Construyendo Internacionalismo

LOS YANQUIS ESTÁN PREOCUPADOS POR LA "DEMOCRACIA",

AMÉRICA LATINA ESTÁ PREÑADA DE REVOLUCIÓN

En estos días Clinton durante la reunión anual del Consejo de las Américas manifestó "Que nadie se equivoque, si la democracia más antigua de América del Sur puede caer, también pueden caer otras", en referencia a la situación de Colombia, presionando al senado para que apruebe el paquete de "ayuda" de 1600 millones de dólares para la lucha contra el "narcotráfico". Según Clinton, se trata no solamente de atacar al narcotráfico, sino de imponer la presencia del Estado inexistente en gran parte del país, en una clara referencia a la presencia en vastas porciones del territorio de las FARC.

Avanzando en las consideraciones se mostró preocupado debido a que "las democracias están mostrando signos de fragilidad debido a que hay demasiada gente pobre que no recibe los beneficios de la apertura de los mercados y que ello genera desconfianza hacia las instituciones del Estado".

El presidente de los EEUU mencionó como a través de la OEA se actuó para "abortar" el golpe de Estado en Paraguay en 1996, así como para resolver la crisis que terminó con la caída de Mahuad en el Ecuador, del mismo modo que en estos momentos están velando por "elecciones limpias" en el Perú.

La Secretaria de Estado Madelein Albright advirtió que la corrupción y las grandes desigualdades sociales son una amenaza para la democracia ya que "los frutos del crecimiento de la década pasada no aparecieron en todas las mesas de los países de la región" y que "demasiado a menudo los programas y las políticas de los gobiernos sirven para incrementar, en lugar de reducir, las desigualdades" y que en virtud de ello "ciertos países podrían ser atraídos nuevamente a los caminos sin salida del proteccionismo y el régimen autoritario".

Los EEUU conciben al Mercosur como un "dique de contención" para que el Paraguay se mantenga en los marcos "democráticos", y sus preocupaciones fundamentales estarían centradas en los países de la región andina: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. A esta situación el New York Times la denomina " el tumulto de los Andes" equiparando la región a los Balcanes aconsejando a los inversores mantenerse alejados.

Al tener que desmantelar las bases en Panamá, producto de la aplicación de los acuerdos Torrijos-Carter, el imperialismo yanqui ha conformado un triángulo estratégico en el marco de sus planes contra la insurgencia en Colombia, con las bases en Manta en el Ecuador, Iquitos en el Perú, y en el Caribe en Aruba y Curacao a lo que ahora se podría agregar una en el Salvador, intentando además de esta manera sobreponerse del traspié que le ha significado la negativa de Chávez a que aviones yanquis sobrevuelen el territorio venezolano con la excusa de la lucha contra el narcotráfico.

El caso de Venezuela es delicado para los EEUU, debido a su peso estratégico al ser éste uno de los principales proveedores de petróleo para su mercado, Washington aún no pudo asimilar a Chávez en el gobierno y mucho menos las reformas políticas por éste impulsadas.

Según el investigador Oppenheimer columnista del Miami Herald, el Nuevo Herald y La Nación, la región andina es un escenario catastrófico y el polvorín estallaría con un nuevo golpe militar en Ecuador, por parte de "los coroneles mesiánicos" apoyados por "los indígenas radicales y grupos de ultraizquierda" que una vez en el poder harían una acuerdo con las FARC-EP que domina gran parte del territorio colombiano fronterizo con Ecuador, bloque que a la vez forjaría una alianza con gobiernos "progresivamente autoritarios" de Perú y Venezuela.

Estas posibilidades las atribuye a la convergencia de varios factores: el caos económico, la creciente desesperación de los pobres, el apoyo popular a los coroneles "mesiánicos" y el debilitamiento de las presiones internacionales para evitar nuevos golpes de Estado.

El columnista extrajo de su reciente visita al Ecuador que según las encuestas casi la mitad de la población cree que su país estaría mejor gobernado por los militares, que las 2/3 partes está de acuerdo con la amnistía para los coroneles que lideraron el movimiento de enero, más de los 2/3 piensa que la situación económica empeorará en los próximos meses, y tan sólo el 32% cree que estará mejor con el nuevo gobierno.

