DLP: el hombre, el sueño

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lunes, agosto 08, 2005

Quince minutos

Tengo una confesión que hacer: quiero que mi blog sea famoso. Quiero que cada post que haga tenga mínimo 47 comentarios de gente que no conozco, quiero aparecer en la lista de links de por lo menos 128 bloggers y que me entrevisten en la Concierto, El Mercurio y Estamos Conectados.

Bueno, no hablo en serio, la verdad. Cuando inicié este blog fue más que nada para soltar la mano, jugar con HTML y CSS (y con el computador en general), sacarme algunas cosas que tengo en la cabeza y contar a todo el mundo en qué ando sin tener que mandar mails ni hablar por teléfono (soy un pésimo amigo, nunca llamo). Pero cuando veo que los blogs de los amigos Kike y Distémper tienen algo así como 1.384 comentarios a los veinte minutos de haber sido publicados, o que Ortega ya tiene un pequeño séquito diez días después de empezar a publicar online, me da un poquito de envidia. Y también me pregunto cómo lo hacen.

OK, OK, en realidad sé cómo lo hacen. Los tipos escriben bien en primer lugar, cuentan historias entretenidas, logran mantener a los lectores enganchados, tienen un buen ritmo narrativo y logran todas esas cosas que nos enseñan en los ramos de redacción en la universidad y en los talleres literarios. Además los tres son periodistas, así que duh. Pero igual pienso que hay algo más, un factor X que estos sujetos dominan, sabiéndolo o no, y que es preciso emular.

Pero lo que me llama mucho la atención son las "celebridades de los blogs", los famosillos que son referente de toda la blogósfera sin tener, a mi juicio, grades méritos. Sin hacer un GRAN aporte a la sociedad y sin siquiera tener algo de veras importante que decir.

De éstos el más grande a mi juicio, y que me perdonen sus seguidores, es Roberto Arancibia, de El Mundo Sigue Ahí. Arancibia es como el dios de los bloggers chilenos, el presidente de la blogósfera chilena, un rockstar del ambiente, entrevistado en cuanto medio de comunicación toque el tema de los blogs. Su sitio tiene más links que Yahoo y me da muchísima lata contar cuántas personas lo tienen en su lista de lecturas frecuentes. Hasta ahí no tengo ningún problema, lo que me da comezón en el hipotálamo es que no logro dilucidar cuál es la gran gracia de Roberto.

Esto es como ese sketch de Mediomundo donde un taxista le pregunta a Andrés Rillón (as himself): "Oiga, y a usted ¿qué gracia le encuentra la gente?".

No me malinterpreten, esto no es un ataque artero al sujeto, el inicio de una campaña de desprestigio, la pataleta por un ponzoñoso corazón verde de envidia ni un intento soez de hacerme famoso armando una polémica LUNesca. Yo tampoco escribo taaaan bien como para argumentar celos profesionales. Es que simplemente, leyendo el blog de marras, no doy con las grandes revelaciones ni con las epifanías ni con el gran "algo que en esto hay y que nadie más tiene" que expliquen tantos seguidores. No veo un punto de vista singular en sus escritos, no veo chispa ni genialidad, no percibo el tratamiento de temas especialmente peliagudos ni la generación de un debate de real interés. Sólo una redacción limpia, correcta y con buena ortografía, y somos muchísimos los que podemos lograr eso. La única conclusión a la que he llegado es que, tomando en consideración que el tipo es publicista, que raya mucho con la onda bloguera y que su sitio linkea a todo gato que le maúlle, la fama de El Mundo Sigue Ahí se debe nada más a una muy intensa campaña personal de marketing.

Ah, y en este post no hay links a ese sitio porque ya está muy linkeado. Google es su amigo, úsenlo.

Yo postulo que hay otros blogs (y bloggers) que deberían ser famosos y servir de referentes, como el de las chicas que sólo tienen 14, una lúcida y corrosiva visión de la enseñanza media vista muy de adentro; el de Fernando Flores que siempre está planteando temas de discusión y anunciando lo que ya viene en la relación tecnología-sociedad; el de Christian Leal, que cuenta en su bitácora todo lo que no cuenta en Mouse, y el de Carolina Moro, que espero vuelva a sus columnas, que me gustan más que sus cuentos. Quien ahora se está haciendo famosa vía blog y con méritos de verdad es María Pastora Sandoval, la Pucherito Jr., con sus aportes a Oh My News y con los que supimos de verdad cómo es el periodismo participativo.

A esa gente hay que seguirle la pista.
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3 Comments:

  • At 5:25 PM, Roberto said…

    La única receta Rodrigo es escribir con ganas. Esa es mi única gracia. Bueno, hay otras, pero no para tí.

    Y no es tanto lo de los links. Tú no estás linkeado. Así que pa la próxima mega re-edición corregiré eso y seguro vas a estar ahí.

    Echate cremita en el hipotálamo.

    Esto es para divertirse. Yo lo paso chancho.

    Happy blogging.

    R.

     
  • At 5:42 PM, Roberto said…

    Ah, y el las chicas que sólo tienen 14... se cerró.

     
  • At 10:27 PM, Jovito said…

    Buscar la popularidad por medio de los blogs me parece tan básico como la llamada de Lavin al S.Q.P.
    No hay que seguir a las masas, no todos tienen que leer a JMV, cada uno lee al que lo enetretiene, ¿q gracia tiene ser masivo?- en esto de los blogs nadie es alumno ni profesor.

    sl2.

     

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