“Una madre es algo tan grande y tan hermoso que hasta Dios mismo quiso tener
una.....María!”
Y como a Dios nadie le gana en generosidad, desde la cruz le da al mundo
ese regalo tan grande y tan hermoso que es “La Madre”....nos regala a María ,
Su Propia Madre!...
Podrá el mundo valorar alguna vez, la magnitud de tamaña
herencia?...
Podremos acaso valorar la anchura y la longitud, la altura y la
profundidad, en una palabra. , podremos conocer “Ese más allá de todo
conocimiento , que es el Amor de Cristo? (Ef:3:18).
María es el cáliz viviente que llevó a Jesús hecho hostia en su
vientre.
María albergó en su seno a Aquel a quien ni los cielos ni la tierra
pueden contener.
María le dio la vida a Quien es La Vida.
María dio a luz a Quien es La Luz del Mundo.
María alimento con sus pechos virginales a Quien es El Pan Vivo
bajado del cielo.
María le enseñó a dar los primeros pasos a Quien es El camino.
María explicó las verdades de la Fe a Quien es La Verdad.
María le enseñó a balbucear las primeras sílabas a Quien es El
Verbo de Dios.
María en Caná de Galilea le “ adelanta la hora” a quien es
Eterno....
A Quien es El Alfa y la Omega.
Podremos medir el valor y la hermosura de ésta Madre?.
Ese Cristo agonizante, en testamento postrero nos dice: “Hijo he
ahí a Tu Madre”...y desde ese momento María nos da a luz en el doloroso parto
del Calvario.
Desde ese momento el camino más directo para llegar a Jesús, pasa
por María!
Iban tres doncellas camino de la feria,
donde valioso premio había de adjudicarse a la hermosa que manos más lindas
mostrase.
Una de ellas llegóse a un bosquecillo de
nardos silvestres, cuyas nacaradas corolas dejábase robar por brisas y aves la
fragante esencia; y fue tocando, una a una, las perfumadas flores, que dejaban
en sus delicadas manos, de los pétalos la nieve, y de los cálices las jugosas
esencias.
Tropezó la otra con el hilo de plata de
un arroyuelo que bullente corría lavando guijas de oro y alfombras de violetas.
En las aguas cristalinas y embalsamadas bañó sus manos bellas, que de allí
salieron aun más preciosas.
Tímida y modesta la tercera, vacilaba en
pedir, como sus rivales, aflores y fuentes el secreto de la belleza, cuando le
salió al paso andrajoso mendigo que imploró de ella “una limosna por amor de
Dios”.
Sacó la casta niña de su escarcela una
moneda y dióla al mendigo, quien recibiéndola besó la mano bienhechora, dejando
caer en ella una lágrima.
Aquella lágrima se cuajó en perla; la
perla se desparramó en iris, y el iris esmaltó de luces celestiales la mano de
la hermosa.
Ni la que se ungió con la esencia de los
nardos silvestres, ni la que se lavó en la fuente de las guijas de oro,
alcanzaron la rica diadema ofrecida en la feria a la más pura y bella mano.
Por sobre todas ellas brillo con
hermosura singular, la que había embellecido y purificado la lágrima del pobre.
N.
Bolet y Peraza.
(Venezolano)
**********************
Cuando y
Por qué
Hijo mío, cuando te traigo juguetes de colores sé porqué
hay una
variedad tan grande de matices en las nubes y el agua,
y el
porqué de los tonos de las flores... Cuando te traigo
juguetes
de colores, hijo mío.
Cuanto te
canto para que bailes, adivino porqué hay
música en
las hojas, y porqué envían las olas el coro de sus voces
al corazón
de la tierra... Cuanto te canto para que bailes.
Cuando
lleno de dulces tus manos ansiosas, entiendo
porqué hay
miel en el cáliz de las flores, y cómo los frutos
se van
colmando en secreto de jugos tan dulces... Cuando
lleno de
dulces tus manos ansiosas.
Cuando te
beso el rostro, vida mía, para hacerte sonreír,
entiendo
muy bien qué placer destila el cielo en su luz
matinal y
qué deleite traen a mi cuerpo las brisas del estío...
Cuando te
beso el rostro para hacerte sonreír.
Rabindranath
Tagore.
La Luna
Nueva
(Poemas de
niños)
****************
LOS VIENTOS DEL PERDON
Cuenta una historia que dos amigos iban caminando por el desierto.
En algún punto del viaje
comenzaron a discutir, y un amigo le dio una bofetada al otro.
Lastimado, pero sin decir
nada, escribió en la arena:
"MI MEJOR AMIGO ME DIO HOY UNA BOFETADA."
Siguieron caminando hasta que
encontraron un oasis, donde decidieron bañarse.
El amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó.
