todas las fallas del grupo es, por ejemplo, "Welcome to the machine", que cierra el lado con un aluvi�n de efectos electr�nicos (el uso de Floyd de tales t�cnicas a trav�s de todo el �lbum despliega tanta sofisticaci�n como una banda psicod�lica de 1967 tratando de hacer su primer �lbum conceptual). En todo momento uno se encuentra con la misma pared de viejos clich�s, los mismos que han marcado cada �lbum de Pink Floyd desde "A saucerful of secrets". Las atm�sferas de "amanecer" de Rick Wright ya eran tediosas en ese long play. Es increible que todav�a no se haya dado cuenta de que hay muchas cosas m�s que se pueden hacer con un sintetizador, aparte de simular que vientos del tiempo castigan la cara del universo. Una de las peores cosas que Wright hizo ultimamente fue cambiar su Farfisa por un Mellotron.
Como m�sicos, los integrantes de Floyd nunca han demostrado ser grandes virtuosos, pero ac� el nivel general de sus actuaciones es, sin excepciones, extremadamente pobre. David Gilmour nunca podr�a ser descripto como un guitarrista natural he inventivo, y desgraciadamente es bastante el tiempo que �l ocupa en los temas. Toca con entusiasmo terco, pero todo lo que hace es casi siempre demasiado obvio, solamente en la introducci�n de "Have a cigar" el grupo toca con verdadero vigor, aunque de todos modos, ese tema no es ninguna experiencia espiritual; pero por lo menos es un poco m�s convincente que lo dem�s.
Roy Harper, que colabora en algunas partes vocales, agrega un poco m�s de color a una canci�n descolorida. Las letras de Waters, nuevamente son penosamente banales; simplemente es un tipo incap�z de hacer un ataque directo y bien organizado a las manipulaciones del negocio del espect�culo. Una letra ejemplo: "Ven ac�, querido muchacho, tom� un cigarro. Vas a ir muy lejos, volar alto / Nunca vas a morir, vas a lograrlo si trat�s; todos te van a amar". El tema que le d� nombre al �lbum -dominado por una inadecuada guitarra ac�stica y una de las m�s d�biles vocalizaciones de Waters- es curiosamente liviana, y casi instant�neamente olvidable. "A�o tras a�o, corriendo siempre en el mismo lugar", canta Waters; es f�cil darse cuenta de c�mo se debe sentir.
El �nico intento real de Floyd por lograr algo magno que pueda rivalizar con sus triunfos pasados es "Shine on you crazy diamond", o sea el t�tulo �pico de Waters al fracturado genio de Syd Barret. Tal vez haya sido inevitable, dentro del contexto del �lbum y de la preocupaci�n l�rica de Waters, que eligiera a Barret, una de las tragedias supremas del rock, como terrible ejemplo de la inocencia creativa comprometida, pero finalmente destruida por las presiones del ambiente. La intensividad de las letras de Waters bordean en este caso lo ofensivo, ya que trivializan completamente lo que Barret intent� predicar.
Sinceramente, �ste no es un �lbum para recomendar, a pesar de que los cuatro "movimientos" del lado dos tienen una especie de vitalidad que est� totalmente ausente de los cinco del lado uno. Hablando generalmente, "Wish you were here" es el panorama conocido del sonido Floyd.

Del "Melody Maker"

N U E S T R A    O P I N I � N

LOS FRUTOS DE UNA MISMA NAVE

Muchos encontrar�n en este esperado �lbum de Pink Floyd una continuidad demasiado obvia, en relaci�n al "El lado oscuro de la luna", el �lbum anterior: climas, efectos, risas, p�rrafos corales, son resorte que Pink Floyd vuelve a utilizar casi demag�gicamente; ser�a demasiado piadoso suponer que eso forma parte del estilo del grupo. Es precisamente ese factor, tan importante para la perdurabilidad y crecimiento de una m�sica, el que este disco soslaya; aquellos intentos de penetraci�n al cosmos interior demostrados en los �ltimos long plays, quedaron reducidos a resortes de efecto que, si bien est�n perfectamente logrados, no significan una autentica progresi�n.
Si este long play hubiese aparecido en el momento y en el lugar de "El lado oscuro de la luna" es probable que hubiese obtenido la misma adhesi�n y el mismo �xito. Este �lbum es, de alguna manera, lo mismo que el otro pero limado, afilado, cuidado. Y eso muchas puede convertirse en un efecto contraproducente momificando ideas.
Con todo, este nuevo long play de Pink Floyd se presenta inobjetable musicalmente si no se exigiera una progresi�n a los cuatro m�sicos que integraneste grupo. Es como si ellos se hubiesen relamido en sus propios frutos, en esa nave c�smica que, al rev�s de Yes, inventaron para cruzar los oc�anos de la mente y los imprecisos m�rgenes de la fantas�a.
El terreno sonoro de la m�sica abstracta de Pink Floyd quiz�s le permita divagar en lo que aparentemente son tinieblas creativas, pero dos a�os de espera parece ser mucho tiempo para elaborar algo de gran calidad pero que parece en lo b�sico a lo anterior.
Ser conceptual es una tarea dificil en un mundo poblado de veloces buscadores de acetatos negros, de �xitos instant�neos. Pero la insistencia en ese camino es quiz�s lo que los hace grandes. �Qu� otro grupo podr�a haber hecho "El lado oscurro de la luna" cap�tulo dos sin inmutarse? Pink Floyd lo consigui�; se llama "Wish you were here".

 

Publicado en la revista "PELO" N� 67 correpondiente al mes de octubre de 1975


 

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