Sincronías

Niels Bohr y Ezra Pound

Rodrigo Azaola e Iliana Olmedo*

Extraído de la página mexicana de filosofía:
"Ciencia ergo sum"

La imagen del mundo puede describirse como una inmensa partida de ajedrez. Cada movimiento, tomado aisladamente, es simple, pero tanto la complejidad como la irreversibilidad de los hechos son consecuencia del elevado número de elementos involucrados en el juego, algunos de los cuales a veces llamamos destino. Entonces, tal vez dos personas nacidas en un mismo tiempo, sujetas a los avatares de la misma época, verán su vida modificada de acuerdo a su proceder. Ejemplos de estas dos personas fueron Niels Bohr, el físico, y Ezra Pound, el poeta.

I. Como el otro, este juego es infinito (1)

Niels Henrik David Bohr vio la luz primera en octubre de 1885, veintitrés días antes que Ezra Weston Loomis Pound. Si bien el físico nació en las heladas tierras danesas, donde transcurrió buena parte de su infancia, el escritor creció en varias poblaciones de Estados Unidos. Los padres de Ezra eran inmigrantes europeos y por eso él jamás se identificó con las cos-tumbres del país que lo había adoptado. Su infancia estuvo marcada por la soledad y la incomprensión. Incluso, al llegar a la adolescencia, fue llamado injustamente el "desatinado", no obstante que su notable inteligencia le había facilitado el ingreso a la Universidad de Pennsylvania a la edad de quince años. Por los mismos años, el joven Bohr participaba en actividades deportivas. Su padre, un importante fisiólogo de la Universidad de Copenhague, había introducido el fútbol en Dinamarca. Aunada a su fuerza física, la genialidad de Niels quedó manifiesta desde temprana edad cuando, a pesar de ser quien resolvía los problemas, daba a sus compañeros de escuela la impresión de haber sido ellos los que habían contribuido al resultado, aun cuando hubieran sido simples espectadores. En cambio, Pound gozaba con el aislamiento, por ello contaba con pocos amigos como el poeta William Carlos Williams e Hilda Dolittle, con quien tuvo una relación llena de tropiezos, debido a la renuencia de los padres de la joven. Bohr se dedicaba a estudiar en la Universidad de Copenhague, lugar propicio para su desarrollo intelectual. En tal academia adquirió el conocimiento que lo llevaría a elaborar su propia teoría, la cual años más tarde le valdría el Premio Nobel de Física (primero otorgado a un danés) por su descubrimiento sobre el número de electrones en los elementos de la tabla periódica. Con el fin de perfeccionar su conocimiento se trasladó en 1912 a Cambridge, ciudad donde trabajó con Joseph J. Thomson, pionero en explicar la existencia de los electrones e iniciador de las investigaciones en el ámbito atómico.

Mientras tanto, Pound creaba notables poemas sin descuidar su labor periodística. El escritor decidió emigrar a Europa, donde fundó con un grupo de poetas el movimiento "imaginista", el cual se concentraba en el predominio de la imagen poética y en la revitalización del lenguaje simbólico. A través del verso libre, buscando siempre una imagen efectiva, los imaginistas renovaron las formas tradicionales de la poesía. Esta propuesta modificó la concepción de la poesía en inglés, siendo uno de los cimientos de la poesía moderna.

II. Mágico tiempo; la trama empieza

Tres años después, en 1915, los dos hombres coincidirían por primera y única ocasión en Inglaterra, a tan sólo 230 kilómetros de distancia. Pound residía en la ciudad de Londres, donde estableció fuertes lazos con James Joyce, autor del Ulises; y Bohr se encontraba en Manchester, gracias a la invitación que Ernest Rutherford -quien formuló la teoría de la desintegración atómica radioactiva- le había extendido para colaborar con él. En tal momento la física se debatía entre considerar al electrón como una partícula o como una onda y fue Bohr el que introdujo la teoría de la complementariedad, la cual postula la naturaleza dual del electrón. Esta propuesta no hubiera sido realizada sin el precedente teórico formulado por Max Planck sobre la teoría de los quanta, unidad constitutiva de la energía, en pocas palabras, los quanta son a la energía lo que los átomos a la materia. Bohr se valió de las teorías de Rutherford sobre los fenómenos radioactivos para dar por primera vez una imagen matemática satisfactoria de la estructura del átomo, de sus componentes fundamentales y de sus interacciones.

III. El tablero, ámbito en que se odian dos colores

En la tercera década del siglo XX, significativos cambios geopolíticos comenzaron a gestarse en Europa. Los dos personajes estaban al tanto de las eventuales calamidades que dichos cambios provocarían. Al llegar la ocupación nazi a Dinamarca, Bohr, por sus antepasados de raza judía, debió exiliarse primero en Suecia y más tarde en Estados Unidos con el fin de seguir sus investigaciones. Mientras tanto, Pound, con su acostumbrada vida nómada, decidió mudarse a Italia, donde se adhirió al fascismo y a las ideas políticas de Mussolini.