Según Oppenheimer hay dos cuestiones que evitarían un nuevo golpe en Ecuador, que esta vez podría dar inicio a una "revolución popular" liderada por los coroneles con la apoyatura de los indígenas y la ¨ultraizquierda¨. Por un lado que las elites de Ecuador se den cuenta que arriesgarán todo si siguen beneficiándose de contratos "dulces" con compañías estatales o si se niegan a pagar más impuestos. Por otra parte que los EEUU y los demás países de América Latina adviertan a los golpistas que si toman el poder se les cortarán los créditos internacionales y se le cerrarán las puertas de la comunidad internacional.

Lo concreto es que las oligarquías cipayas, instrumentos del imperialismo, asisten al lento pero sostenido deterioro del régimen de dominación política, en el marco de la profunda crisis del capitalismo global, presas de la feroz disputa interimperialista, y como no podía ser de otra manera, aplican a rajatabla las políticas que hacen que las masas trabajadores, indígenas y campesinas vean permanentemente agravadas sus condiciones de vida y retomen el camino de la organización y lucha para resistir la ofensiva en curso, y en ese marco avanzan en la visualización de la necesidad y la posibilidad de los cambios revolucionarios.

En tanto el imperialismo trabaja, a través de las burguesías locales, en todas las variantes, priorizando el sostenimiento de los gobiernos constitucionales que a su vez necesitan a los sectores reformistas como la izquierda del sistema, con discursos contestatarios pero en definitiva inocuos. Asimismo no dejan de alentar, como variantes de recambio formaciones fascistas de distinta índole, a la par que instrumentan a las FFAA como primera línea de choque dentro de sus planes contra los pueblos del continente, y seguramente no vacilarán, tras la "defensa de sus intereses estratégicos" y la "lucha contra el narcotráfico" en invadir el continente para frenar el lento pero sostenido avance obrero y popular.

En este contexto la persistencia de la Revolución Cubana, que aún en medio de enormes dificultades y contradicciones, continúa por la senda de la defensa de la dignidad y las banderas fundamentales del socialismo, la cada vez más potente lucha de los campesinos del MST en el Brasil, las medidas antimperialistas de Chávez y la imprevisibilidad del camino abierto en Venezuela, la cada vez más y mejor aceitada lucha de los campesinos en el Paraguay, las luchas en curso, si bien con distintos niveles de organización que libran los trabajadores, campesinos e indígenas en Ecuador y Bolivia, el surgimiento de nuevas formaciones guerrilleras en México junto a la combativa y heroica lucha de los estudiantes de la UNAM, el mantenimiento de la lucha armada y el reanimamiento de la lucha obrera y popular en el Perú, el reanimamiento del proceso de luchas obreras y populares en Argentina, junto al arrollador avance en todos los terrenos de las gloriosas FARC-EP en Colombia, en definitiva en el marco de la creciente lucha de masas en curso en nuestro continente, donde se fortalecen las organizaciones revolucionarias, y se dan condiciones para constituirlas y/o fortalecerlas allí donde aún no tienen el peso suficiente, junto a la escuela insustituible de los ejemplos de las luchas de los pueblos hermanos y la memoria histórica de nuestros pueblos, constituyen la real preocupación de los yanquis, que en definitiva en su patio trasero se dé inicio a un nuevo ciclo revolucionario.

Esta situación exige de los comunistas, de los marxistas leninistas que luchemos a brazo partido para que lo que se abra paso en este proceso sea la Revolución y el Socialismo, en todos y cada uno de nuestros países, en el marco de una estrategia continental.

Para ello deberemos, al calor de las luchas populares, desarrollar y fortalecer nuestros destacamentos y organizaciones e ir tendiendo a la par a construir una efectiva Coordinación Revolucionaria, en los marcos del internacionalismo proletario necesario en nuestros días.

Refundación Comunista, destacamento leninista para aportar a la constitución del Partido Revolucionario del Proletariado, trabajará incansablemente en esta dirección.

Carlos Vélez

 

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