Después de recuperarse,
escribió en una piedra:
"MI MEJOR AMIGO HOY SALVO MI VIDA."
El amigo que había abofeteado y
salvado a su mejor amigo preguntó: "Cuando te lastimé escribiste en la
arena y ahora lo haces en una piedra. ¿Porqué?"
El otro amigo le respondió:
"cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena donde los
vientos del perdón puedan borrarlo.
Pero cuando alguien hace algo
bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda
borrarlo"
APRENDE A ESCRIBIR TUS HERIDAS
EN LA ARENA Y GRABAR EN PIEDRA TUS VENTURAS.
Dicen que toma un minuto
encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla,
pero una vida entera para olvidarla.
|
|
La Lección de la Mariposa
"Un día,
una pequeña abertura apareció en un capullo; un hombre se sentó y observó por
varias horas como la mariposa se esforzaba para que su cuerpo pasase a través
de aquel pequeño agujero.
Entonces,
pareció que ella ya no lograba ningún progreso.
Parecía que
ella había ido lo más lejos que podía en su intento y no podía avanzar más.
Entonces el
hombre decidió ayudar a la mariposa: tomó una tijera y cortó el resto del
capullo. La Mariposa entonces, salió facilmente.
Pero su
cuerpo estaba atrofiado, era pequeño y tenía las alas aplastadas.
El hombre
continuó observándola porque él esperaba que, en cualquier momento, las alas de
ella se abrirían y se agitarían para ser capaces de soportar el cuerpo, el que
a su vez, iría tomando forma.
Nada ocurrió!
En realidad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo
deforme y alas atrofiadas. Ella nunca fue capaz de volar.
Lo que el
hombre, en su gentileza y voluntad de ayudar no comprendía, era que el capullo
apretado y el esfuerzo necesario para que la maraiposa pasara a través de la
pequeña abertura, era el modo por el cual Dios hacía que el fluido del cuerpo
de la mariposa llegara a las alas, de tal forma que ella estaría pronta para
volar una vez que estuviera libre del capullo.
Algunas
veces, el esfuerzo es justamente lo que precisamos en nuestra vida.
Si Dios nos
permitiera pasar a través de nuestras vidas sin obstáculos, él nos dejaría
lisiados. No seríamos tan fuertes como podríamos haber sido y nunca podríamos
volar.
Pedí
fuerzas... y Dios me dió dificultades para hacerme fuerte.
Pedí
sabiduría... y Dios me dió problemas para resolver.
Pedí
prosperidad... y Dios me dió un cerebro y músculos para trabajar.
Pedí
coraje... y Dios me dió obstáculos que superar.
Pedí amor...
y Dios me dió personas para ayudar.
Pedí
favores... y Dios me dió oportunidades.
“No recibí nada
de lo que pedí... pero recibí todo lo que precisaba."
Cuenta una antigua leyenda que un niño antes de nacer le dijo a
Dios:
Me dicen que me vas a enviar a la tierra, ¿cómo viviré tan
pequeño e indefenso que soy?
Dios le dijo:
"Entre muchos Ángeles escogí uno para ti, que te está
esperando, él te cuidará."
Pero dime Dios, aquí en el cielo no hago mas que cantar y
sonreír, eso basta para ser feliz.
Tú ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su
amor y serás feliz.
Y ¿cómo entender, Dios lo que la gente me hable si no conozco el
extraño idioma que hablan los hombres?
Dios le contestó al niño, Tú ángel te dirá las palabras más
dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y cariño te
enseñará a hablar.
Y ¿qué haré, Dios cuando quiera hablar contigo?
Tú ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar.
He oído que en la tierra hay hombres malos ¿Quién me defenderá?
Tú ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.
Pero estaré siempre triste, porque no te veré más Dios.
Tú ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que
regreses a mi presencia aunque yo siempre estaré contigo.
En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, ya se oían voces
terrestres y el niño presuroso repetía suavemente.
Dios mío, Dios mío, si me voy dime su nombre, cómo se llama mi
ángel.
Dios le contestó:
Su nombre no importa,
tú le dirás: mamá.
UNA PEQUEÑA HISTORIA MUY SIMPLE
Había una vez un hombre que
tuvo un sueño, en el cual Dios le encomendaba una importante misión: Debes
cambiar el mundo, para convertirlo en un mundo mejor... le dijo. Al día
siguiente cuando el hombre despertó, se dijo, Y ahora por donde empiezo? Entre
todos los países del mundo?, pues empiezo con mi país, y de todas las
ciudades?, empiezo con la mía, y entre todos los barrios?, pues empiezo con el
mío, y entre todas las viviendas?, pues empiezo por mi casa, y entre todos los
miembros de mi familia?, pues empezaré conmigo mismo...
Una lechera caminaba por un sendero del bosque. Llevaba un gran
cántaro de leche sobre la cabeza.
