El
pasado 16 de abril, el presidente Alejandro Toledo inició la que es
calificada como la primera “Visita de Estado” de un mandatario peruano
a Colombia. Cuando en el mundo diplomático se hace la sutil distinción
entre una visita “de Estado” y las que no lo son, se busca resaltar la
alta valoración que ambos gobiernos le dan. Toledo fue recibido por
las cabezas de los poderes públicos colombianos, fue condecorado y
homenajeado como un huésped especial.
Inauguró la Feria Internacional del Libro de Bogotá que tiene a Perú
como invitado especial.
Toledo y Uribe Vélez suscribieron una declaración cuyo contenido
señala el nuevo estado de las relaciones entre los países andinos.
Colombia y Perú coinciden en dos temas centrales y para ello están
cumpliendo acciones de alcance regional. Esos dos temas son el libre
comercio y la seguridad regional.
Perú, Ecuador y Colombia se aprestan a negociar un Tratado de Libre
Comercio con los Estados Unidos y, para ello, Toledo y Uribe acordaron
que sus negociadores trabajen coordinadamente. El tema comercial hace
también que Bogotá y Lima busquen coincidir sus estrategias ante
Europa y el Mercosur.
Por otra parte, Toledo confirmó su pleno respaldo a la denominada
“política de seguridad democrática” del gobierno Uribe, definida como
la vía para “contrarrestar las amenazas a la democracia”. La
coordinación de acciones militares y policiales contra la guerrilla y
el narcotráfico se está dando a nivel del Grupo de Trabajo Bilateral
de Defensa y del Grupo de Trabajo Bilateral para Asuntos Policiales.
Los militares de ambos países se aprontan, además, a realizar tareas
“cívicas” conjuntas en sus zonas fronterizas.
En lo que es una estrategia regional de seguridad, Perú, Colombia y
Brasil firmaron en febrero un acuerdo militar para combatir las
“Actividades Ilícitas en los Ríos Fronterizos Comunes”. Pocos día
después, el Ejército colombiano, con apoyo de Perú, dio de baja a
Pedro Rivera Cristancho, “Tiberio”, quien según los reportes oficiales
era jefe de las Farc en la Amazonía, encargado de las finanzas
(narcotráfico) y de la adquisición de armamentos.
A principios de los años noventa, cuando Alberto Fujimori entorpecía
la apertura comercial andina, Carlos Andrés Pérez y César Gaviria
asumieron el liderazgo de la comunidad. Ahora, con las notables
diferencias de objetivos entre el Gobierno venezolano y sus vecinos,
el eje de la concertación económica y política pasa por Bogotá, Quito
y Lima, cada vez más lejos de Caracas.
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La señora embajadora de Colombia en Caracas, María Holguín, concluye
su misión en Venezuela y parte a ejercer como Representante en las
Naciones Unidas. Ella, que fue asesora de Uribe Vélez en la campaña
electoral, termina su primera experiencia como Embajadora sin pena ni
gloria, como corresponde a los difíciles tiempos que corren en las
relaciones entre los dos países. Lamentamos haber acertado en nuestra
predicción (www.geocities.com/ otalvora/articu/opinion/2002/holguin.htm)
al respecto.
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