Un café con DLP

Ahora por fin soy protagonista de una serie. El lunes 26, a las 21:00 por Discovery Travel & Living estrenan Un Café con Paul Bassett, donde, obvio, yo pongo la voz de Paul Bassett.



El sujeto es australiano y fue campeón mundial de baristas en 2003. ¿Barista? Piensen en un barman, pero que le hace al café en vez del alcohol. O sea, el tipo que supuestamente hace el mejor cortado del mundo. Su programa tiene 13 capítulos y, en el fondo, se trata de Bassett recorriendo distintas cafeterías de Australia y Europa entrevistando baristas, perguntándoles sobre sus técnicas para moler café, el grano preciso para cada época del año, qué café sirve para acompañar un vino X, cómo tostar granos siguiendo la fórmula peso/tiempo/temperatura y otras sandeces. El tipo es tan rayado por el café y ha investigado tanto, que hace que la preparación de un express se vea tan compleja como la física nuclear.

La degustación de vinos se va a la cresta. Lo que la lleva ahora es ser catador de café.

Así que bueno, si quieren escuchar mi sexy y juvenil voz dando recetas para hacer tiramisú express, consejos para hacer el capuccino perfecto e instrucciones sobre cómo mantener las tazas de café para que no contaminen el sabor de la bebida, vean Un Café con Paul Bassett.

Top 5: la Danza de la Alegría

Cinco temas para bailar la Danza de la Alegría, sin importar el motivo.

1) Katrina and The Waves, "Walking on sunshine", álbum Katrina and The Waves.
2) Save Ferris, "Come on Eileen", álbum It means everything.
3) Reel Big Fish, "Take on me", álbum Favourite noise y la banda de sonido de la película Baseketball.
4) Los Auténticos Decadentes, "El murguero", álbum Mi vida loca.
5) The Blues Brothers, "Everybody needs somebody to love", banda de sonido de la película The Blues Brothers.

¿Y cuáles son los suyos?

Decohogar, update

Retiro todas las pestes tiradas contra las multitiendas. No, corrijo: mantengo los dichos menos para Ripley. Porque al final compré mis muebles de living en Ripley y se demoraron menos de una semana en mandarlos.

El domingo pasado había comprado la poltrona en el Ripley de Florida Center y programé la entrega para el sábado 17. Y se hizo. Hasta ahí todo bien. Lo bacán es que el lunes compré el futón en Ripley internec, que era diez lucas más caro pero anunciaban que se demoraba dos semanas en vez de las cuatro de Almacenes París. El miércoles llamé para pedir que la entrega, no importa el día que fuere, fuese en sábado para poder estar yo y recibirlo. Y el viernes me llaman de Futonlandia para decirme: "Don Rodrigo, lo llamamos para avisarle que mañana iremos a dejar su mueble. ¿Va a estar usted o alguien en su domicilio para recibirlo?". No sé ustedes, pero siempre el viernes ha sido mi día favorito.

Así que anteayer al mediodía ya tenía mi nuevo living totalmente armado. Solamente me senté como jefe indio el día anterior para ver Los 4400. Mi poltrona es de ésas que te invitan a quedarte dormido cuando te sientas y mi súper futón es acolchadito, te deja en la postura perfecta para jugar PlayStation por horas y además es muy resistente: ya fue probado de todas las maneras posibles. Je.

Ergo, ya puedo organizar sesiones de cine decentes en mi casa con el Grupo de los Críticos además de, en un futuro mediano plazo, invitar amigos a ver fútbol. Y en el futuro inmediato, ya se pueden ver películas bien acompañado. Ejem.

Así que, sin miedo a sonar como anuncio publicitario, si quieren hacer compras para la casa háganlas en Ripley online. Es más barato y al final te entregan todo al tiro. Ahí también me compré mi home theatre. Ah, fotos luego.

Decohogar, my ass

Este fin de semana se frustraron completamente mis planes para redecorar mi departamento, todo por la mala pata y por la tontera-burocracia-ineficiencia de las multitiendas.

Parte 1: Al fin las paredes de mi dormitorio iban a dejar de estar tristemente desnudas porque iba a armar la gigantografìa que hice la semana pasada: una panorámica de Ciudad Gótica impresa en 72 hojas tamaño carta. Y cuando estaba uniendo los tres primeros cuadritos me di cuenta de que... bueno, es como largo y latero de explicar, pero el caso es que la diseñé mal y voy a tener que hacerlo todo de nuevo. A la basura se fueron las 72 páginas góticas. Una semana más mirando un muro árido y pelado como la montaña de Mussorgsky. Lo bueno es que tendré algo que me mantenga ocupado el fin de semana largo.