La muchacha era joven y alegre, y llevaba
una amplia falda que la permitía andar con comodidad. Además, se había puesto
unas sandalias planas, con las que caminaba cómodamente por el sendero de
piedras.
Y, dirgiéndose hacia el mercado donde
pensaba vender la leche, la muchacha iba pensando así:
"Por esta jarra de leche me pagarán
bastante dinero. Con él podré comprar cien huevos por lo menos. Los llevaré a
casa y los colocaré en un lugar calentito, para que, después de incubados,
salgan los cien pollitos de ellos".
"Aunque la astuta zorra consiga
llevarme algunos, me quedarán muchos que podré cuidar con facilidad en casa,
pues se comerán las sobras de las comidas. Ya me imagino cómo acudirán a mi
llamada".
"Cuando sean un poco mayores los
llevaré al mercado y los cambiaré por un cerdo joven. Como estos animales no
necesitan muchos cuidados, en muy poco tiempo lograré que engorde, y ya se sabe
que se paga mucho por un cerdo gordo y bien cebado":
"Lo llevaré al mercado, y con el
dinero que me den por él, podré comprar una vaca y un ternero. Los pondré en el
establo y les cuidaré muy bien. La vaca me daré mucha leche y el ternerito irá
creciendo con el tiempo".
"Tengo ganas de ver corretear al
ternero entre las ovejas del ganado...".
Pero he aquí que la joven lechera,
olvidándose de que llevaba un cántaro en la cabeza, e imaginando las correrías
del ternerito, se puso ella también a saltar por el camino, de manera que el
cántaro cayó al suelo y se quebró, desparramándose toda la leche por el camino.
La chica quedó consternada ante esta
desgracia, y con la cabeza baja, dio media vuelta y emprendió el regreso hacia
su casa.
¡Adiós, huevos!¡Adiós, pollitos!¡Adiós, cerdos!¡Adiós, ternerito! Todas estas cosas habían estado en su imaginación, y por distraerse había perdido lo único que tenía en realidad: la leche.
Un ángel no nos escoge, Dios nos lo asigna.
Un amigo nos toma de la mano y nos acerca a Dios.
Un ángel tiene la obligación de cuidarnos.
Un amigo nos cuida por amor.
Un ángel te ayuda evitando que tengas problemas.
Un amigo te ayuda a resolverlos.
Un ángel te ve sufrir, sin poderte abrazar.
Un amigo te abraza, porque no quiere verte sufrir.
Un ángel te ve sonreír y observa tus alegrías.
Un amigo te hace sonreír y te hace parte de sus alegrías.
Un ángel sabe cuando necesitas que alguien te escuche.
Un amigo te escucha, sin decirle que lo necesitas.
Un ángel, en realidad es parte de tus sueños.
Un amigo, comparte y lucha por que tus sueños,
sean una realidad.
Un ángel siempre esta contigo ahí, sabe extrañarnos.
Un amigo, cuando no esta contigo, no solo té extraña,
también piensa en ti.
Un ángel vela tu sueño.
Un amigo sueña contigo.
Un ángel aplaude tus triunfos.
Un amigo te ayuda para que triunfes.
Un ángel se preocupa cuando estas mal.
Un amigo se desvive porque estés bien.
Un ángel recibe una oración tuya.
Un amigo hace una oración por ti.
Un ángel te ayuda a sobrevivir.
Un amigo vive por ti.
Para un ángel, eres una hermosa misión que cumplir.
Para una amigo, eres un tesoro que defender.
Un ángel, es algo celestial.
Un amigo es la oportunidad de conocer
lo más hermoso que hay en la vida,
"el amor y la amistad".
Un ángel quiere ser tu amigo.
Un amigo, sin proponérselo, también es tu ÁNGEL.
Nuestros amigos
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple
casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
otras apenas las vemos entre un paso y otro, a todas las llamamos amigos
y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
nos muestran lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio
para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y les
deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que
irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, del corazón.
Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que
nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y
entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a
nuestros
pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas
vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran colocar muchas
sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que
están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre
aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos
algunas
de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por
muchas estaciones. Pero lo que nos deja mas felices es que las que
cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro
camino.
Te deseo hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Hoy y siempre...
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de si y se lleva un poco de nosotros.
Habrá los que se llevaran mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran
nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de
que dos almas nunca se encuentran por casualidad.
J.L.BORGES
Ángeles viajeros
Dos ángeles viajeros se detuvieron a pasar la noche en la casa
de una familia adinerada. La familia era grosera y les negaron a los ángeles la
estancia en el cuarto de huéspedes de la mansión.
Se les dio un pequeño espacio en el frío sótano.
Hacían su cama sobre el frío y duro suelo, el ángel mayor vio un
hoyo en la pared y lo reparó.
