Luego de la Restauración Meiji de 1868, los conjurados dieron a conocer esta declaración de cinco puntos en la que, en forma extremadamente escueta, daban a conocer su programa para el futuro de Japón.
1)
Deberán conformarse asambleas deliberativas y todas las cuestiones decidirse a
través de la discusión pública.
2) Todas las clases, altas y bajas, se unirán vigorosamente
para llevar a cabo la administración de los asuntos estatales.
3) El pueblo común, no menos que los oficiales militares y
los empleados civiles, deberá poder proseguir su propia vocación, de manera tal
que no exista descontento.
4) Las malas costumbres del pasado deben ser dejadas de lado
y todo basarse sobre las justas leyes de la naturaleza.
5) Deberá buscarse el conocimiento a través de todo el
mundo, de manera tal que se fortalezcan los cimientos del gobierno imperial.
Traducción Ricardo
Accurso