En realidad, el poeta sólo concordaba con la teoría económica del fascismo, la cual no concebía la usura ni el crédito social, sin por esto apoyar la expansión militar o la franca persecución por motivos raciales. Bohr, siempre con una actitud científica no beligerante, siguió colaborando con los hombres de ciencia de su época, incluso con aquellos que trabajaban en la Alemania nazi. La Segunda Guerra Mundial obligó a ambos hombres a tomar posiciones encontradas. Ezra Pound luchó abiertamente, a través de emisiones radiofónicas, contra la ocupación aliada en Italia, pero sobre todo atacó las políticas estadounidenses.

Mientras tanto, Bohr fue partícipe del proyecto Manhattan, el cual culminó con la primera explosión atómica, resultado de la carrera que ambas partes, por un lado el eje Berlín-Roma-Tokyo y por el otro los aliados, habían impulsado para desarrollar mejores y más potentes armas de destrucción. Bohr siempre rechazó el uso bélico de sus descubrimientos e incluso abogaba porque el saber científico no fuera posesión exclusiva de un solo país; por esta misma idea, Churchill amenazó con encarcelarlo si proseguía con dichas intenciones.

IV. También el jugador es prisionero

Al finalizar la guerra con la capitulación alemana y las posteriores explosiones que devastaron Hiroshima y Nagasaki, Pound fue enjuiciado y se le declaró traidor a la patria, esto le costaría doce años de su vida en el pabellón de locos furiosos del Hospital Santa Elizabeth en Washington. Ninguno de sus encierros (al entrar los aliados en Italia también fue confinado a prisión) medraron su ímpetu poético. Incluso, durante esos años, Ezra escribió su obra fundamental, Los cantos, donde las vertientes clásicas, modernas e incluso las tradiciones orientales confluyen. El encierro de Niels Bohr no fue menos doloroso pues, aunque no estuvo destinado a la sombra, en su interior se agitaban las más lacerantes contradicciones.

Gracias a sus descubrimientos -a menudo se dice que sin su contribución la bomba atómica difícilmente hubiese sido construida- la humanidad conoció su rostro más carnicero. El científico, escandalizado, durante los últimos veinte años de su vida bregó por frenar el uso del potencial atómico en el campo de la guerra. Bohr trató de que la humanidad reflexionara sobre el apocalíptico uso que el potencial atómico podría desencadenar de ser encauzado hacia la agresión. En 1950 escribió una carta abierta a las Naciones Unidas: "Miro hacia atrás en el tiempo y me doy cuenta del formidable poder de destrucción en manos del hombre, mismo que no es regulado, y que debe ser puesto en manos de organismos internacionales que lo supervisen para así evitar tragedias de mayor envergadura".

V. Jaque al rey postrero

A pesar de que Pound jamás renunció a sus posturas políticas, al final de su vida aceptó que su verdadero ámbito era la poesía y que el resto de las actividades humanas, entre ellas la política, le debían ser ajenas al creador. El poeta, deteriorado por el sufrimiento, murió en Venecia en 1972, lejos de la tierra donde había nacido. Diez años antes Niels Bohr había encontrado por fin el último reposo en su hogar natal en Carlsberg, Dinamarca. Ambos personajes, coincidentes no sólo en cuanto a su época, descubrieron que su talento los había conducido a caminos que nunca hubieran andado de no haber sido por factores externos como las ideologías y las guerras. Pero sus labores, más allá de las circunstancias en que se originaron, influyen hoy día en el curso de las ideas y constituyen un paso más en el intento del hombre por comprenderse a sí mismo.



Nota

1 Todos los subtítulos pertenecen al poema "Ajedrez" de Jorge Luis Borges.

Para ahondar más en el tema se sugiere la siguiente bibliografía:
Bohr, N.
_____ (1961). Atomic Physics and Human Knowledge. Wiley, New York.
_____ (1988). Teoría atómica y la descripción de la naturaleza. Alianza, Madrid. http://www.nbi.dk/nbi-history.html
Pound, E.
_____ (1956). Los cantares de Pisa. UNAM, México.
_____ (1971). Patria mía. Tusquets, Barcelona.
_____ (1983). Antología (prólogo y traducción de Ernesto Cardenal). Visor, Madrid.
_____ (1989). El arte de la poesía. Anagrama, México.

*Rodrigo Azaola (1976) Escritor, reside y trabaja en México, D.F. Licenciado por la Universidad Nacional Autónoma de México en la carrera de lengua y literatura hispánica. Ha publicado en diversas revistas en México (D. F., Aguascalientes, Morelia, Guanajuato) y Nueva York.

Illiana Olmedo (1975) Ensayista, licenciada en lengua y literaturas hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México y egresada de la Escuela de Escritores de la sogem. Colabora en diversas publicaciones culturales de la ciudad de México.

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