Cuando el joven ángel preguntó por qué, el mayor le contestó:
"- Las cosas no siempre son lo que parecen".
La siguiente noche el par de ángeles fueron a descansar en la
casa de un granjero y su esposa, quienes eran muy hospitalarios.
Después de compartir con ellos la poca comida que tenían, la
pareja dejó a los ángeles dormir en su cama donde pudieran tener a una buena
noche de descanso.
Cuando el sol salió la siguiente mañana los ángeles encontraron
al granjero y a su esposa llorando.
Su única vaca, cuya leche había sido su único sustento, había
muerto en el campo.
El ángel joven se enojó y le preguntó al mayor cómo había dejado
que eso pasara:
"- El primer hombre tenía todo y aún así lo ayudaste” le
dijo-
La segunda familia no
tenía nada pero compartía amablemente lo que tenía y tú dejaste que su vaca
muriera".
El ángel mayor respondió:
"- las cosas no siempre son lo que parecen".
"Cuando estuvimos en el sótano de la mansión, noté que
había oro dentro del hoyo en la pared.
Ya que el dueño estaba obsesionado con la avaricia y no
compartía lo que tenía con los demás, sellé el hoyo para que no encontrara el
oro.
" Anoche mientras dormíamos en la cama de los granjeros, el
ángel de la muerte llegó por la esposa
del dueño. En su lugar le di la vaca.
" LAS COSAS NO SIEMPRE SON LO QUE PARECEN"
Algunas veces esto es lo que nos pasa cuando las cosas no nos
salen tal y como lo deseamos.
Si tienes fe, sólo necesitas confiar en que lo que llegue es
siempre para tu provecho... lo sabrás después de un tiempo.
Algunas personas llegan a nuestras vidas y se van rápido.
Alguna gente se vuelve amiga nuestra dejando sus bellas huellas
impresas en nuestro corazón y nunca volvemos a ser los mismos porque hemos
hecho un
buen amigo...........
Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los
mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún
mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a
mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser
un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos los que escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían
haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres
palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...
Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido
sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de
él, por tanto, lo trataba como sí fuera de la familia. El rey sentía un inmenso
respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el
mensaje.
Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo
de gente, y en una ocasión me encontré con un místico.
Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se
iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje el anciano lo escribió
en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey. Pero no lo leas le dijo
mantenlo escondido en el anillo.
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no
encuentres
salida a la situación.
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey
perdió él reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus
enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a
un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un
precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver
porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los
caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí
encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía
"ESTO TAMBIÉN PASARA".
Mientras leía "esto también pasará" sintió que se
cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse
perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es
que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.
El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al
místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel,
volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y
el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración
con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
¿Qué quieres decir? preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la
gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación
sin salida.
Escucha dijo el anciano: este mensaje no es sólo para
situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo
para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No
es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también
pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de
la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había
desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había
iluminado.
Entonces el anciano le dijo:
Recuerda que todo pasa.
Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de
tristeza.
Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son
la naturaleza misma de las cosas.
Una mujer salió de su casa y vio a tres viejos de largas barbas
sentados
frente a su jardín. Ella no los conocía y les dijo:
No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi
casa para
que coman algo. Ellos preguntaron: ¿Está el hombre de la casa?
No -respondió ella-, no está.
Entonces no podemos entrar -dijeron ellos.
Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido.
¡Entonces diles que ya llegué e invítalos a pasar!
La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa.
No podemos entrar a una casa los tres juntos -explicaron los
viejitos.
¿Por qué? -quiso saber ella.
Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó:
Su nombre es Riqueza.
Luego indicó hacia el otro: Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor.
Ahora ve
adentro y decidan con tu marido a cuál de nosotros tres ustedes
desean
invitar a vuestra casa.
La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que ellos le
dijeron.
El hombre se puso feliz:
¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto, entonces invitemos a
Riqueza, dejemos
que entre y llene nuestra casa de riqueza. Su esposa no estuvo de
acuerdo:
Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito?
La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de
la casa y
vino corriendo con una idea:
¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar entonces estaría
lleno de amor.
Hagamos caso del consejo de nuestra hija -dijo el esposo a su
mujer.
Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped. La esposa
salió afuera y
les preguntó a los tres viejos:
¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor que venga para que sea nuestro
invitado.
Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros
dos también
se levantaron y lo siguieron.
Sorprendida, la dama les preguntó a Riqueza y Éxito:
Yo sólo invité a Amor, ¿por qué ustedes también vienen?
Los viejos respondieron juntos:
Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos habrían
permanecido
afuera, pero ya que invitaste a Amor, donde sea que él vaya,
nosotros vamos con él.......
Donde quiera que hay amor, hay también riqueza y éxito.