Parte 2: Redecoración del living. Hasta ayer tenía sólo dos sillones, préstamo-regalo de una tía que a su vez cambió su living. Son cómodos y todo, pero eran tan voluminosos que no dejaron espacio para un sofá ni para nada más y cada vez que había visitas, se tenían que sentar en los sillones separados, en las mesas del comedor o en el suelo. Y ni hablar de ver una película de a dos.
Justo este fin de semana mi hermano Rodolfo tomó su turno de dejar la casa paterna y se fue con dos amigos a un departamento bien piola en Bustamante. Y como no tienen muebles, me dije: "Mismo, pásale esos tremendos sillones que tienes y aprovecha de comprarte un futón, ahora que tienes plata". El plan era bien simple: mi hermano se lleva los sillones y en la semana compro los muebles por internec y me programo para que me los traigan el próximo fin de semana. Y listo. Sólo una semana con el living baldío.
Mi hermano se llevó los susodichos ayer y hoy fui a Ripley, Almacenes París y petercétera a ver sofás y futones en vivo, en directo y en 3D y probarlos con mis propios glúteos antes de tomar la decisión de qué comprar. En Ripley caí rendido ante una poltrona roja hipercómoda que tiene hasta el respaldo con la altura justa para apoyar la cabeza y dormir la siesta del verano viendo Tierra Adentro. Me fijé que no estaba en internec así que tenía que comprarla ahí ahora ya.
Y partieron los problemas. En bodega sólo quedaban en colores verde y beige, y yo quería rojo, porque así el futón también lo compraba rojo y así cuando alguien derramara vino tinto (porque por supuesto que alguien va a derramar vino tinto en él) no se iba a notar tanto. Pero no. Verde y beige. Si quería el rojo tenía que llevarme el que tenían ahí de muestra y musho que voy a andar cargando un sillón en micro. Así que tuve que mirar al suelo y decir: "Bueno ya... déme el beige". Por último van a combinar con las paredes color crema.
Luego fui a Almacenes París a comprar un futón grande, bonito y barato marca Molco (como Brian Molko, nunca me voy a olvidar) y ahí me dijeron que el despacho se demoraba 20 días hábiles. UN MES. Y si lo compraba por internec era lo mismo. UN MES VOY A TENER QUE ESPERAR PARA PODER SENTARME EN MI LIVING A VER TELE. ¿Qué les pasa? ¿Por qué tanto? ¿Tienen que trasquilar las ovejas en Magallanes para hacer el relleno? ¿Un viejito tiene que tallar la madera? ¿El árbol de futones todavía no da frutos y hay que esperar la estación? Fucking shit! ¡Rrrrrrrabia! Yo quiero mis muebles AHORA. Y para peor no puedo comprarlos en otra parte, porque los futones que hay en Ripley cuestan treinta lucas más y los que hay en Falabella son todos feos y caros.
Puta, ahora voy a tener que decir a todos los amigos que cuando nos vengan a ver traigan cojines. O sea, por favor. Qué triste. Media hilacha.

PD: Para pasar el enojo fui a ver La Tierra de los Muertos y salí todo espirituado del cine, mientras caminaba a la casa me asomaba en todas las esquinas por si había zombis.

Top 5: canciones para caminar

Una introducción, antes:

Hace poco me regalaron un reproductor emepetrés de 256 megas que además es pendrive. Yo siempre miré esos artefactos bastante a huevo porque mi bolsillo alcanzaba a pagar uno de poca capacidad, a lo más dos horas de música, entonces qué lata andar borrando la memoria y yendo al computador a cargar temas cada vez que quieres escuchar canciones distintas. Por eso me gusta más el minidisc: para variar la música basta con sólo cambiar el disco, no hay que conectar cables ni hacer traspasos a cada rato. Además, como el coso es en el fondo un pendrive con reproductor incluido, para lo que más lo iba a usar era para bajar programas y archivos pesados desde cualquier computador con banda ancha y así llevarlos a mi disco duro. En mi casa todavía me conecto por marcado telefónico.

Pero durante el "período de prueba" del cosito, al escuchar en la calle la música que le había grabado, descubrí que en verdad uno puede cambiarle la cara al día y a la ciudad al ponerle una música de fondo que sólo tú escuchas. Vale, los usuarios habituales de música portátil (sea walkman, discman, iPod o lo que sea) descubrieron este fuego hace años, pero como la última vez que use un aparato de éstos fue a principios de los noventa, había olvidado todas esas sensaciones. De verdad al caminar por la calle portando unos audífonos de donde sale música que encaja especialmente con el ambiente, con el lugar, o con tu estado de ánimo presente o el que quieras inducir con la música, estás dándole un soundtrack a tu día.

De ahí que se me ocurrió hacer una selección de los mejores temas para escuchar mientras vas caminando por la calle. No importa si vas a comprar el pan o a dar una de esas caminatas largas para ordenar pensamientos. No importa si es por la Alameda o por la Avenida Perú en Viña. Estos son mis cinco mejores temas para crear la banda sonora de tu día a pie:

1) The Pixies, "Here comes your man", álbum Dolittle.
2) Status Quo, "Rockin' all over the world", álbum Rockin' all over the world.
3) The Chemical Brothers, "Out of control", álbum Surrender (especial cuando sales del tren en el Metro Baquedano).
4) Fito Páez, "A rodar mi vida", álbum Euforia (pintado para cuando te acaba de pasar algo muy bueno, como un cheque recién recibido o al finalizar una cita con ESA persona).
5) Marc Bolan y T-Rex, "Hot love", álbum Cosmic dancer.
Bonus track: Morrisey, "The first of the gang to die", álbum You are the quarry. No está entre las cinco anteriores porque es muy nueva y necesita tiempo para madurar.

PD: Ale Martenot, si lees esto, no te preocupes, sí te voy a comprar el minidisc.