viernes 22 de octubre de 2004
Hasta este año en la historia de la música, las ondas Martenot - les ondes Martenot, en su original en francés- , descubiertas por el inventor y cellista francés Maurice Martenot (1898-1980), eran el principio físico de un teclado afín al theremin, uno de los primeros y más singulares instrumentos eléctricos, creado en 1917. Pero desde 2004, Les Ondes Martenot es también el nombre de uno de los más singulares nuevos grupos activos en Santiago. Y aunque aún no hay un theremin en su equipaje, lo que tienen ha bastado para llamar la atención del sitio www.super45.cl y para rotar en Via X su clip "Estacionaria".
Unas guitarras eléctricas o una batería conviven aquí con trompeta, cello y violín, en un resultado encantador. Las ondas Martenot son dulces, melódicas, suaves y, sobre todo, rigurosamente no estridentes. El cellista Alejandro Soto da en el clavo: "Somos musicalmente no violentos", establece. No siempre es fácil. En cada concierto han compartido escenario con rockeros más o menos salvajes, y en el festival Pulso de junio pasado, cuando lanzaron su disco debut, "Les Ondes Martenot" (en www.martenot.tk), tuvieron que empezar sin todo el sistema de sonido instalado.
Pero esta es gente pacífica, que puede llevar a cualquier sitio el aire pastoril de su música. "Niños, abuelos, mamás, amigos de las mamás", recuerdan, haciendo un paneo por su inusual público. Sus orígenes son diversos: la cantante y tecladista Alejandra Vaca pasó por grupos retro como Penélope Glamour y punk como Redención 9.11 antes de fundar aquí su hogar, y en sus filas hay desde músicos de orquestas sinfónicas hasta ex integrantes de bandas de ska adolescente. Son tantos, que al interior del grupo hay dos "sub-bandas". Están los sinfónicos, que trabajan en los arreglos musicales. "Y estamos los rockeros, que por mientras nos emborrachamos", dice Alejandra. Bromea, claro. Les Ondes Martenot, musicalmente no violentos, sólo parecen capaces de embriagarse de inocencia pop.
David Ponce