En primer lugar, me gustaría agradecerte el buen trato recibido durante mi estancia en los campamentos de refugiados, el pasado mes de abril. El tatuaje de henna que me hicisteis esta a punto de apagarse, pero lo que aun perdura es el efecto que vuestra hospitalidad tuvo sobre mi.
Cuando llegaste
a nuestra casa en aquel verano de 1996, eras un chaval. Ahora con casi
veinte años, probablemente tengas que ir a la guerra.
El pasado 26
de junio la ONU suspendió la Misión de las Naciones Unidas
para un Referéndum en el Sahara Occidental, con lo que probablemente
volváis a la situación previa al Plan de Paz; es decir al
Plan de Guerra. El mismo día que la ONU decidió avalar las
tesis marroquíes, aquí se celebraba un debate en el que políticos
"reflexionaban" sobre el Estado. Pues bien, lo creas o no el Presidente
del Gobierno, en su discurso de apertura no hizo referencia al conflicto
que existe en el Sahara Occidental; cualquiera diría que en su día
aquello fue un provincia española como hoy lo es, por ejemplo, Zamora.
Pero no sólo eso, también dijo que debían seguir
manteniendo unas relaciones privilegiadas con Marruecos en base a un respeto
mutuo. Si Annan, en parte, es culpable de que tu llamada a filas, con su
actitud el Gobierno español es cómplice.
Esto no es una despedida, pero quien sabe, quizás mueras en combate como desgraciadamente murió tu padre y otros muchos saharauis y marroquiés. Yo no he conocido ninguna guerra, pero mis abuelos sí. Ellos me han contado las barbaridades que en ella se dan; por eso espero que todo se reconduzca, se logré un acuerdo y se celebre el referéndum.
Este año muchos saharauis, al igual que tu en el 96, pasarán aquí unas vacaciones en Paz, pero con una diferencia, sus familias quizás vuelvan a vivir un verano en guerra, la Historia se repite. Por desgracia. Se despide con un fuerte abrazo tu amigo:
Gorka Fernández Mínguez